jueves, 3 de noviembre de 2016

La Tabla Rasa 15 años después


Qué tiempos serán los que vivimos, que hay que defender lo obvio.- Bertolt Brecht

Recuerdo lo que sentí cuando leí la Tabla Rasa de Steven Pinker hace unos años, no sé exactamente cuántos: “esto es lo que yo pienso, así es como veo el mundo…esto es lo que veo en mí mismo, en mis pacientes y en la gente en general”. Ahora lo acabo de leer de nuevo y la sensación que me queda es agridulce. Por un lado, es una gozada la compañía de una mente tan afilada como la de Pinker y seguir sus argumentos y su forma de expresarse, hay párrafos gloriosos. Es también sorprendente la de cosas que me he encontrado que no vi la primera vez y que es evidente que estaban ahí pero probablemente no estaba preparado para verlas y me pasaron desapercibidas. Así que la relectura ha merecido la pena y he aprendido nuevas cosas. Tendré que volver a leerlo dentro de unos años.

Pero me queda una sensación también de desilusión porque ideologías que están ya refutadas magistralmente en ese libro siguen no sólo vivitas y coleando sino en la cresta de la ola. El libro es de 2002 así que han pasado, redondeando, 15 años y posturas como considerar que aceptar el papel de los genes en la conducta conduce a un determinismo genético siguen siendo prevalentes. También el viejo debate sobre si el hombre es violento o no por naturaleza. Todavía el mito del Buen Salvaje sigue siendo defendido por muchos cuando Pinker hace una explicación del papel que juega la agresividad y la violencia en el ser humano (y en otros animales ) impecable y clarificadora.

Pero donde más desmoralizador es el asunto es en el tema del feminismo de género. Pinker trataba ya allí temas que siguen siendo noticia continua en nuestros días y, a mi modo de ver, los deja más que claros. Temas que él ya critica como la queja de que las mujeres cobran menos por el mismo trabajo, que vivimos en una cultura de la violación donde a los hombres se les enseña a glorificar la violación, la defensa de que hay que instaurar cuotas 50/50 por sexos en diferentes esferas de la vida pública y privada. Todos esos planteamientos están brillantemente refutados en el capítulo 18 del libro. Sin embargo, feministas y sociólogos de género siguen repitiendo estos mantras 15 años después y gente con esas ideas se encuentra en puestos de influencia política y en la Universidad. Los académicos de género tienen el monopolio en todo los asuntos que incumben a las mujeres: institutos de investigación, escuelas de leyes, departamentos de estudios sobre las mujeres, libros de texto, grupos de presión políticos…Criticar a estos sociólogos te puede costar la carrera, y los académicos se callan y evitan el tema tabú de las diferencias sexuales.

No hay que perder la esperanza. Hace unas décadas hablar de que la inteligencia era parcialmente heredable generó un tremendo debate y era también anatema. Afortunadamente, hoy es algo mayoritariamente admitido y no ha pasado absolutamente nada. Así que puede que se produzca tal vez lo mismo algún día y lleguemos a admitir que hombres y mujeres no son intercambiables y que  hay diferencias físicas y psicológicas entre ambos y que una parte de ellas son de origen biológico. Cuando esto se admita no va a pasar absolutamente nada, no se va a caer el mundo pero, desde luego, no es algo que vaya a ocurrir en breve.

Puede que yo tenga una visión sesgada y sea víctima de la falacia del consenso, de creer que lo que se ve por Twitter, o en ciertos medios es algo general en toda la cultura. Desde luego, cuando hablo con amigos y amigas no encuentro hombres ni mujeres que mantengan las posturas extremas de los académicos de las ciencias sociales; muchos de ellos se extrañan de que alguien pueda mantener esas posturas tan irracionales. Me refiero a las posturas del constructivismo social y cosas por el estilo, donde se llega a decir que no existen genes para el sexo y que toda la sexualidad es aprendida. No hay más que mirar la cuenta de Twitter New Real Peer Review para ver más ejemplos de barbaridades por el estilo.

La sociología de género está fuera de la realidad pero nadie se atreve a decir que el emperador está desnudo porque enseguida te adjudican la etiqueta de machista y cosas peores. Niegan la evolución, la biología y la genética pero nadie puede ni siquiera debatirlo. Peter Singer pedía en 1999 una izquierda darwinista que no negara la evolución y que reconociera la naturaleza humana, pero parece que nadie le ha escuchado y para mucha gente de izquierdas la evolución sólo llega hasta el cuello. La Santísima Trinidad de la que habla Pinker (la Tabla Rasa, El Buen Salvaje y el Fantasma en la Máquina), siguen escondidos detrás de todas estas ideologías. No parece que vayan a desaparecer en breve. Así que a los de la mayoría silenciosa que no comulgamos con ese catecismo no nos queda otra que seguir insistiendo: el emperador de la ideología de género está desnudo de ciencia y de datos. Es la postura oficial pero tiene los pies de barro.

@pitiklinov





46 comentarios:

Unknown dijo...

Una entrada que una vez mas me va a hacer comprar un libro y saborearlo...

Reflexiones mas que interesantes, cruciales, las que planteas. Quiza no este en el proximo adyacente de la sociedad, en la mente colectiva hasta dentro de unos años...quien sabe cuantos

Unknown dijo...

Posible adyacente quiero decir...(aun sigo liandome con posible y proximo jeje)

anónimo dijo...

Quizás la ciencia puede llegar a un acuerdo con los constructvistas porque es cierto que existen límites naturales pero también es verdad que no todo está determinado, al menos no lo está de modo mecánico y por eso existen diferentes culturas y modos de relacionarse. Cualquier exageración por ambos bandos, ciencia y construcción social puede ser rebatida. La clave podría ser la complejidad humana.

Miquel dijo...

Para mi también fue un libro revelador que leí hace 14 años. También lo releí hace unos años porque creo que estamos ante uno de los principales libros de este siglo. Absolutamente imprescindible. Un saludo

Miquel dijo...

Por ierto, también le dediquél una breve entrada en mi blog. Por si gustan, aquí tienen el enlace http://memoriasdesoledad.blogspot.com.es/2013/07/la-tabla-rasa-de-steven-pinker.html

Sus dijo...

Anónimo, permíteme que te diga que eso es una falsa disyuntiva porque la ciencia no niega ni mucho menos el papel de la cultura en el comportamiento humano.
Son los desnortados los que niegan influencia de los genes porque entran en conflicto con sus ideologías.
Por cierto, que desde hace algún tiempo, también tengo pendiente la relectura de este estupendo libro y, coincido con Pitiklinov en que es descorazonador que, en Occidente, sigamos teniendo a nuestros propios lysenkos.

anónimo dijo...

De acuerdo con lo de los lysenkos pero yo me refería a que también hay reduccionistas científicos que explican cualquier actividad social directamente desde la genética de un modo simplista. De ningún modo defiendo el construccionismo social fuerte, solo pienso que el debate debe ser más equilibrado.

