domingo, 12 de noviembre de 2017

Explicando el Postmodernismo

En esta entrada me voy a meter en camisa de once varas porque voy a abordar un tema fundamentalmente filosófico por lo que me encuentro en buena medida como pez fuera del agua. El mensaje fundamental, por si alguien no la quiere leer entera, es que si queremos entender lo que está ocurriendo en el mundo a nivel político y científico debemos leer algo sobre la ideología llamada postmodernismo. Si queremos entender los problemas que está teniendo la libertad de expresión en USA, si queremos entender la llamada política de identidad (identity politics) que está volviendo a dividir a la gente por razas, sexo o el grupo al que pertenecen; si queremos entender la interseccionalidad; si queremos entender la negación que la ideología de género está haciendo de la biología y de la evolución, negación que está llegando a revistas supuestamente científicas como el Scientific American…; si queremos entender eso y muchas otras cosas más, de algunas de las cuales hemos tratado anteriormente en el blog, tenemos que leer acerca del postmodernismo. 

Eso es lo que yo voy haciendo leyendo las cosas que caen en mis manos sobre este tema y aquí voy a compartir las ideas de un libro titulado Explaining Postmodernism. Skepticism and Socialism from Rousseau to Foucault, del filósofo Stephen R.C. Hicks. En el libro, Hicks hace un recorrido por los antecedentes filosóficos del postmodernismo desde Kant hasta la actualidad así como de los antecedentes políticos. Por supuesto, todo es discutible, y más en filosofía y política, así que otros filósofos, y ciudadanos en general, seguro que no estarán de acuerdo con Hicks. Pero creo que lo que vamos a tratar nos va a dar un “aroma”, unas pistas claras, para ver de qué va esto del postmodernismo y el problema que supone a nivel científico y en general para toda la sociedad y los valores que hemos mantenido hasta ahora. Adelanto que aunque se trata de filosofía y es una entrada bastante larga, es fácil de seguir y de entender, que el tema no os eche para atrás. Los lectores que sepan más del tema que nos iluminen en la sección de comentarios.

Antes de meternos en harina y a modo de definición vamos a dar dos pinceladas sobre lo que es el postmodernismo. Cualquier movimiento intelectual se define por sus premisas filosóficas fundamentales. Estas premisas afirman lo que es el ser humano, lo que es la realidad, cuáles son los valores y cómo podemos adquirir conocimiento. Es decir, cualquier movimiento intelectual tiene una metafísica -una concepción de la naturaleza humana y valores- y una epistemología: los principios, fundamentos y métodos del conocimiento humano. Aunque el postmodernismo se ha presentado a veces como anti-filosófico, tiene también sus premisas dentro de las cuales sitúa su pensamiento y su acción. A nivel metafísico, el postmodernismo es anti-realista, es decir, afirma que no existe una realidad independiente ahí fuera y la sustituye por un relato socio-lingüístico y construccionista. Epistemológicamente, dado que rechaza la existencia de una realidad exterior, el postmodernismo niega que la razón, o ningún otro método, sean métodos para adquirir un conocimiento objetivo de la realidad. Dado que la realidad es un constructo sociolingüístico, el postmodernismo enfatiza la subjetividad. Las explicaciones o relatos acerca de la naturaleza humana son colectivistas, sosteniendo que las identidades individuales son construidas por los grupos sociolingüísticos de los que los individuos son parte, grupos que son muy variables en dimensiones como sexo, raza, etnia y riqueza. El relato postmodernista consistentemente enfatiza las relaciones de conflicto entre estos grupos y, dado que no se da un papel a la razón, los conflictos entre estos grupos se resuelven fundamentalmente por la fuerza, sea enmascarada o desnuda. El uso de la fuerza lleva a relaciones de dominancia, sumisión y opresión. Finalmente, los temas postmodernistas en ética y política se caracterizan por una identificación con los grupos percibidos como oprimidos en los conflictos, y una voluntad de entrar en la refriega de su lado.

Bien, pero antes de hablar del postmodernismo hay que hablar del modernismo y del pre-modernismo para situarnos. El modernismo en filosofía empieza con Bacon, Descartes y Locke y se caracteriza por partir de la naturaleza, en vez de partir de lo sobrenatural o de Dios, que es lo que había antes. Los pensadores modernos dicen que la percepción y la razón son las formas humanas de conocer la naturaleza. Los pensadores modernos enfatizan la autonomía humana para hacerse a sí mismos contra opiniones previas premodernas como la del pecado original, por ejemplo. Los pensadores modernos ven al individuo como la unidad de valor, sostienen que la mente humana es soberana, en contraste con la visión premoderna o feudal que subordina al individuo a autoridades externas como las estructuras políticas (feudalismo) o religiosas. La época premoderna sería a grandes rasgos la época feudal que podemos situar entre los años 400 y 1.400 de nuestra era. 

La madurez del modernismo llegaría con la Ilustración. Los pensadores de la Ilustración sentaron las bases de las principales ramas de la ciencia: Newton, Leibniz, Linneo, Lavoisier en química, etc. El liberalismo aplicado a la política da lugar a la democracia liberal; aplicado a la economía da lugar al mercado libre, la revolución industrial y el capitalismo, etc. Por contra, el postmodernismo rechaza por completo el proyecto de la Ilustración: la razón, el individuo, la objetividad de la ciencia y del conocimiento…Las características del premodernismo, modernismo y postmodernismo las podéis ver resumidas en la tabla. 

Vamos a ver algunos de los temas del postmodernismo en distintos esferas de la vida de forma necesariamente muy resumida. En cuanto a la crítica literaria, el postmodernismo rechaza la noción de que los textos literarios tengan significados objetivos o interpretaciones correctas. Todas las afirmaciones de objetividad y verdad pueden ser deconstruidas. Según la versión de postmodernismo, la objetividad es reemplazada por la visión de que la raza, sexo u otra característica grupal del autor es la que modela las ideas y sentimientos del autor. Por lo tanto, la tarea del crítico literario es deconstruir el texto y revelar los intereses de raza, sexo o clase que hay debajo. Con respecto a la ley, hay que desconfiar de cualquier teoría universal y abstracta de la ley. Como no hay principios válidos universales de justicia, los argumentos son batallas retóricas de voluntades. Según la Teoría de la Crítica Legal (Critical Legal Theory), las constituciones y precedentes legales son indeterminados y la objetividad y neutralidad son fraudes. Todas las decisiones son subjetivas y motivadas por la preferencia o la política. La ley es un arma para  ser usada en la arena social del conflicto subjetivo, una arena en la que compiten voluntades y en la que se imponen los intereses de un grupo sobre los de otros grupos. El único antídoto a este veneno es la igual afirmación por la fuerza de los intereses subjetivos de los grupos oprimidos. 

Por lo que se refiere a la educación, el postmodernismo rechaza la noción de que el propósito de la educación sea entrenar las capacidades cognitivas de los niños para producir un adulto capaz de funcionar de forma autónoma en el mundo. Lo que la educación tiene que hacer es coger a un ser en esencia indeterminado y darle una identidad social. La forma de hacer esto es por el lenguaje y hay que usar el lenguaje de forma que cree un ser humano sensible a su identidad racial, sexual o de clase. Nuestro actual contexto social se caracteriza por una opresión que beneficia a blancos, hombres y ricos a costa de todos los demás. Esta opresión lleva a un sistema educativo que refleja solamente los intereses de los que están en el poder. Para contrarrestar este sesgo , la educación debe enfatizar los logros de los no-blancos, las mujeres y los pobres, y debe enseñar a los niños que el método científico no es una mejor manera de encontrar la verdad que cualquier otro método, y que los alumnos deben ser receptivos a otras formas de conocer.

Resumiendo, el postmodernismo es un movimiento cultural y filosófico que desafía y tiene una diana: el modernismo tal como se encarnó en la Ilustración y todo su legado y elementos esenciales. Pero la pregunta es: ¿Y de dónde ha salido el postmodernismo? Hicks plantea que el postmodernismo surge de la fusión de un componente filosófico -la epistemología escéptica que se origina en Kant- y de un componente político: el fracaso del socialismo. Vamos a ver cada uno por separado empezando por la filosofía

El componente filosófico del Postmodernismo

Vamos a tratar en este apartado los antecedentes filosóficos del postmodernismo, la filogenia, por así decirlo, de las ideas que han ido dándole forma. Lo que Hicks nos cuenta es que la Ilustración fue atacada desde el principio y que inmediatamente surgió una Contra-Ilustración. En el periodo que va de 1780 a 1815 se produce una división entre la cultura anglosajona y la alemana que se separan definitivamente entre sí siguiendo la primera el programa de la Ilustración y la segunda el de la Contra-Ilustración. Con el tiempo, el postmodernismo será el resultado del ataque de la Contra-Ilustración a la razón. Entender la filosofía alemana es fundamental para entender los orígenes del postmodernismo. Foucault y Derrida citan a Heidegger, Nietzsche y Hegel y de ello hablaremos un poco más adelante.

