domingo, 14 de agosto de 2016

¿Importan los padres?


Las culturas se transmiten de la generación antigua a la nueva vía el grupo de iguales, no en casa
- Judith Rich Harris

Mi comentario-resumen del libro The Nurture Assumption, de Judith Rich Harris llega con muchos años de retraso (se publicó en 1998), lo que es un motivo de vergüenza para mí pero, como suele decirse, nunca es tarde si la dicha es buena. El libro se tradujo al castellano como El Mito de la Educación, supongo que porque la traducción literal al castellano, “La suposición del ambiente”, “la suposición de la crianza” o algo así, no dice gran cosa. Sinceramente, es el mejor libro de psicología que he leído en mucho tiempo y creo que es lectura obligada para todo psicólogo, y que sus ideas deberían ser más divulgadas entre los maestros y los padres. No quiero decir con esto que haya que aceptar el 100% de lo que dice Harris pero sí que es un libro que nos hace pensar y que nos ayuda a ser críticos con ideas que tenemos muy asumidas y que pueden ser erróneas en buena medida. Lo que ella planteaba en 1998 sigue siendo igual de contraintuitivo, ignorado y “resistido” actualmente. 

Está muy bien escrito y repleto de finas observaciones sobre el desarrollo de los niños y los adolescentes. Harris observa a los niños igual que un ornitólogo a los pájaros o un entomólogo a las hormigas, pero a la vez nos cuenta su experiencia como madre con sus dos hijas. Repasa un montón de bibliografía sobre el tema del desarrollo infantil -no en vano fue escritora de libros de texto sobre el tema- pero encima la analiza con rigor revelándonos lo que hay detrás de correlaciones que a primera vista nos pueden llevar a conclusiones erróneas…una delicia.

El 1% del libro sería que en la forma en que resultan los hijos, su carácter o personalidad,  tiene muy poca importancia la educación recibida en casa proveniente de los padres mientras que las influencias determinantes son: 1) los genes recibidos de los padres y 2) los amigos o “iguales” (peers): el grupo en el que se integre el niño o adolescente. Los padres no tienen prácticamente efecto a largo plazo en el desarrollo de la personalidad del niño.

En el origen de la “suposición del ambiente” le podemos echar la culpa, además de al sentido común, a todas las teoría psicológicas principales, tanto la de Freud y su visión de las experiencias en el núcleo familiar (papá, mamá y el niño) como determinantes para toda la vida posterior, como al conductismo (por ejemplo, el famoso dicho de Watson de que le dieran una docena de niños y que podía hacer de ellos lo que quisiera). En el fondo está también la idea de que los niños son tablas rasas en los que se puede escribir lo que se quiera.

La entrada va a ser un poco larga porque voy a intentar resumir las principales pruebas o argumentos a favor de la idea de Harris y en contra de la suposición por defecto en nuestra sociedad:


1- Los niños acaban tendido el acento a la hora de hablar de sus amigos, no el de los padres. Harris cuenta el caso de unos niños polacos cuyos padres hablaban inglés con mucho acento polaco pero sin embargo los niños hablaban inglés exactamente igual de bien que todos los niños de su barrio, sin ningún tipo de acento extranjero. Los niños inmigrantes toman más cosas, además del acento, de la cultura de su amigos y no de casa porque las de casa no les valen en su ambiente. 

2- Los niños no pueden aprender cómo tienen que comportarse imitando a sus padres porque la mayoría de las cosas que les ven hacer (conducir coches, encender fuego, dar órdenes a otra gente, irse a la cama cuando quieren, etc.) son cosas prohibidas a los niños. Desde el punto de vista de los niños, la socialización implica aprender que se supone que un niño no puede comportarse como los padres. 

Los niños (y los adolescentes) no perciben a los adultos como pertenecientes al mismo grupo que ellos. Hay una división Ellos/ Nosotros y los adultos son Ellos. Y los niños (y los adolescentes) quieren dejar bien claro que no son uno de Ellos, de los adultos. Los modelos de los niños son otros niños, especialmente los que son un poco más mayores porque a estas edades la edad va ligada al estatus. También hay una imitación por sexo y se imita preferentemente a los del mismo sexo, incluso antes de que los niños sepan lo que es el sexo. Como dice Harris, el objetivo de un niño no es ser un adulto exitoso, el objetivo de un niño es ser un niño exitoso. Los adolescentes tampoco intentar ser como los adultos, intentan distinguirse de los adultos. En concreto, tanto los niños como los adolescentes intentar parecerse a los niños o adolescentes de su grupo más exitosos, a los que tienen más estatus.