Masgüel dijo...

Pues yo sí defiendo un constructivismo social fuerte y no me parece incompatible con la psicología evolucionista. Lo que falta es cerrar el círculo. El historicismo del siglo XIX y el culturalismo del XX son reacciones a los mitos fijistas que justicaron sociedades esclavistas, feudales o de castas y resultan del florecimiento de las disciplinas históricas y etnográficas (ese es el motivo por el que los neoreaccionarios suelen llevar las propuestas de la psicología evolucionista hasta el absurdo del determinismo genético). Cuando un autor como Ortega afirmaba que el hombre no tiene naturaleza sino historia, estaba constatando la infinita diversidad potencial que la cultura imprime a la condición humana (recuerda que infinito no es lo mismo que ilimitado y que algunos infinitos son mayores que otros). Ese término, "condición humana", ha cuajado en la literatura del siglo pasado. La reticencia a usar el término "naturaleza humana" por parte del culturalismo supone un rechazo a ese fijismo ontológico y moral para el que la "naturaleza" ofrecía justificación al menos desde los filósofos jonios. Recuperar el término "naturaleza" para una psicología evolucionista no solo implica reconocer su condición mudable. También implica reconocer la emergencia de propiedades naturales no materiales, pero con poder causal, capaces de organizar y dar forma a nuestra conducta y sus productos. Si el culturalismo se ha convertido en un obstáculo a la hora de incorporar factores genéticos, metabólicos, fisiológicos o anatómicos en la explicación de la conducta humana, el materialismo se ha convertido en un obstáculo a la hora de incorporar hasta sus últimas consecuencias la cultura en la explicación de la naturaleza humana. Por ejemplo, en la interpretación de los estudios de coevolución gen/cultura se acostumbra a incidir en este error al afirmar que las prácticas culturales pueden llegar a cambiar nuestra naturaleza, refiriéndose a adaptaciones heredables a través de los genes, como la capacidad para digerir lactosa en la edad adulta (y de nuevo los neoeaccionarios se aferran a esa interpretación sesgada de la naturaleza para subrayar la biodiversidad genética que la cultura produce en nuestra especie). Lo que le falta a la psicología evolucionista es admitir que el constructivismo social y la antropología cultural estudian las diversas maneras en que la evolución cultural construye naturaleza humana a un nivel de organización que sobrepasa la herencia genética, se transmite mediante aprendizaje y por eso mismo afecta a todos los individuos capaces de aprender, sin importar su parentesco. Y respecto a los estudios de género cabe aplicar la misma receta. Hombres y mujeres son distintos. Pero sexo y género también. Es sexo es un accidente del desarrollo embrionario. El género es un accidente del entorno educativo.

P.D. Del mismo modo que te incomoda la tardanza del medio cultural en disolver algunos de los mitos que señala Pinker, debería incomodarte la tardanza de Pinker en bajarse del burro del innatismo lingüístico. Es una teoría que se cae a pedazos y un buen ejemplo de mala psicología evolucionista.

Anónimo dijo...

Siento curiosidad por la afirmación que haces en tu última frase. ¿Te importaría desarrollarla? ¿O al menos aportar alguna bibliografía? Gracias.

Emilio dijo...

Comparto lo que dice Pablo en la entrada, particularmente el párrafo que hace referencia al feminismo de género, hasta el punto de que en mi opinión se trata del “paradigma” de nuestro tiempo, extendiendo su influencia mucho más allá de las cuestiones de igualdad. Y sus notas: culturalismo, victimismo, negación de la naturaleza humana, etc. son compartidas por cualquier opinión o asunto social que desee acabar tomando cuerpo y vigencia en la opinión pública, lo que es equivalente a decir la parte más dinámica de la cultura.

Por delante de las clases sociales, la nacionalidad, la condición de ciudadano o de persona, nuestras sociedades se caracterizan cada día más por la consideración de sus individuos según la dicotomía maniquea de víctima o verdugo, buenas y malos, mujeres y hombres. En la que la inteligencia cognitiva ha de subordinarse a la emocional, y donde la visión del mundo y el pensamiento constituyen una amalgama holística donde cualquier consideración separada de los problemas ni es posible ni tiene cabida.

Cuando Pablo Iglesias habla de socialización del sufrimiento, consciente o inconscientemente entra de lleno en la consideración de la sociedad como fruto o resultado de la pura “voluntad” y, porque no decirlo, la pura maldad de los individuos, y por tanto en esta visión de víctimas y verdugos; y cuando el nacionalismo catalán habla de desafección otro tanto de lo mismo, y ni que decir tiene que ambas visiones de la sociedad comparten con el feminismo de género bastantes otras notas. Eso es lo que explica a mi modo de ver la fortaleza de algo como el pensamiento de género.

Lo que al tiempo plantea otro importante interrogante, que es el de si entre quienes tienen otra visión no se estará minusvalorando el papel de la “cultura”, en la convicción de que “lo que haya de pasar, pasará”, o determinismos todavía más extremos y exagerados. En cuanto a lo que dice Masgüel cargando las tintas del reaccionarismo sobre los deterministas, se me ocurre que no hay forma más letal de reaccionarismo que el feminismo de género, no en vano se trata de un pensamiento antiilustrado, que privilegia el mundo de las emociones frente a la racionalidad y, entre otras muchas cosas, se niega a un debate abierto y sin censura.

Daniel dijo...

Masgüel Podrías aclarar lo del innatismo lingüístico?

Masgüel dijo...

Para meteros de lleno en el tema, recomiendo este simposio de Carta:
https://www.youtube.com/playlist?list=PLepHs0thoryO70Icg4CCiaSwrtgfHD1vk
(como se verá, de Chomsky y su generativismo no queda ni rastro)

Aquí Simon Kirby con más parsimonia:
https://www.youtube.com/watch?v=f3-R3Ii35nY

Más divertido, un documental sobre la polémica con Dan Everett:
https://www.youtube.com/watch?v=fcOuBggle4Y

Y para regalarse la vista y el oído, Lera Boroditsky:
http://www.abc.net.au/tv/bigideas/browse/video_popup.htm?vidURL=/tv/bigideas/stories/2011/04/26/3200654-mediarss-full.xml&vidTitle=Lera%20Boroditsky:%20How%20Language%20Shapes%20Thought

Iván Rodrigo García Palacios dijo...