El modernismo tiene sus problemas filosóficos y sus debilidades, obviamente, por lo que es lógico que fuera atacado pero hay un tema que es muy importante: la religión y la nueva concepción de Dios. La Ilustración se carga la religión tradicional. Los pensadores de la Ilustración eran deistas, el dios que conciben es un dios distante, un arquitecto que opera por medio de la leyes de la lógica y las matemáticas que describen las ecuaciones de Newton y Leibniz y que no acciona la maquinaria del universo. No es un dios personal que intervenga en la vida diaria de los individuos. Al desarrollarse la razón se desarrolla la ciencia y la que pierde es la fe y la creencia en lo sobrenatural. ¿Y qué pasa con los valores? Pues aparece un mundo reduccionista y mecanicista que pone en cuestión el libre albedrío, la espontaneidad y la creatividad porque todo es una consecuencia necesaria de unas causas previas y unas leyes. El individuo es un fin en sí mismo y utiliza la educación, la ciencia y la tecnología para buscar su felicidad y sus propios objetivos con lo que otros valores como la comunidad, la tradición o el deber,  quedan en entredicho pudiendo conducir todo esto a una sociedad de átomos aislados y sin raíces.

Y empezamos por el pensador más importante de la Contra-Ilustración, Kant, que para Hicks es el punto de ruptura clave con la Ilustración y el primer paso hacia el postmodernismo. La primera hipótesis que Hicks defiende en su libro es que el postmodernismo es el resultado final de la epistemología de Kant: “El postmodernismo es la primera exposición implacable de las consecuencias de rechazar la razón, consecuencias que se dan necesariamente dada la historia de la epistemología desde Kant”
Kant

Puede parecer un poco raro que el filósofo que asociamos con la razón, Kant, sea el autor del principal ataque a la razón de la historia de la filosofía. Hicks dedica bastante espacio a este tema y lo tenemos que resumir. Básicamente, el argumento es que nuestra percepción de la realidad se debe a los órganos sensoriales y al cerebro y éstos no reflejan la realidad como es sino que de alguna manera la crean. Por lo tanto nunca se puede conocer el mundo exterior. Todo lo que experimentamos son meras representaciones que no tienen existencia propia fuera de nuestra mente. En el fondo, lo que Kant busca es salvar a Dios. Siendo un hombre religioso necesita defender a Dios del ataque de la razón y su solución es decir que la razón y la ciencia están limitadas  a ese mundo de las representaciones y dejan el verdadero mundo real (noumenal, en su terminología) sin tocar, porque es intocable. Al negar el conocimiento deja espacio para la fe ya que nadie puede decir lo que hay o no hay realmente en ese mundo exterior. En la historia de la filosofía Kant marca un giro fundamental de la objetividad a la subjetividad como estándar. Así que el golpe de mano de Kant es el siguiente: defiende mucho la razón y principios universales pero corta la conexión de la razón con la realidad, la razón no puede conocer la realidad, no podemos conocer nada fuera de nuestras cabezas. Y la historia del resto de la filosofía alemana es la historia de las extensiones y reacciones a Kant.

Ante el problema que plantea Kant de la separación entre el sujeto y el objeto hay dos posibles soluciones, o dos ramas, en la filosofía alemana del siglo XIX: 

  • Una es la postura de Hegel que acepta que la separación entre sujeto y objeto no puede ser salvada epistemológicamente por la razón y entonces propone que ese puente puede ser salvado metafísicamente identificando al sujeto con el objeto.
  • La otra solución es el irracionalismo representado por Kierkegaard que también acepta que la separación sujeto/objeto no puede ser salvada epistemológicamente por la razón pero sí por medios irracionales. 

Hegel es una figura importante en la historia del postmodernismo. Plantea que toda la realidad es producto de la mente, La Mente que contiene todas nuestras pequeñas mentes dentro de ella. Como la realidad proviene de nosotros sí podemos conocer la realidad en toda su gloriosa necesidad. Si partimos del sujeto que es un microcosmos del todo, podemos aplicar sus características al todo y así podemos hacer un modelo orgánico del mundo. Como la razón crea la realidad sí podemos conocer toda la realidad. Pero Hegel habla de una razón diferente a la de la Ilustración. La de Hegel es una función creativa, no cognitiva. No viene a conocer una realidad pre-existente sino que hace que la realidad exista.

Es muy importante por su influencia posterior en el postmodernismo que la razón de Hegel opera por medios dialécticos y contradictorios y se salta el principio de no contradicción de Aristóteles, según el cual una proposición y su negación no pueden ser verdad al mismo tiempo. Es decir A no puede ser B y no ser B al mismo tiempo. Por ejemplo, no es posible que un objeto sea a la vez un libro y no sea un libro. La cuestión era que la cosmología judeocristiana estaba llena de contradicciones: un Dios que crea algo de la nada, que es tres y a la vez es uno, de vírgenes que dan a luz, de un Dios bueno que crea un mundo que contiene el mal…La razón de la Ilustración no acepta esto y se da un declive de las creencias religiosas. Kant había descubierto que la razón llegaba a conclusiones contradictorias cuando intentaba entender el mundo: que el universo debe haber tenido un principio, pero que a la vez tiene que ser eterno, que tenemos libre albedrío pero que el determinismo es verdad, que Dios debe existir pero a la vez no existe…Estas contradicciones de la razón llevaron a concluir a Kant que la razón no podía conocer la realidad. Pero Hegel hace un movimiento muy osado, estas antinomias no son un problema para la razón sino que son la llave del universo. Kant estaba atrapado dentro de la lógica aristotélica pero, según Hegel, necesitamos un nuevo tipo de razón, una que abrace las contradicciones y que vea la realidad como evolucionando a partir de fuerzas contradictorias. Y así la razón ya es compatible con la visión judeocristiana, ya podemos aceptar que la creación comience a partir de la nada, que un ser perfecto cree el mal, etc. 

Pero la razón de Hegel también se diferencia de la de la Ilustración en otra cosa: en que es una función colectiva más que individual. Los individuos son construidos por las culturas que les rodean, las cuales son a su vez una función de fuerzas cósmicas profundas. El individuo es un pequeño aspecto emergente de un todo más grande, el colectivo. No voy a insistir más en Hegel pero sí a resumir sus cuatro principales aportaciones al postmodernismo:

1- La realidad es por completo una creación subjetiva
2- Las contradicciones están construidas dentro de la razón y de la realidad
3- Dado que la realidad evoluciona contradictoriamente, la verdad es relativa al tiempo y el espacio
4- El colectivo, no el individuo, es la unidad operativa.

Deberíamos hablar ahora de la otra rama, la irracionalista, representada por autores como Schleiermacher, Kierkegaard (que se educó en la filosofía alemana), Schopenhauer o Nietzsche pero sería muy largo así que resumo también el legado que los irracionalistas van a pasar al siglo XX:

1- Están de acuerdo con Kant en que la razón no puede conocer la realidad
2- Están de acuerdo con Hegel en que la realidad es profundamente conflictiva y/o absurda
3- La razón es superada por los sentimientos, los instintos o saltos de fe.
4- Lo no racional y lo irracional nos ofrecen grandes verdades acerca de la realidad

Como decíamos, después de Kant hay dos ramas en filosofía, la de Hegel y la de los irracionalistas y alguien tenia que intentar la fusión de ambas en una nueva síntesis. El que lo haría en el siglo XX fue Martin Heidegger. Heidegger está de acuerdo con Kierkegaard y Schopenhauer en que explorar los sentimientos -especialmente la angustia y el miedo y la culpa- es un acercamiento a entender la realidad. La aportación distintiva de Heidegger es el uso de la fenomenología, es decir, la exploración de los fenómenos de la experiencia y del cambio. No voy a entrar a fondo en su filosofía pero sí voy a recoger sus principales conclusiones porque todas ellas son aceptadas, con ligeras modificaciones, por el cuerpo principal del postmodernismo:

1- El conflicto y la contradicción son las verdades más profundas de la realidad
2- La razón es subjetiva e impotente para alcanzar las verdades acerca de la realidad
3- Los elementos de la razón -palabras y conceptos- son obstáculos que hay que retirar, sujetarlos a destrucción, o desenmascarar.
4- La contradicción lógica no es un signo de fracaso ni de nada significativo
5- Los sentimientos, especialmente los de ansiedad y miedo, son una guía más profunda que la razón.
6- Toda la tradición filosófica occidental -sea platónica, aristotélica o cartesiana- basada como está en la ley de no contradicción y en la distinción entre sujetos objeto es el enemigo que hay que vencer.

