El verdadero problema de la humanidad es el siguiente: tenemos emociones paleolíticas, instituciones medievales y tecnología divina
-E.O. Wilson
La solución o tratamiento del problema, como ocurre en Medicina, pasa por un buen diagnóstico y creo que el que se hace normalmente de este problema no es acertado porque se olvida de la irracionalidad humana. Lo habitual es considerar que se trata de un problema de información, o de educación, y que estas cosas se arreglan con más educación o “leyendo”. Sólo voy a dar dos datos que creo que contradicen esa hipótesis: 1) los padres que se oponen a la vacunación de sus hijos en USA tienen más nivel educativo y económico, no menos, que los que vacunan a sus hijos 2) existen médicos homeópatas y que apoyan la homeopatía. Creo que no hace falta decir más.
Opino que lo que está ocurriendo tiene que ver en buena medida con la naturaleza humana y que mientras no entendamos cómo es la naturaleza humana nos vamos a seguir equivocando. Pensamos que somos seres racionales y que a la gente que tiene creencias erróneas basta darle la información adecuada para que cambie de opinión. Cuando esto no ocurre pensamos primero que los que siguen en el error son tontos, y después que son malos (las tres suposiciones sobre el error). Estamos repitiendo con los “magufos” el error que Dawkins está cometiendo con la religión: creer que con explicar que las ideas religiosas son ideas irracionales, y que las científicas son más racionales, las primeras van a ser abandonadas.
También podríamos caer en el error de explicar las actitudes anticiencia desde la política y pensar que eso es cosa de la derecha que es la que cree en Dios y se opone a la ciencia (evolución, cambio climático…). Pero, como dice Jonathan Haidt en la toma de la conferencia Boyarsky que veis ahí, tanto la derecha como la izquierda niegan la ciencia cuando no les va bien, cuando son verdades que no les convienen. La izquierda, por ejemplo, ha negado la influencia hereditaria en la inteligencia, las diferencias sexuales y la evolución del “cuello para arriba” apostando en muchos temas por concebir la naturaleza humana como una “tabla rasa”.
Hoy en día sabemos que la mente humana es propensa a cantidad de sesgos como el sesgo de confirmación, el razonamiento motivado, el sesgo de negatividad, el sesgo optimista y muchos más, y sabemos que esos sesgos tienen una explicación en nuestra historia evolutiva. Sabemos que las creencias religiosas pueden ser adaptativas por servir como cemento social y sabemos también que las creencias confieren identidad, que por medio de ellas decimos a qué tribu pertenecemos y quiénes somos. Por eso, cambiar de ideas es cambiar de tribu y eso no es nada fácil. Cambiar de ideas o creencias no es sólo un cambio cognitivo o psicológico, es un cambio de identidad y de vida.
Lo que digo no implica abandonar la educación, por supuesto, y creo en ese sentido que los científicos deberían hacer un mayor esfuerzo por comunicar con la sociedad explicando de una manera lo más sencilla posible sus descubrimientos a los ciudadanos. Se está produciendo un peligroso divorcio entre una ciencia cada vez más lejana y sofisticada y la gente de la calle. Caricaturizo a propósito pero estamos viendo que, de vez en cuando, los “grandes sacerdotes” que manejan los aceleradores de partículas, los telescopios y los láseres dan una conferencia de prensa para decirnos que han encontrado el bosón de Higgs o las ondas gravitatorias, casi de igual manera que Moisés le dijo al pueblo elegido que había visto a Dios y le había dado unas tablas. Pero la gente de la calle no tiene criterio para ubicar esos descubrimientos en su mundo mental o para criticarlos. Corremos el riesgo de que la ciencia se convierta en algo que hace una élite y que no conecta con la vida normal de la gente. La pseudociencia, por contra, utiliza una narrativa y cuenta unas historias que, al parecer, conectan mejor con la intuición de la gente.