Eso de lo que hablas en la conmemoración de los 15 años de La tabla raza, de Steven Pinker, bien que se presta para un juego de analogías evolutivas, para situar el contexto.
Los académicos, de toda las calaña, no se si decir son una especie o una plaga que apareció, según alguna historia, a finales del siglo XVIII y comienzos del XIX, para apoderarse de un hábitat algo indefinido para la época: las universidades, en las cuales establecieron su campo de evolución: la academia. Y, hasta ahora, no ha hecho otra cosa que campar a su antojo, prosperar e invadir las universidades de todo el planeta, públicas y privadas. Y se han apoderado de todas áreas del saber, sin excepciones.
De aquel tiempo son las luchas de Schopenhauer y, un poco después, las críticas de Nietzsche, bastante bien documentadas, ambas. Ya ellos dos y algunos otros, se enfrentaban a esa burocracia y "nomenklatura", con poco éxito y más bien, bien anticiparon lo que ahora, un par de siglos después, comentas en tu escrito y peor, pues la peste ha infectado no sólo a la filosofía y a las humanidades, sino también y más grave, a las ciencias exactas y a las biológicas. Las universidades son territorio invadido ... de mediocridad. Y la academia y los académicos su territorio y habitantes.
Los académicos son ahora la especie dominante y como subespecie del homo patriarcal, igual se comportan en la sociedad, son amos y señores, sin oposición efectiva hasta la fecha ... Y con lo de patriarcal digo lo que siento sobre la exclusión de las mujeres y todo lo que a ellas compete.
Algunos intentos, como el de Pinker que ahora conmemoras me hacen recordar que también estuvieron por esos lados y tiempos, Michael S. Gazzaniga y Daniel C. Dennett, entre otros. Y, agrego, la crítica que hizo René Schérer en su texto: Función utópica de la universidad, una década antes que el libro de Pinker y el que Schérer abarca también lo del sexo, género y otras ideologías. Por lo demás, dejo de lado eso de natura y cultura, bastante manido y árido y una polémica sin fin ni finalidad.
En fin, espero que el optimismo que manifiestas al final de tu escrito, se concrete ... algún día.

Pitiklinov dijo...

Hola Masgüel y muchas gracias por participar
Vamos directamente al grano, dime características de la naturaleza humana que debamos a la cultura, que hayan sido creadas por ella, como dices, y que no se basen en nada existente previamente en la naturaleza humana.
Mi impresión es que la cultura regula botones preexistentes en la naturaleza humana pero no se inventa nuevos botones. No existen culturas donde las mujeres hagan la guerra para conseguir hombres, no existen culturas donde se diga que a los hijos propios hay que matarlos y cuidar los del vecino, no existen culturas que digan que al que te hace un favor hay que cortarle el cuello... etc., etc.
La cultura la crean mentes humanas y corren sobre mentes humanas y tiene las limitaciones propias de las mentes humanas.
Los valores propios de la izquierda como solidaridad, altruismo, cooperación etc., que suscribo, no han sido creados por la cultura, son previos a ella, el problema es creer que nuestra naturaleza humana es sólo egoísta. La ayuda mutua, que decía Kropotkin se ve no sólo en humanos, y Kropotkin era anarquista, pero darwinista. La cultura nos autodomestica y selecciona lo prosocial frente a lo egoísta, por ejemplo, pero no se inventa nada que no esté ya allí.
Tampoco me convencen ejemplos como que en no sé dónde hay una tribu que hace no sé qué por lo que no hay una naturaleza humana. Que en un sitio haya una tribu donde todos andan a cuatro patas no quiere decir que la naturaleza humana es que somos bípedos. Puedes andar a cuatro patas pero eso va a tener un coste que probablemente sea tu eliminación del pool genético.
En cuanto al tema del lenguaje no es un tema sobre el que haya leído pero tampoco creo que el innatismo del lenguaje esté tan K.O. como dices. A fin de cuentas no creo que los niños aprendan el lenguaje como aprenden las matemáticas. Y sería muy raro que una característica como el lenguaje, que afecta a la fitness no haya dado origen a adaptaciones que la potencien. Sabemos que hay áreas cerebrales dedicadas a ello, con toda la plasticidad que quieras, pero mejor que no te de un ACV en ciertas zonas sino te quieres quedar afásico, por ejemplo.
Lo de Dan Everett y su tribu piraha que no tiene estructuras recursivas en el lenguaje va en la línea que te decía antes, no me parece un argumento ganador.
En cuanto a los temas del feminismo de género me parece que las pruebas en contra son mucho más fuertes que las que propones en contra de PInker y si te interesa te pongo ejemplos de artículos de esos académicos que no hay por dónde coger
De todos modos, me parece que el problema de la naturaleza humana como decía en otra entrada https://evolucionyneurociencias.blogspot.com.es/2016/01/ciencia-y-naturaleza-humana.html es el tema científico más importante y creo que deberíamos aclararnos en si existe o no y en qué consiste porque están en juego políticas que suelen costar millones de vidas
Un saludo

Pitiklinov dijo...

Hola Emilio,
Coincido con lo que dices y creo que es verdad lo que apuntas de la relación con la cultura del victimismo que no lo digo yo en mi entrada
Gracias por comentar

Pitiklinov dijo...

Gracias Ivan por ampliar el punto de mira, muy interesante lo que explicas

Masgüel dijo...

"dime características de la naturaleza humana que debamos a la cultura, que hayan sido creadas por ella, como dices, y que no se basen en nada existente previamente en la naturaleza humana."

Dime tú primero qué significa "se basen" en ese contexto. No hay evolución cultural sin organismos sociales que inventan culturas. Todas las formas culturales humanas forman una rama de la etología, pero dos gemelos educados en culturas heterogéneas tienen distinta naturaleza, por mucho que se parezca su genoma y su caracter. Porque repito. Naturaleza no es solo lo que hace al hombre lo que es antes de aprender una cultura. La cultura no es una capa de pintura y tampoco es solo un factor que orienta la evolución genética. La cultura es naturaleza. Así que la máxima culturalista que negaba la naturaleza humana para hacer su condición infinitamente maleable, puede asumirse desde el evolucionismo afirmando que más bien la naturaleza humana es cultural y por eso es infinitamente maleable.


"Mi impresión es que la cultura regula botones preexistentes en la naturaleza humana pero no se inventa nuevos botones."

Mi impresión es que los botones preexistentes, siendo fundamentales, dan el juego que podemos observar en una jaula de chimpancés. No solo la cultura inventa botones nuevos. La cultura es el único fenómeno del universo que implica invenciones. La naturaleza, sin bichos culturales, no inventa nada.

"No existen culturas donde las mujeres hagan la guerra para conseguir hombres, no existen culturas donde se diga que a los hijos propios hay que matarlos y cuidar los del vecino, no existen culturas que digan que al que te hace un favor hay que cortarle el cuello... etc., etc."

Existen culturas en que suceden todas esas cosas, de forma excepcional. Pero como te decía, no se trata de que la biología no imponga límites a la conducta humana. Pero el área más pequeña es capaz de albergar infinitos. Y sobre todo, de generarlos. Lo "posible adyacente" es una noción histórica muy oportuna para referirse a la evolución cultural. Inventar el cero no cambia nuestros genes, pero cambia el mundo. Y en breve, pues también nuestros genes, ahora que aprendemos a manipularlos.

