martes, 31 de marzo de 2020

Entendiendo el Homicidio seguido de Suicidio

Thomas Joiner es un suicidólogo muy famoso creador de la llamada Teoría Interpersonal del Suicidio de la que ya hemos hablado aquí. En esta entrada voy a hacer un resumen-comentario de su libro de 2014 The Perversion of Virtue. Understanding Murder-Suicide. Es un libro dedicado a la comprensión del fenómeno llamado Homicidio-Suicidio, que abreviaré a veces a H-S en el resto de la entrada. Os recuerdo que en una entrada anterior ya abordé el caso concreto del Homicidio-Suicidio en el contexto de la violencia de pareja, aproximadamente un tercio de los homicidios de pareja son homicidios seguidos de suicidio.

Antes de nada, quería hacer una aclaración sobre esta denominación: este término de homicidio-suicidio se hace en un sentido general y no en un sentido técnico judicial donde existen diferencias entre homicidio y asesinato, según la intencionalidad u otros factores. El autor usa en inglés murder-suicide y en mucha otra literatura lo que más se utiliza es homicide-suicide. Joiner, en concreto, piensa que todos estos H-S son intencionales y premeditados, por lo que encajarían más en la definición legal de asesinato (que me disculpen los expertos si no estoy muy acertado). En definitiva, lo que quiero decir es que el término es puramente descriptivo: hablamos de actos en los que una persona mata a otra (u otras) y luego se suicida dentro de la misma secuencia, dentro de una misma continuidad de actuación. 

Bien, hecho esta pequeña aclaración me lanzo directamente a explicar la teoría de Joiner del H-S.  Según el autor, el suicidio es, no solo lo primario, sino también la fuente de todo lo que sigue después. En los H-S, el homicidio ocurre como consecuencia del suicidio. El perpetrador decide primero el suicidio y después se produce una perversión de cuatro virtudes de las que vamos a hablar a continuación. La línea de pensamiento del sujeto sería algo así como: “ya que voy a morir es virtuoso que “ellos”  mueran también. Las cuatro virtudes implicadas en el H-S son: justicia (justice), compasión (mercy), deber (duty) y gloria (glory), virtudes que es importante señalar que son interpersonales. Adelanto que las más importantes, las que están implicadas en la mayoría de los H-S son las dos primeras, justicia y compasión, y también que estas cuatro virtudes se podrían agrupar casi en dos grupos ya que justicia y gloria están muy cerca una de la otra y compasión y deber también se solapan a veces. Así mismo, es posible que en un caso concreto estén implicadas varias virtudes y que se produzca una perversión de una virtud como más importante y de otras como secundarias.

¿Qué quiere decir Joiner con lo de perversión de la virtud? Lo que quiere decir Joiner es que el sujeto cree, dentro de su lógica distorsionada, que está comportándose de forma virtuosa. Por poner un ejemplo para verlo más claro. Supongamos que una mujer padece una depresión y ha decidido suicidarse. A continuación, piensa que sus hijos van a ser infelices y van a quedar desamparados al faltar ella y entonces, por una perversión de la virtud de la compasión, decide matarlos primero y luego suicidarse. La mujer parte de premisas erróneas pero la lógica es virtuosa y ella cree que está haciendo lo correcto, lo que es moralmente bueno. De la misma manera, si un sujeto cree que ha sido tratado injustamente y humillado, puede llegar a la conclusión de que su vida ya no merece la pena dada la situación en que ha sido dejado por las personas que le han agraviado pero, antes de matarse, decide que es de justicia que esas personas mueran también. Son situaciones donde no se ha hecho justicia por las instancias correspondientes y el sujeto tiene que “tomarse la justicia por su mano”. ¿Y por qué se produce la perversión de la lógica? Por un enfermedad mental, habitualmente la depresión. Para Joiner el 100% de los perpetradores de H-S experimentan un trastorno mental en el momento del suceso.

¿Cuáles son las pruebas para pensar que en el H-S el suicidio es lo primario? Joiner hace un análisis psicológico de ambos fenómenos y concluye que el H-S es un tipo de suicidio (el 2% aproximadamente de los suicidios). Pero, aparte de ese análisis psicológico, algunos datos que respaldan esta hipótesis son los siguientes:

  • Los perfiles demográficos de los perpetradores de H-S son más parecidos a los de suicidas que a los de homicidas

  • La implicación del alcohol en los H-S es mucho menor que en los homicidios a secas y muy similar a la implicación del alcohol en el suicidio.
  • La frecuencia de enfermedad depresiva y suicidalidad es mucho más alta en los H-S y suicidios que en los homicidios. La depresión, la ideación suicida previa y los intentos de suicidio previos son mucho más frecuentes en H-S que en homicidas.

  • En línea con lo anterior, el uso de antidepresivos en perpetradores de H-S es similar al de los suicidas y no al de los homicidas

  • La evolución del número de H-S es similar a la de los suicidios. Es decir, en las últimas décadas los homicidios han disminuido notablemente en USA y en otros países. Sin embargo, las tasas de suicidio y de H-S han evolucionado en paralelo. El H-S no ha seguido la evolución de los homicidios sino que sigue la pista más bien de lo que ocurre con los suicidios. 

Hay que decir que el fenómeno del H-S es un tema controvertido en la investigación y que no todo el mundo está de acuerdo con esta postura que Joiner mantiene en su libro. Hay autores que lo ven como un tipo de homicidio, otros como un tipo de suicidio y otros como un fenómeno independiente de los otros dos. Pero dicho esto, vamos a ver los principales tipos de H-S, según Joiner.