Tal vez no puede ser de otra manera pero el resultado que estamos viendo es, como muy bien dice Cesar Tomé, que aceptamos la tecnología pero rechazamos la ciencia que hay detrás. Porque la tecnología no entra en conflicto, o no lo hace de forma tan frontal, con el mundo mental de cada persona como las ideas que están detrás. Utilizar un mando a distancia, un móvil o un ordenador no nos genera tantos problemas como que nos digan que los genes influyen en nuestra inteligencia, en nuestra personalidad o en nuestro concepto de la belleza.
Pero información y educación creo que no es suficiente. También hay que intentar entender la parte irracional de la mente humana; intentar comprender , por ejemplo, la relación que hay entre creencia e identidad, o por qué triunfan las explicaciones conspiranoicas, o por qué somos presa de los sesgos cognitivos y cómo podemos intentar combatirlos. Si queremos tener éxito en conseguir que la gente abandone sus creencias erróneas hay que intentar averiguar también qué tienen las pseudociencias que las hace encajar mejor con nuestras emociones paleolíticas. Hay que entender el poder de atracción de la narrativa de la pseudociencia para nuestra psicología humana para poder combatirla.
@pitiklinov
Referencias:
19 comentarios:
El "problema" tiene dos vertientes, y sólo se ha examinado una. La afición humana por los cuentos irracionales.
El otro aspecto es más delicado. Estamos muy seguros de que "ciencia" y "pseudociencia" son dos términos muy claros y que no han cambiado significativamente en las últimas décadas. Sin embargo "pseudociencia es una idea que tiene una explosión poco después de 1960:
https://books.google.com/ngrams/graph?content=pseudoscience&year_start=1800&year_end=2000&corpus=15&smoothing=3&share=&direct_url=t1%3B%2Cpseudoscience%3B%2Cc0
Mientras que "ciencia" no ha padecido tal fenómeno.
https://books.google.com/ngrams/graph?content=science&year_start=1800&year_end=2000&corpus=15&smoothing=3&share=&direct_url=t1%3B%2Cscience%3B%2Cc0
¿De dónde viene esa explosión de "pseudociencia"? ¿Ocurre con mas frecuencia desde 1960, o es que nos preocupa más desde esa fecha? Podemos tratar de medir esa preocupación, si existe. Una expresión que podría indicarlo es la preocupación por el "consenso científico".
¡Bingo! Tiene una explosión en la misma fecha.
https://books.google.com/ngrams/graph?content=scientific+consensus&year_start=1800&year_end=2000&corpus=15&smoothing=3&share=&direct_url=t1%3B%2Cscientific%20consensus%3B%2Cc0
Probablemente la preocupación por la "pseudociencia" y la preocupación por el "consenso científico" son el mismo fenómeno. Pero a la ciencia que se hizo entre Galileo y Feynman no le preocupaba ni el "consenso científico" ni la "pseudociencia". Y sin esa preocupación consiguieron hacer básicamente TODA la ciencia que tenemos. ¿Alguna revolución científica después de Feynman?
Hay más pistas de cosas que ocurrieron hacia poco después de 1960. Por ejemplo, la Royal Society eliminó su "mandamiento" principal de la revista Philosophical Transactions.
- … es una regla establecida de la Sociedad, a la que siempre se adherirá, no dar nunca una opinión como cuerpo, en ningún asunto que se le presente, tanto sea de la naturaleza como del arte.
O sea, la norma que había servido de ejemplo para toda academia científica, entre Newton y Feynman, había dejado de servir. Y eso debería hacernos sospechar que "ciencia" tiene un significado diferente, hoy, de lo que significaba entre Newton y Feynman. Y por tanto, también "pseudociencia".