"La cultura la crean mentes humanas y corren sobre mentes humanas y tiene las limitaciones propias de las mentes humanas."

La cultura crea tipos de mentes humanas muy diversas, que corren sobre cerebros humanos muy parecidos y aunque tienen las limitaciones propias de los cerebros humanos, también tienen su infinito potencial.

Masgüel dijo...

"Los valores propios de la izquierda como solidaridad, altruismo, cooperación etc., que suscribo, no han sido creados por la cultura, son previos a ella"

Los valores sí son creados por la cultura. Lo previo a la cultura son los sentimientos que moldea.

"el problema es creer que nuestra naturaleza humana es sólo egoísta."

El problema es creer que nuestra naturaleza humana es solo... (póngase aquí lo que se quiera).

"La cultura nos autodomestica y selecciona lo prosocial frente a lo egoísta, por ejemplo, pero no se inventa nada que no esté ya allí."

¿El ajedrez, Don Quijote y la receta de la tarta de manzana estaba ya "allí"?.

"Tampoco me convencen ejemplos como que en no sé dónde hay una tribu que hace no sé qué por lo que no hay una naturaleza humana."

A mí tampoco. Me convencen los ejemplos que muestran, gracias a los dioses, que en no se dónde aún hay una tribu que hace no se qué completamente distinto a lo que hacen los demás y demuestra que la naturaleza humana no es lo que pensábamos. Por suerte, nos dedicamos a hacer exploración etnográfica y antropología cultural mientras aún queda gente diversa.

"Que en un sitio haya una tribu donde todos andan a cuatro patas no quiere decir que la naturaleza humana es que somos bípedos. Puedes andar a cuatro patas pero eso va a tener un coste que probablemente sea tu eliminación del pool genético."

Precisamente sería un ejemplo de que la naturaleza humana incluye a los cuadrúpedos. La naturaleza incluye a todos los monstruos. Todo lo que sobrevive está igual de adaptado, aunque diversamente jodido. En otro medio puede suponer una ventaja. La evolución es un proceso de selección de monstruos.

"Sabemos que hay áreas cerebrales dedicadas a ello, con toda la plasticidad que quieras, pero mejor que no te de un ACV en ciertas zonas sino te quieres quedar afásico, por ejemplo."

Pero que el cerebro dedique un área concreta de la corteza a una función no impide que todo lo relativo a esa función sea una exaptación biológica. Si no se aprende un idioma de personas competentes en su uso, esas áreas del cerebro no generan lenguaje de ningún tipo.

Masgüel dijo...

"Lo de Dan Everett y su tribu piraha que no tiene estructuras recursivas en el lenguaje va en la línea que te decía antes, no me parece un argumento ganador."

A mí me parece la puntilla a la gramática generativa, que llevaba perdiendo fuelle desde hace décadas. El propio Chomsky lleva lo que llevamos de siglo diciendo que aquellas promesas todo lo que queda es la recursividad gramatical y Everett llega a discutirle ese resto.

"me parece que el problema de la naturaleza humana es el tema científico más importante y creo que deberíamos aclararnos en si existe o no y en qué consiste porque están en juego políticas que suelen costar millones de vidas"

“Orwell nos ayuda a ver que sencillamente ocurrió que el poder europeo pasó a manos de personas que sentían conmiseración por el humillado y soñaban con la igualdad humana, y que puede sencillamente ocurrir que al final el mundo sea dominado por personas que carecen de tales sentimientos o de tales ideas. La socialización -repitámoslo- se derrumba permanentemente, y quién logre realizarla es algo que a menudo depende de quién mata primero a quién. El triunfo del colectivismo oligárquico, si llega a producirse, no se producirá porque los hombres sean esencialmente malos, o no sean realmente hermanos, o realmente no tengan derechos naturales, tal como el cristianismo y el liberalismo político no han triunfado (en la medida en que lo han hecho) porque los hombres sean esencialmente buenos, o sean en realidad hermanos, o realmente tengan derechos naturales. (…) El que pudiera considerar un grave error el hallar diversión en ver a seres humanos ser despedazados por animales, constituyó una vez una contengencia histórica tan inverosímil como el colectivismo oligárquico de O’Brien. Lo que Orwell nos ayuda a ver es que puede haber ocurrido sencillamente que Europa empezase a apreciar los sentimientos de benevolencia y la idea de una humanidad común, y que puede ocurrir sencillamente que el mundo termine por ser dominado por personas que carecen enteramente de sentimientos o de una ética semejantes.”
Contingencia, ironía y solidaridad. - R. Rorty.

Ensoñaciones Diurnas dijo...

Ya advirtió Jordan B Peterson que los SJWS van ahora por las Ciencias Naturales. Yo creo que el punto de la cuestión está en la defensa de la verdad y de la ciencia. No enfrentarlos en el dominio político, sino simplemente señalar las carencias y errores de sus teorías.

Pitiklinov dijo...

Volviendo al grano, el de los superpoderes de la cultura para crear naturaleza humana (eres tú el que has dicho que la evolución cultural crea naturaleza humana) los ejemplos que me das: el ajedrez, el Quijote y la tarta de manzana, los puedo explicar perfectamente con mi teoría de los botones (obviamente no es mía). ¿Por qué inventa alguien esa receta?, pues igual para ser mejor que el cocinero de al lado. ¿Qué se hace con la tarta de manzana? te la comes porque tienes mucho hambre o se lo regalas a una chica a ver si te ayuda a intercambiar genes con ella, o a unos amigos para que te aprecien más, etc. Es decir, los móviles del ser humano siguen siendo los mismos: sexo, comida, estatus, necesidad de pertenencia...es decir los botones son los mismos aunque los adornes con colores bonitos y lo que quieras y en vez de comer una manzana del árbol la ases o lo que quieras. Eso no cambia nuestra naturaleza sino que es resultado de ella. Básicamente es lo que dices de pasada, la cultura tiene unas limitaciones biológicas y tiene necesariamente que ir por unos carriles. Como decía E.O. Wilson los genes la tienen sujeta por una correa. Que la correa sea relativamente larga no altera el hecho de que es una correa. Y si una cultura ayuda a que los individuos de una población hagan más copias de sus genes desplazará a la población que tenga una cultura que les hace producir menos copias de sus genes
En cuanto a los piraha lo que yo leí es que ellos tienen la norma de que nadie tiene que hablar de cosas que no ha visto porque no puedes saber verdaderamente lo que no has visto. Entonces eso hace innecesario en una medida el estilo indirecto: "Mi padre me dijo que había estado comiendo peras que le había regalado su hermana..." Eso no es una limitación del lenguaje, es una limitación de su cultura, es como si deciden que no van a pronunciar la erre. Además, vuelvo a dudar mucho de casos únicos. No es la primera vez que un antropólogo nos vende una moto sobre una cultura que cuando se conoce mejor resulta que no era así. Si más gente aprende la lengua piraha y cuenta lo mismo que Everett empezaremos a darle más valor.
Ortega sencillamente estaba equivocado, el ser humano tiene las dos cosas: naturaleza e historia; y la naturaleza del ser humano es precisamente resultado de su historia, pero no de la individual, sino de la historia de la especie de millones de años, nuestra naturaleza humana es lo que ha funcionado a lo largo de esa historia y viene instalado de fábrica porque el organismo espera encontrar un determinado mundo ahí afuera. Pero ese equipamiento de fábrica deja muchos valores y parámetros a definir por del ambiente porque sabe que ese medio exterior es cambiante. Una cosa no quita la otra.