3- La herencia: los padres proveen a los hijos de genes y de un ambiente, las dos cosas van juntas. Pero el tipo de ambiente que montan para el niño es debido al tipo de padres que son, es decir a sus genes. La mayoría de estudios de las ciencias sociales no valen de nada porque no controlan para la herencia, se olvidan de los genes. Un ejemplo: este es un estudio sobre el fracaso de las adopciones, podéis ver que no aparece la palabra genes. Ya sé que los genes son impopulares pero no están ahí de adorno. Todos los estudios de genética de conducta y todos los que se han publicado después concluyen de forma machacona lo mismo: que el 50% de la variación en cualquier rasgo psicológico o de conducta se debe a los genes y que el otro 50% se debe prácticamente en su totalidad a lo que se llama ambiente no compartido, que es una cosa muy misteriosa, pero que no es el ambiente compartido, es decir, el hogar y los padres. Ver esta entrada sobre personalidad y ambiente

En la práctica, podemos pensar en el ambiente no compartido como todo lo que diferencia a dos hermanos gemelos que viven juntos: algo que ha en el ambiente de uno y no en el del otro. Se suele pensar en cosas como que uno cogió una enfermedad y el otro no, a uno le mordió un perro pero no al otro, o que un maestro favoreció a uno y no al otro, pero no se ha encontrado nada claro. Steven Pinker en este inteligente comentario propone otra cosa, ese ambiente no compartido puede ser ruido o azar: mutaciones somáticas ocurridas tras el nacimiento, influencias prenatales diferentes, ruido en el desarrollo cerebral…sucesos estocásticos en definitiva.

En muchos casos se tiene en cuenta el mal ambiente familiar la hora de explicar la conducta de un niño pero no se va más atrás y no vemos que el mal ambiente familiar puede deberse, por ejemplo, a que los padres sean unos psicópatas, circunstancia que se explica en una proporción sustancial por los genes. Padres agradables suelen tener hijos agradables, pero no por la educación que les han dado sino por los genes que les han pasado.

Gemelos monozigóticos criados juntos no son más iguales que gemelos monozigóticos criados por separado…Tienen los mismos genes, el mismo ambiente, la misma casa, los mismos padre, el mismo colegio y maestros…y no tiene la misma personalidad. Hijos adoptivos  de diferente origen biológico no se parecen entre sí cuando son criados en la misma casa con los mismos padres. Si los padres tuvieran influencia, hijos adoptivos de diferente origen biológico deberían ser más iguales. Tanto en C.I., como en personalidad la correlación entre hijos adoptados de origen diferente criados en la misma casa es prácticamente cero. Hermanos no gemelos criados en la misma casa no se parecen entre sí más que lo que corresponde a los genes que comparten…Crecer en la misma casa no hace que los hermanos se parezcan.

Hay otra alternativa a la de que los padres pintan poco: que los padres tengan diferentes efectos en cada hijo, es decir, que prefieran a un más que a otro, no se trata igual a todos los hijos…Cierto. ¿Pero cómo podemos saber que no se les trata de forma diferente porque los padres están reaccionando a diferencias previas? A un niño bueno se le abraza más y a uno malo se le va a pegar más…No hay que confundir causa con consecuencia, los padres tratan a los niños de forma diferente porque son diferentes. 

4- Los famosos experimentos de Harry Harlow en monos Rhesus. Todos sabemos que los monitos preferían la madre de felpa a la de alambre pero lo que es menos conocido es la continuación de esos experimentos en los que se aprecia que si lo monos se crían sólo con la madre (sin un grupo) los monos son disfuncionales mientras que si los monitos se crían sin madre pero con otros compañeros su desarrollo es normal. Harlow concluyó que las madres no eran necesarias para la socialización, simplemente facilitaban la interacción de las crías con otros monos. Por supuesto, esto ya no encaja con la teoría de Freud y tampoco con la del vínculo de Bowlby, aunque Bowlby se dio cuenta de ello y concibió su apego de una manera más amplia que centrado sólo en un cuidador. En sociedades de cazadores-recolectores y más tradicionales los niños, en cuanto se destetan, son criados por hermanos mayores y otros niños. La madre no puede sustituir a los iguales pero los iguales sí pueden sustituir a la madre.

