Nico Frijda es un psicólogo holandés, ya retirado, que dedicó su carrera al estudio de las emociones humanas. En esta entrada voy a resumir un artículo suyo donde describe Las leyes de la Emoción. Igual es un poco pretencioso hablar de leyes en biología, y en el campo de las emociones en particular, pero básicamente se trata de una serie de hechos y conocimientos acerca de las emociones que se han observado repetidamente en la investigación de las mismas. Muchas de estas leyes las hemos podido comprobar todos nosotros en nuestra vida diaria. Serían las siguientes:
1- Ley del Significado Situacional: Las emociones aparecen como respuesta al significado de ciertas situaciones; diferentes emociones aparecen en respuesta a diferentes significados estructurales. Es decir, las emociones aparecen en respuesta a determinados eventos: la pena aparece por una pérdida personal, la ira por insultos y frustraciones, y así sucesivamente. Se trata de sucesos que son importantes para el individuo. Acontecimientos que satisfacen los objetivos del individuo dan lugar a emociones positivas, y sucesos que dañan o amenazan esos objetivos originan emociones negativas. Si tenemos un input con un determinado significado obtendremos un output con una determinada emoción, eso es lo que dice esta ley. Si entra pérdida, sale pena; si entra frustración u ofensas, sale ira. Y es importante tener en cuenta que es el significado subjetivo, la interpretación que da el sujeto lo que cuenta, y no el suceso en sí. Es decir, entra una pérdida personal que el sujeto vive como irremediable y sale pena.
2-Ley del interés: Las emociones aparecen en respuesta a eventos que son importantes para los objetivos, motivos o preocupaciones del individuo. Las emociones apuntan a la presencia de alguna preocupación. ¿Por qué nos preocupa la enfermedad de una persona? pues porque amamos a esa persona. ¿Por qué nos ponemos terriblemente celosos? pues porque queremos la presencia continua y proximidad de esa persona. Las emociones son un material de primera mano para explorar las preocupaciones del individuo.
3-Ley de la Realidad Aparente: Las emociones son originadas por eventos interpretados como reales, y su intensidad corresponde con el grado en que esto es así. Como decíamos en la primera ley del significado de la situación, las emociones están dictadas por la forma en que una persona percibe la situación. Un aspecto importante de esta situación es lo que Frijda llama “realidad aparente”. Lo que es tomado por real dispara emociones. Lo que no nos impresiona como real e inevitable no desata emociones. Puede haber cosas reales que no nos tomamos en serio. Lo que cuenta es lo presente; lo que acecha en el futuro puede no ser tenido en cuenta por muy malo que sea. Las advertencias acerca del futuro no las solemos tener en cuenta. Está pasando esto con el cambio climático. De la misma manera, una fotografía de un niño muerto en Vietnam tiene más impacto que noticias acerca de miles de muertos. La información simbólica tiene un impacto más débil. Por ejemplo, la emoción del duelo no aparece cuando nos informan de la pérdida, y la pérdida es simplemente “conocida”. Se desata cuando la ausencia de la persona es duramente experimentada, cuando la mano intenta alcanzarla en vano, cuando el deseo de comunicar encuentra que la diana está ausente. Esta ley explica la debilidad de la razón y la fuerza de la pasión: Conocer importa menos que ver. Sentir importa más que conocer.
4-Ley del Cambio, Habituación y sentimiento de comparación. Son tres leyes muy relacionadas. Ley del Cambio: Las emociones son originadas no tanto por la presencia de condiciones favorables o desfavorables sino por los cambios esperados en esas condiciones. Es el cambio lo que cuenta, el cambio con respecto al actual nivel de adaptación. Los ejemplos en la vida diario son muchísimos. Por ejemplo, se disfruta más una victoria en un partido cuando el resultado es incierto que cuando la posibilidad de victoria era muy clara. Ley de la Habituación: un placer continuado se va desvaneciendo; una dificultad continuada va perdiendo su dureza. La pena por la pérdida de un amor va disminuyendo con el tiempo, y el mismo amor gradualmente va perdiendo su magia. La exposición continua a inhumanidades amortigua tanto el sufrimiento como el discernimiento moral. La ley del cambio tiene muchas variantes, una de ellas es la Ley del Contraste Afectivo: la pérdida de una satisfacción no da lugar a un sentimiento neutro, sino a una gran miseria; la desaparición de una miseria no da lugar a una situación neutra sino a una gran felicidad. La ley del cambio expresa un fenómeno más general que es la Ley del Sentimiento Comparativo: la intensidad de un emoción depende de la relación entre el evento y algún esquema de referencia contra el que el suceso es evaluado. La envidia y el Schadenfreude son emociones que tienen su raíces en comparaciones de este tipo.
5- Ley de la Asimetría Hedónica, o ley de la adaptación asimétrica al placer y al dolor: el placer es contingente con el cambio y desaparece con la satisfacción continuada. El dolor puede persistir cuando persisten las condiciones adversas. Las leyes de la habituación y comparación que acabamos de mencionar operan dentro de ciertos límites. Parece haber miseria a la que uno no se acostumbra nunca y deprivaciones a las que no nos adaptamos. Este hecho, sin embargo, no ocurre con las emociones positivas: la alegría, la fascinación, la dicha, van remitiendo a un estado más neutral. Nos acostumbramos a acontecimientos que antes nos deleitaban y nos daban gran alegría. No nos solemos acostumbrar, por contra al abuso y la humillación. El miedo puede mantenerse indefinidamente, las esperanzas tienen fecha de caducidad. Esta ley, tristemente, predice un balance negativo para nuestra calidad de vida, a menos que el autoengaño entre en acción. La opresión la experimentamos todos los días, la libertad, por contra, es un suceso que ocurre el día de la liberación. Lo malo tiene más fuerza que lo bueno.