Emilio dijo...

Me parece muy interesante el debate que sostienen Masgüel y Plitikinov pero tengo la impresión que ambos incurren, cada uno en el suyo, en dos importantes errores. Masgüel cuando dice que la naturaleza es infinitamente maleable, con lo que a mi entender se sitúa en el terreno del culturalismo puro y duro, pero también Plitikinov cuando de algún modo apela a un reduccionismo que ahogaría la posibilidad de lo que en la cultura hay de emergencia y novedad, sobre nuestra condición de homínidos. Que nuestra capacidad de aprender esté presente en simios y homínidos no debe hacernos olvidar que la ciencia representa un nivel diferente, una forma mucho más elaborada y compleja de saber y conocer que cualquier otra conocida anteriormente.

La cultura humana claro que tiene su asiento en unos seres de condición animal, pero no se han quedado ahí sino que han desarrollado sociedades en las que los humanos podemos desenvolver nuestras vidas de un modo completamente distinto a como lo hacíamos, sin ir más lejos, en la fase de homínidos. Y por supuesto, infinidad de cosas que no están en la naturaleza o que siendo desarrollos de “botones” preexistentes pueden considerarse auténticas novedades como la ciencia o la ética y por supuesto un nivel de autoconciencia que no solo nos permite ver cómo va el mundo, sino la necesidad de corregir el rumbo de lo que hacemos en tantas cosas.

Plitikinov se sorprende de que la ideología de género siga incólume después de 15 años de las refutaciones de Pinker, pero lo cierto es que es justamente porque las sociedades constituyen un nivel específico, distinto de la naturaleza, con unas reglas distintas a las de la naturaleza, no solo es posible que eso sea así, sino que pueda serlo por mucho tiempo más. A las sociedades no las rigen ni las leyes de la naturaleza, ni tan siquiera las de la lógica, sino las del poder y en este momento el poder del feminismo de género es muy superior a cualquier otro que hasta el momento se le haya opuesto.

Masgüel quiere interpretarlo en sentido progresista aunque en mi opinión de forma equivocada, hasta el punto de que el triunfo de este feminismo está siendo mucho más por imposición que por convicción. Que apele a las emociones más que a la razón sería otro rasgo no precisamente moderno. Si además le gusta la censura y niega el debate abierto el panorama no es progresista, ni moderno, más bien habría que calificarlo de panorama poco halagüeño. Por lo demás me parece un atropello atribuir la superación de las “sociedades esclavistas, feudales o de castas” al culturalismo, ya que es con la Ilustración y sus valores con los que habría que asociar esta superación. Y no se olvide, feminismo de género e Ilustración son como agua y aceite.

Pitiklinov dijo...

Buena labor de análisis y síntesis, Emilio y acepto el papel de reduccionista :). De todo lo que dices me voy a centrar en la naturaleza humana y la cultura.
Creo que hay una división de personalidad de la que no suele hablarse y que me he encontrado a veces que es la que divide a las personas en lumpers y splitters, es decir unas personas tienden a agrupar y ver lo común en lo diferente y otras tienden a dividir y ver lo diferente en lo común. Yo, evidentemente soy lumper, agrupador.
Me refiero a que la cultura son técnicas, procedimientos e información, Richerson y Boyd lo resumen en información. Claro que Facebook no existía antes pero para qué se usa Facebook? Pues para cotillear y cotillear es un universal humano que antes se hacía en la plaza del pueblo, en el ágora o en la tribu. Si yo digo que Facebook no cambia la naturaleza humana sino que es un efecto de la naturaleza humana me refiero a eso.
Y creo que existe una naturaleza humana. Tú puedes criar a una persona de cualquier lugar del mundo en cualquier otro sin problema. Y me aventuro a decir que podrías criar a alguien que vivió en la época de Altamira sin problema en nuestra cultura. Pero no puedes criar a un chimpancé en nuestra cultura.
No sé si podríamos criar a un Neandertal en nuestra cultura o a un hominino o a un homo habilis, por ejemplo. Claro que la naturaleza humana cambia pero en tiempo evolucionista, no en tiempo de una vida individual. ¿Cuándo se puede hablar de una naturaleza humana? pues muy complicado responder, ¿cuándo una especie se transforma en otra?...lo mismo...
Por supuesto que siendo evolucionista no creo en esencias pero sí en la influencia de la historia, pero de la historia de la especie como le decía a Masgüel, no la historia individual. Cuando un cambio cultural se mantiene miles de años va cambiando nuestra naturaleza y creo que ha habido una domesticación del ser humano y la cocina ha cambiado nuestros dientes e intestinos, etc.
Pero lo que no es posible ( y de esto hay datos) es que yo coja a un chico, le quite los genitales y le eduque como chica y con el superpoder de la cultura se convierta en chica. Ese experimento se ha hecho y hemos visto que no funciona, me refiero a eso.
Un placer

idea21 dijo...

"¿Cuándo se puede hablar de una naturaleza humana?"

El ser humano en "estado de naturaleza" es el cazador-recolector que al haber existido durante decenas de miles de generaciones es el que nos ha dotado con nuestro acervo genético. Se han podido dar algunas modificaciones por "autodomesticación" en las sociedades agrarias en las últimos cientos de generaciones, pero esencialmente no es tan difícil saber cuál es la "naturaleza humana". Y todo indica que gana Hobbes y no Rousseau.

"infinidad de cosas que no están en la naturaleza o que siendo desarrollos de “botones” preexistentes pueden considerarse auténticas novedades como la ciencia o la ética"

La ciencia puede, la ética no. Todo parece indicar que la ética es tan innata en los humanos como el lenguaje. http://unpocodesabiduria21.blogspot.com.es/2016/01/la-mente-moral-2006-marc-hauser.html

Muy buena entrada de Pitiklinov y los correspondientes comentarios.

Iván Rodrigo García Palacios dijo...