5- Orden de nacimiento. Siempre se ha dicho que los hijos mayores, los primogénitos,  tienen personalidad diferente a los pequeños o a los que vienen después y que los últimos también son diferentes. Pues bien, todos los estudios que han intentado encontrar estas diferencias han fracasado. Todos los que se había hecho cuando Harris escribió su libro y todos los que se han hecho después, como este más reciente. Tampoco hay diferencias entre hijos únicos e hijos con más hermanos. Es verdad que dentro de la familia, el hermano mayor puede tener más autoridad, por ejemplo, pero esos rasgos de personalidad no se traducen fuera de casa. Es decir, cuando la familia se junta en Navidad puede haber un estatus determinado pero en la vida de los hermanos en el trabajo, en sus familias, etc., no se aprecian diferencias de personalidad fuera del ambiente familiar debidas al orden de nacimiento. Es verdad que los padres pueden señalarlas porque ven el comportamiento en casa pero observadores neutrales que ven los hermanos en su vida normal no las observan. Si un hermano es el rey del mambo en casa pero es el último mono en el colegio lo que va dejar una mayor influencia en su personalidad y desarrollo una vez que sea adulto es su estatus y su trato en el colegio o en el grupo. La personalidad pública es la que el niño adopta cuando no está en casa y es esa personalidad la que se transforma en la personalidad adulta. Ser aceptado o rechazado en el grupo es lo que tiene consecuencias en la personalidad adulta.

Esto nos introduce el tema de que tenemos muchos “yos” y que nos comportamos de forma diferente en diferentes contextos. Aprender con mami lo que hay que hacer está muy bien pero eso no quiere decir que el niño lo transfiera a otros contextos como la escuela.  Precisamente porque lo que vale en casa con mami  no vale en otros sitios. ¿Cuantas veces van los padres a hablar con el maestro del niño y les parece que el maestro les está hablando de otro niño? Y con frecuencia se comporta mejor en clase que en casa…¡pero si en casa es un obstinado! Y aprovecho para decir que si los niños se comportan de forma diferente o disocial en la calle a como se comportan en casa se suele culpar a los padres. Pero los padres no tienen la culpa de que  los niños no transfieran esas conductas a otros contextos.

6- Transmisión de la cultura. A su hipótesis de que es el grupo el que socializa a los niños Harris lo llama “Teoría de socialización de grupo” y Harris tiene sus propias ideas sobre cómo se transmite la cultura. La idea estándar es que la cultura se transmite de padres a hijos. La vía que propone Harris es grupo de los padres > grupo de los niños > hijos. Los niños pueden imitar a los padres, pueden imitar a todos los adultos o pueden imitar a otros niños. Lo que ocurre es que en la vida normal no podemos separar estas diferentes influencias porque están correlacionadas: la cultura de los amigos de los padres es la misma que los padres y es la misma que la del grupo de los hijos. Pero hay casos excepcionales donde estas culturas no coinciden. Harris estudia el caso de inmigrantes, el caso de la cultura de los sordos y la aristocracia inglesa de otros siglos en la que los padres no veían apenas ni educaban a sus hijos. En estos casos se ve que los niños toman la cultura de otros niños. Por ejemplo, cuando empezó el lenguaje de signos los niños sordos lo aprendían de otros niños sordos porque ni sus padres ni los maestros lo hablaban. También hay casos de niños que han inventado su propio lenguaje, como un caso de pidgin estudiado en Hawai. 

Es por esto que impedir por ejemplo que un niño vea la TV no va a proteger al niño de su influencia si todos sus amigos la ven. El impacto de la TV no es sobre el niño individual sino sobre el grupo. Y si el grupo del niño no es influenciado por la TV tampoco lo será el niño. Lo que aparece en TV afectará al niño sólo si se incorpora a la cultura de su grupo. Hay experimentos donde los niños realizan las mismas elecciones morales o inmorales que sus amigos y hermanos y no lo que les han enseñado sus padres. Muchas veces lo que los niños aprenden sobre moralidad de sus padres no va más allá de la puerta de casa. Difícil de creer pero digno de tener en cuenta. Los niños no son receptores pasivos de la cultura de los padres, tienen su propia cultura.

