Un cierto número de estudios recientes muestran que imaginar el futuro se basa en los mismos mecanismos neuronales que se usan para recordar el pasado. Estos hallazgos conducen a un concepto denominado como “el cerebro prospectivo”: la idea de que una función crucial del cerebro es utilizar información almacenada para imaginar, simular y predecir posibles eventos futuros. El estudio de la memoria se ha centrado tradicionalmente en el pasado y se han identificado las estructuras, especialmente el hipocampo, que son el sustrato de esta capacidad. Pero hay una función de la memoria que se ha pasado por alto que es su papel para permitirnos imaginar eventos futuros. Cada vez hay más datos de que la memoria - especialmente la memoria episódica- está implicada en imaginar eventos que no existen y en simular futuros acontecimientos. De esta nueva visión de la memoria es de lo que voy a hablar en este post , así como de su posible relevancia para ayudarnos a pensar sobre la conciencia.
El primer artículo en aparecer sobre este tema es uno de 1985 de D.H.Ingvar “Memory for the future” del que he tomado el título para esta entrada. Por la misma época E. Tulving plantea que la memoria episódica, definida tradicionalmente como el sistema de memoria que permite recordar experiencias personales, permite a los individuos dedicarse a “viajar mentalmente en el tiempo”, tanto hacia el pasado como hacia el futuro. También decía Tulving que la capacidad de viajar mentalmente en el tiempo es exclusivamente humana, cuestión que está en entredicho porque se ha observado en arrendajos que guardan comida de forma planificada, y no como las ardillas u otros animales que lo hacen automática e instintivamente. También se ha comprobado que en el desarrollo de los niños la memoria episódica y el pensamiento acerca del futuro aparecen a la vez, entre los 3 y los 5 años de edad.
En pacientes con lesiones cerebrales, como la amnesia de Korsakoff se ha visto que muestran deficiencia no solo en la memoria sino también en la planificación personal, y esto mismo se ha comprobado en otros pacientes amnésicos. También se afecta la capacidad de recordar el pasado e imaginar el futuro en pacientes psiquiátricos. Se ha observado en depresivos, y los pacientes esquizofrénicos también recuerdan menos eventos pasados que un grupo de sujetos control, pero muestran todavía déficits más marcados para imaginar eventos futuros. Curiosamente este déficit se relaciona con la presencia de síntomas positivos ( alucinaciones y delirios) y no con los síntomas negativos ( afecto aplanado...). Un patrón similar se ha informado en sujetos de edad, en los que tanto los sucesos pasados como los sucesos imaginados en el futuro contenían una información episódica más escasa.
Los estudios de neuroimagen muestran un solapamiento en la actividad cerebral asociada con recordar y la de imaginar el futuro, localizándose en regiones prefrontales y temporales mediales( incluyendo el hipocampo y el giro parahipocámpico). Por ello, se ha propuesto que el sistema cerebral formado por esas regiones sirve tanto para recordar como para planificar el futuro y se ha propuesto la llamada “hipótesis de simulación episódica constructiva”. Según esta hipótesis, la simulación de episodios futuros requiere un sistema que sea capaz de combinar de forma flexible detalles de sucesos pasados. Si yo quiero imaginar unas vacaciones en las Barbados necesito un sistema que tome trozos del pasado (imágenes de playas, de mi pareja en bañador, de mis hijos nadando, de mi experiencia en vacaciones anteriores en lugares cálidos...) y las una para crear algo nuevo, algo que todavía no ha ocurrido. Esta idea se propuso como un intento de entender por qué la memoria implica un proceso constructivo de apilar conjuntamente trozos de información, en lugar de hacer una repetición literal del pasado, como una grabación completa. Según esta idea, los pensamientos de sucesos pasados y futuros se basan en información muy similar almacenada en la memoria episódica y en los mismos procesos. La memoria episódica realizaría la construcción de eventos futuros extrayendo y recombinando información almacenada y dando lugar así a una simulación de un nuevo suceso.
Pero vamos a adentrarnos un poco por este camino y vais a ver la posible relación de todo esto con la conciencia. Se ha propuesto que este sistema cerebral de memoria-futuro se usa en realidad para tareas que requieren simulación mental de perspectivas alternativas. Es decir, que lo fundamental de este sistema no sería viajar al pasado ni al futuro, sino ofrecer perspectivas alternativas del presente...perspectivas alternativas de uno mismo. La función esencial de este sistema sería “construir escenas”.
Resumo lo que llevamos descubierto hasta ahora: nosotros lo que hacemos es grabar trozos de información que son como fotogramas de una película, por poner un analogía. Y utilizo esos fotogramas para imaginar el futuro. Pero... desde el momento que tengo memoria ¡tengo ya dos realidades!: una realidad que es el mundo exterior y otra realidad virtual, que son esos fotogramas, esa película interior dentro de mi cabeza. Es lógico pensar -y a partir de aquí estoy especulando- que el cerebro marque subjetivamente de forma diferente el estar en cada uno de esos mundos, es decir, que yo sienta de forma diferente cuando estoy atendiendo a la realidad exterior, o cuando estoy atendiendo o proyectando una película interior. Probablemente pasa lo mismo con los sueños. Los perros y otros animales tienen ensoñaciones ( sueñan, tienen sueño REM ) y es lógico pensar, aunque no podemos saberlo con certeza porque no hablan, que de alguna manera sabrán que un sueño no es la realidad. De la misma manera cuando vean un gato acudirán a su imaginación fotogramas y escenas de sucesos pasados con gatos, lo que les permite predecir la conducta de ese gato o lo que es esperable que suceda. Y es razonable pensar que sabrá diferenciar al gato que están viendo actualmente de los recuerdos que le está proyectando la memoria.
Pero también me permite la memoria comparar ese mundo virtual interior con el mundo exterior, puedo mirar al mundo exterior desde el mundo interior y ver que mi abuela se murió ( tengo el fotograma en mi memoria), y mi abuelo se murió ( tengo el fotograma en mi memoria también) y el vecino Pedro también se murió...y puedo combinar esos fotogramas de la muerte de otra gente en el pasado con un fotograma mío actual y llegar a la conclusión de que a mí también me puede pasar lo mismo...Igual estoy llevando las cosas demasiado lejos pero creo que esa doble realidad que permite la memoria, esa aparición de un mundo virtual al lado del mundo físico real, permite ya un conato de conciencia. El simulador virtual que supone la memoria nos pone irremediablemente rumbo a la conciencia.
Referencias:
Donna Rose Addis, Alana T. Wong y Daniel L Schecter "Remembering the past and imagining the future: common and distinct neural substrates during event construction and elaboration" Neuropsychologia 45, nº 7 (2007) 1363-77, dpi 10.1016/jneuropsychologia.2006.10.016
Daniel L Schacter, Donna Rose Addis y Randy L Buckner. Remembering the past to imagine the future: the prospective brain. Nature 2007) vol 8 657-660
2 comentarios:
Lo cierto es que esa idea es de un español, mas concretamente de Zubiri.
http://pacotraver.wordpress.com/2012/04/22/felicidad-y-estados-felicitarios-ii/
qué bueno! hay que contárselo a Schacter!
gracias por la referencia
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