¿Hay algún motivo para pensar que hoy tengamos mas razón que Feynman? Feynman se hinchó a hablar de pesudociencia. Nunca pasó por su cabeza la idea de utilizar "consenso científico", ni la opinión de ninguna academia, para definir "pseudociencia". Usaba la idea de "leyes", que no es más que capacidad demostrada de predecir algo. Y para eso no necesitaba una academia separando ciencia de pseudociencia. Basta preguntar por las predicciones.
https://www.youtube.com/watch?v=IaO69CF5mbY
La afición humana a los cuentos irracionales probablemente no va a cambiar nunca. O hasta que no cambie la humanidad. El prestigio que venía teniendo "la ciencia" puede perfectamente cambiar, si se convierte en un asunto de opinión de las academias, y los consensos, en vez de un asunto de predicciones acertadas. Los consensos, al final, sólo son un cuento de buenos y malos. O sea, la esencia de esa irracionalidad que tanto nos apasiona.
Perdón por el rollo. Pero hay tela que cortar.
No estoy muy de acuerdo con esto. El ser que se cree racional y dueño de su voluntad tiene menos fe que la persona espiritual? Es tan tonta la persona espiritual cuando usa su espiritualidad para sentirse mejor? Y cuanto mega científico no cree en la homeopatía, pero por supuesto la salud cardiovascular es cuestión de colesterol y la depresión un déficit de serotonina, el sol causa melanoma, la mamografía impiden el cancer avanzado y salva vidas... ¿sigo?
No estoy yo muy seguro de las personas que se separan tanto de los demás sean tan distintos a los demás como creen. A ver si vamos a estar con aquello de que el 95% de los conductores creen conducir mejor que el resto.
PD: y no tendrá el auge de la pseudociencia algo que ver con que la ciencia y la medicina no recoge muchas necesidades terapéuticas? O eso, o la gente es tonta sin más y los cientificistas muy listos. Porque en los papers es todo muy bonito y el papel lo aguanta todo. A muchos de esos cientificistas que pontifican sobre tecnofilia y quimiofilia les ponia yo delante de pacientes con sus papers y sus entradas de blog y les decía, ale machote. Saca pecho aquí, que en internet es muy facil.
Una forma mejor de medir lo de "pseudociencia" y "consenso científico". La frecuencia de los términos en relación con la frecuencia de la expresión "ciencia" (a secas) en la literatura digitalizada por Google Books en inglés.
1) Pseudociencia / ciencia:
https://books.google.com/ngrams/graph?content=pseudoscience+%2F+science&year_start=1800&year_end=2008&corpus=15&smoothing=3&share=&direct_url=t1%3B%2C%28pseudoscience%20/%20science%29%3B%2Cc0
2) Consenso científico / ciencia:
https://books.google.com/ngrams/graph?content=scientific+consensus+%2F+science&year_start=1800&year_end=2008&corpus=15&smoothing=3&share=&direct_url=t1%3B%2C%28scientific%20consensus%20/%20science%29%3B%2Cc0
¿Es posible que durante la época de la ciencia -digamos- clásica, se juzgara la ciencia mediante "hard facts"; y que ahora lo hagamos adjetivando ("name calling")? Pinta, tiene. Lo que no se entiende bien es qué motivos habría para pensar que el segundo procedimiento es más virtuoso.
Obviamente, ese cambio de estrategia provoca un "auge de la pseudociencia". Es inevitable. Pero se trataría de un auge en hablar sobre pseudociencia, no de un auge de la producción de fantasía "cientififorme".
Muchas gracias a los dos por los comentarios porque son muy interesantes.
Plazamoyua, no sé si entiendo a dónde quieres llegar. No sé si estás planteando que a partir de los 60 aparece una preocupación por el consenso y entonces se deja fuera a la pseudociencia. Si te refieres a que a partir de esa época surge un interés por crear una "ciencia oficial" y que entonces se habla más de pseudociencia para referirse a lo queda fuera, probablemente tienes mucha razón.
Este es un tema que a mí personalmente me preocupa mucho y en el que es difícil encontrar el punto medio. Si metemos la política u organismos oficiales en la ciencia que nos digan cuál es la verdad creo que vamos mal. Si hubieran existido esos organismos en tiempos pasados habrían sido un obstáculo para la ciencia. Por ejemplo, en tiempos de Semmelweis la ciencia oficial habría ido contra él (como fueron sus colegas) a pesar de tener razón. No es la primera vez en ciencia en que el excéntrico, el raro, el heterodoxo es el que tiene la razón. Muscleblog cita muchos casos de esos y en el futuro aparecerán muchos más, seguro, esto no ha acabado.