En este sentido Harris sí atribuye un papel más importante a los maestros porque los maestros están a cargo o controlan a un grupo de niños y pueden influenciar las actitudes de todo el grupo y así la de cada niño. Hay que tener cuidado con las subcategorías y con lo que se llama efecto de contraste de grupo: si formamos dos grupos diferentes estos tienden a diferenciarse (sea chicos y chicas o por razas o por inteligencia). Por ejemplo, si hacemos un grupo de los que leen bien y los que leen mal automáticamente los buenos lectores van a mejorar y los malos lectores van a empeorar. El maestro es un líder, aunque no forme parte del grupo infantil, y puede influenciar al grupo de muchas maneras. 

Los líderes influencias a los grupos de tres formas. La primera es que el líder influencia las normas del grupo. La segunda es que el líder define los limites del grupo, quiénes son ELLOS y quienes somos NOSOTROS. Y la tercera es que un líder puede definir la imagen, el estereotipo, que el grupo tiene de sí mismo. No podemos entrar en detalle pero Harris analiza el caso de varios maestros excepcionalmente buenos que educaron grupos muy exitosos de alumnos y todos ellos supieron crear una fuerte cohesión de grupo, darles un objetivo común, crear la sensación de que todos iban en el mismo barco. 

Los niños no pueden cambiar la cultura, no tienen la suficiente independencia. Los adultos tampoco cambian la cultura, son los que mantienen el estatus quo. Los que cambian la cultura son los adolescentes en la segunda-tercera década de la vida porque el sentimiento de grupo les motiva a ser diferentes de la generación de su padres y maestros. ¿Que nuestros padres fuman marihuana? Vale, tendremos que buscar algo nuevo que fumar nosotros.

Los adolescentes “majos” se suelen llevar bien con sus padres, los adolescentes que son miembros de grupos delincuentes se llevan mal con sus padres. Los psicólogos estándar interpretan que eso es culpa de los padres: los adolescentes majos han sido bien influidos por sus padres porque han utilizado un estilo de crianza adecuado, los adolescentes malos lo son porque los padres han utilizado un estilo malo de crianza. Harris no lo ve así. Para ella tanto los adolescentes buenos como los malos han sido influenciados por su grupo  sólo que cada uno ha caído en un grupo diferente. Por ejemplo, la investigación dice que el mejor predictor de si un adolescente fumará es si fuman sus amigos. Es mejor predictor que el hecho de que fumen sus padres. Y aquí entran los genes. Un niño con mayor tendencia a la búsqueda de novedades o apertura a la experiencia (rasgos determinando en buena parte genéticamente) tenderá a buscar un grupo de amigos que experimenta más con drogas.

Harris bromea sobre cuál sería el mejor anuncio publicitario para que los adolescentes dejaran de fumar¿Cuál sería la mejor manera de convencer a los adolescentes de no fumar? Una campaña que dijera que fumar es un complot de los adultos contra los adolescentes, mostrar que es algo que los adultos quieren que hagan en vez de que es algo que ellos quieren hacer.

Merece la pena repetir de nuevo una de las ideas centrales de Harris: la personalidad que adquirimos en nuestra niñez y adolescencia -por la influencia del grupo-  es la que nos acompaña el resto de nuestra vida. Es el “yo” que sigue mirándonos a los ojos incluso cuando usamos bifocales.

Es imposible resumir un libro de 400 páginas así que tenemos que dejarlo en algún punto. Pero aquí nos interesa el enfoque evolucionista de la mente humana así que podemos preguntarnos: ¿Tiene sentido desde el punto de vista evolucionista todo lo que dice Harris? Os transcribo un párrafo de Joseph Henrich de su libro The Secret of our success:

“Para los niños centrarse en aprender de los niños más mayores les permite aprender de individuos más experimentados mientras que al mismo tiempo les provee un sistema de “auto-andamiaje” de ir gradualmente de capacidades menos complejas a más complejas. La idea es que aunque el que aprende puede localizar y aprender del más exitoso o experimentado de su comunidad, los muy jóvenes o inexpertos no tienen todavía las capacidades para beneficiarse de matices y cosas que los mejores cazadores hacen. Por contra, al centrarse en niños más mayores los más jóvenes toman un modelo que opera a un nivel de complejidad algo mayor que el suyo. esto crea un proceso suave y gradual de adquisición de capacidades y los que están aprendiendo pueden ir hacia delante y atrás, es decir a ver lo que hacen los más mayores y a practicar ellos y repetir el proceso según van creciendo. Esta es la razón por la que los niños más jóvenes a menudo se muestran desesperados por estar con sus “primos mayores” o hermanos mayores, y por qué los grupos mixtos de edades para jugar son la norma en las sociedades pequeñas.”

