Jonathan Haidt comenta de pasada en su libro The Righteous Mind una idea que me ha parecido oportuno traer aquí, se refiere al concepto de lo innato. Hace unas décadas solía ser arriesgado decir que algo fuera innato porque había que demostrar que eso estaba incluido en el hardware de la especie(hardwired), que no se podía cambiar por la experiencia y que se encontraba en todas las culturas. Con esa definición, casi nada era innato excluyendo algunos reflejos infantiles como el de prensión cuando pones un dedo en la palma de la mano de un bebé y la agarra. Si alguien proponía que cualquier otra cosa más compleja era innata -especialmente si era una diferencia sexual- alguien te diría que en una tribu muy rara de algún lugar del mundo no ocurría esa característica y, por lo tanto, no era innata.
Peri hemos avanzado mucho desde los años 70 en el conocimiento del cerebro y ahora sabemos que una característica puede ser innata sin estar cableada en el hardware y sin ser universal. Según lo explica Gary Marcus el cerebro del recién nacido está precableado ( prewired), es decir, flexible y sujeto al cambio, más que cableado ( hardwired), es decir, fijo o inmutable. Marcus sugiere una analogía muy acertada: el cerebro es como un libro cuyo primer borrador es escrito por los genes en la fase del desarrollo fetal. Ningún capítulo está completo en el momento del nacimiento y algunos son meros esbozos que se irán completando durante la niñez. Pero ni un solo capítulo -sea sobre sexualidad, lenguaje, preferencias alimentarias o moralidad- consiste en páginas en blanco en las cuales la sociedad puede escribir cualquier combinaciones de palabras. La analogía de Marcus lleva a la mejor definición disponible de lo innato, en opinión de Haidt:
La naturaleza provee el primer borrador , que luego la experiencia revisa...”Integrado, o Incorporado” no significa no maleable: significa organizado con anterioridad a la experiencia
Según Haidt, la mente moral viene también organizada con anterioridad a la experiencia. Haidt propone la Teoría de los Pilares Morales según la cual la Moralidad es como una lengua con receptores para cinco sabores. Pero el primer borrador moral es lugo revisado en la niñez produciéndose así las diferentes moralidades que encontramos en las diversas culturas. Lo veremos en próximas entradas.
Referencia:
8 comentarios:
A mi juicio resulta muy problemático el concepto de innato visto desde la analogía del libro cuyo primer borrador está escrito por los genes. Primero porque los genes a su vez están sometidos a un borrador experiencial (las sucesivas ontogenias que los han filtrado) y segundo porque la idea del borrador hace pensar que las variaciones serán siempre superficiales o menores con respecto al contenido base. Siempre me han parecido mejor las analogías orgánicas, por ejemplo el cerebro como la mano tiene una forma y disposición que permite una articulación particular que canaliza las posibilidades operatorias del órgano. Pero a la vez la mano es experiencia necesariamente; la propia forma de la mano se deforma sin la experiencia y todavía más importante, sin la experiencia realmente la mano es como una tabla rasa, puro continente, vacío, nada. La mano es siempre nata, siempre hacedora, viva. No podemos imaginar un borrador de la mano sin imaginarla ya funcionando: tocando, agarrando, amasando, etc. No podemos imaginarla si ponerla en un brazo, sobre un hombro sobre un cuerpo. Lo mismo pasa con el cerebro.
