viernes, 15 de mayo de 2015

SALIENCIA, PSICOSIS Y EVOLUCIÓN.

Colaboración de Xavi Alonso Ribas, psicólogo

Shitij Kapur
La psicosis supone la pérdida de contacto con la realidad compartida con los demás. Este síndrome se caracteriza por alteraciones del contenido del pensamiento en forma de ideas delirantes y alteraciones perceptivas como alucinaciones de distintas modalidades sensoriales, siendo predominantes las alucinaciones auditivas.
Una de la hipótesis neurobiológicas más contrastadas en el fenómeno psicótico es una hiperactividad de dopamina en la vía mesolímbica. Muchas drogas como la cocaína o las anfetaminas actúan incrementando la dopamina de esta vía en la región del núcleo accumbens y pueden producir un síndrome psicótico en personas normales o personas con vulnerabilidad. A su vez los antipsicóticos ejercen un efecto de bloqueo sobre los receptores de dopamina D2 en el núcleo accumbens y reducen la activación psicótica.

Estas evidencias bioquímicas son las que han dado mayor validez empírica a la vinculación de esta vía neuronal, el neurotransmisor de dopamina y el síndrome psicótico. Uno de los autores que ha arrojado más luz a la comprensión de cómo está disfunción biológica de la dopamina puede explicar la fenomenología del contenido delirante es Shitij Kapur. Kapur propone que la psicosis surge de una asignación aberrante de novedad y saliencia a objetos y asociaciones (la saliencia de un objeto es la cualidad por la que sobresale con respecto a sus vecinos). Kapur considera que los aumentos de dopamina permiten mediar en la motivación para atender ciertos estímulos ambientales y sus asociaciones. No sólo permite dirigir y acentuar las respuestas ante las situaciones presentes, sino que también puede grabar nuevas asociaciones y aprendizajes que guíen la conducta futura. Este sistema biológico permite etiquetar los elementos de relevancia biológica en una situación y aprender la conducta que ha implicado un beneficio o ha evitado un perjuicio para el individuo. En circunstancias normales la actividad de la dopamina mediaría en las situaciones de novedad y para la atribución de relevancia motivacional apropiada ante cada elemento del entorno (saliencia motivacional se refiere al proceso por el que estímulos asociados a recompensas captan la atención del animal y se convierten en el foco de su conducta).

Esta función biológica supone un alto valor adaptativo ante un funcionamiento normal, pero ante un incremento continuado de dopamina se produce un exceso de atribución de significado de forma endógena impregnando de novedad y relevancia a los estímulos. Así, en un estado psicótico se produce, como menciona Kapur, un estado de saliencia aberrante creándose una sensación de novedad y relevancias excesivas. En la fase prodrómica, que es la fase previa a la aparición del brote psicótico, se iniciaría el incremento de actividad dopaminérgica generando una sensación desconcertante de novedad y aumentaría la sensibilidad de los sentidos. Eso explicaría las verbalizaciones que hacen muchos pacientes en esta fase, donde describen una mayor agudización de los sentidos, con mayor nitidez de los colores o mayor sensibilidad a los ruidos. De la explicación cognitiva a un mundo nuevo de significados surgiría la idea delirante y la atribución de relevancia a ciertos estímulos internos (memoria, pensamiento, movimientos,) podría explicar el fenómeno de las alucinaciones tal y como describe Kapur.

Ahora bien, ¿cómo podemos explicar que dentro de la ruptura psicótica haya ciertos contenidos delirantes de naturaleza recurrente como las ideas de ser perseguido, envenenado, o ser criticado por los demás? Estas suelen estar presentes independientemente de la cultura. A su vez, el contenido concreto de las ideas delirantes es dependiente de la influencia cultural y biográfica del individuo. Por ejemplo, una persona nacida en Estados Unidos con ideas delirantes de perjuicio puede creer que la CIA está controlando sus llamadas y sigue sus movimientos y una persona nacida en una aldea africana pensará que está recibiendo malos augurios que dañan su salud debido a su enemistad con el chamán malo que ejerce magia negra. Como el mismo Kapur menciona, la desregulación dopaminérgica proporciona el combustible para la ilusión, pero es la historia personal y cultural de la persona la que le da una forma concreta. Vamos a analizar cómo la evolución y la cultura pueden influir en la expresión final del contenido psicótico.