Así que estoy en contra de un "ciencia oficial" generada por consenso, por el riesgo de cosas como la de Stalin /Lysenko y otros.
Pero, por otro lado, tenemos que tomar decisiones por ejemplo en temas de salud y decidir si se vacuna a los niños o no. Y en casos como este no veo problema en que se acepte el consenso actual, lo que dicen los estudios actuales y se recomiende la vacunación a pesar de sus efectos secundarios cuando se entienden que están balanceados con los riesgos. Tal vez en el futuro haya más información pero en este tema , por ejemplo, creo que hay que aceptar los estudios que dicen que las vacunas no causan autismo...
Por otro lado, a la luz de tu comentario, Plazamoyua, creo que he mezclado dos temas diferentes en el post y que no he estado muy acertado. En esa parte que tú comentas, si te he interpretado bien, hay mucha tela que cortar, como dices (por cierto, mete también negationism en NGram viewer...).
Pero luego hay otro tipo de fenómenos, como que en pleno siglo XXI en las bocas de metro de las ciudades haya hechiceros que se anuncian diciendo que te curan tus enfermedades y no sólo eso sino también tus problemas de amor y de dinero...y es verdaderamente chocante...con educación pública obligatoria, etc.
Igual no es un "auge" de la pseudociencia, pero la simple "persistencia" de cosas como estas es verdaderamente para desanimar al más pintado y suena a anacronismo. La mayoría pensábamos que con "cultura" y "educación" eso se iba a erradicar y es ahí donde yo hablaba de la naturaleza humana y de que nuestra creencia de que el hombre es un animal racional falla. Sería mejor quedarnos en que el hombre es un animal "un poco racional". Es ahí donde creo que E.O. Wilson lo clava...
Y estoy muy de acuerdo con los acertados comentarios de Muscleblog. El primero me ha hecho acordarme de una anécdota que se cuenta de John Nash que padeció esquizofrenia y alguien le preguntó que cómo un científico como él, acostumbrado al rigor científico pudo creerse que le perseguían y esas cosas. Y él contesto algo así como "es que esas ideas venían del mismo sitio que las otras". Así que no somos tan distintos los que creen "cosas locas" y los que no como dice Muscleblog.
Y en temas de salud es también evidente lo que comenta. Por un lado está el miedo a la muerte que lleva a la gente a probar cualquier cosa. Pero por otro estoy de acuerdo con él en que no cubrimos las necesidades de los pacientes desde la medicina oficial, porque no "tocamos", no "hablamos", no "escuchamos" y en esto creo que ignoramos también nuestra naturaleza mamífera necesitada de vínculos, y mucha medicina alternativa sí ofrece eso que necesita nuestra naturaleza.
En fin, que habría muchas cosas que matizar.
Gracias por esas ideas tan interesantes.
Aquí está la anécdota de Nash. Lo que le preguntaron es cómo pudo creer que los extraterrestres le mandaban mensajes y contestó que esas ideas le vinieron de la mima manera que las ideas matemáticas y por eso las tomó en serio:
http://www.theatlantic.com/national/archive/2015/05/john-nashs-beautiful-life/394061/
Me apunto al último párrafo de Pitiklinov de su último comentario.
Si nos centramos en “pseudomedicina”, que es uno de los temas polemizados en los medios desde hace poco tiempo, veo que los “antimagufos” se limitan a llamar tontos a los usuarios de terapias alternativas, y engañabobos a los terapeutas (y cuidado, que los hay que meten en el mismo saco a magos de vudú y a sicoanalistas, a la quiromancia y al parto en casa).
Yo creo que eso no funciona. Lo que creo que funcionaria sería que el sector sanitario se preguntase “qué estamos haciendo mal”.
