El concepto de que puedan existir en nuestra mente ideas que no han sido aprendidas o transmitidas desde fuera no es nuevo en nuestra cultura, aunque no es muy aceptado. Los filósofos, en particular Descartes, han hablado de ideas innatas y también Jung, con sus arquetipos y su inconsciente colectivo, se acercaba a este concepto de innatismo. Asímismo, Chomsky lo ha planteado con su gramática innata. En esta entrada yo voy a abordar este asunto principalmente desde la práctica clínica psiquiátrica y voy presentar una serie de datos que apoyan o sugieren que por lo menos algunas ideas tienen una base biológica. Voy a utilizar el término ideas endógenas en vez del de ideas innatas porque se ajusta mejor al enfoque que yo le quiero dar al tema. En Psiquiatría se hablaba antes de depresiones endógenas para referirse a depresiones que surgen desde dentro, desde la biología del paciente, como contraposición a depresiones exógenas, depresiones debidas principalmente a factores estresantes externos que actuarían como desencadenantes. Sin más preámbulos, vamos a ir revisando las situaciones y evidencias a favor de unas ideas de origen endógeno o biológico:
Trastorno Bipolar: Cuando un paciente que padece Trastorno Bipolar se encuentra en fase maníaca, entre todos los síntomas que presenta observamos la presencia de determinadas ideas comunes a la mayoría de los pacientes: ideas de grandeza, de elevada autoestima y valoración de uno mismo y de las propias capacidades y habilidades, ideas de altruismo y de querer ayudar a los demás. Cuando el paciente se encuentra en fase depresiva, aparecen también un cierto tipo de ideas, en general las contrarias a las de la fase maníaca: ideas de que uno no vale para nada, de que todo lo ha hecho mal, ideas de culpa, e ideas de suicidio. En muchas ocasiones vemos cambios desde la fase depresiva a la maníaca muy rápidos sin que la situación objetiva del paciente (ni familiar, ni económica, ni laboral…) haya variado en absoluto. La sensación al observar a los pacientes es que de su estado biológico emanan unas ideas que solemos calificar como “congruentes con el estado de ánimo” dando a entender que derivan de su estado emocional o anímico. Es decir, por causas desconocidas cambia la biología del paciente y cambia su estado afectivo y emocional y, en el mismo paquete, aparecen unas ideas determinadas unidas al estado biológico. El estado M se acompaña de ideas tipo M y el estado D se acompaña de ideas tipo D.
Síndrome referencial: los psiquiatras nos referimos con este término a las ideas que tienen los pacientes psicóticos de que la gente les mira, habla de ellos y se ríen de ellos. Estas “ideas referenciales” son típicas en los estadios iniciales de la esquizofrenia y de los episodios psicóticos, aunque son luego permanentes muchas veces y se encuentran entre los síntomas típicos de los pacientes esquizofrénicos en cualquier momento de su enfermedad. La idea de que la televisión o la radio habla de ellos es muy habitual. Lo llamativo de estas ideas referenciales es que tanto hombres como mujeres, viejos como jóvenes, o pacientes de cualquier lugar del mundo, todos ellos llegan a las mismas y monótonas conclusiones: que la gente tiene un interés especial en ellos, les miran y se ríen de ellos.
Duelo: Si estudiamos la sintomatología de las personas que están pasando por un duelo, observaremos también la presencia de determinadas ideas típicas, especialmente las ideas de culpa y muchas veces las ideas también de suicidio (leed por ejemplo la tercera parte del libro Niveles de Vida, de Julian Barnes). Las ideas de culpa se repiten de nuevo con la misma monotonía que las referenciales en la esquizofrenia o las de grandeza en la manía.
Enamoramiento: las personas enamoradas tienen también unas ideas que son comunes: que la persona amada es única y la más maravillosa del mundo, y que su amor es diferente al de los demás y va a durar siempre. Si leemos a los poetas de todas las culturas vemos que la clínica del enamoramiento es la misma en todas partes y, en concreto, que el componente ideacional, las ideas acompañantes, se repite también.
Idiot savants: aunque no se trate puramente de ideas, los idiot savants conocen cosas acerca de arte, matemáticas o música que no han aprendido. Para explicarlo se ha invocado el concepto de “memoria genética”. También hay casos de pacientes que han sufrido algún tipo de traumatismo o lesión cerebral y, con posterioridad al mismo, desarrollan capacidades y habilidades que no han aprendido o trabajado. Estos ejemplos sugieren que el cerebro no es una tabla rasa y que algún tipo de predisposición innata para cierta actividad mental forma parte del equipamiento de fábrica de nuestro cerebro.
