(Publicado originalmente en la Nueva Ilustración Evolucionista el 12-11-2013)
Para conmemorar el centenario de la muerte de Darwin se organizó del 27 Junio-2 de Julio de 1982 una conferencia organizada por el Darwin College en la que participaron personalidades de primer nivel como Andrew Huxley, Ernst Mayr, Francois Jacob, R. C. Lewontin, C.R. Woese, S. J. Gould, Richard Dawkins o E. O Wilson, por citar solo algunos. Al año siguiente, se publicó el libro Evolution from molecules to men, que recoge todas estas presentaciones. Y entre todos ellos se encuentra también Francisco José Ayala, el famoso biólogo español, que habló sobre la microevolución y la macroevolución. En su artículo rebate la crítica que S. J. Gould y otros paleontólogos habían realizado de la “Síntesis Moderna”, de la que decían que estaba muerta. Esta primera critica ya había sido refutada por el propio Ayala entre otros, pero Gould había replicado con nuevos argumentos. Según Gould la microevolución al nivel de la genética de poblaciones no es todo, no es que estuviera equivocada, pero sí incompleta, y no puede explicar los cambios macroevolutivos. Además surge el eterno tema de que a nivel de la macroevolución las especies tienen propiedades “emergentes”, según Gould, que no exhiben los individuos y en definitiva todo el problema Micro-Macro.
Para conmemorar el centenario de la muerte de Darwin se organizó del 27 Junio-2 de Julio de 1982 una conferencia organizada por el Darwin College en la que participaron personalidades de primer nivel como Andrew Huxley, Ernst Mayr, Francois Jacob, R. C. Lewontin, C.R. Woese, S. J. Gould, Richard Dawkins o E. O Wilson, por citar solo algunos. Al año siguiente, se publicó el libro Evolution from molecules to men, que recoge todas estas presentaciones. Y entre todos ellos se encuentra también Francisco José Ayala, el famoso biólogo español, que habló sobre la microevolución y la macroevolución. En su artículo rebate la crítica que S. J. Gould y otros paleontólogos habían realizado de la “Síntesis Moderna”, de la que decían que estaba muerta. Esta primera critica ya había sido refutada por el propio Ayala entre otros, pero Gould había replicado con nuevos argumentos. Según Gould la microevolución al nivel de la genética de poblaciones no es todo, no es que estuviera equivocada, pero sí incompleta, y no puede explicar los cambios macroevolutivos. Además surge el eterno tema de que a nivel de la macroevolución las especies tienen propiedades “emergentes”, según Gould, que no exhiben los individuos y en definitiva todo el problema Micro-Macro.
Y Ayala dice unas cosas sobre la emergencia que me ha parecido interesante traer aquí, aunque son bastante filosóficas y complejas. Comenta que una razón que se suele dar para la independencia teórica entre niveles (átomos, moléculas, organelas, células, tejidos, órganos, individuos multicelulares, poblaciones comunidades…) es la aparición de propiedades emergentes que no estaban implícitas en los niveles inferiores. Este tema de la emergencia es muy viejo, según Ayala, y siempre aparece en discusiones acerca de si la biología es reducible al nivel de las ciencias físicas, es decir, del reduccionismo. Que si las propiedades funcionales del riñón se pueden reducir a las propiedades de los constituyentes químicos de dicho órgano, por ejemplo. En el contexto de la macroevolución la pregunta sería: ¿muestran las especies propiedades diferentes de las de los organismos individuales que las constituyen? Y Ayala plantea que las preguntas acerca de la emergencia de propiedades están mal planteadas, o cuando menos son improductivas, porque solo pueden resolverse por definición. La forma correcta de formular preguntas acerca de la relación de sistemas complejos y sus partes componentes es preguntar si las propiedades de los sistemas complejos se pueden deducir del conocimiento de las propiedades que sus componentes tienen de forma aislada. El asunto de la emergencia no se puede resolver discutiendo acerca de la “naturaleza” de las cosas o de sus propiedades, sino que sólo se puede resolver por referencia a nuestro conocimiento de estos objetos.
Ayala formula la siguiente pregunta: ¿Son las propiedades de la sal común, cloruro de sodio, simplemente las propiedades del sodio y el cloro cuando se asocian según la fórmula NaCl? Si entre las propiedades del sodio y del cloro yo incluyo su asociación como sal de mesa, y las propiedades de la misma, entonces la respuesta es “sí”. De otra manera, la respuesta es “no”. Pero la solución es simplemente un problema de definición; y resolver el tema por una maniobra de definición contribuye muy poco a entender las relaciones entre sistemas complejos y sus partes.
¿Existe una regla por la que uno pueda decidir si las propiedades de los sistemas complejos deben ser incluidas entre las propiedades de sus partes componentes? Supongamos que estudiando los componentes en aislamiento podríamos deducir las propiedades que tendrán cuando se combinen con otras partes componentes de determinada manera. En ese caso, sería razonable incluir las propiedades “emergentes” del todo entre las propiedades de las partes componentes (fijaos que esta solución al problema implica que una característica que puede parecer emergente en un cierto momento, podría no parecer emergente en un estado más avanzado del conocimiento). A menudo, por mucho que estudiemos exhaustivamente un objeto en solitario no hay manera de saber las propiedades que tendrá en asociación con otros objetos. No podemos deducir las propiedades del alcohol etílico, las proteinas, o los seres humanos del estudio del hidrógeno. Pero el punto importante es, sin embargo, que el asunto de las propiedades emergentes es espúreo porque necesita ser reformulado en términos de proposiciones expresando nuestro conocimiento. Es una pregunta legítima preguntarnos si las afirmaciones acerca de las propiedades de los organismos (pero no las propiedades mismas) pueden deducirse lógicamente de las afirmaciones acerca de las propiedades de sus componentes físicos.
Hablando de la cuestión de la autonomía de la macroevolución, ocurre como en otros casos de reducción, que solo puede solucionarse investigando las consecuencias lógicas de las proposiciones, y no por discusión de la naturaleza de las cosas o sus propiedades. El asunto para Ayala es si en un caso particular un conjunto de proposiciones formuladas en una campo de conocimiento (macroevolución) pueden ser deducidas de otros conjunto de proposiciones (la teoría microevolucionista). Las teorías científicas consisten en proposiciones acerca del mundo natural. Sólo la investigación de las relaciones lógicas entre proposiciones puede establecer si una teoría o rama de la ciencia es reducible a otra teoría o rama de la ciencia. La reducción de la termodinámica a la mecánica estadística solo fue posible tras el descubrimiento de que la temperatura de un gas guarda relación con la energía cinética medida de sus moléculas. La reducción de la genética a la química no podía haberse hecho antes del descubrimiento de la naturaleza química del material hereditario. Ayala no dice, por supuesto que la genética pueda ser ahora reducida totalmente a la química pero sí que una reducción es parcialmente posible ahora, mientras que no lo era antes del descubrimiento de la estructura y modo de replicación del ADN.
En definitiva, el punto que quiere transmitir Ayala me parece interesante. Todo es discutible y la emergencia nos seguirá dando guerra por mucho tiempo pero su visión me parece un elemento digno de considerar y de añadir al rompecabezas de la emergencia, una cuestión que para él es una pregunta falsa, porque está mal planteada. Según él, el que unas propiedades sean consideradas emergentes o no depende más de nuestro conocimiento en un momento dado, que de las propiedades reales de los objetos.
Referencia
Francisco J Ayala. Macroevolution and microevolution. En Evolution from molecules to men. Editado por D.S. Bendall . Cambridge University Press 1983.
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