Primera parte (por razones de espacio)
Me tomé algo de tiempo para gozarme el debate que se han planteado y, al fin y al cabo, no resistí la tentación de meter cuchara en ese caldo primigenio sobre el que ustedes polemizan y que, para no sonar muy académico, lo hago con tono de humor e ironía.
Interpretando el título del libro de Antonio Damasio, Y el cerebro creó al hombre, entiendo crear según la acepción número uno de la definición del RAE: "Producir algo de la nada", como para mantenerme en el ámbito teogónico. Luego de eso, digo: el hombre inventó la cultura y entiendo inventar, también por la definición del RAE: "Hallar o descubrir algo nuevo o no conocido" Y con ello diferencio creación de invención.
Sin embargo y aquí comienza "el asunto", el hombre "creo" a los dioses y al alma, para las mil y una cosas con las que desde entonces se explica y justifica eso de que pensar es "El Gran Misterio" y que, por pensar, es una "criatura" ajena a la Naturaleza y a la naturaleza. Como si la naturaleza de la naturaleza humana fuera su Naturaleza.
Me explico, muchas de las fusiones y confusiones se deben a eso de la definición de Naturaleza con mayúscula y la naturaleza con minúscula, como si entre la una y la otra se tratara de "un algo más". Creencia o ciencia. Polémica infinita y aporía sin solución. No la tuvieron fácil ni Bruno ni Spinoza ni la tienen fácil ahora aquellos que conciben al universo y a la Naturaleza (y a la naturaleza) como ellos los concibieron, porque todavía hoy persisten las amenazas de las hogueras y del aislamiento.
Así que para irme por lo seguro en este tipo de debates, prefiero hablar del universo de Stephen W. Hawking y, además, dejar de lado aquella pregunta: ¿Y quién creó al universo?, cuya respuesta es esa polémica de natura y cultura, sin principio ni fin. O, peor aun, esa otra pregunta: ¿Existe dios?
Por lo cual, mejor me sitúo en un punto sin mucha polémica: el universo está ahí y se rige por unas condiciones a las que los hombres se empeñan en "descubrir" y a las que llaman Leyes. ¡Ah! ese universo que se "sacó el cerebro de sus entrañas" ...
En fin, como esa polémica nunca tendrá fin, sólo "intermedios", antes de decir otra cosa, confieso que me gusta mucho como planteó todo ese asunto Javier Sanpedro en su libro Deconstruyendo a Darwin. Sugiero leer en particular el capítulo 14, en el que trata lo del cerebro, la conciencia y la mente y el 15, en el que trata de Chomski (para lo del innatismo lingüístico) y del efecto Baldwin. Y, con seguridad, leer el resto también será fascinante.

Iván Rodrigo García Palacios dijo...

Y, segunda parte:
Y la otra cosa es:
Pitiklinov ha dicho algo que me ha provocado. Eso de volver a un chico chica y viceversa. Lo que me provoca, no es que se pueda o no hacer, sino eso de la definición de chico y chica. Hablo sólo o de sexo o de género. Si se trata de hombre y mujer o para ser más puntilloso, macho y hembra, no tengo ningún reparo, el sexo, lo que se dice sexo, la biología ya lo tiene muy definido y claro, machos y hembras y eso, hasta el momento, no se cambia quitando los genitales, si ya está definido y formado. Pero, en lo hipotético, si se puede imaginar un momento en el cual esa definición y formación se puedan modificar. Para ello no tengo que explicar la mecánica genética y evolutiva. Pero, a partir de ellas, lo que si se puede suponer, es que es posible, por ingeniería genética (hombres y mujeres producidos a la carta como en El mundo feliz de Aldous Huxley), determinar el sexo del embrión, lo que sólo es posible antes de que se produzca su definición biológica, es decir, o bien en el ADN de ovulo y espermatozoide o bien en el embrión, antes que se produzca la determinación del género. Que al fin, todos somos fecundados unisexo. Y lo dejo así para no alborotar el avispero con aquello de en que las primeras ocho semanas de vida fetal todos somos hembras (Louann Brizendine, 2006 y 2010). Como quien dice, dios sacó a Adán de un embrión de Eva para humillación del patriarcado.
Y aquí viene lo otro. Con lo del género y si hablamos de masculino y femenino que son adjetivos, según, también el RAE, o sea, son calidades o accidentes con los que se califica lo relativo a los sexos, ahí las cosas son en otro cantar, es decir, son en la cultura.
Y en la cultura lo que opera son las ficciones, esas que son las ideologías, sociologías, psicologías, y todo lo demás, referido a lo que son y creen ser los hombres y las mujeres por su cultura (Harari, 2014 y 2016). Y es que en ese ámbito, a punta de química, cirugía e imitación, si que es posible eso de hablar y de hacer parecer lo de chico en chica y viceversa, pues aquello biológico que de macho y hembra persevera en los cuerpos de hombres y mujeres, también puede ser expresado en lo masculino y en lo femenino exacerbados artificialmente. O, tal vez, por aquello del efecto Baldwin, esos otros géneros ya existen.
Y que no se diga la última palabra, pues ahí sí, son las palabras las que hacen al hombre y es el es el hombre el que hace las palabras ... Mejor dicho, cosas de la naturaleza humana.

Sergio del Valle dijo...

Perdón por interrumpir, pero Masgüel y tú jamás llegarían a estar de acuerdo porque en primera Masgüel entiende por "naturaleza humana" algo distinto. Ambos utilizan el mismo término para referirse a conceptos distintos. Para Masgüel afirmar «la evolución cultural construye naturaleza humana» tiene sentido porque habla de éstas inespecíficamente. Básicamente porque no percibe la necesidad de especificar si esos cambios se dan a nivel de especie o de espécimen, o si "lo natural" de ¿una especie? ¿un individuo? es posible de modificarse por otra cosa que no sea selección natural y sexual a lo largo de generaciones.
Pitiklinov por otra parte habla de naturaleza humana entendiendo por tal una característica que posee la especie humana (no "el conjunto de seres humanos" ni mucho menos algún espécimen en particular), una característica que implica per se, la imposibilidad de ser modificada si no es por otra cosa que selección natural y sexual. Para Pitiklinov es punto de partida suponer ésto. Por otro lado, quiero creer que a falta de palabras precisas, Masgüel entiende que "lo cultural" es algo propio de la naturaleza humana, mientras que sus manifestaciones específicas (y todo aquello que las configura) necesariamente NO son parte de naturaleza humana alguna.

Daniel dijo...

Gracias Masgüuel yo lo que había leído era esto de lenguaje http://deevybee.blogspot.com.ar/2012/09/what-chomsky-didnt-get-about-child.html?m=1

anónimo dijo...

Tiene razón Pitiklinov cuando dice que todo procede de la naturaleza. ¿De dónde si no? La crítica al reduccionismo solo puede hacerse desde el punto de vista de la ideología: cuando se utilizan argumentos relativos a la naturaleza para justificar determinadas opciones políticas o éticas. Entonces nos enfrentamos a la famosa "falacia naturalista" que defiende que todo lo natural es preferible a lo artificial.