Hemos visto la evolución de la epistemología escéptica desde Kant hasta Heidegger sentándose las bases del postmodernismo. Pero para entender el éxito del postmodernismo nos faltaría ver cómo se produjo el fracaso del positivismo y de la filosofía analítica que era la rama anglosajona de la filosofía que habíamos mencionado antes. Esta rama es la que defiende la Ilustración, la razón y la ciencia y desde Inglaterra se extendió a Estados Unidos donde triunfó durante un tiempo. Pero aunque no podemos entrar a describirlo con profundidad la realidad es que el positivismo anglo-americano va a sufrir un colapso hacia los años 50-60 del siglo XX. dejando el terreno libre al postmodernismo. Este colapso lo anticipaba Bertrand Russell en 1912 cuando escribía en los Problemas de la Filosofía: “Podemos probar que existe un mundo exterior? No. ¿Podemos probar que existe una causa y un efecto? No. ¿Podemos probar la objetividad de nuestras generalizaciones inductivas? No. ¿Podemos encontrar una base objetiva para la moralidad? No. Definitivamente, no.” Russell concluye que la filosofía no puede responder estas cuestiones. Autores como Popper, Kuhn y otros defienden que nuestras teorías dictan lo que observaremos, que nuestras intuiciones perceptivas y nuestras estructuras conceptuales no se adaptan a los objetos y lo que percibimos no es neutral sino fruto de nuestra subjetividad y que no tenemos acceso directo a la realidad. Kuhn es muy influyente en este sentido. La ciencia no es más que una empresa social subjetiva en evolución que no puede pretender ser más objetiva que cualquier otro sistema de creencias. La idea de que la ciencia habla de la realidad o la verdad es una ilusión. No hay verdad, solo hay verdades y las verdades cambian. 
Foucault

Así que por un lado tenemos un impulso positivo hacia el postmodernismo que es el de la evolución de la filosofía alemana y por el otro un desarrollo negativo de la filosofía anglo-americana. Se produce así un vacío que el postmodernismo va a llenar. Al no existir la razón y la objetividad se vuelve a los sentimientos, al perder el sentido de nosotros mismos como individuos se vuelve a la identidad de grupo, resultando necesariamente a partir de ellos una balcanización de los grupos y el conflicto. 

Hemos descrito hasta ahora el componente filosófico del postmodernismo, vamos a ver ahora su componente político.

El componente político del Postmodernismo

Si la explicación fundamental del postmodernismo fuera filosófica, si todo se debiera a un escepticismo acerca de la razón y al subsiguiente subjetivismo y relativismo, deberíamos esperar que a nivel político hubiera un amplio espectro entre los postmodernistas. Pero ocurre que los postmodernistas son monolíticamente de extrema izquierda. Michel Foucault, Jacques Derrida, Jean-Francois Lyotard, Richard Rorty, Jacques Lacan, Stanley Fish, Catharine MacKinnon, y muchos otros, son todos ellos de izquierdas más bien radical. 

Y esto requiere una explicación porque durante la mayor parte de su historia intelectual, el socialismo defendió la razón y la ciencia. El socialismo marxista era lo más izquierdista en su tiempo y, sin embargo, tenía lo de “socialismo científico” como una seña de identidad. También requiere explicación que los postmodernistas más activos son muy hostiles al debate y a la disidencia cayendo con facilidad en ataques ad hominem y en medidas autoritarias de corrección política. Así que la pregunta es: ¿Por qué es entre la extrema izquierda -que tradicionalmente se ha promovido a sí misma como la campeona de de la civilidad, de la tolerancia y el juego limpio- donde menos encontramos estas costumbres y donde incluso se denuncian?

Y aquí viene la segunda hipótesis de Hicks acerca del postmodernismo: “El postmodernismo es la estrategia epistemológica de la izquierda académica radical para responder a la crisis causada por el fracaso del socialismo tanto en la teoría como en la práctica”. Voy a explicar un poco esta hipótesis.

El socialismo marxista clásico  formulaba cuatro reivindicaciones fundamentales:

1- El capitalismo es explotador. El rico esclaviza al pobre. Es brutalmente competitivo domésticamente e internacionalmente imperialista.

2- El socialismo, por contra, es humano y pacífico. La gente comparte, es igual y cooperadora.

3- El capitalismo es en definitiva menos productivo que el socialismo. Los ricos se hacen más ricos y los pobres más pobres. Y el subsiguiente conflicto de clases hará que el capitalismo colapse al final.

4- La economía socialista, por contra, será más productiva y generará una nueva era de prosperidad.

El desastre fue que las cuatro premisas del socialismo fueron refutadas tanto en la teoría como en la práctica. El mercado libre ganó a la economía centralizada sin ningún género de dudas. Las economías de las naciones capitalistas cada vez eran más productivas y no sólo los ricos de esos países se hacían más ricos sino que los pobres también se hicieron más ricos. Por contra, todo experimento socialista ha terminado en desastre económico.En lo político, el capitalismo liberal ha respetado derechos y libertades mientras que el socialismo en la práctica acabó siendo más brutal que las peores dictaduras. Todo régimen socialista ha colapsado en dictaduras que han asesinado gente a gran escala. Todo esto era conocido por mucha gente en la primera mitad del siglo XX pero muchos seguían teniendo la esperanza puesta en Rusia. Pero en 1956 se producen dos hechos definitivos: la URSS invade Hungría y Nikita Krushchev reconoce oficialmente que el régimen de Stalin había asesinado millones de personas.

Imaginemos ahora a un socialista convencido enfrentándose a estos datos. ¿Cómo reaccionaria? Tienes un gran compromiso con el socialismo, sientes que es verdad y quieres que sea verdad porque todos tus sueños de paz y prosperidad están puestos en él. ¿Abandonas tu teoría y aceptas los hechos o tratas de buscar una manera de mantener tu fe en la teoría?

En mucho sentidos, el dilema ante el fracaso del socialismo es parecido al dilema de los religiosos ante el fracaso de la fe y el triunfo de la razón en la Ilustración. Kant había escrito en el Prefacio de su primera Critique: “para hacer sitio a la fe”…y Kierkegaard había escrito en Fear and Trembling: “la fe requiere la crucifixión de la razón”. Así que Kierkegaard procedió a crucificar la razón y glorificar lo irracional. Los pensadores de izquierda de los años 50 y 60 del siglo pasado se encontraban en el mismo dilema. Ante el florecimiento del capitalismo y la pobreza y brutalidad del socialismo tenían que elegir entre la realidad y sus ideales: o aceptar los hechos y renunciar a sus ideales o aferrarse a sus ideales y atacar toda el concepto de que la evidencia y la lógica importan. Que todos los líderes del postmodernismo (Foucault, Lyotard, Derrida, Fish, Rory…) llegaran a la madurez en sus carreras en los años 50 y 60 (y que provinieran algunos de ellos del partido comunista) no es ninguna coincidencia.
Derrida

El postmodernismo nace del matrimonio entre la izquierda política y la epistemología escéptica. A la vez que el socialismo político cae en crisis en los años 50, en Europa se empieza a tomar en serio a Nietzsche y Heidegger y a la vez se hunde el positivismo lógico con Quine y Kuhn. Es entonces cuando la dominancia de la epistemología subjetivista y relativista en la filosofía académica ofrece a la izquierda académica una nueva táctica: “Todo esto no es más que lógica y datos; la lógica y la evidencia son subjetivas; no se puede realmente probar nada; los sentimiento son más profundos que la lógica y nuestros sentimientos dicen socialismo”. Esta es, resumida, la segunda hipótesis de Hicks: el postmodernismo es una respuesta a la crisis de fe de la extrema izquierda académica.