En nuestro camino evolutivo ciertos elementos del entorno han resultado más informativos que otros por el impacto que tenían sobre nuestra supervivencia. Así, muchos estímulos que originariamente nos acercaron a cumplir motivaciones primarias, que nos mantenían en homeostasis biológica y nos acercaban al éxito reproductivo, han sido codificados en nuestro ADN como de una relevancia específica. Este recordatorio filogenético nos permite atender prioritariamente la información con significado relevante para acercarnos a nuestros objetivos biológicos. La selección natural pudo diseñar un sistema de saliencias innatas como mecanismo de filtraje de un mundo repleto de información. De toda la infinidad de estímulos disponibles en ese océano de información sólo algunos de ellos son relevantes para nuestro diseño biológico de Homo Sapiens, así que estar dotados de ciertas sensibilidades específicas a atender ciertos estímulos con significado saliente para la especie puede ser altamente adaptativo. Nos permite distinguir los elementos más informativos en términos de valor de supervivencia dentro de nuestro contexto y hacerlo de un modo automático, sin esfuerzo ni voluntad. Un ejemplo de saliencia innata podría  ser nuestra tendencia a fijarnos en el rostro de una persona y en su expresividad facial en lugar de fijarnos en sus brazos o su nuca o en cualquier otro elemento del entorno. La mirada o la expresión facial son más informativas en términos evolutivos, ya que nos pueden permitir inferir el estado mental de la otra persona y, por tanto, deducir sus intenciones. Este proceso puede ser clave para anticipar una posible agresión.
Tal y como describió Martin Seligman en su concepto de PREPARACIÓN, el organismo está preparado filogenéticamente a través del proceso evolutivo para asociar estímulos con relativa facilidad y otros con relativa dificultad por el significado que han adquirido para nuestra supervivencia a lo largo de millones de años. A los estímulos de fácil asociación requieren de una atención especial, una motivación innata a atraer nuestros recursos y motivarnos a responder ante ellos. Esta saliencia innata adaptativa impregnaría de un significado de base ciertos estímulos externos y ciertos arquetipos psicológicos. Por ejemplo, ante una mala sensación gustativa sería más saliente creer en la posibilidad de envenenamiento que no en otra posibilidad más neutra para nuestro valor de supervivencia.
Ante un sistema de saliencia aberrante por un exceso de dopamina, sería más probable magnificar de significado aquellos estímulos que ya tienen una saliencia innata. En ese caso, ciertos contenidos delirantes serían más prevalentes al tener un interés específico para la especie cuando la saliencia es adecuada y ante un exceso de significado se produciría una creencia errónea sobre el contenido de la información.

Sobre esta base genética de relevancias biológicas se añadiría la influencia cultural que incorporaría un conjunto de símbolos y significados transmitidos a través de las generaciones. Ciertos estímulos o situaciones son asignados de una relevancia determinada por el valor social asignado. Nuestra biología es altamente sensible al contexto grupal, así que todos los patrones de relevancias sociales instaurados en la primera infancia en nuestra cultura nos generaría un conjunto de saliencias culturales que determinarán también nuestra manera de percibir la realidad compartida atendiendo más fácilmente a ciertos estímulos o a otros. Por ejemplo, para una persona religiosa cristiana una cruz que, para personas de otra cultura, sería un estímulo neutro, se impregna de relevancia y atrae un conjunto de intereses y motivaciones. Una familia de Arizona sacó un pastel que al enfriarse se abrió y formo un crucifijo en el centro del pastel. Los miembros de la familia dicen que no van a comerse el pastel ya que el crucifijo es un mensaje divino. Planean venderlo y donar el dinero a una organización benéfica.
Obviamente, para una persona no creyente o incluso creyente de otra religión la forma de la cruz del pastel significaría un estímulo neutro, sin ningún significado particular. En cambio, para esta familia sus significados culturales previamente instaurados condicionan una conclusión de saliencia aberrante (es una señal de Dios).