Masgüel dijo...

Sergio, disculpa el retraso. Si abres cualquier manual de antropología general, lo más probable es que encuentres el índice dividido en dos secciones: Antropología física y antropología cultural. La primera estudia las características y evolución de los genes, la fisiología y la anatomía de nuestra especie. La segunda, a lo que Pitiklinov ha señalado, "técnicas, procedimientos e información" (algunos físicos ahora pretenden que todo es información, pero no mejor no pisemos ese fregao). En la polémica que en el campo de la psicología llaman "naturaleza vs cultura", los términos me parecen mal elegidos y cargados por la interpretación materialista de la naturaleza. La naturaleza es la totalidad de lo que hay, incluyendo sus regularidades, sus irregularidades y sus procesos de organización. Pero la organización de los sistemas naturales no es solo material. En concreto, lo que organiza la conducta humana, además de los genes y las tripas, es un ámbito de juegos simbólicos sobre el que no puede ponerse un dedo encima. Y se transmite por aprendizaje, no por reproducción sexual. Por supuesto, las culturas están expuestas a la selección natural, así como a la posibilidad de difusión, préstamo y mestizaje. La cultura es naturaleza. ¿Que va a ser si no, sobrenatural?. Cada cultura particular afecta a un grupo humano particular, no a toda la especie. Precisamente porque las características de cada cultura son particulares y no universales, es por lo que esta consideración justifica un relativismo lingüístico y cultural. Así que, respondiendo a tu "querencia", las manifestaciones específicas de cada cultura SI son parte de la naturaleza humana, porque la naturaleza huamana no es solo el resultado de lo que nace. También es el resultado de lo que aprende.

Pitiklinov dijo...

Brillante, Masgüel...

Masgüel dijo...

En cualquier caso, sospecho que la preocupación de Pitiklinov por resolver el problema de la naturaleza humana obedece a un subgénero de la literatura de su profesión, que hunde sus raíces en el mito de Prometeo, arranca con "El malestar en la cultura" de Freud y, en un movimiento pendular (porque para Freud la cultura era una molestia necesaria e inevitablemente patológica), se manifiesta hoy en multitud de publicaciones de tono y título agorero que nos advierten sobre lo aberrante y antinatural de los resultados concretos de nuestra evolución cultural o sobre el precio que pagamos por ellos (ya sea en términos de supervivencia, bienestar, virtud o lo que el autor considere valioso), invitándonos a convertirnos a una cultura más "natural" y más sana (que suele encontrar su modelo en algún momento del pasado, también según la preferencia del autor). Por eso respondo a la preocupación de Pitiklinov con un texo de Rorty, del que podemos concluir qué el problema teórico de la naturaleza humana solo es un problema práctico cuando se utiliza una manera concreta de concebir la naturaleza humana para justificar el trato que damos a los demás. Y ese, como dije, viene siendo el caso al menos desde que a los filósofos jonios se les ocurrió que el fundamento de la soberanía es la naturaleza, no la voluntad de los dioses o el acuerdo entre los hombres. Por eso la expresión de Ortega no es un error, sino un soplo de aire fresco en el clima intelectual de la España de su época. Pasado un siglo, podemos cerrar un poco la ventana, para que no se nos quede el pelo como a Koyi Kabuto, pero la idea sigue siendo aprovechable.

Pitiklinov dijo...

No me hagas amigo de Freud que me salen sarpullidos ;)
Mi preocupación por resolver el problema de la naturaleza humana no tiene nada que ver con valorar que lo bueno es lo natural ni nada de eso, o con la vuelta a un paraíso ancestral. No soy naturalista en ese sentido.
Creo que es una cuestión de sentido común. Si tú quieres ir a algún sitio lo primero que tienes que saber es dónde estás, si voy a hacer una receta, necesito saber qué ingredientes tengo, no puedo hacer un guiso de cordero si resulta que no tengo cordero, saber con lo que cuentas. Si le digo a la gente que se tire por la ventana porque pueden volar mal vamos...Hay que saber lo que la gente puede o no puede hacer
A nivel filosófico es tener en cuenta el principio "debe implica puede". No puedo pedir cosas que la gente no puede hacer.
Creo que hay experiencias históricas muy recientes que demuestran que olvidarse de esto no es nada bueno para la gente y tiene un coste enorme.
Tampoco es bueno para la ciencia. Lysenko y la negación de la genética no nos hacen avanzar. La ciencia se supone que busca conocer la realidad, describir lo que hay, no lo que nos gustaría que hubiera. Y no me parece ciencia que cuando algo no se adapta a mis creencias digo que no existe.
Básicamente es así como lo veo

Masgüel dijo...

Por supuesto, no te estoy llamando freudiano. Solo señalo los polvos de estos lodos. Tampoco te estoy llamando reaccionario. Solo señalo gente poco recomendable que casualmente comparte tu opinión.

Las ciencias solo pueden mostrarnos lo que no podemos hacer. Lo que podemos hacer está por inventar. Y las creencias fantásticas han demostrado su efectividad como motor de cambio histórico (ver Sapiens, de Harari). No hace falta que un dios exista para cambiar de arriba a abajo la cultura que se organiza en torno a su creencia. Casi todos nuestros logros se dan en ese ámbito natural que emerge de nuestra propia invención. Y desde luego, tiene un coste. Doblar el espinazo de sol a sol en un sembrado, te lo destroza. La civilización global ha costado más de diez mil años de espinazos destrozados, entre otras muchas molestias. Y las que nos quedan. El ser humano no resuelve sus problemas echando mano de lo que hay. Los resuelve inventando lo que no hay. O más bien, lo que no había, hasta que lo inventa. Por eso Don Quijote es una realidad natural. Pertenece al ámbito de la naturaleza que llamamos ficción. Imaginar la ficción constituye su realidad natural, por eso la realidad de la ficción es exactamente como la imaginamos, no la actividad de nuestras neuronas para poder imaginarla. Como decía Searle, "where consciousness is concerned, the existence of the appearance is the reality".

Masgüel dijo...

Me contradigo. Para ser cabal en lugar de "No hace falta que un dios exista", tendría que haber dicho "No importa que un dios sea una invención". Porque siguiendo mi argumento, las ficciones existen, en tanto que ficciones.

Emilio dijo...

Masgüel ha resuelto de un plumazo la controversia "naturaleza vs cultura", que a tantos ha traído y sigue trayendo de cabeza, sencillamente ha resuelto que todo es naturaleza y asunto concluido.
“La cultura es naturaleza. ¿Que va a ser si no, sobrenatural?”

Para redondear su idea dice cosas como:
“Por eso Don Quijote es una realidad natural. Pertenece al ámbito de la naturaleza que llamamos ficción.”
Y uno ya no sabe si tomarse en serio o en broma lo que dice.