Entonces la izquierda va cambiando su discurso de varias maneras. Una de ellas es recuperar la figura de Rousseau, pero no vamos a entrar en ello. Otra es cambiar el discurso de la necesidad a la igualdad. Dado que el socialismo fracasó en acabar con la pobreza y a los trabajadores les va mejor con el capitalismo, se cambia el foco a la desigualdad: la pobreza que causa el capitalismo no es absoluta sino relativa. Las necesidades básicas están cubiertas pero otros en la sociedad tienen más y entonces el proletariado sufre una opresión psicológica y eso les llevará a la revolución. Por otro lado, se abandona el discurso de clase y los pensadores de izquierdas se localizan en subdivisiones de la especie humana concentrándose en las mujeres y las minorías étnicas. Hay grupos desfavorecidos y no hay igualdad entre los grupos. También se pasa de decir que la riqueza es buena (cuando se pensaba que el socialismo la iba a producir) a decir que la riqueza es mala y se empieza a condenar al capitalismo por su éxito en producir riqueza, tema que desarrolla por ejemplo Marcuse. La izquierda vira hacia la preocupación por el medio ambiente y en definitiva los intelectuales de izquierda buscan nuevas maneras de atacar el capitalismo. 

Se produce un cambio que ya hemos mencionado de pasada pero que es importante: el viraje desde el universalismo al  multiculturalismo. Los teóricos de los años 50 se empiezan a preguntar: “Pueden las masas ya concebir que todos somos hermanos y hermanas bajo nuestras diferencias de piel? ¿pueden las masas pensar en sí mismas como una clase armoniosa internacional?” y la respuesta es que no y que hay que hablar a las masas de cosas que puedan entender y por eso se vira hacia sus identidades de sexo, étnicas y religiosas. Como dice Rorty:”nuestro sentido de solidaridad es más fuerte cuando vemos a aquellos con los que nuestra solidaridad es expresada como “uno de nosotros”, donde “nosotros” significa algo más pequeño y más local que la raza humana”.

La Estrategia Postmoderna

En el discurso postmoderno la verdad es rechazada y la consistencia suele brillar por su ausencia. Fijaos en estos pares de afirmaciones:

1- Por un lado, toda verdad es relativa; por el otro, el postmodernismo nos dice cómo son las cosas en realidad

2- Por un lado, todas las culturas merecen el mismo respeto; por otro, la cultura occidental es destructiva y mala como ninguna otra

3- Los valores son subjetivos, pero el sexismo y el racismo son realmente malos

4- La tecnología es mala y destructiva, pero es injusto que unos tengan más tecnología que otros.

5- La tolerancia es buena y la dominación es mala, pero cuando los postmodernistas tienen poder se impone la corrección política y no se puede disentir.

Todas estas frases tienen el mismo patrón: subjetivismo y relativismo en la primera parte y absolutismo dogmático en la segunda. El postmodernismo se da perfecta cuenta de la contradicción pero le da igual. Los postmodernos  pueden responder: “eso no son más que contradicciones lógicas aristotélicas”. Pero una cosa es decir eso y otra sostener esas contradicciones psicológicamente, es decir, aguantar la disonancia cognitiva que estas contradicciones generan. Mirad estos otros ejemplos. En este caso se produce un choque entre la teoría postmoderna y los hechos históricos:

1- Los postmodernos dicen que Occidente es profundamente racista , pero ellos saben muy bien que Occidente acabó con la esclavitud por primera vez en el mundo y que es solo en los lugares donde las ideas occidentales se han impuesto que se considera ofensivo el racismo.

2- Los postmodernos dicen que Occidente es profundamente sexista pero ellos saben muy bien que las mujeres occidentales fueron las primeras en votar, en tener derechos contractuales e igualdad de oportunidades, cosa de las que carecen en otros lugares del mundo.

3-Los postmodernos dicen que el capitalismo occidental es cruel con sus pobres pero ellos saben muy bien que los pobres en Occidentes son mucho más ricos que los pobres de cualquier otro sitio en términos materiales y de oportunidades para mejorar su condición.

A la hora de explicar estas contradicciones sólo hay 3 posibilidades:

1- La primera posibilidad es que el relativismo es primario y el absolutismo político secundario.

2- La segunda posibilidad es que el absolutismo político es lo primario y que el relativismo es una estrategia retórica para conseguir los objetivos políticos

3- La tercera posibilidad es que el relativismo y el absolutismo coexisten en el postmodernismo y que las contradicciones no afectan psicológicamente a los que las mantienen.

Hicks analiza las tres posibilidades y yo creo que se inclina más por la segunda a la que llama postmodernismo maquiavélico. La primera es fácilmente descartable porque si el subjetivismo fuera lo primario cada persona llegaría a conclusiones diferentes y no se produciría la uniformidad política que existe en el postmodernismo. Los postmodernos ocuparían diferentes posiciones  políticas a lo largo de un espectro. La conclusión para Hicks es que el postmodernismo es un movimiento político que sólo en determinado momento recurre al relativismo. El postmodernismo no sería relativista en absoluto. Según esta hipótesis los postmodernos no creerían realmente en mucho de lo que dicen. Citando a Derrida: “la deconstrucción nunca tuvo sentido o interés, por lo menos desde mi punto de vista, más que como radicalización, es decir, también como dentro de la tradición de un cierto Marxismo, en un cierto espíritu del Marxismo”. Esta interpretación es la que mantiene también Mark Lilla: “la historia de la filosofía francesa en las tres décadas siguientes al a Segunda Guerra Mundial puede ser resumida en una frase: la política dicta y la filosofía escribe”.
Hicks

Conclusiones

Bueno, esta ha sido una entrada bastante densa sobre un tema que realmente lo merece pero que da para mucho más todavía. La situación en la que estamos es la de un mundo modernista, resultado de la Ilustración, que defiende la razón la ciencia, los derechos individuales, etc., que esta siendo atacado  por la ideología postmodernista. Una cosa muy interesante es que el grueso de ese ataque es fundamentalmente moral, es decir no es por medio de datos, evidencias y argumentos lógicos sino por medio de algo más emocional y moral. Se ataca al modernismo por sexista, racista, dogmático intolerante y explotador. Y esto está minado la moral del modernismo que está perdiendo la fe en la razón, la ciencia y la tecnología y en sus propios valores.

Pero a nivel filosófico la defensa de las premisas en las que se basa el modernismo es incompleta y débil y esta debilidad es la fuente del poder del postmodernismo. Articular la defensa de estas premisas es esencial para mantener el progreso de la estrategia de la Ilustración y blindarla frente a las estrategias postmodernistas. El tiempo dirá.

@pitiklinov

Referencia:































49 comentarios:

plazaeme dijo...

Grande, Pitiklinov. Menuda labor de desbroce, síntesis y al grano. Con el inconveniente de que es granero.

Gracias. Muchas.

Pitiklinov dijo...

Muchas gracias por tus palabras

Ana di Zacco dijo...

Brillante labor de síntesis en un tema tan complejo.
A algunos catalanes nos viene particularmente bien para comprender, de paso, el fenómeno histórico que estamos atravesando.
("pero cuando los postmodernistas tienen poder se impone la corrección política y no se puede disentir.")
Muchísimas gracias, también por mi parte, por este admirable esfuerzo que ayuda a comprender mucho mejor las grandes contradicciones humanas y -más útil aún- también sus consecuencias prácticas.

Pitiklinov dijo...

Gracias también por tu amabilidad

dia internacional del hombre dijo...

Algo creado para manipular voluntades...

Enric Carbó dijo...

Buena descripción y ataque al postmodernismo. Pero me parece un poco simplificante (lo digo a partir de este artículo, no he leído a Hicks) reducirlo todo a una especie de conspiración o venganza de la ultraizquierda fracasada. El postmodernismo, a pesar de su retórica relativista (que tanto éxito tiene en nuestra cultura pop) también ha aportado buenas comprensiones de como la realidad no está al margen del lenguaje con el que la describimos; no hace falta ser relativista para apoyar esto, como tampoco para entender que la ingenua visión de que el mundo objetivo está "ahí fuera" es un mito derrumbado a partir de Kant. Entiendo que las barbaridades políticamente correctas y el irracionalismo que se propaga desde los campus norteamericanos puede irritar, pero que también hay que rescatar las buenas aportaciones (sobre todo lingüísticas) de los postmodernos

Fenopatologica dijo...