CONCLUSIONES:

El conjunto de significados que hemos adquirido a lo largo de nuestra evolución como especie (saliencias innatas) junto con las influencias del significado adquirido en nuestro entorno cultural (saliencia cultural) interaccionan junto a nuestras experiencias biográficas para formar una composición individual de predisposiciones a concluir determinadas significaciones. Una saliencia aberrante debida a la activación psicótica incrementaría la relevancia informativa en aquellos ámbitos que ya tenían una predisposición a sobresalir, causando una ruptura con la realidad compartida por exceso de valor de estímulos neutros. Esto podría explicar por qué ciertos temas son más sensibles a activarse en una fase psicótica (perjuicio, autorreferencialidad) independientemente de la cultura (saliencia innata), y por qué el elemento cultural acaba condicionando el contenido del delirio (saliencia cultural). Evidentemente, esta hipótesis sólo explicaría determinados brotes psicóticos. En la esquizofrenia hay ideas delirantes extrañas con contenidos psicóticos muy bizarros e incomprensibles donde además de un sistema de saliencia aberrante pueden alterarse otros sistemas como la memoria de trabajo del córtex prefrontal que incrementaría la falta de lógica y sentido de sus ideas al fracasar un proceso psicológico encargado de contextualizar la información.

Referencias:




Autor: Xavi Alonso Ribas, psicólogo










9 comentarios:

Unknown dijo...

Muchas gracias por tu magnifica aportación Xavi. El punto de vista de Kapur sobre la Psicosis es muy interesante, tanto la explicación de la función de la dopamina como el concepto de saliencia, para mí hasta ahora desconocido. Ahora si me permites voy pensar en alto y reflexionar sobre el tema. Ya sabes que estos temas me interesan.

Veo que una psicosis podría ser una alteración de una función biológica adaptativa. Por ejemplo: cuando nos encontramos en un nuevo entorno, el cuerpo genera más dopamina, necesitamos prestar atención al nuevo entorno, agudizar nuestros sentidos para analizar los posibles peligros. Hasta aquí todo bien. Una psicosis parece algo más exagerado y limitante. Limitante ya que no nos permite llevar una vida normal (como tú dices aparecen ideas de ser perseguido, envenenado o incluso de ser criticados por los demás). Parece ser que en la percepción hay un cierto peligro, el cuerpo generara dopamina para estar alerta, al agudizar los sentidos, la percepción de peligro aumenta y esto a su vez acelerara la segregación de dopamina… cada vez se hace la pelota más grande…. esta apareciendo una psicosis

Entonces una psicosis vendría a ser un mecanismo de defensa del cuerpo hacia un miedo subjetivo generado en la mente.

Claro y yo me pregunto:
¿Por qué aparecen en mi cabeza ideas de ser perseguido, envenenado?
¿Qué situaciones de mi vida actual pueden despertar en mi estos miedos?
¿Es posible cambiar la percepción de estos miedos y poder trascenderlos?
¿Qué papel tiene la consciencia en todo esto?

Y bueno ya para finalizar una pequeña reflexión: Normalmente los humanos tenemos miedo a las arañas, y las serpientes ¿Por qué? Es un sistema adaptativo, durante millones de años tanto serpientes como arañas han matado miles de personas. Es una información que llevamos dentro. En nuestra vida es probable que no hayamos tenido ninguna mala experiencia con una serpiente, pero al ver una nuestro cuerpo se pondrá en alerta. Ahora bien, ¿Cuánta gente ha sido perseguida y envenenada a lo largo de la historia? ¿Hasta qué grado esta información también se puede manifestar en nuestras vidas?

Un abrazo!

Joan Esquius

Unknown dijo...