Bueno, cualquier analogía es problemática y puede reflejar mejor unos aspectos que otros. No estoy muy de acuerdo contigo en que la analogía del borrador sugiere que las variaciones posteriores serán superficiales o menores. Si has seguido la labor creativa ( libros, canciones, etc) de cualquier autor puedes ver que las diferencias entre el borrador y el resultado final es increíble en muchos casos. La analogía que tú propones es muy interesante. Otra analogía que he visto a veces es considerar que el cerebro es como una radio antigua o un equipo Hi-fi que trae ya unos determinados botones ( volumen, agudos, graves, etc.) y luego la experiencia es la que afina el nivel de cada botón. Pero creo que la idea fundamental es que tú no puedes añadir botones que no están ahí, puedes regular lo que hay y optimizarlo, pero no le puedes poner al cerebro un botón de graves, por decir algo, si la evolución no lo ha puesto ahí . Que existe una canalización, unos márgenes por los que te puedes mover. No sé si estamos de acuerdo en eso. Y los genes efectivamente no dejan todo regulado y sellado porque sería un suicidio, tienen que dejar un gran margen de variación para que el individuo pueda adaptarse lo mejor posible al ambiente, que no se está quieto y cambia continuamente. Y todo lo que estamos conociendo de Epigenética y demás va en esta línea. Los genes le ponen al ambiente un borrador para que escriba y lo que viene de fábrica en ese borrador es lo que ha demostrado durante millones de años que es lo que esa especie necesita. Es decir, el caballo llega a la estepa con pezuñas y el pez llega al mar con aletas porque su historia previa ha demostrado que es lo que necesitan. Sería poco efectivo que el pez naciera en blanco y se dijera. "caramba aquí en el agua me vendría bien una aleta..." Habría que estar empezando de cero continuamente. Ese trabajo es el que ha hecho ya la evolución, que no es más que historia, la madre de todas las historias. Y los genes, el almacén que guarda los buenos trucos, los que funcionan.
Si naces con un Comodore 64 de serie, no te cabrá el Windows Vista y estarás "prewired" fatalmente. Si naces con un Macbook de serie, la gama de software que podrás instalar ahí será más amplia, incluída la influencia epigenética (no se puede poner sobre donde no hay donde poner). De más puedes ir a menos, pero de menos a más no... No sé, es una idea solamente...
Sí, estoy de acuerdo, va en la línea que estamos comentando
Respondo un poco metafóricamente:
Veo muchos problemas en el dualismo innato-adquirido. A mi juicio todo es experiencia, pero experiencia encarnada, experiencia organoléptica. Se puede decir sin duda que a partir de nuestros genes tendremos un cerebro preparado para organizar de algún modo los estímulos ambientales con los que nos vamos a encontrar, pero de la misma manera se podría decir que los estímulos ambientales que nos vamos a encontrar organizan nuestro cerebro. La genes no es lo único que heredamos, heredamos un entorno. Sin embargo ni los genes ni los estímulos ambientales dan la cara si no es por mediación de los vivientes, de los sujetos orgánicos funcionando. Y solo a través de esa mediación tiene sentido hablar de genes y ambiente. Lo innato, entonces solo se da a través de lo adquirido y viceversa. Porque no es que afinemos un instrumento musical que ya venía de serie, es que en cuanto que sujetos activos intervenimos en la serie: componemos la música valiéndonos del instrumento del que disponemos, que en efecto posibilita o facilita unas melodías más que otras y no permite cualquier composición. Pero en cuanto que ponemos en uso el instrumento (componiendo música) el propio instrumento pasa a depender de la música tanto como la música del instrumento. A través de nuestras composiciones musicales transformamos el instrumento (para adaptarlo a las necesidades de la música)La evolución es la transformación de los instrumentos a través de la música. La música no está escrita, ni siquiera como borrador, en el instrumento. La música está escrita en las exigencias adaptativas que pueden ser recurrentes de generación a generación, de modo que los instrumentos están como diseñados para interpretar una melodía, pero es el sujeto quien la interpreta necesariamente en el trato dinámico con el entorno (experiencialmente)
No solo puedes regular y optimizar lo que tienes a disposición, puedes disponer de lo que tienes de forma innovadora y crear las condiciones para una nueva regularización y optimización de lo que tienes. Del arco, inicialmente usado para cazar, en cuanto que se le da uso musical va tomando formas muy distintas hasta llegar a la guitarra.
Desde el punto de vista ontogenético las estructuras orgánicas son necesariamente maleables y flexibles, es decir, son estructuras funcionales, funcionalmente determinadas. Porque aunque consideradas en abstracto no podamos decir que las estructuras orgánicas son algo absolutamente indeterminado, su determinación positiva es requiere de la actualización funcional. La mano de un chimpacé no le permite hacer cualquier cosa (volar, por ejemplo) pero lo que pueda hacer con ella lo sabemos por sus conductas, por lo que hace positivamente, no lo deducimos de la mano inerte. Los limites, aunque reales, son abstracciones teóricas que deducimos por comparación con los órganos y funciones de otros animales, no de la mano misma. Con el cerebro pasa lo mismo. La plasticidad cerebral tiene una importancia ontológica decisiva, a saber: el cerebro está subordinado a la conducta aunque a su vez la conducta precise de un cerebro. La conducta jamás podremos deducirla del cerebro sin caer en un reduccionismo absurdo y estéril.