Gracias por el resumen. De acuerdo con que lo posmoderno es en esencia político. Surgen entonces dos preguntas: ¿por qué es políticamente indeseable (más allá de su debilidad epistémica)? ¿cómo defender racionalmente la alternativa política tras el reconocido hundimiento del positivismo lógico?

Saludos,

Sergi von Fenopca

Pitiklinov dijo...

Enric y Sergi,

No creo que Kant derrumbara el mito de que “hay un mundo ahí fuera”. Todos estos filósofos se olvidan de la teoría de la evolución. Muchos de ellos porque son anteriores (Kant, Hegel, Kierkegaard…) y otros de este siglo porque no han sabido ver las implicaciones para la filosofía de la teoría de la evolución. Parafraseando a Dobzhansky podríamos decir que “nada tiene sentido en filosofía si no es a la luz de la evolución”. Ese salto entre sujeto y objeto que no sabían explicar en su época empiricistas y racionalistas lo salta limpiamente la teoría de la evolución. Es verdad que nuestros sentidos y nuestro cerebro no reflejan objetivamente la realidad y que nuestro cerebro construye en cierta medida el mundo. Pero tampoco hay que exagerar. La construcción que hace nuestro cerebro (o el de otras especies) no es arbitraria. De acuerdo que la realidad de ahí afuera no es como nosotros la percibimos, pero hay una realidad ahí fuera. Cada criatura percibe del mundo lo que necesita para su supervivencia y reproducción según el nicho que ocupa. Nosotros tenemos una visión tricolor como animal arbóreo que éramos y la de los perros es dicrómica más parecida a la de un daltónico. También cada especie percibe ciertas longitudes de onda del espectro lumínico o de sonido. Pero hay unas longitudes de onda ahí fuera, y aunque nosotros no las percibamos nuestras máquinas sí lo hacen. La evolución nos enseña claramente que los seres vivos se adaptan al ambiente, hay un ambiente ahí fuera y todas nuestras características o muchas de ellas son adaptaciones a ese entorno. El entorno es el que compone la partitura que todos los seres vivos tienen que interpretar y cada uno la toca como puede y con un instrumento diferente pero el ambiente manda. Y si no te adaptas a “lo que hay ahí fuera” desapareces…Si tenemos ojos para captar la luz es porque los animales que captaron la luz dejaron más copias de sus genes.

Pero es que además Kant hace trampa descaradamente. Su objetivo es pura y llanamente salvar a Dios y si hay que cargarse la razón pues te la cargas. Pero es una maniobra burda y descarada, y Kierkegaard, por ejemplo, otro tanto.

Por eso no creo que el positivismo lógico haya fracasado. Por citar otro ejemplo que menciona ahí Russell es el caso de la moral. Russell en 1912 no podía dar cuenta de la moral pero en las últimas décadas lo que ha aportado la evolución para entender la moral es impresionante. Sin evolución no se puede entender nada. Por eso creo que se pueden reforzar las debilidades que la postura modernista o de la Ilustración tiene, que las tiene. Tenemos que estar muy atentos al nuevo libro de Steven Pinker que va precisamente sobre la Ilustración y siendo un hombre con una excelente formación evolucionista probablemente va a hacer un trabajo muy sólido.

En cuanto a por qué es indeseable políticamente el postmodernismo creo que hay muchas razones pero la principal para mí es que se carga la ciencia y se convierte en pseudociencia, en un creacionismo laico. Creo que hay que separar objetivos políticos y morales y hay que dejar a la ciencia que busque la verdad. Claro que hay cosas que construimos socialmente pero hay que saber ver el límite, y, por poner un ejemplo, el sexo no lo hemos construido nosotros. Existía millones de años antes de que apareciera la especie humana y el lenguaje con el que construir cosas…Vuelvo a la evolución, hay que poner los pies en el suelo y no creernos dioses y dueños de la creación… a ver si vamos a quitar a Dios y nos ponemos nosotros como creadores del Universo…Conviene no perder de vista que somos animales productos de la evolución y hay que ser un poco más humildes. Y creo que para cambiar y mejorar la realidad hay que partir de saber cuál es la realidad.

gracias por vuestros comentarios




Unknown dijo...

¡Gracias por el post!
Yo tenía entendido que el postmodernismo no negaba la realidad, sino que más bien no le interesaba como objeto de estudio. En la práctica es lo mismo, pero no sé si lo sea desde el punto de viste teórico.
A ver si me explico. Desde un punto de vista del posmodernismo tal como lo entendía, no importa el hecho en sí, sino los resortes que guían a quien sea que los interprete -el poder hegemónico- a interpretarlo de determinada manera. Lo cual, desde mi punto de vista, no lo pone en confrontación directa y forzada con el conocimiento científico y hasta pudiera ser útil en ciertas ramas de las ciencias sociales.

Pero si parten de la idea de que la realidad no existe; el postmodernismo se convierte en la antítesis de la ciencia.

No se me ocurre mejor argumento en contra de esta visión del postmodernismo que el hecho de que seamos el resultado de un proceso de selección natural. El hecho de tengamos ojos, piernas, brazos, deseo sexual y cerebro es la prueba de que existe una realidad allá afuera que impone presiones evolutivas que hacen favorable para el individuo la presencia de estas características. Y, además, esas características nos dices que esa realidad es de determinada manera, sino, se fueran seleccionado características diferentes.

Pitiklinov dijo...

Totalmente de acuerdo, Ricardo, en esa línea iba mi respuesta anterior a Enric y Sergi que se ha cruzado con tu comentario. Gracias

Miquel dijo...

Muy interesante tu resumen sobre el postmodernismo, pero en lo que estoy totalmente de acuerdo es en tu respuesta a Enric y Sergi. Creo que la mirada evolucionista es la que ayuda a entender la naturaleza humana y nuestra capacidad de conocimiento. Siempre es un placer leerte. Un saludo

Lodistante dijo...

Muy bien explicado. Hacer de lo complejo algo sencillo de entender es un arte.

Unknown dijo...

No olvidemos que la filosofía de la Ilustración tenía desde el principio un objetivo político en mente, que era derribar el Antiguo Régimen. La Ilustración entró en una dialéctica de conquista y ejercicio de poder para derribar al Absolutismo, como señalaron acertadamente Adorno y Horkheimer, y que contaminó la ideología de la modernidad.

Los ilustrados no estaban radicalmente en contra de la religión sino de la superstición religiosa. Hay cuestiones que no pudieron desentrañar, y que hoy en día se pueden explicar satisfactoriamente desde la historia comparada de las religiones y desde una concepción relacional (es magistral, a mi juicio, la explicación que ofrece R. Pániker de la Trinidad).

Que la razón esté preparada para entender el Universo no está nada claro. Las mentes más brillantes de la cosmología moderna se muestran a veces más perplejos con cada descubrimiento que hacen. ¿Quién sabe qué tipo de fenómenos, por no decir entes, se pueden formar con los coágulos de energía y las interacciones que hoy sabemos que existen en el cosmos?. Las mismas explicaciones de los fenómenos cuánticos requieren auténticos ejercicios de análisis del lenguaje que utilizamos para describirlos.

En ese contexto, creo que el enfoque evolucionista es fundamental para completar el artículo. Enhorabuena por este y por los comentarios.

anónimo dijo...

Buen análisis. Estoy totalmente de acuerdo con los excesos del postmodernismo en su defensa de la irracionalidad.
Lo que he echado en falta es mencionar que uno de los fundamentos de este movimiento fue el psicoanálisis y la importancia del inconsciente en el comportamiento humano. Lo que hicieron los fundadores del postmodernismo para criticar el positivismo lógico y explicar el fracaso del socialismo fue unir el marxismo con el psicoanálisis suponiendo que el fallo había sido olvidar este componente.

anónimo dijo...

Quizás me he explicado mal: estoy de acuerdo con la crítica al postmodernismo y sus excesos.

Unknown dijo...

Una entrada impresionante Pablo y sobre todo, muy necesaria. Estoy de acuerdo con lo que has escrito y tus comentarios.