Muchas mujeres que deciden dar a luz en su casa, tuvieron un hijo anterior en hospital. ¿Cuántos pacientes de homeopatía no habrán estado primero en tratamiento médico convencional? Probablemente, todos.
A veces parece que lo que querrían estos “antimagufos” sería que el Estado prohibiera esas actividades. Algo muy difícil en una economía liberal donde prima el negocio. Ya lo dijo el ministro de sanidad cuando un niño falleció por no estar vacunado: “la vacunación obligatoria es propia de países del Este”. Ese es el pensamiento dominante.
Pitiklinov está dando por hecho que la educación no ha servido para hacernos racionales. Y yo lo que digo es que NO HA HABIDO EDUCACION. La sociedad española no ha tomado la decisión consciente, jamás, de convertirse en una “sociedad de conocimiento”. No ha habido un proyecto educativo con la decisión honesta de elevar el nivel intelectual y cultural de la población española. La televisión ha hecho dejación de su función de “formar” y se ha convertido en la principal herramienta de idiotización de la sociedad. Y yo me temo que estos hechos han sido llevados a cabo de forma premeditada.
Por lo tanto, no podemos saber lo que habría pasado si hubiésemos impartido una verdadera educación.
Muy buena la anécdota de Nash. A mi estos movimientos "científicos" me parecen maniqueismo rancio, y es llamativa la rigidez cognitiva y el grado de agresión. Intuyo que ese deseo de controlar a los demás, el prohibicionismo y la obediencia a normas rígidas que propagan surge de poca tolerancia a la incertidumbre y de inseguridades personales. Es extremadamente llamativo el fuerte discurso ideológico y la uniformidad de pensamiento de los miembros de estos grupos. Todos opinan lo mismo, de los mismos temas, y tienen las mismas conclusiones de manera predecible y recurrente. ¿Racionalidad? Solo veo groupthinking de manual de Janis. El resto es la simple consecuencia de la cultura tecnofílica que vivimos. Si mi smartphone cada año es mejor, los fármacos también. Esto ya es, dejando los mecanismos implícitos de aprendizaje al margen, ignorancia. No es casualidad que la inmensa mayoría de este tipo de gente autoproclamada "racional", "escéptica", etc, sean estudiantes de ciencias tecnológicas y químicas que jamás han tratado a una persona enferma, y tienen una idea quijotesca a base de PDFs.
Por otro lado, no creo que la racionalidad sea el fin de la existencia del ser humano. Si la espiritualidad es tan universal, es porque debe tener valor adaptativo. Recordemos el realismo depresivo, el sesgo optimista, etc.
Por último, el objeto del sistema de salud no es la ciencia, sino cuidar a las personas. Y a su vez el objeto de la ciencia no es que un mecanismo químico pase un P.05, esto es un surrogate de la ciencia, no de significación clínica. Lo que esta gente cree eficaz, no lo convierte en relevante ni adecuado, mucho menos en efectiva, y aún menos eficiente, y la mayoría de propuestas del cientificismo no aguanta una comparación con políticas de salud pública. Muchas cosas con "evidencia científica" dañan más que benefician. Muchas "pseudociencias" tienen precisamente la virtud de disminuir el daño yatrogénico. Pero claro reparar en esto pone en peligro el fuerte discurso ideológico.
Que hay idiotizacion con la pseudociencias, desde luego. Lo divertido es que ellos piensan que no están idiotizados con la tecnofilia. Es que anda que no es cómico.
En psicología hay patrones que están manipulados, los que utilizan la manipulación psicológica, que es lo que estas creando, problemas mentales. Quien utiliza la manipulación psicológica, cuando te metes con ellos te dicen, tu estas mal, lo dice la psicología,
Además la verdadera psicología tiene que ser igual que cuando te enseñan a leer y escribir, eso no lo hace la psicología, lo único que hacen anular los pensamientos con medicamentos, pero el problema sigue,hay tres factores importantes para tener una buena psicología, saber utilizarlo, la mente, la conciencia y el siguiente no lo bais a entender, la ciencia no sabe todavía como funciona y lo que es.