En primer lugar, quiero agradecerte tu interesante reflexión y valorar que tus preguntas son muy interesantes y complicadas de responder al mismo tiempo.
La saliencia no tendría una vinculación específica con la respuesta automática de miedo, más bien actuaría como foco donde se destinan los recursos atencionales y motivacionales para obtener la información más relevante del contexto e iniciar la acción apropiada. Probablemente no hay información más relevante que la que pueda ser indicadora de una amenaza para nuestra biología. Por ello, muchas saliencias innatas atenderán precisamente los estímulos que han sido etiquetados como peligrosos para nuestro diseño evolutivo. La respuesta resultante será la activación del miedo para resolver una situación donde se ha identificado un posible daño.
De esta manera, nuestra psicología ancestral puede disponer de cierta sensibilidad a activar determinados esquemas mentales automáticos ante ciertos contextos. Por ejemplo, si en medio de la naturaleza, por la fuerza del viento se mueve una rama que se encuentra en el suelo, será más probable que perciba que podría tratarse de una serpiente y dé una respuesta automática de miedo para resolver esta amenaza. La serpiente puede ser un esquema mental más saliente para mí en ese contexto, por el beneficio informativo que ha aportado a nuestra especie para nuestra supervivencia.
Comentas si es posible trascender esos miedos? Yo te diría que sí, a algunos de ellos. Modificando el significado otorgado a un estímulo. Si cambias las saliencias, modificas las respuestas del organismo, entre ellas el miedo. Una hipótesis podría ser que la conciencia podría contribuir precisamente a modificar ciertas saliencias al incrementar la capacidad informativa, analizando más variables de un mismo contexto, añadiendo de ese modo cierta perspectiva al contexto.
Un abrazo.
Xavi Alonso

Unknown dijo...

Una interesante hipótesis. No conocía esta propuesta de Kapur sobre la saliencia aberrante, y veo que merece una lectura detenida. Tu resumen me plantea a bote pronto algunas reflexiones.

La primera, que el concepto de saliencia parece demasiado genérico. Aunque es cierto que en la psicosis algunas configuraciones de estímulos adoptan una especial saliencia, me pregunto por qué especialmente son aquellas que se refieren a ser el centro de atención por parte de un entorno social hostil. La persona en un estado psicótico frecuentemente cree (más aún, “sabe”) que personas de su entorno con intenciones malignas le espían, le siguen, leen sus pensamientos, traman complots a sus espaldas y buscan la manera de perjudicarlo. Sin embargo, en una fobia son otro tipo de estímulos los que cobran saliencia, de manera que un fóbico a los perros puede decirte cuántos de estos animales se ha cruzado en el camino a tu consulta, mientras que cualquier otra persona es incapaz de decírtelo (no se ha fijado). Igualmente, la suciedad es saliente para el obsesivo, el rechazo para la personalidad límite, los michelines para la anoréxica, la taquicardia para la persona con pánicos, la calle solitaria para la persona traumatizada por una agresión… Me resulta más intuitivo pensar que muchos trastornos consisten primariamente en la activación “excesiva” de determinados mecanismos de miedo, y que son los miedos los que aumentan la saliencia del estímulo temido. Dicho de otra manera, los mecanismos motivacionales suelen modificar la saliencia de los estímulos y no a la inversa. De la misma manera, los alimentos o los miembros del sexo opuesto adquieren saliencia en otro tipo de estados motivacionales (apetitivos), y en un estudio clásico los niños pobres veían las monedas más grandes que los ricos. Como bien dices, muchas situaciones temidas están “preparadas”, probablemente por haber sido un elemento de selección durante extensos periodos de nuestra historia filogenética. Sin embargo eso no explica por qué en la psicosis aumenta selectivamente la saliencia de las malas intenciones de los otros, y no la de los perros, las enfermedades o las alturas.