Hay un detalle que es curioso respecto del postmodernismo. Y es que de nuevo nos demuestra que el gran Dawkins se equivoca en su defensa del ser humano como un ser eminentemente racional. El posmodernismo por ser negador de la naturaleza humana y sobre todo de las raices evolucionistas, no puede escapar a otra de las trampas mas obvias e inherentes a su filosofia: si el postmodernismo existe es porque el ser humano no es precisamente un "ser eminentemente racional". Es porque nuestra biologia, nuestro cerebro y mente, son muy animales. Es decir, el postmodernismo parece en parte la respuesta de un animal acorralado por la realidad que intenta huir de esta haciendo uso de los sesgos cognitivos y la ideologia mejor cocinada en el sistema limbico. El que muchos de estos autores resulten especialmente complejos e incomprensibles de leer (vease Hegel, Heidegger, Kierkegaard o Jacques Lacan) no parece casual y sobre todo, personalmente y sin ser un experto para nada, dan la impresion de ser explicaciones surgidas en emociones reactivas ante la incoherencia de la ideologia que defienden y la realidad. Un lenguaje y unas explicaciones que no estan conectadas con la realidad, como creados de la nada. Como un nuevo dogma de fe religioso. De hecho el proceso por el que parece originarse el postmodernismo es muy similar al de la religion: cuando uno no tiene una explicacion ante la realidad, aparece el "Dios de los huecos". Si hace miles de años el hueco era sobre todo ante la imposibilidad de explicar fenomenos naurales (Dios del rayo, del trueno, del fuego...) y posteriormente evoluciono hacia el Dios del alma, la mente...hasta el que Newton invoca en su teoria gravitacional ante la incapacidad de explicar matematicamente el comportamiento de mas de dos astros del sistema solar con su teoria general. El postmodernismo parece otro "Dios de los huecos". En el articulo es facil encontrar esos huecos con los que se tropezaron estos autores. Y de ahi las profundas incoherencias y contradicciones de todo este movimiento.

Como hemos comentado otras veces, la neurociencia esta desvelando cada vez mas que la razon parece ser en gran medida un modulo cognitivo que da explicaciones corticales, "racionales" y linguisticas ante emociones y sensaciones previas. Que muchos de los autores sean de la izquierda mas iluminada e inteligente solo implica que el modulo racional que esta en juego es mas potente, pero no que este fundamentada.

Pero sobre todo, es reveladora la enorme acogida que ha tenido el postmodernismo en la opinion publica, la educacion, la politica y parte de la ideologia de izquierdas auto considerada "progresista". Como Pinker explica en la Tabla Rasa, es posible que tambien tenga sus raices en el miedo a que si tengamos una naturaleza innata y que no siempre es noble, buena o altruista y que por tanto, el buen salvaje tan solo sea un salvaje. En definitiva, que haya que reconocer que el racismo, la xenofobia, muchas formas de violencia, la desigualdad etc etc etc no son causados exclusivamente por el ambiente y que la cultura, ni es tan culpable de los desastres humanos ni parece la unica solucion ante ellos.

Cada vez creo que hay que rescatar mas a Spinoza. Cuantas horas habre perdido literalmente leyendo a Descartes, Kant, Nietzsche, intentando comprender algo de Kierkegaard...Si necesitaban desahogarse, hicieron bien en escribir como terapia, pero que tomemos estos escritos como base para decidir en educacion, politica o economia puede tener consecuencias muy negativas

Emilio dijo...

Muy interesante la entrada y los comentarios. Solo una pega a tus conclusiones cuando dices:

“la situación en la que estamos es la de un mundo modernista, resultado de la Ilustración, que defiende la razón, la ciencia, los derechos individuales, etc. que está siendo atacado por la ideología postmodernista.”

Porque tengo la impresión de que sería más cierta esa afirmación con los términos cambiados. Vivimos en un mundo muy penetrado por el postmodernismo y se hace precisa una vuelta a la razón, la ciencia y los valores ilustrados. Y la tarea no se presenta sencilla porque donde con más fuerza está arraigado ese postmodernismo es entre las capas “ilustradas” (en la acepción de quienes pasaron la universidad) y su beligerancia es muy activa.

Pitiklinov dijo...

Creo que tienes razón, desde luego en la Universidad americana (y otras universidades occidentales), en las humanidades y ciencias sociales y a nivel político y de élites también la situación es como tú dices. Entre nosotros y en el conjunto de la sociedad igual todavía no pero no andamos muy lejos

Pitiklinov dijo...

Tienes razón, el psicoanálisis es una de las maneras en las que el socialismo intenta responder a la crisis. El libro lo trata pero no podía meterlo todo en el resumen :)
Esta fusión de Marx y Freud va sobre todo de la mano de Marcuse y de la escuela de Frankfurt. Un elemento más para comprender el conjunto.

Pitiklinov dijo...

Muy de acuerdo con lo que dices. No sé si nos lee algún filósofo pero a mí me da la impresión de que la teoría de la evolución no ha tenido mucho eco en filosofía y por eso pasa lo que pasa :)
Tengo muchas ganas de leer el próximo libro de Pinker

Emilio dijo...

Yo me refería justamente a nuestra realidad. En el procés catalán se han roto todas las costuras de la racionalidad y el pensamiento ilustrado y eso no sucedió así por casualidad. Son muchos años de aceptar que los hechos son lo de menos, que lo importante son los deseos y las intenciones. Y ahora nos encontramos con que quienes venían anunciando una hoja de ruta casi indefectible y requetepensada han caído del caballo y en realidad ni ellos mismos habían pensado en el día después. Y hoy, que es el día después, ya casi ni es noticia que las cosas hayan sucedido así de ese modo.

Pero porque nadie piense que tengo alguna intención especial en centrarme en el caso catalán, citaré una anécdota referida en este caso al diario El País. Este periódico lleva varios días publicando una foto del padre de Nadia, pero en cuyo pié figura sistemáticamente la leyenda “los padres de Nadia” y parece como si a nadie estorbara la disonancia de referirse en plural a una figura singular. Hubo un momento en el que en el periodismo se diferenciaban los hechos de las opiniones, tratando de ser lo más respetuoso posible con la objetividad de los primeros para dar rienda suelta a lo personal y subjetivo en el campo de las opiniones. Ahora estamos en otro momento en el que esa objetividad ya ni es exigible para los hechos.

antonioesquivias dijo...

Leyendo toda la entrada llego a la conclusión de que HIcks es anti-postmodernos y con armas intelectuales propias de la modernidad, trata de reducirlo al terreno político, en el que se deduce que es profundamente nocivo ya que balcaniza y genera conflictos que solo se resuelven por la fuerza y sobre todo se aleja de su bien amada (nostalgia de) realidad alcanzable por la razón.
Comenzando algo bruscamente, aparece que… el postmodernismo “afirma que no existe una realidad independiente ahí fuera”. En mi opinión esto no es exacto, afirma que no podemos conocerla en si misma, aquí Kant tal como se dice más adelante, y por ende la realidad no nos preocupa, esto si es importante.
También afirmas que "no se da un papel a la razón”, esto en mi opinión tampoco es exacto, se da un papel entre otros elementos del conocimiento, sobre todo se añaden los sentimentos como necesarios para entender el conocimiento humano. El postmodernismo nace precisamente del desprestigio de la razón de la modernidad, con su papel omnímodo, capaz de conocer objetivamente. Lo que el postmodernismo niega es que se pueda conocer “objetivamente”, que todo el conocimiento es subjetivo, como afirmas, yo lo matizaría también que es subjetivo en círculos concéntricos, se va ampliando saliendo de la nuda subjetividad, pero sin dejar de ser subjetivo.
“En la historia de la filosofía Kant marca un giro fundamental de la objetividad a la subjetividad como estándar”. En realidad, quien da ese giro es Descartes, que pone la afirmación de la existencia en el “yo pienso”, en la subjetividad y sienta el precedente sobre el que trabaja Kant.
Falta en la reconstrucción de las raíces la aportación de Husserl, que es precisamente la fenomenología, de la que se alimentan por ejemplo Heidegger y Sartre.
“Al no existir la razón y la objetividad se vuelve a los sentimientos, al perder el sentido de nosotros mismos como individuos se vuelve a la identidad de grupo, resultando necesariamente a partir de ellos una balcanización de los grupos y el conflicto”. Estoy muy de acuerdo en el regreso a los sentimientos, Aristóteles ya había trabajado sobre ellos, pero no estoy de acuerdo, y parece ser la línea fundamental, en que necesariamente se vaya al conflicto, sino más bien a la búsqueda de una identidad humana personal, que necesariamente es cultural, en círculos concéntricos.
Parece que Hicks tiene una nostalgia de la razón, con la que se podía objetivar y llegar a acuerdos fundamentales. De hecho, los términos de la explicación son precisamente modernistas: objetivo-subjetivo, razón-sentimientos, etc. con todo su dualismo, que en el fondo es una toma de posición. En realidad, y lo voy a decir conscientemente, el paso a integrar los sentimientos en el conocimiento, que por tanto ya no es el conocimiento objetivo-racional, es un progreso. La ciencia ha entrado ya en esta demostración de que emociones y sentimientos son una parte fundamental de nuestra forma de conocer, fundamentando las intuiciones de Husserl y sus seguidores.
La segunda hipótesis de Hicks acerca del postmodernismo (“El postmodernismo es la estrategia epistemológica de la izquierda académica radical para responder a la crisis causada por el fracaso del socialismo tanto en la teoría como en la práctica”), que sitúa al postmodernismo únicamente en la izquierda, se posible por un motivo que ya he indicado: el olvido de Husserl y su escuela de la fenomenología que también produce muchas ramas en el personalismo, incluso en teólogos dentro de las iglesias, es decir, en creyentes. Personas como Max Scheler, Edith Stein, Gabriel Marcel, Henri Bergson,… anticipan el postmodernismo en terrenos muy alejados políticamente de la izquierda radical.