@pitiklinov

PS_ Recomiendo este video en el que sale la propia Rich Harris:
https://www.youtube.com/watch?v=TdPSQDEYXz4&feature=youtu.be





















14 comentarios:

Ensoñaciones Diurnas dijo...

Ciertamente el planteo es contra-intuitivo, pero parece estar lleno de indicadores empíricos que dan fe de los argumentos. Ahora bien, si yo, por ejemplo, decido que no voy a dejar que mi hijo estudie una carrera universitaria (supongamos que viviésemos en una cultura que atribuyese tal poder al padre), ¿no estoy influyendo en su destino, en el tipo de ambientes a los que se verá expuesto y, en definitiva, en su futuro?

Anónimo dijo...

El tema está muy bien, y da respuestas. Ahora bien, no sé si Harris lo señala pero, ¿no hay también una influencia grande de los genes a la hora de elegir tu grupo de amigos en la niñez/adolescencia? Quiero decir, si eres una persona con CI alto y caes en un colegio o en un barrio con gente de menor CI, es probable que tiendas a relacionarte menos, porque no hay nadie que pertenezca a tu misma "tribu". Los amigos no suelen caer del cielo, y en corriente ver en los institutos distintas cuadrillas o grupos marcadas por diferentes personalidades: los empollones, los deportistas, los malotes...

Aunque, en otro sentido, el barrio o el colegio que los padres elijan para criar-educar al niño sí tendría mucha influencia, como señala Camilus Campaña. ¿Qué pasa con la gente que por genética muestra características muy opuestas o poco adaptadas al entorno de amigos en el que se ha criado (colegio, barrio, ciudad...)? ¿Se aíslan, buscan otras amistades fuera de su comunidad, se acaban adaptando?

anónimo dijo...

¿Y la transmisión de la cultura se realiza siempre igual, a través de los iguales? ¿No hay sociedades en las que los padres y los antepasados son más importantes que en otras? En las sociedades humanas, a diferencia del resto de los animales, los antepasados son muy importantes y suelen ser el ejemplo para las futuras generaciones. Quizás estemos tomando la sociedad actual occidental como un modelo único. Esto no quita importancia a la información genética, simplemente creo que hay que aclarar que no hay una correspondencia exacta entre sociedades humanas y otras sociedades animales porque en las humanas existe una gran construcción cultural, que no existe en las demás, a través de la cual se transmiten los conocimientos.

Pitiklinov dijo...

Sí, claro. La mayor influencia que pueden tener los padres es elegir el ambiente, el barrio y la escuela donde los niños se van a criar porque, según Harris, es donde van a ser socializados. Planteas también el tema de las influencias negativas de los padres, no las positivas. Harris dedica a ello el capitulo 13. Está claro que en casos de malos tratos los padres pueden tener influencias en la personalidad final del niño entre otras cosas porque los malos tratos pueden dar lesiones cerebrales o pueden originar cuadros como un Trastorno por Estrés Post-traumático. También si no alimento a mi hijo bien puede tener consecuencias físicas ( menor estatura, enfermedades) y psíquicas. ¿Pero qué padres maltratan a sus hijos? Padres con trastornos mentales, trastornos de personalidad, etc., así que hay que pensar también la herencia.

Tendríamos que analizar la secuencia de un caso como el que planteas. ¿Por qué le vas a prohibir hacer una carrera a tu hijo? ¿eres tú un psicópata? ¿tu hijo se ha portado mal contigo y quieres castigarle, lo cual igual indica que el chico ya “viene torcido”? De todos modos hablamos de personalidad y C.I., no de nivel de riqueza. Si tú vas al paro y no le puedes mandar a tu hijo a la universidad claro que vas a influir en su futuro nivel de ingresos pero el efecto sobre la personalidad sería porque os tenéis que ir a vivir a un barrio más pobre donde va a tener amigos de otro tipo, etc.

