viernes, 2 de abril de 2021

El Patriarcado No Existe Más


"A todos los que tienen el coraje intelectual de hablar en público sobre temas controvertidos como los que se abordan aquí, y a los que se atreverán en el futuro.”

-Dedicatoria de Roxana en la Introducción.




En el blog he comentado algunos libros que critican al denominado feminismo hegemónico como el de Desmontando el Feminismo Hegemónico, coordinado por Irune Ariño, Refutación del Feminismo Radical, de Javier de la Puerta o Deshumanizando al Varón, de Daniel Jimenez. Otro libro muy recomendable es Lo Sexual es Político (y Jurídico), de Pablo de Lora.


En esta ocasión hago una breve reseña de El Patriarcado No Existe Más, de Roxana Kreimer. Roxana es licenciada en Filosofía y Doctora en Ciencias Sociales por la Universidad de Buenos Aires y éste es su séptimo libro habiéndose convertido en los últimos años en una referente de la disidencia dentro del feminismo muy activa en redes sociales y en su canal de Youtube. Una diferencia del libro de Roxana con los anteriormente comentados es el gran abanico de temas que trata, lo que le convierte en una especie de enciclopedia crítica del feminismo hegemónico: las bases biológicas de las diferencias entre hombres y mujeres, la selección sexual, la brecha de género, el techo de cristal, la violencia contra las mujeres, las denuncias falsas, las desventajas que padecen los hombres, la agenda pendiente del feminismo, etc. Además lo hace con abundante bibliografía y muy actualizada lo que da idea del gran trabajo invertido en la creación del libro. 


La propia Roxana explica en la introducción cómo llegó a implicarse en esta disidencia con respecto al feminismo hegemónico:


“Llegué a la problemática de género desde el escepticismo, que en su variante contemporánea es una perspectiva frente al conocimiento que requiere dudar de toda la información que no esté sustentada en la evidencia. Investigaba en el marco de la filosofía experimental, una corriente de la filosofía que nació en el siglo XXI como una interdisciplina que aplica los métodos de la psicología experimental a temas vinculados con la filosofía. Estaba consagrada al estudio de por qué las mujeres creen más en Dios y en las pseudociencias en general, al de la diversidad de género en el juicio moral y en los chistes que les causan gracia a hombres y mujeres, cuando co- mencé a toparme con información que provenía del feminismo. En un primer momento advertí que tiene una perspectiva constructivista por la cual atribuye enteramente las diferencias de sexo a la socialización. Esto constituye un problema porque, para averiguar si vivimos en un patriarcado, primero necesitamos tener un buen marco interpretativo de la evolución de la vida humana. Ignorarlo lleva al feminismo hegemónico a serios errores en los diagnósticos que formula, no porque la biología nos determine, ya que interactúa con la cultura, sino porque el reduccionismo sociológico es tan peligroso como el reduccionismo biológico al ofrecernos una visión muy parcial de los fenómenos a ser examinados. Como carece por completo de una perspectiva biológica y evolucionista, en sus desarrollos teóricos el feminismo hegemónico ignora buena parte de los adelantos científicos de las últimas décadas, y las contadas veces que apela a alguno de ellos, lo hace en forma sesgada.”


Como siempre que se habla de feminismo, nos encontramos con el problema de las definiciones y de las delimitaciones de categorías y corrientes dentro del mismo. Roxana explica a qué se refiere con el término hegemónico:


“Soy consciente de que no hay un solo feminismo, de que no se trata de una doctrina ni de un movimiento político unitario y  coherente. No obstante, englobo a los feminismos existentes en el término hegemónico, considerándolos uno sólo, a partir de elementos en común que encuentro decisivos para el diagnóstico de las problemáticas de género:


  1. Carece de una perspectiva científicamente informada porque ignora el impacto que tuvo la evolución en el cerebro de hombres y mujeres y, si lo toma en cuenta, lo hace sin convocar bibliografía reciente y mediante prejuicios infundados.
  2. Su encuadre es posmoderno, de modo que en general no cree que haya una cosa más verdadera que al otra, y abreva en autoras de escritura inútilmente enrevesada como Judith Butler.
  3. Funda parte de su teoría en una pseudociencia como el psicoanálisis y en teóricos que manejan datos sesgados o que no están respaldados por la evidencia…
  4. No está abierto al debate: desarrolla una actitud intolerante o indiferente cuando se cuestionan sus ideas.
  5. Ignora que los varones también padecen sexismo y desventajas, y cuando se anoticia de ello minimiza su impacto.
  6. Cultiva un victimismo que trata a la mujer como una eterna menor de edad.
  7. Quiebra principios constitucionales como la igualdad ante la ley, el principio de legalidad o la presunción de inocencia. 
  8. Considera que todas las mujeres están subordinadas, son explotadas y padecen un sexismo estructural, con independencia de su ubicación social, cultural o económica.
  9. Es corporativo: si hombres y mujeres padecen el mismo problema en igual medida, destaca sólo las desventajas de las mujeres.



El planteamiento de El Patriarcado No Existe Más y de la labor de Roxana en general es abordar los temas con una perspectiva científicamente informada: 


“Ante la imposibilidad de diálogo con el feminismo hegemónico, a mediados de 2017 emprendí el proyecto Feminismo Científico en Twitter con @feminisciencia que en pocos meses alcanzó una amplia repercusión en el mundo hispanoparlante, @feminiscience, su versión en inglés, la página Feminismo Científico en Facebook y el sitio web www.feminismocientifico.com.ar. El propósito fue el de conocer y divulgar las diferencias entre hombres y mujeres sobre la base de la evidencia científica para formular mejores diagnósticos sobre las problemáticas de género y sugerir soluciones adecuadas para ellas.”


Bueno, este es el enfoque de Roxana y le toca al lector juzgar si lo consigue. Sin duda, abordar estos temas dada la situación actual en nuestra cultura hace que El Patriarcado No Existe Más sea visto seguramente como un libro controvertido. Pero, como dice la cita de cabecera, es importante -y es algo que debemos celebrar y agradecer- que existan personas valientes como Roxana que se atreven a lanzar botellas al mar como El Patriarcado No Existe Más:


“Todo libro es una botella al mar, e imagino que esta botella la pueden rescatar quienes lean con la predisposición filosófica de abrirse a nuevas hipótesis, sin aceptar ninguna sin evidencia suficiente, avanzando aún cuando algunos pasajes susciten extrañeza o desacuerdo, en un diálogo con ideas previas que podría mejorar su entendimiento de las particularidades de hombres y mujeres, de su vida y de la sociedad en su conjunto. La verdad no es sexista: si queremos cambiar el mundo, primero deberemos comprenderlo.”


@pitiklinov