La segunda reflexión es que, aunque está claro que la hostilidad de nuestros semejantes ha sido y sigue siendo uno de los mayores riesgos para nuestra superviviencia (y por tanto una presión selectiva), no queda claro si la psicosis es en sí misma una adaptación o el mal funcionamiento de una adaptación. En el primer caso esperaríamos que la psicosis fuese asociada a algún tipo de ventaja adaptativa. Por ejemplo, la hiperatención a señales de hostilidad mejoraría nuestra supervivencia en un grado suficiente como para compensar las numerosas desventajas asociadas a la psicosis. El segundo caso es más común, ya que nuestro organismo no deja de ser un atado de adaptaciones y por tanto casi cualquier enfermedad (mental, cardíaca o digestiva) puede caracterizarse como la disfunción de una adaptación preexistente. En este caso encontraríamos una desventaja adaptativa, como parece ser el caso en la psicosis, que perjudica tanto la supervivencia como la reproducción. Nettle y Clegg (2006) planteaban ingeniosamente que si los pacientes psicóticos sufren desventajas, sus familiares presentan mayores tasas de pensamiento creativo y divergente, lo que les conferiría alguna ventaja en términos de emparejamiento y reproducción. Esto mantendría los genes de vulnerabilidad para la esquizofrenia en el pool de nuestra especie.


En fin, un muy interesante planteamiento que, como casi todos en psicología evolucionista, genera por ahora más preguntas que respuestas.

Fernando Gutiérrez

Pitiklinov dijo...

Fernando,

me parece excelente el planteamiento que articulas y estoy totalmente de acuerdo con él. Te comento algunas ideas en relación a ello, siempre desde la especulación y la ausencia de respuestas firmes en estas cuestiones.

Tu primer párrafo lo podríamos condensar en la cuestión de por qué en la psicosis la saliencia tiene que ver fundamentalmente con lo social. Yo aventuraría que la psicosis es una enfermedad del cerebro social. Evolucionistamente hablando el ser humano (y otros mamíferos) tememos un mecanismo para diferenciar vivo/no vivo. Ante una rama alargada en el suelo que se mueve más vale pensar que es una serpiente. Patología a este nivel puede dar lugar a fobias o ataques de pánico. Los ataques de pánico serían respuestas de ansiedad de huida que son normales si hay un tigre delante pero que se disparan cuando no hay tigre. Parte de nuestros trastornos mentales tendrían que ver con defensas contra el mundo biológico.

Pero en el ser humano, como tú muy bien dices, lo que mas afecta a nuestra supervivencia y reproducción son los otros humanos. Tenemos adaptaciones para navegar el mundo social y aquí es donde tendríamos la relación con la psicosis. El antropólogo Stewart Guthrie defiende que hay adaptaciones cognitivas humanas diseñadas para detectar presencia humana, lo llama antropomorfismo sistemático. Esta adaptación explicaría el animismo y la tendencia a atribuir a Dios atributos humanos. Es decir, que además de la distinción no vivo/vivo (que compartimos con otros animales) nosotros tendríamos otro sistema para la distinción vivo/humano. Esta inclinación a detectar presencia humana es fácil de entender porque el ser vivo más importante para nuestra supervivencia, como decías, son los otros humanos. Tenemos arquitectura neuronal para “leer la mente” de los demás (La Teoría de la Mente), para detectar, comunicar, aprender de, cooperar con, emparejarnos con…etc., otros humanos. Y ocurre además que detectar presencia humana es muy complicado porque el ser humano se puede camuflar, esconder, usar armas a distancia, etc. Por lo tanto, si tuviéramos sistemas de detección de humanos que detectan humanos sólo cuando están claramente presentes serían un desastre (y estaríamos muertos :)). En ese sentido, el diseño evolucionista ya sabes que es siempre el del detector de humos, más vale pasarse detectando cosas que no existen que no detectar algo que existe…La psicosis resultaría del aumento de la saliencia de todos esos estímulos que señalan peligro por actividad humana que tú muy bien señalas. Justin Barrett habla que sobredetectamos agencia, el Hyperactive Agency Detection Devices (HADD) y muchos autores coinciden en que tendemos a detectar en exceso agencia y en partícula agencia humana.

(continúa...)

Pitiklinov dijo...

(Continuación...)