Estoy totalmente de acuerdo en todo lo que comentas y con la "filosofía"de fondo en cuanto a la forma de entender la evolución. El primer párrafo que has escrito me encanta y esta frase en concreto es brillante: "La evolución es la transformación de los instrumentos a través de la música".Porque además es así. Yo estoy de acuerdo en que la fuerza motora última de la evolución es el ambiente ( la música en tu analogía). Te diría incluso también de forma metafórica que los genes son "comprimidos" o "condensados" de ambiente, es ambiente almacenado, por así decir, muestras de ambiente interiorizado.
Lo que nos falta para estar de acuerdo totalmente es la escala temporal. Igual yo te interpreto mal pero entiendo a partir de lo que dices en tus comentarios que le otorgas al individuo una mayor capacidad de hacer cambios de la que yo veo. Como bien dices contemplado globalmente en la evolución no existe la dicotomía innato-adquirido, esa dicotomía solo existe desde el punto de vista del individuo u organismo concreto. Yo insisto en que si una tecla o un botón o una característica no está ahí el individuo poco puede hacer. Volviendo a mi ejemplo de pezuñas y aletas si has nacido con pezuña y te vendría bien una aleta pues lo tienes muy difícil. Evidentemente el cambio se puede hacer como lo demuestran las ballenas pero esos cambios ocurren a una escala temporal que no es la del individuo, sino de la especie. Esto no quiere decir que los individuos no tengan nada que hacer o decir. Los primeros mamíferos que se introdujeron en el agua para pescar peces, o lo que fuera, empezaron a cambiar su anatomía, como tú muy bien dices esa conducta cambió el instrumento y acabaron con aletas en vez de pezuñas, pero el cambio llevó miles o millones de años. El primer mamífero que pescó peces nació con pezuña y murió con pezuña.
Salvo este matiz, que probablemente es una interpretación errónea mía en lo demás estamos de acuerdo y te agradezco enormemente estos comentarios tan enriquecedores. Para intentar compensar tu aportación te voy a copiar unos párrafos en relación a este tema que estamos tratando que seguro que te van a gustar aunque no coincidas por completo con ello:
La evolución recopila información acerca del ambiente durante generaciones y almacena este conocimiento en el pool de genes de la especie. Los individuos llegan al mundo con ideas innatas y predisposiciones para aprender ciertas cosas de manera específica. Cada ser humano llega al mundo conociendo lo que tiene que aprender y aquello acerca de lo cual tiene que ser inteligente. Todos llegamos al mundo con el espacio de búsqueda definido estrechamente.-Plotkin,1997
El ADN no es destino, es historia. Tus genes son el legado de todos los organismos que existieron antes que tú, empezando por tus padres y rebobinando para atrás hasta el mismo principio. En algún lugar de tu código genético está el relato de cada plaga, cada parásito, cada depredador, y cada alteración planetaria a la que tus antepasados sobrevivieron. Y cada mutación, cada cambio, que les ayudó a adaptarse mejor a esas circunstancias está escrito ahí. –Sharon Moalem,2007
Nacemos preequipados para entender un mundo nuevo para el individuo pero familiar para la especie
Las mentes de una determinada especie evolucionaron para aprender regularidades relevantes para su modo de vida
Las mentes son manojos de expectativas, preferencias y modos de deducir diseñados para el mayor resultado cognitivo posible con el mínimo esfuerzo
Tienes razón, en mi comentario anterior están un poco mezclada la escala evolutiva o filogenética y la vivencial u ontogenética y resulta un poco confuso. No obstante creo que si no existe la dicotomía innato-adquirido a escala evolutiva o de especie, tampoco a escala de individuo (la escala donde se produce la lucha por la vida). Ahora no tengo tiempo de explicarme, pero lo haré en cuanto tenga un momento. Ahora solo agradecerte este blog tan interesante y que solo recién he descubierto, para mi regocijo.
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