Además la verdadera psicología tiene que ser igual que cuando te enseñan a leer y escribir, eso no lo hace la psicología, lo único que hacen anular los pensamientos con medicamentos, pero el problema sigue,hay tres factores importantes para tener una buena psicología, saber utilizarlo, la mente, la conciencia y el siguiente no lo bais a entender, la ciencia no sabe todavía como funciona y lo que es.
"Igual no es un "auge" de la pseudociencia, pero la simple "persistencia" de cosas como estas es verdaderamente para desanimar al más pintado y suena a anacronismo"
Estoy de acuerdo con este comentario de Pitiklinov. El esoterismo y la seudociencia eran más poderosos e influyentes hace cien años que ahora. Thomas Mann, por ejemplo, incluye una conmovedora escena en "La montaña mágica" centrada en una sesión de espiritismo. Ningún novelista profundo y de prestigio haría algo semejante hoy en una obra suya de tanta ambición trascendente. También Conan Doyle se interesó seriamente por esos temas, mientras que hoy solo se meten en la "Cienciología" y cosas así las estrellas de cine y los cantantes.
Al mismo tiempo, ideologías como el nazismo y cosas como lo de Lysenko tampoco hoy tienen mucho recorrido. Las estadísticas demuestran que la racionalidad y el ateísmo siguen creciendo.
El problema, sí, es la "persistencia"... que esperábamos más para esta época. Quizá no baste con ser pacientes, y habría que hacer algo...
La última frase muy aplicable a ti mismo
¿Es bueno que la gente deje de tener "creencias erróneas"? Cada vez soy más escéptico sobre este axioma de la "neoilustración", y llevo muchos años siéndolo. El hecho de que el progreso social dependa en buena medida (aunque no únicamente, ni quizá principalmente, y seguro que no linealmente) del progreso científico y tecnológico no implica que para ayudar al progreso sea necesario que toda la población, ni siquiera la mayor parte, posea un nivel significativo de "cultura científica". Los beneficios sociales de la ciencia no nos llegan a través de un mecanismo en el que un "elevado nivel de cultura científica de la población en general" sea un elemento con gran importancia causal. Es mucho más importante que algunas instituciones en particular (la universidad, la empresa, la administración...) estén abiertas a la innovación y a la exploración interesada o desinteresada. Y en todo caso, será conveniente establecer mecanismos (si se ve que son necesarios) para que las "creencias pseudocientíficas o anticientíficas" de una gran parte de la población no tengan efectos sociales nocivos.
· “Cambiar de ideas o creencias no es sólo un cambio cognitivo o psicológico, es un cambio de identidad y de vida.”
Estoy muy en concordancia con eso.
Aquí me parece oportuno distinguir entre lo que Ortega establecía como “ideas-ocurrencias” frente a “ideas- creencias”. Estas últimas son identidad y estructura íntima de un yo arraigado en una forma de vida. No tomamos a la realidad como siendo interpretada por creencias, o como siendo una construcción de la mente hecha desde tales creencias; sino que tomamos la realidad como siendo las creencias mismas, de manera trasparente a nuestro yo que cree en ellas.
Ortega decía que las primeras (las ideas-ocurrencias) se tienen, y son causadas por la duda y requieren esfuerzo para aceptarlas o negarlas; mientras que las segundas, no sólo se tienen, sino que se ESTÁ en ellas, y se ES por, para y desde ellas; han perdido su carácter problemático y son tomadas de manera natural, sin problematicidad alguna, repito. Son auténticos “objetos” de fe y son constitutivas de nuestra vida, de nuestro yo, al que determinan y forman.