Esta ley es muy amarga pero es necesaria considerando las raíces evolucionistas de las emociones. Las emociones existen para señalar estados del mundo a los que hay que responder. Por lo tanto, si ya tenemos un amor o somos felices, no tenemos que responder y la emoción se va extinguiendo. Una vez de que suena la señal “ya no se necesita más acción”, el sistema de señalar (la emoción) se apaga. Que nuestra calidad de vida tienda a ser negativa es un desafortunado resultado, pero esto nos enseña que la mente humana no ha sido diseñada para la felicidad, sino para ejecutar las ciegas leyes biológicas de la supervivencia.
Por otro lado, los resultados de esta ley no son inevitables. La adaptación a la satisfacción puede ser contrarrestada recordándonos continuamente lo afortunados que somos, y lo desafortunados que habríamos sido de otra manera. Podemos disparar de nuevo la emoción de la alegría con la imaginación o el recuerdo. Pero el punto importante es que esto no es lo que ocurre de forma natural, por sí mismo, sino que requiere un esfuerzo.
6-Ley de la Conservación del Momento Emocional: los sucesos emocionales retienen su poder de producir emociones indefinidamente a no ser que los contrarrestemos con exposiciones repetidas que permiten la extinción o habituación, en la medida en que esto sea posible. Se suele decir que el tiempo cura las heridas. Frijda piensa que no, que lo que cuenta es la exposición y la repetición al suceso emocional, para él es la repetición y no el tiempo lo que ablanda las emociones. En los trastornos post-traumáticos se observa también esto, que no se desvanecen, sino que hay que sobreescribirlos, grabar encima para borrarlos. El miedo se dispara de nuevo (palpitaciones, pelo en punta, pánico) al oler a quemado en una víctima de un incendio, por ejemplo.
7-Ley del cierre o clausura: Las emociones están cerradas a juicios de la relatividad del impacto y a otros objetivos que no sean los suyos. Tienden a ser absolutas y a tomar el control de la acción del sujeto. Para alguien que está verdaderamente airado lo que le han hecho se vive como absolutamente malo. No sólo es una desgracia sino que procede de la propia naturaleza y disposición del autor, que es malo sin paliativos, y siempre lo será. En el duelo la persona siente que su vida ya no tiene sentido, que no puede continuar sin la persona perdida. Cada vez que nos enamoramos uno vive que no ha sentido así nunca. Esto se observa también en las depresiones. Cuando un depresivo vuelve a sufrir un episodio depresivo -aunque haya sufrido otros episodios de los que se ha recuperado- piensa que este es el peor de todos y que no se va a poner bien. Las emociones tienden a ser absolutas y no saben de probabilidades: lo que sabemos y experimentamos lo sabemos seguro. Y esto se nota en lo que hacemos. La emoción controla nuestros actos, nuestra atención y toma el escenario. Para Frijda esta característica es la esencial de las emociones, su naturaleza involuntaria y urgente. Cree que este dato apoya la naturaleza modular de las emociones, aisladas relativamente de otras funciones mentales.
8-Ley del cuidado por las consecuencias: todo impulso emocional origina un segundo impulso emocional que tiende a modificarlo a la vista de sus posibles consecuencias. Esta ley parece entrar en contradicción con la anterior, pero Frijda no lo ve así. Según esta ley, las emociones no son absolutas como acabamos de decir, la ira, la pasión, la furia, etc., suelen ser controladas, no son ciegas del todo. Esto también tiene su lógica evolucionista. Si el que me ha hecho una faena es un armario de 2 x 2, mucho más fuerte que yo, no tiene sentido que me deje llevar por la ira y le ataque porque corre peligro mi vida y mi éxito reproductivo. Lo que Frijda plantea de forma un tanto sorprendente es que este control es también una emoción. El estímulo para este control son señales de que las consecuencias de una respuesta desinhibida podrían ser graves. Pero no podemos producir ese control a voluntad lo mismo que no podemos producir timidez o ansiedad voluntariamente. Si esta emoción involuntaria de control es una respuesta emocional sigue las mismas leyes de las emociones que estamos comentando.
9-Leyes de la Carga más Ligera y de la Mayor Ganancia. Son también leyes relacionadas. Ley de la Carga más ligera: siempre que una situación pueda ser vista de formas diferentes, existe una tendencia a verla de manera que minimice su “carga emocional negativa”. La carga emocional negativa se refiere al grado en que la situación es dura o difícil de soportar. La negación defensiva, la evitación, las esperanzas ilusorias son mecanismos conocidos. Incluso la despersonalización ante sobrecargas emocionales que nos sobrepasan. Ley de la Mayor Ganancia: siempre que una situación pueda ser vista de formas diferentes, hay una tendencia a verla de forma que maximice nuestra ganancia emocional. Esto es también evidente. Echaremos la culpa de algo a otros en vez de a nosotros mismos, etc., y tenderemos a interpretar la situación de forma que más nos convenga.
Pues esas son las leyes de las emociones de Nico Frijda. No todas ellas están bien demostradas o tienen la misma evidencia que las apoya, y él las propone también como un programa de investigación, para ser estudiadas. Según su visión, estas leyes de las emociones se basan en mecanismos subyacentes involuntarios que solamente están parcialmente bajo control voluntario. No sólo las emociones obedecen leyes, sino que nosotros las obedecemos a ellas.
@pitiklinov
Referencia
Nico Frijda. The Laws of Emotion. In: Jennifer M. Jenkins, Keith Oatley, & Nancy Stein (Eds.), Human Emotions: A Reader. Malden, MA: Blackwell Publishers. 1998. 271-287.
1 comentario:
Muy útiles estas leyes de emoción, me han gustado mucho leerlas y seguir aprendiendo, gracias!
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