Unknown dijo...

Como dices, (creo que Gregorio también coincide contigo en parte), reivindicar la razón ilustrada se ve complicado, incluso en las capas más “ilustradas”, pues aquella razón, como expusieron algunos representantes de la Escuela de Frankfurt, sigue prestando mucha atención a la conquista del poder y la “hegemonía” y muy poca a la diferencia. Decía Foucault que “el poder genera su propia resistencia”, y la beligerancia activa resulta atractiva para mucha gente.

Cuando Nietzsche afirma “Dios ha muerto”, creo que podríamos interpretar que no solo Dios, sino los discursos establecidos, cualesquiera que sean, las explicaciones consoladoras… están siendo sustituídas en parte por los consensos a nivel semántico, lingüístico y social.

Unknown dijo...

Antonio, pienso que el posmodernismo también persigue sustituir muchos de los discursos dados por un consenso, después de un proceso a nivel público y social, consistente en falsear o validar los postulados. Las redes sociales operan también en este sentido, desde sus obvias limitaciones.

Emilio dijo...

Muchos son los que niegan la existencia de cualquiera de esas dos cosas aduciendo para ello que basta con observar ciertos comportamientos de los seres humanos para darse cuenta de que en ellos no puede haber la menor pizca de racionalidad, o que la objetividad es un imposible porque todo lo que pasa por el filtro de nuestra mente necesariamente ha de ser subjetivo. Son evidentemente argumentos con trampa, como no somos máquinas pensantes o dioses, no somos racionales, y como la objetividad no es un absoluto, tal cosa no existe.

Por supuesto que no todo nuestro cerebro, ni tan siquiera la mayor parte, es corteza prefrontal. Ya Aristóteles se había dado cuenta de esto y cuando hablaba de racionalidad era para señalar lo que en nosotros encontraba de diferente con otros animales, sin que ello le llevara a olvidar que no todo es “logos”, que también está el “ethos” y el “pathos”, en suma que somos animales racionales, entendiendo esto último como característica distintiva o diferenciadora, no como un absoluto que presidiera toda nuestra forma de ser y comportamiento. En cuanto a lo de la objetividad creo que el ejemplo que he puesto del padre de Nadia y El País lo explican mejor que muchas frases que aquí ponga.

No hubo por tanto que esperar al postmodernismo para darse cuenta de que la razón no lo llenaba todo y había que tener en cuenta las emociones, de eso ya era consciente Aristóteles, lo que el postmodernismo hace con las emociones es situarlas en primer plano, darles carácter preeminente, también frente a la razón, y con ello conducirnos a realidades como las del nacionalismo, el propio feminismo o la postverdad, ajenas completamente a la razón y la ciencia, los derechos individuales y los valores ilustrados. Y nada hay de épico o progresista en todo ello.

Emilio dijo...

En el copia y pega del comentario anterior me salté la primera línea. Lo pongo ahora completo

Me gustaría referirme a dos conceptos clave en toda esta discusión: racionalidad y objetividad. Muchos son los que niegan la existencia de cualquiera de esas dos cosas aduciendo para ello que basta con observar ciertos comportamientos de los seres humanos para darse cuenta de que en ellos no puede haber la menor pizca de racionalidad, o que la objetividad es un imposible porque todo lo que pasa por el filtro de nuestra mente necesariamente ha de ser subjetivo. Son evidentemente argumentos con trampa, como no somos máquinas pensantes o dioses, no somos racionales, y como la objetividad no es un absoluto, tal cosa no existe.

Por supuesto que no todo nuestro cerebro, ni tan siquiera la mayor parte, es corteza prefrontal. Ya Aristóteles se había dado cuenta de esto y cuando hablaba de racionalidad era para señalar lo que en nosotros encontraba de diferente con otros animales, sin que ello le llevara a olvidar que no todo es “logos”, que también está el “ethos” y el “pathos”, en suma que somos animales racionales, entendiendo esto último como característica distintiva o diferenciadora, no como un absoluto que presidiera toda nuestra forma de ser y comportamiento. En cuanto a lo de la objetividad creo que el ejemplo que he puesto del padre de Nadia y El País lo explican mejor que muchas frases que aquí ponga.

No hubo por tanto que esperar al postmodernismo para darse cuenta de que la razón no lo llenaba todo y había que tener en cuenta las emociones, de eso ya era consciente Aristóteles, lo que el postmodernismo hace con las emociones es situarlas en primer plano, darles carácter preeminente, también frente a la razón, y con ello conducirnos a realidades como las del nacionalismo, el propio feminismo o la postverdad, ajenas completamente a la razón y la ciencia, los derechos individuales y los valores ilustrados. Y nada hay de épico o progresista en todo ello.

Pitiklinov dijo...

Emilio,
bueno te concedo que el postmodernismo está más infiltrado de lo que parece, sobre todo en sitios que importan y tiene poder y no en gente de la calle,
Con respecto a Cataluña me ha coincidido la lectura del libro con toda la movida catalana y no he podido evitar relacionarlo y pensar que el conflicto catalán tiene mucho de postmoderno. No en el fondo, el nacionalismo es puro tribalismo y Ellos/Nosotros, algo tan ancestral como la especie humana, pero sí en la puesta en escena. Eso de declaro la independencia pero a la vez no la declaro, el énfasis en lo subjetivo: si me siento oprimido estoy oprimido, etc.
En lo demás estoy también muy de acuerdo contigo. Lo que no he entendido es lo de los padres de Nadia...si lo puedes explicar...

Pitiklinov dijo...

Antonio,
gracias por tu aclarador comentario y supongo que tienes razón en los matices. Husserl aparece en el libro de Hicks y es una de las raíces que he dejado fuera, como se me pasó el psicoanálisis pero es que he querido centrarme en los que me parecía más importante.
Hicks es contrario al postmodernismo como lo soy yo desde luego. Personalmente no le veo nada bueno ni en lo político donde creo que sí esta generando conflicto por la vuelta a las identidades (identidades asesinas que decía Maalouf), desde la guerra entre hombres y mujeres del feminismo postmoderno, hasta la vuelta a separar a la gente por razas, ceremonias de graduación sólo para negros en Harvard y otras cosas que están ocurriendo en las universidades.
Pero puede que se me estén escapando cosas desde luego. ¿Te atreves a hacer una defensa del postmodernismo? ¿qué nos ha aportado en ciencia,por ejemplo? ¿Qué hacemos con la ciencia? ¿como no podemos conocer la realidad la abandonamos? ¿Todo relato es igual? ¿Si un postmoderno tiene peritonitis y quiere seguir vivo es igual el relato de un chamán que el de un cirujano digestivo?
Insistiría también en que la filosofía no se ha dado por enterada de la existencia de Darwin, que este sí que se carga todos los relatos anteriores y no Nietzsche. ¿Estoy equivocado en esto? ¿Crees que la filosofía ha digerido a Darwin y lo ha metabolizado? Ya sé que está Dennet y tal pero como cuerpo doctrinal dónde está Darwin en la filosofía?
En el discurso postmoderno desde luego no aparece por ningún lado y eso lo invalida a mi modo de ver. No se puede hacer filsofía hoy en día sin Darwin.
Un saludo

Pitiklinov dijo...