Emilio dijo...

Dice también cosas tan extraordinarias como:
“Las ciencias solo pueden mostrarnos lo que no podemos hacer. Lo que podemos hacer está por inventar. Y las creencias fantásticas han demostrado su efectividad como motor de cambio histórico”

Como todos sabemos el desarrollo científico nada tiene que ver con el desarrollo técnico y los cambios en las sociedades, sea a nivel de los individuos, pero también como conjunto social.
Entre la ciencia médica y el vudú Masgüel se queda con el vudú. Aunque supongo que eso solo será mientras no llegue el momento en que el enfermo pueda ser él.

Masgüel dijo...

"Entre la ciencia médica y el vudú Masgüel se queda con el vudú."

¡Qué tontería!. En el párrafo que citas hablo de eficacia de las creencias fantásticas como motor de cambio histórico. Respecto a las creencias que maneja la ciencia, no he dicho una palabra. Pero aprovecho para decirlo ahora, ya que me acusas sin conocimiento. Su eficacia como motor de cambio histórico ha demostrado ser incluso mayor. El descubrimiento de la ignorancia, que es la bisagra de la revolución científica, ha convertido la cosmovisión tecnocientífica en un purasangre entre mulas. Entre la ciencia médica y el vudú, Masgüel se queda con la ciencia médica. Resulta que no soy haitiano. El relativismo pone en cuestión la universalidad de los valores, no implica que el relativista deje de ser de su padre y de su madre.

https://blogs.scientificamerican.com/cross-check/was-philosopher-paul-feyerabend-really-science-s-worst-enemy/

Pitiklinov dijo...

Las ficciones existen porque el ser humano es un ser crea ficciones y cuenta historias, está en su naturaleza, no puede evitarlo. Prohíbelo si quieres, prohíbele crear narraciones o creer en Dios y otras ficciones y seguirá haciéndolo a escondidas....prohíbele el sexo, las drogas, el alcohol...aparecerán mercados negros pero no va a desaparecer...
la arañas crean telarañas, nosotros narraciones y cultura...
"El ser humano no resuelve sus problemas echando mano de lo que hay" claro que sí, echando mano de lo que es...
¿por qué los programas más vistos en TV son el cotilleo y los deportes?, ¿Tiene eso que ver con nuestra naturaleza?

anónimo dijo...

Creo que el tema central es la llamada "ideología de género" con la cual Ptiklinov no está de acuerdo porque supone que la naturaleza no está de acuerdo con ella, cuestión que no ha explicado suficientemente. El problema del naturalismo llevado a sus extremos es que tiene que basarse en suposiciones evolucionistas y no en hechos demostrados por lo cual no serían afirmaciones científicas sino simple ideología con un débil apoyo.

Sergio del Valle dijo...

Completamente de acuerdo. Brillante, Pitiklinov

Sergio del Valle dijo...

Mejor no lo hubiera dicho. Empezaba a sospecharlo cuando Masgüel me dijo que naturaleza es con lo que se nace y que naturaleza es también "lo adquirido".

Pitiklinov dijo...

Creo que tienes razón y que el tema de la ideología de género se merece una entrada propia, no lo desarrollé por no alargar mucho la reseña, queda pendiente

Emilio dijo...

No me parece una tontería Masgüel porque hay personas que así lo afirman. Si en realidad lo que querías decir era que la ciencia constituía un potente motor de cambio histórico, reconoce que te equivocaste en la expresión porque hacerlo diciendo: "las ciencias solo pueden mostrarnos lo que no se puede hacer" contraponiéndolo a la efectividad de las creencias fantásticas que, estas sí: “han demostrado su efectividad como motor de cambio histórico.” a la interpretación que conduce es justamente la contraria de lo que dices pretender.

Que ahora te refieras a las "creencias de las que habla la ciencia" -una contradicción en los términos- no sé si ayuda a clarificar o más bien solo profundiza en esa carrera contra la lógica y el diccionario en la que Don Quijote es naturaleza. Entiendo además que de ese modo echas por tierra tu principal argumento que yo comparto, cual es el de que la cultura se transmite por aprendizaje y no por reproducción sexual, reconociendo dos mundos que luego niegas y ya solo queda uno la naturaleza, pero una naturaleza de la que forma parte Don Quijote y supongo todas las demás ficciones, con lo que a mí entender no te queda espacio para lo sobrenatural que, a veces, citas.

En ese baile en que primero sostienes algo y luego lo niegas convierte lo que dices en una amalgama difícilmente descifrable en el que pareces no querer negar ni a Pinker ni a la psicología evolucionista, al menos completamente, pero al tiempo te apuntas a la teoría de género, lo que a su vez tratas de hacer compatible con Ortega y, no paras de repetir una queja contra el materialismo que tampoco clarificas hasta dónde llega. Si tuviera que señalar tus virtudes entre ellas no estarían ni la claridad, ni la coherencia.

A mi modo de ver la totalidad nunca se llamó naturaleza sino Universo, y las ficciones no son incompatibles con el materialismo y con que vivamos rodeados de infinidad de cosas materiales, tampoco con el hecho de que la conciencia no es ajena al cerebro. Si hemos de dar crédito a la emergencia de la cultura desde la naturaleza, por qué no dárselo a la emergencia de la conciencia desde los procesos cerebrales. Lo que a estas alturas debiera estar claro es que sin naturaleza no hay cultura humana y sin cerebro no hay conciencia. Eso al menos es lo que yo pienso. Y en esa dirección y no al revés.

Emilio dijo...

No comparto ni una sola cosa de las que dice este señor que se declara postmaterialista: http://www.lavanguardia.com/lacontra/20161111/411784894762/el-universo-es-inmaterial-mental-y-espiritual.html y resulta grotesco que a estas alturas quien se dice doctor en filosofía, aunque sin ocultar sus referentes: “Me atraen el budismo zen, el taoísmo y el misticismo cristiano del maestro Eckhart.”, pretenda identificar materialismo filosófico con “dinero” y su negación con: “la bondad, la belleza, la amistad, el amor, la justicia..., ¡y el mismísimo universo!”, pero es de agradecer que deje tan claro lo que defiende.

Iván Rodrigo García Palacios dijo...

Buena por esa, Emilio Prieto.
Estoy más que de acuerdo contigo y si bien, está bien que deje claro lo que pretende el tal filósofo posmaterialista, no es suficiente. Me parece aterrador que los espacios públicos estén llenos de estos encantadores de serpientes -con título académico- que ofrecen recetas y pócimas milagrosas para esquilmar a los ingenuos. Está bien que cada cual haga de su capa un sayo, pero no que se lo venda a los demás como lo hace ese con su libro "Inteligencia vital". Qué será eso del materialismo posmaterialista y lo de la "inteligencia vital". Nada claro, eso sí.