Tratamientos psiquiátricos: Podríamos seguir acumulando ejemplos y datos sobre la posible presencia de ideas endógenas pero voy a acabar con la evidencia que procede de los tratamientos psiquiátricos. En la práctica cotidiana observamos con frecuencia pacientes que presentan ideas delirantes del tipo que sea y que al ser tratados con un antipsicótico estas ideas desaparecen, para aparecer otra vez cuando abandonan la medicación. De nuevo, la sensación es que al cambiar su biología con un medicamento, las ideas asociadas a esa biología desaparecen. Si se abandona la medicación y vuelven supuestamente al estado biológico previo, reaparecen también las ideas previas. Otros ejemplos relacionados con las medicaciones serían los casos en los que medicamentos como el Prozac modifican la personalidad del paciente para hacerle más lanzado y asertivo, menos preocupón y más pasota ante las dificultades de la vida. Cambian su manera de pensar, incluso.
La conclusión que podemos sacar de todos estos ejemplos es que existe una relación más estrecha entre la biología y las ideas de lo que está generalmente admitido. Es más problemático meternos a analizar esa relación y especular sobre la base biológica de las ideas. Pero da la sensación de que la biología produce unas ideas igual que el fuego produce humo. La distinción que hacemos entre lo cognitivo y lo emocional es probablemente errónea. Las emociones, como ya hemos tratado, son mecanismos programados por la evolución que nos ayudan a responder ante determinadas situaciones ambientales. Esa respuesta consiste en cambios fisiológicos y conductuales pero también es conveniente y adaptativo (y probablemente irremediable) que el paquete de respuestas incluya ideas, las ideas adecuadas para llevar a cabo la conducta que se requiere.
En el caso del Síndrome referencial es fácil deducir que estamos, seguramente, ante un mecanismo defensivo universal que se dispara cuando no debe. Es muy probable que todos dispongamos de un sistema diseñado por la evolución para detectar cuándo somos objeto de las miradas de los demás porque ser objeto de esas miradas puede ser el primer paso para luego ser atacados. Está bien que ese mecanismo se dispare cuando caminamos solos por un barrio desconocido, el problema es que ese mecanismo se dispare cuando realmente no hay ningún peligro, como ocurre en los pacientes.
Aparte de este mecanismo de producción de las ideas intuitivo o directo que estoy proponiendo, en otros casos existe un mecanismo más interpretativo o indirecto. Determinados estados biológicos internos, en contacto con determinados estímulos o situaciones ambientales, darán lugar a la aparición de unas determinadas ideas, unas ideas con un fuerte componente endógeno. Es el caso de las ideas de envenenamiento, por ejemplo, en el que es posible que la sensación de extrañeza y de cambio en su estado interno que vive el paciente le lleve a concluir secundariamente que alguien le ha envenenado o le ha echado algo en la bebida. Este sería también el caso del Síndrome de Capgras en el que la persona no recibe el componente emocional de la percepción visual del familiar, al que identifica perfectamente, y esto le lleva a pensar que no es su marido o su esposa y que alguien les está suplantando.
Y quería terminar con una pregunta que se suelen hacer los propios pacientes una vez que se han recuperado de su enfermedad. Mucho de ellos miran atrás y se preguntan: “¿Cómo pude llegar a pensar eso?”. La respuesta, por ahora, es que no lo sabemos.
@pitiklinov
10 comentarios:
La vieja psicoterapia siempre parte de la idea de que si el paciente aprecia el encadenamiento de causas y efectos que le han llevado a su estado actual tendrá más posibilidades de cambiar su situación.
De la misma forma, esas ideas endógenas pueden darnos muchas pistas acerca de nuestro comportamiento, de manera que podamos expansionarnos en ellas o luchar contra ellas. Controlar los deseos intuitivos que pueden llevarnos al desastre es en lo que consiste la civilización.
Pitiklinov,
Pensar y tener ideas es algo que se realiza desde el modo en que sentimos estar en la realidad. La realidad en la que siente estar un borracho no es la misma que la que se siente estar un ebrio, tampoco es la misma la de un persona bipolar en estado de euforia, que en su fase depresiva, ni la mía es igual un día caluroso de verano después de tomar una paella, que un día de invierno tras un consomé. Nos sentimos estar en una realidad, y ese estar, es dado y formalizado por nuestro cerebro casi exclusivamente. Por tanto, las ideas surgen, aparecen y se dan siempre desde la realidad en la que se siente estar, y ese estar, es siempre ambientado y configurado en y con emociones, sentires, estados de ánimo, obsesiones, preocupaciones,... Y además, ese sentirnos estando en nuestra realidad, tiene obviamente una base biológica siempre subyacente e inevitable. Pensamos con y desde nuestro cerebro, alterado, "enfermo" o "sano", y según este él, así es la realidad en que nos sentimos estar, eso es de Perogrullo.