Tipos de Homicidio-Suicidio

El tipo de H-S más frecuente es el asociado a la perversión de la virtud de la justicia. Ejemplos podrían ser el de un hombre que descubre la infidelidad de su pareja y actúa contra ella o contra el rival o contra ambos; o el de un hombre que se ha sentido maltratado en su lugar de trabajo por los compañeros y acaba cometiendo un asesinato en masa disparando contra ellos. Este tipo de H-S suele tener la connotación de “tomarse la justicia por su mano” y en ese sentido hay algún estudio que indica que hay una correlación entre la tasa de homicidios (en general, no H-S) y el grado de desconfianza en el gobierno y de corrupción general. Esto es sólo una correlación pero sí sugiere que cuando se percibe una atmósfera general de injusticia o corrupción puede haber una tendencia mayor de la gente a actuar por su cuenta. Decía James Gilligan: “toda violencia es un intento de conseguir justicia, o lo que la persona violenta percibe como justicia para él mismo”.

Eli Robins en su libro Los Meses Finales, The Final Months, encuentra que un 10% de los suicidios estudiados tienen una cualidad vengativa. Hemos hablado también aquí del suicidio con intención hostil y os recomiendo a todos estos dos artículos: el Suicidio Agresivo, de Jason Manning, y el Suicidio Sansónico o por venganza, de M Jeffreys. Esta literatura nos indica que hace tiempo que se ha observado que, por lo menos en algunos suicidios, la emoción predominante que genera el dolor que lleva a considerar  que es mejor estar muerto no tiene por qué ser necesariamente la depresión; otras emociones como la ira o la venganza pueden ser el motor de las tendencias suicidas y en algunos casos podrían dar lugar a homicidios seguidos de suicidio. Esta literatura apoya bastante la hipótesis de este libro de Thomas Joiner. 

También hay autores que han planteado que muchos asesinatos en masa son en realidad suicidios. James Densley dice en el artículo que acabo de enlazar: “muchos asesinatos en masa son suicidios por ira”. Y, para terminar, añado otra línea de investigación en apoyo a Joiner con respecto al familicidio. Según este estudio muy reciente de familicidios en Suiza: “Los familicidios en Suiza parecen ser actos suicidas raros, generalmente llevados a cabo por hombres previamente exitosos y estables de mediana edad, con un historial psiquiátrico o criminal poco llamativo, que difieren de otros grupos de asesinos en masa”. Dicen también los autores: “Familicidio y suicidio del perpetrador están tan estrechamente unidos en nuestro estudio que se añade a la evidencia de que el familicidio debería ser considerado como una subclase del suicidio extendido o homicidio-suicidio según Marzuk, Tardiff y Hirsch (1992)”.

El segundo tipo, en frecuencia, de H-S sería el debido a la perversión de la virtud de la compasión. Como ya hemos mencionado, el ejemplo podría ser el de una madre o un padre (o ambos como algún caso que se describe en el libro) con depresión que deciden suicidarse y matan antes a sus hijos para que no sufran. 

El tercer tipo seria el H-S por perversión de la virtud del deber. Un ejemplo frecuente es el de parejas mayores en las que uno es el cuidador y el otro un enfermo. También sería el caso de un padre o madre que cuidan a un hijo discapacitado. En su mente, no quieren dejar la obligación de cuidar de esas personas dependientes a otros cuando ellos mueran, al suicidarse, y consideran que es su deber u obligación hacerse cargo de ellos. Este caso se solapa con el H-S ligado a la compasión pero la diferencia sería que en el caso de la compasión, el suicida está pensando en la víctima, en evitar su sufrimiento, mientras que en el del H-S ligado al deber estaría pensando también en los supervivientes y en no dejarles una carga (ademas de en la víctima). Realmente, en muchos casos sería difícil decir qué virtud es la primaria.

El último tipo sería el H-S debido a perversión de la virtud de la gloria o el heroísmo. El autor pone el ejemplo del asesinato en la Columbine High School en Colorado. Parece que el motivo de los dos autores fue batir el récord que había establecido un asesino en masa anterior, Timothy Mc Veigh, que fue responsable de 168 muertes en Oklahoma City. Y probablemente habrían conseguido su objetivo si no hubieran fallado las bombas que prepararon. Parece que su fin era pasar a la posteridad y ser recordados. En cualquier caso, es un tipo menos frecuente.

Implicaciones y conclusiones

La implicación fundamental de la teoría de Joiner es evidente: si el homicidio seguido de suicidio es un tipo de suicidio, entonces la prevención del suicidio es también prevención del homicidio-suicidio. De forma adicional, cualquier persona con un elevado riesgo de suicidio debería ser valorado también con respecto a un posible  potencial de violencia contra los demás. Por supuesto, preguntas directas sobre las ideas de auto o heteroagresividad pueden ser respondidas con mentiras, evasivas o con silencios. Pero existiría una posible vía para valorar a estas personas, sacarles el tema de las virtudes que hemos comentado. Por ejemplo, si se han sentido tratados de forma injusta o si están preocupados por el bienestar o el futuro de sus hijos o personas dependientes. En este caso, es mucho más probable que se suelten a hablar de un tema al que seguramente llevan mucho tiempo dando vueltas en su cabeza.

Así que, además de los indicadores habituales del riesgo de suicidio -entre los que, no sólo Joiner sino otros estudios, destacan la agitación, el insomnio, las pesadillas y el aislamiento social- tendríamos la posibilidad de explorar la visión de los pacientes y su opinión acerca de las virtudes de la justicia o la compasión. Joiner señala también otro par de signos de riesgo de suicidio: lo que llama la “mirada de miles de kilómetros”, una mirada vacía, de estar muy lejos, y la disminución del parpadeo.

En definitiva, aunque queda mucha investigación por delante, la teoría de Joiner es un punto de partida muy interesante para diseñar estudios que la confirmen o la desmientan y también es una teoría con importantes repercusiones clínicas. 

@pitiklinov