sábado, 30 de agosto de 2014

Contra la empatía

Paul Bloom
El Boston Review dedica todo un debate (Against Empathy) al tema de si la empatía es buena o mala guía a la hora de tomar decisiones morales. El ponente es el psicólogo Paul Bloom y le dan la réplica personalidades como los filósofos Peter Singer o Jesse Prinz, o el experto en autismo Simon Baron-Cohen.

La argumentación de Bloom es similar a un artículo previo suyo del año pasado, the Baby in the Well, que os recomiendo leer en primer lugar. Partimos de que parece que estamos en la Edad de la Empatía, como dice de Waal,  escuchamos a todo el mundo hablar de lo buena que es la empatía ( han salido muchos libros sobre el tema), y hasta el presidente Obama  plantea lo importante que es ver el mundo a través de los ojos de los que son diferentes a nosotros. Parece haber una revolución afectiva y todo el mundo se rinde al papel de las emociones, especialmente las implicadas en la acción y el pensamiento moral. Según Simon Baron-Cohen, la falta de empatía es la causa del sufrimiento en el mundo y parece que la solución a los problemas del mundo es más empatía: All we need is Empathy.

En medio de este ambiente favorable a la empatía aparece Bloom y dice que él está en contra de la empatía. ¿Por qué? porque la empatía tiene muchas cosas malas, por ejemplo que es parroquiana, estrecha de miras y no sabe de números. Pone como ejemplo el caso de Jessica, la niña que cayó en un pozo en Texas y todo EEUU estuvo pendiente de ella. Es un hecho comprobado el llamado “Síndrome de la Víctima identificable”, la gente se vuelca a ayudar a una víctima de la que conocemos su cara y sus datos pero luego no ayuda a 10.000 víctimas desconocidas. En el laboratorio se ha preguntado a los sujetos cuánto dinero darían para crear un medicamento que salvara a un niño y cuánto para crear un medicamento que salvara a 8 niños y la respuesta era parecida. A un tercer grupo se les dijo el nombre y edad de la víctima y se les enseñó una foto  y entonces dieron mucho más dinero para salvar a ese que para salvar a los ocho.

Siguiendo con el tema de los números, no hay diferencia psicológica entre enterarte del sufrimiento de 5.000 personas o de 500.000. Imagina que lees que han muerto 2.000 personas en un terremoto en un lejano país y luego te enteras de que las muertes han sido en realidad 20.000. ¿Te sientes 10 veces peor? Para entender que los números importan se necesita la razón, no la empatía.
Simon Baron-Cohen

La empatía, además, está sesgada y suele limitarse además a nuestro grupo. Es más fácil que ayudemos a gente guapa o de nuestra etnia o país. La empatía es estrecha, dice Bloom. Lo tenemos muy difícil para que un seguidor del Betis empatice con la suerte de los del Sevilla. En el plano político el problema tampoco es de falta de empatía sino de que la izquierda empatiza más con unos y la derecha con otros. Por ejemplo, los liberales USA están en contra de las armas y empatizan con las víctimas de la violencia por armas. Los conservadores empatizan con las víctimas desarmadas de un crimen que se quedaron indefensas frente a la crueldad de otros. Por lo tanto, si aumentáramos la empatía en el mundo no creas que tus oponentes ideológicos pensarían como tú.

Bloom aplica el mismo argumento al calentamiento global. Nuestro cerebro no está diseñado para enfrentarse al calentamiento global porque nos fijamos en el corto plazo y en lo que podemos ver y percibir con nuestros sentidos, y el cambio climático es casi imperceptible a simple vista y va a afectar a personas en el futuro que no conocemos, o que ni siquiera existen. Nos preocupamos de individuos específicos en el presente y no nos afectan crisis que pueden dañar a gran cantidad de personas en el futuro.

El filósofo Jesse Prinz señala también que muchas cosas que  son buenas (disciplinar a un niño con conducta peligrosa, organizar un sistema para recibir donaciones de órganos para transplantes, etc) requiere dejar de lado la empatía y las emociones, y ser más frío y lógico. Lo que tanto Bloom como Prinz  defienden es un planteamiento utilitarista. Nuestro corazón siempre irá hacia el niño en el pozo porque la empatía es lo que nos hace humanos pero, según Bloom, la empatía debe ceder ante la razón si queremos que la humanidad tenga futuro. Para la política o la gestión de la cosa pública debemos dejar la empatía a un lado. Debemos darnos cuenta de que cientos de muertes son peor que una, aunque conozcamos a ese uno.
Peter Singer

De las réplicas sólo voy a comentar la de Peter Singer - que está a favor de Bloom como buen utilitarista- porque menciona un movimiento emergente muy interesante que no es muy conocido. Se llama Altruismo Efectivo, y se refiere a personas que dan una cantidad de su sueldo a organizaciones humanitarias que han demostrado ser eficaces. Se suele donar un 10% pero algunos dan el 50% y hay gente que busca trabajos donde ganar más dinero para poder donar más. Todos ellos no lo hacen por empatía sino por pura racionalidad. Para ellos es perfectamente posible jugar y cuidar a sus niños pero entender a la vez que la vida de los niños de Pakistan o Zambia son tan importantes como las de sus hijos.

Algunos puntos débiles de la propuesta de Bloom son señalados por los diversos autores que le dan la réplica, pero yo destacaría uno de los problemas que tiene esta postura. Cuando dice que sin empatía estaríamos mejor para enfrentarnos al cambio climático y entenderíamos mejor las campañas de vacunación, argumenta que estos actos imponen costes a gente real en el presente por el bien abstracto de individuos en el futuro. Este planteamiento se parece peligrosamente a las actuaciones de regímenes del siglo pasado como el nazismo o el socialismo soviético que causaron la muerte de millones de personas, siempre por un futuro mejor. Veo un riesgo enorme aquí. Esas atrocidades se cometieron por dirigentes que fueron perfectamente capaces de dejar la empatía de lado y ya sabemos el resultado.

No veo muy claro que sin empatía el mundo pueda ser mejor, pero creo que tiene un punto de razón en su argumento Boom y que la toma de medidas sobre todo a nivel político requiere ir más allá de la empatía. El problema es saber cuánto tenemos que alejarnos de la empatía.


@pitiklinov

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Me he acordado de la frase atribuida a stalin: "La muerte de un hombre es una drama. La de millones, estadistica"

Me encanta tu blog, un saludo.

Anónimo dijo...

Un razonamiento muy lógico basados en sujetos aún muy poco evolucionados. El materialismo conlleva grandes paradojas.

Unknown dijo...

Muy bueno el blog. El primero de mis favoritos. Saludos.

Pitiklinov dijo...

Gracias, Simon

Julio dijo...

Muy interesante. He descubierto recientemente tu blog a través de un colega tuyo, Francisco Traver.

Anónimo dijo...

Excelente libro contra la empatía, soy una persona de la 3ra. Edad, ojalá lo hubiera leído desde que se publicó y otra sería mi vida , pero no es tarde ya lo estoy experimentando!!! Felicidades Dr. Blomm mil gracias

L'Abbe Noir dijo...

EMPATIA VERSUS SIMPATIA

No os confundais con los conceptos

https://www.youtube.com/watch?v=U8pRaj22MlI