Esto tiene una importancia decisiva creo yo, pues facilitan enormemente la existencia; de manera que el YO y las creencias, no se pueden separar, y deben actuar conjuntamente, desde un mismo trasfondo constitutivo. Es así como el YO está en la realidad, arraigado en esas creencias que lo constituyen en su estar. El hombre pues, no puede tenérselas con la realidad más que siendo un manojo de creencias y de hábitos que lo constituyen. Si puede crear nuevas ideas y creencias no constitutivas, que lo separan de la realidad en que está, lo hace paradójicamente porque está en la realidad en virtud a unas creencias (ideas-creencias constitutivas) que lo arraigan a la misma. Es decir, el hombre, en virtud de tener creencias tan propias y constitutivas (muchas dadas y estructuradas biológicamente,y como usted dice, desde el paleolítico) puede tener creencias no constitutivas, puede separarse de la realidad en virtud de saberse arraigado en ella. No está flotando como una entidad cognitiva espectral sin creencia alguna, y que va adquiriendo creencias, sin arraigo previo biológico, social y biográfico. No. Está siempre existiendo en virtud de ser creencias constituyentes del propio yo. El hombre es inevitablemente un animal crédulo, lo es de raíz, es biológicamente crédulo. No hay un yo CON creencias, sino que las creencias constituyen al yo mismo, haciendo a la realidad del yo ciego respecto a las creencias que lo constituyen. Haciendo de estas creencias algo propio del yo, no problemático, trasparente. Todo ello en virtud de tener raíces propias e íntimas, es decir siendo parte de la tribu, parte de un cierto lugar, de “alguienes” y algos.
Ahora bien, las creencias tienen grietas y fisuras, por muy arraigadas y constitutivas que estén en nuestra subjetividad. Por eso en virtud de que vivimos en la creencia, estando constituidos por ella, también podemos vivir en la incertidumbre que esas grietas puedan manifestar. La duda surge, como un fruto de la fe, de la creencia constitutiva. Sólo podemos cambiar nuestras creencias si perdemos la fe que las sostiene y al yo que sostienen. Sólo si el yo cae al vacío de unas creencias que ya no le sostienen, puede cambiar de forma de vida, de zona de confort. Por eso sólo podemos cambiar de creencias, paradójicamente, gracias a que hay creencias que no se pueden cambiar fácilmente o incluso que no se pueden cambiar. Para ser diferente hay que estar previamente en algo que se es, y la nueva certeza solo puede ser inteligida desde el error hecho grieta que la hace posible… y vuelta a empezar.
Un saludo.
"será conveniente establecer mecanismos (si se ve que son necesarios) para que las "creencias pseudocientíficas o anticientíficas" de una gran parte de la población no tengan efectos sociales nocivos."
Es probable que no se esté haciendo a este respecto tanto como se debería. Ciertos espectáculos de contenido en buena parte antisocial, como los match de boxeo y las corridas de toros, han ido siendo arrinconados en los medios de comunicación por la creciente presión social. Pero con las seudociencias no parece que se esté obrando así. Los echadores de cartas (es decir, estafadores), por ejemplo, cotizan a la seguridad social y muchos charlatanes diversos (algunos de los cuales,los curanderos, hacen mucho daño al alejar a los enfermos de los tratamientos adecuados) tienen vía libre en los medios de comunicación y en la vida económica. Supongo que en cada país esto es abordado de forma diferente...
"sólo podemos cambiar de creencias, paradójicamente, gracias a que hay creencias que no se pueden cambiar fácilmente o incluso que no se pueden cambiar"
Cierto. No debemos olvidar que el racionalismo no puede imponerse si él mismo no evoluciona también como creencia. Pero podemos participar en la creación de una cultura, de un sistema de creencias más coherente y atractivo. Las seudociencias, mediante prueba y error, logran seducir a quienes buscan esperanza y apoyo afectivo, mientras que el entorno racionalista no tiene tanto efecto. La gente -alguna gente- prefiere llamar a los "adivinos" telefónicos de pago y no, por ejemplo, a lo que podría ser un servicio paralelo de psicoterapeutas. Falta algo que desplace a las seudociencias.
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