Ahora bien, me da la sensación que lo que usted llama ideas endógenas en esta entrada, se parecen más a "ideas obsesivas", o "ideas delirantes", que a las ideas de andar por casa de todos los días.
Lo que quiero decir, es que las ideas comunes, como por ejemplo la que se me puede ocurrir para poder resolver un problema de matemáticas, no me parecen del mismo tipo de esas que usted llama "endógenas" y sí que tiene mucho que ver con lo externo al cerebro y su biología.
Por ejemplo, yo tal vez podría ser capaz de resolver un problema de matemáticas gracias a una idea brillante, incluso con cierta embriaguez, en cambio Sergio Ramos o Belén Esteban son incapaces de tener esa idea, ni aun estando en las mejores condiciones biológicas y cerebrales para la práctica de la matemática. Y yo soy capaz de tener esa idea por las numerosas capacidades y prótesis cognitivas no biológicas que he ido adquiriendo en mi aprendizaje y práctica matemática, que tiene mucho de “no endógeno”.
Un saludo.
Enric,
yo no planteo que todas las ideas sean endógenas, obviamente, así que podemos volver a estar de acuerdo. Ahora bien, creo que no sabemos distinguir las unas de las otras y eso es un problema muy gordo. Es muy probable que ideas que pensamos que son externas a la biología y al cerebro no lo sean. De momento no tenemos una manera de diferenciarlas.
Y esto es importante porque si usted intenta convencerme de cuál es el camino más corto entre dos puntos, me puede dar razones y datos y yo puedo cambiar mi idea.
Pero si yo tengo una depresión y usted intenta convencerme con razones de que los niños de África están peor, que la vida es bella, que tengo que poner de mi parte y animarme, etc. no va a conseguir absolutamente nada que no sea empeorar probablemente mi estado.
Un saludo
Pitlikinov,
no va a conseguir absolutamente nada que no sea empeorar probablemente mi estado.
Eso creo que le pasa a mucha gente cuando el profesor de matemáticas les intenta explicar que la geodesia X es el camino más corto entre dos puntos de la superfice Y en el espacio geometrico Z. El pastor de mi pueblo creo que me mandaría a la...
Podemos tener ideas o concebir ideas externas a nosotros, o no. Y eso depende de nuestros capacidad cognitiva, nuestro estado mental o psiquico... nuestra biologia. Pero la idea de qué la geodesia es "la curva en que la normal en cada punto de la curva coincide con la normal a la superficie", es un idea a todas luces (creo yo) externa a los cerebros que la conciben. En todo caso es conocida por nosotros gracias en parte a nuestra biologia y al modo como esta se acopla a lo cultural (matemático en este caso), pero me parece, que como idea, es imposible de elaborar y concebir de manera exclusivamente "endógena".
Y como esa, infinidad de ideas culturales. No necesariamente matemáticas, claro.
No sé. Que un depresivo no esté en condiciones de entender que la vida puede ser bella, no significa que la idea de qué la vida es bella, que muchos africanos están peor que uno, que tal vez no tengamos tantas razones para quejarnos... sean ideas "endógenas". Lo que es endógeno no son las ideas, sino el obsesionarse por ellas, el delirar con ellas, el preocuparse, el sentirlas fuertemente, el no poder abandonarlas, el modo de concebirlas...todo ello, repito, pasa por el modo formal en que nuestro cerebro y biologia permiten hacernos sentir como es el mundo. Pero las ideas no son meramente biológicas. Al menos yo no concibo que se quiere significar con eso.
Un saludo.
Hola.
Quizá se está enfocando mal esto de las ideas endógenas y sean más propias del talento innato para realizar una tarea, como por ejemplo pintar, tocar música, entender la matemáticas… no si ya se sabe o no de manera intuitiva ideas como "la curva en que la normal en cada punto de la curva coincide con la normal a la superficie".
Vicente,
·Quizá se está enfocando mal esto de las ideas endógenas
Pues va a ser eso. :-)
Pitiklinov ya hace bastante q no comento pero te sigo leyendo. Gracias por acercarnos un poco a la ciencia y a cuestiones tan importantes para vomprendernos a nosotros mismos y a los demás.
Gracias por darnoslo tan masticado q todos podamos entenderlo (con todos me refiero a mi q soy de letras puras, q por los comentarios ya veo q hay gente q tb controla).
:)
Gracias Arabelle por tu gratificante comentario
Un saludo
Fantástico artículo y debate. El cerebro...ese gran desconocido. Cuánto estudio falta todavía y que interesantes descubrimientos. Ahora hay que enseñar a aplicarlos.
Quiero saber más sobre la psicología
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