En cualquier caso la influencia, según Harris, sería indirecta, por los genes y por el barrio o amigos que “escogieras” o al que los niños estuvieran expuestos

Un saludo

Pitiklinov dijo...

Harris habla mucho de todo eso que planteas y coincide con todo lo que dices: la importancia de las tribus o subgrupos y de que caigas en una u otra. Pero también, como planteas, el hijo tiene una genética que le va a llevar más a unos grupos que a otros.

Sobre lo que ocurre con los que no se adaptan o no encajan con los grupos disponibles, en principio la respuesta es que lo tienen mal. La propia Harris vivió 4 años apartada o excluida de un grupo y considera que eso la marcó para siempre. Tienes que encontrar un rol que el grupo valore: el deportista, el empollón que les ayuda con los deberes o algo…En caso contrario quedaras excluido y eso sí puede tener consecuencias en tu desarrollo posterior. Lo que no habla Harris, porque el libro es algo antiguo, es de la posibilidad de que los niños se puedan socializar por Internet, es decir adscribiéndose a grupos virtuales y que eso pueda suplir la exclusión que sufren en su barrio o escuela. No sé si hay estudios sobre eso.

Saludos

Pitiklinov dijo...

Tienes toda la razón. Harris no niega eso. Lo que plantea es que la vía es diferente. Pensamos que la transmisión cultural va: cultura de la tribu/mayores > padres > hijos. Lo que Harris plantea es que la socialización va: cultura de la tribu/mayores > grupo de los hijos > hijos. La cultura de los mayores va al grupo de los hijos (de todos: tus hijos y los de tus vecinos) y, luego, de ese grupo a tus hijos.

Así que la importancia de la cultura acumulada y de los que mantienen esa cultura es fundamental, claro. Ellos son el origen. Pero también en esa cultura serán los jóvenes los que incorporen innovaciones y modificaciones a la cultura tradicional.

Un saludo

Daniel dijo...

"Las culturas se transmiten de la generación antigua a la nueva vía el grupo de iguales, no en casa
- Judith Rich Harris"

Uh esto contradice Durhkeim y lo qu enos pasamos creyendo en psicología y educación. Aún no leí la nota pero necesito más datos.

Ensoñaciones Diurnas dijo...

Claro calro. Ahora creo que lo entiendo mejor, jeje! Gracias!Pd: sé que tal vez estoy siendo muy pedigüeño,pero: ¿podrás poner algo más sobre Haidt o en general sobre psicología de la moral? Es que me encanta el tema y me encantan los artículos que has subido al respecto. Saludos y, otra vez, felicitaciones por el blog.

Pitiklinov dijo...

La psicología de la moral y la evolución de la moral también es uno de mis temas favoritos así que volveré sobre ello, seguro :)
Gracias

Arturo dijo...

Cuando estudiaba el bachillerato me dio clases de literatura un conocido escritor gallego,Xosé Luís Mendez Ferrín. Recuerdo muchas cosas de las que nos hablaba, y entre ellas nos comentó que existía una subcultura infantil que operaba tal como comentas en esta entrada. Nos decía que había juegos que los niños jugaban de cierta manera y en determinados momentos del año según un calendario y unas normas que nadie les imponía, si no que se transmitía de unos a otros y de mayores a pequeños. Tambíen otros conocimientos como la construcción de algunos juegos y juguetes, informaciones que no te dan los padres (por ejemplo de contenido sexual), y mucho sobre como se debe ser y hacer. Estoy hablando del año 75, antes del libro, claro.
Esas cosa que nos contaba el porfe yo las observé en el ambiente y lo corroboré comentándolo con otros chicos

Arturo dijo...

La expresión "subcultura infantil" fue la que él utilizó

Pitiklinov dijo...

Sí, Harris habla también de eso. Observador fino Mendez Ferrin
Gracias por compartirlo

Paco traver dijo...

Eso del ambiente compartido es dificil de pillar puesto que cada hermano cumple un papel en el deseo de los padres.

Anónimo dijo...

Ramón Nogueras hablando de este mismo libro: https://youtu.be/oKvNw4mnRcI