En la segunda parte planteas más bien la cuestión de la explicación evolucionista o última de la existencia de la psicosis. Yo me inclino a pensar más en un mal funcionamiento de adaptaciones como la que acabamos de comentar. Por ejemplo, el Síndrome referencial, pensar que somos objeto de la atención de los demás, que nos miran ,etc., se puede explicar con relativa facilidad como resultado del mal funcionamiento de mecanismos defensivos “anti-humanos”. Sabemos que la amígdala atiende especialmente a caras agresivas y sabemos que hay neuronas que detectan expresamente que nos están mirando. Esto tiene lógica porque que nos miren unos humanos (sobre todo un grupo de machos jóvenes) puede ser el primer paso para que luego seamos atacados. Si este mecanismo se dispara cuando no debe pues tenemos un problema…

¿Por qué se mantienen los genes de estos trastornos? Por ahora la explicación que más me convence es que estos sistemas de navegación social funcionan por la acción de muchos genes, no de pocos, y pueden ocurrir mutaciones en cientos o miles de genes que no dan tiempo a la selección natural a barrerlas.

Sobre las ventajas para familiares de los trastornos mentales acaba de publicarse un artículo muy interesante:
http://archpsyc.jamanetwork.com/article.aspx?articleid=1390257

Un placer comentar contigo y gracias por compartir tus ideas

Pitiklinov dijo...

recordaba ahora a un paciente que he visto esta semana que atribuía significado a que aparcaran coches enfrente de su casa, un hecho totalmente neutro adquiría saliencia para él y por supuesto le atribuía intención humana, es decir, veía "mente" donde no la había.
En otros casos una persona no encuentra un jersey y piensa que ha entrado la vecina en su casa y se lo ha robado...una hipermentallización...(sin embargo los autistas no ven mente donde sí la hay...)
Eso implicaria que la hiperactividad en vías dopaminérgicas tendría que afectar a los circuitos de mentalización ¿corteza prefrontal medial?

Unknown dijo...

Me gustaría agradecer vuestras reflexiones, son de alta calidad y dan mucho que pensar y analizar. Coincido contigo Fernando en que probablemente el concepto de saliencia sea genérico como tal. Es cierto que en múltiples trastornos los elementos de saliencia pueden ser diferentes. Sin embargo, en el caso de la psicosis las saliencias precipitan una percepción ambigua del entorno. No encajan en ese contexto externo. Si no puedo generar una explicación coherente de ciertas impresiones internas debo fabricar una lógica interna que me permita reducir la tensión que me produce un mundo que adquiere unos significados peculiares e intensos. Este intento de “orden” interior de la información puede sembrar la idea delirante. En el caso de un trastorno fóbico un estímulo saliente genera una respuesta automática de miedo exagerada y desproporcionada pero existe una cierta claridad en su significado. Puedo reconocer la irracionalidad de mi miedo.
Siendo más probable que la idea delirante emerge cuando la información saliente genera ambigüedad, puede que eso explique porque la psicosis aumenta selectivamente la saliencia de las malas intenciones de los otros, y no la de los perros, las enfermedades o las alturas , como comentabas Fernando, ya que la información social siempre es más ambigua sobretodo la deducción de intenciones ajenas a través de una mirada, un gesto o una expresividad facial.
Como propone el psicólogo evolucionista Robin Dunbar el entorno social complejo del Homo Sapiens supuso probablemente, una presión selectiva para aumentar la capacidad del cerebro, para poder procesar estímulos más complejos y ambiguos como son los estímulos sociales. Juan Luis Arsuaga comenta que a diferencia de otras muchas especies en el caso del Homo Sapiens el principal elemento de selección natural pudo ser la presión social a diferencia de la presión física de los elementos ambientales que pudieron ser superados por nuestra creciente capacidad de adaptar el entorno a nuestras necesidades mediante la tecnología ancestral. Esa influencia social en nuestro diseño biológico puede explicar la importancia del sistema vivo/humano de Guthrie que comenta Pablo. La información social es saliente para nuestro cerebro pero a su vez es compleja, imprevisible y ambigua.


Sergio del Valle dijo...

Supongo que incluso podría decirse que la saliencia posibilita que veamos contextualmente las cosas.

Pitiklinov dijo...

Artículo reciente que indica que la dopamina registra saliencia sea positiva o negativa:
http://onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1002/cne.23880/abstract