Manuel,
en la respuesta a Antonio toco puntos que tienen que ver con tu comentario. No sé si quieres opinar sobre ellos.
Yo creo que sí se puede reivindicar la razón pero que tenemos que incorporar la teoría de la evolución y sus implicaciones a todos los niveles, no sólo científicas sino también metafísicas, epistemológicas y morales. Darwin deja trasnochados a Kant, Hegel, etc. y por supuesto a los postmodernos que la ignoran olímpicamente.
Gracias por tus comentarios

Emilio dijo...

A mí no me cabe la menor duda ese nacionalismo es absolutamente postmoderno y si lo observas al detalle lo verás con total claridad.

Lo de la foto del padre de Nadia y el pie cuando dice "los padres... es una cosa que El País nos debiera explicar a todos. Viene sucediendo desde hace meses, y desde hace un tiempo casi cada día.

Me parece imposible que nadie en el periódico se percate de la contradicción. Finalmente he pensado que cuando se insistía más en la objetividada y la diferencia entre los hechos y las opiniones seguramente eso no hubiese pasado del modo que está pasando.

Emilio dijo...

El postmodernismo está infiltrado en la sociedad de forma profunda y extensa aunque solo sea por efecto del sistema educativo. La LOGSE basada en el constructivismo pedagógico lleva presente en nuestro modelo educativo, con ligeras modificaciones en los últimos años, desde los años 90 del siglo pasado, y aunque ahora mismo parece que hay un intento de superar ese enfoque en el aula, sigue muy presente en las escuelas de formación del profesorado y otros ámbitos educativos. Para el caso catalán un pedagogo como Gregorio Luri habla concretamente de nacional-constructivismo. Y el constructivismo es la forma que adoptó el postmodernismo en la escuela.

Unknown dijo...

Como decía, el posmodernismo abona la tendencia a generar resistencia; resistencia y beligerancia al poder de los discursos establecidos. Me gustaría insistir en que la posmodernidad y las redes tienden a que los discursos hayan de ser validados o falseados con más frecuencia a nivel de debate social. Por supuesto es preferible que eso se haga a través de discurso articulados y razonados, no a través de mensajes de unos pocos caracteres. Dos conductores pueden tener percepciones distintas del color de un semáforo, suponiendo que uno de ellos sea daltónico, pero muchos conductores acabarán validando la hipótesis más correcta sobre dicho color. Lo mismo sucede con un tema de más calado, pongamos una dolencia grave, lo racional en este caso es un tratamiento por parte de un especialista médico, pero esa racionalidad no deja de responder en parte a una validación social sobre la validez de la medicina moderna, que ha de mantenerse continuamente.¿Podría responder el desarrollo de estos aspectos a tendencias favorecidas por la evolución?

Emilio dijo...

En cuanto a la cuestión del debate social el postmodernismo no lo propugna ni puede. Si no hay una verdad objetiva, si todas las "verdades" lo son por igual, a cuento de qué el debate social. De hecho los movimientos y teorías que giran en torno a esta ideología al basarse en cuestiones morales solo admiten la adhesión o el rechazo.

En educación se dice por ejemplo que la comprensividad es moralmente buena su rechazo por tanto significa que o bien eres un ignorante o un desaprensivo. Otro tanto se puede decir del feminismo, o el propio nacionalismo, no son ideologías permeables al pacto y la transacción. O las tomas o las dejas.

Sin valores universales, sin reglas que valgan para unos y otros, sin una común humanidad, es imposible el debate, y en el postmodernismo todo se fundamenta en considereaciones de tipo moral. También por eso representa un paso atrás tan grande en relación con las conquistas de la modernidad y los valores ilustrados.

Daniel dijo...

http://www.stephenhicks.org/intellectual-history/objectivism/

Pitiklinov dijo...

Gracias por tus comentarios Emilio, muy interesantes

Pitiklinov dijo...

Lo poco que he leído de Ayn Rand no me ha convencido nada...

Papito dijo...

Hola Pablo.

Me pareció muy interesante tu nota. Creo que es muy correcto metodologicamente separar las implicaciones políticas de lo estrictamente filosófico. Es cierto que hay una ruptura irracionalista con respecto a la ilustración, expresada en el regreso a Nietzsche (el sagrado "poder" como un ente invisible,cuya lucha por tenerlo, controla las relaciones sociales -Foucault sigue esa linea-) al , el endiosamiento del lenguaje (Faltó Wittgenstein, que fue el primero en hablar de construcción real de lenguaje, dando pie a charlatanes como Feyeraband), el subjetivismo, la acientificidad etc. Que tal situación fue el detonante de las Science War, con Sokal como adalid de las ciencias duras contra los " Derridas" que abundan por las academias; o sea que las ciencias sociales no tengan status mas serio por tener en su seno a charlatanes como los que enuncia la nota.
El tema es que la razón como sustancia ontologíca que define el actuar humano a través de la ciencia, tampoco es tan fuerte. Los sesgos cognitivos demuestran que incluso en investigación, lo que se busca descubrir, responde al interes de investigador ( recuerdese el caso de Wallace, "coautor" de la teoría de la evolución, terminando sus dias en la ignominia por querer demostrar cientificamente la existencia de fenómenos paranormales -que él creía-)

A lo que voy es que hay que reconocer (muy a pesar mío, pues me considero materialista dialéctico) que no hay demasiados argumentos para sostener la objetividad. Si hasta la fisica, madre de la ciencia dura, tiene sus interpretaciones en lo que hace a la mecánica cuántica ( la de Copenhague, metafísicamente idealista contra el realismo de Einstein). En quimica, biologia y otras ciencias pasa lo mismo.
Tal vez la idea de verdad aproximada de Hegel- Marx permitan historizar un poco, entendiendo que falta mucho todavía (hace 5000 años recién aprendimos a escribir) para conocer todo.

Sobre lo político, creo que Hicks no entiende mucho. El mayo francés fue el hecho político que determinó el surgimiento académico del posmodernismo (nótese como casi todos los autores de esta corriente son franceses). Y el radicalismo marxista que le acusa no es tal, puesto que apoyan a reformismos populistas (Zapatistas, Chavismo). En definitiva, creo que estan desentendidos de un verdadero rol politico, ya que terminan siendo una casta de profesores acomodados (con sueldos altos mas lo que ganan por seminarios y libros) que escriben inentedible para mantener una imagen erudita y seguir conservando privilegios.
Evidentemente el feminismo radical y los racismos y xenofobia de minorias encuentran asidero aquí, por que suelen ser jovenes de clase media ligeramente intelectualizados con propension al discurso irracional e impractico de estos académicos. Y que terminan siendo funcionales al sistema que "critican", puesto que crean enemigos de papel y tapan los reales (el trabajador "machirulo" para el feminismo es tan opresor como un Donald Trump).

Gracias por dejarme comentar y disculpa por los errores de ortografía (es culpa de mi smartphone). Un abrazo argentino.

Pitiklinov dijo...

Gracias por tu aportación, Papito, muy amable

Emilio dijo...

En esto de la postmodernidad tampoco ha habido nada de épica. Nació efectivamente contra los grandes relatos de la modernidad, pero inmediatamente los sustituyó por los suyos que, como todos hemos experimentado en algún momento, son defendidos desde posiciones de superioridad moral. Este es otro de sus rasgos distintivos.

Todas sus “revoluciones” están hechas desde el poder o sus proximidades. Y da igual que hablemos de la escuela y la educación; el feminismo –no en vano a este feminismo también se le conoce como feminismo institucional- o lo que estamos viendo en Cataluña, donde quienes se pretenden víctimas lo hacen desde la ocupación mayoritaria de los resortes de poder público desde hace mucho tiempo, consiguiendo mantener silenciada a más de la mitad de la población.

Batallas ideológicas ganadas por el postmodernismo ninguna, pero sin que eso represente merma de su poder o influencia. En el caso del modelo constructivista en la escuela las críticas siempre fueron rechazadas por retrogradas, incluso franquistas. El balance sin embargo no puede ser más desolador. Para un país como el nuestro el resultado más destacado y abultado consistió en tasas de fracaso escolar permanentemente superiores al 30%. De tal modo que 1/3 de los hijos de la LOGSE carecen de cualquier titulación que los capacite.

Sí hubo épica en las conquistas de la modernidad: la democracia, los derechos individuales y sociales, las primeras conquistas de feminismo, o las batallas contra el racismo, etc. Pero el feminismo postmoderno del que hablamos aquí se ejerce básicamente desde el propio poder, y en muchos casos como ideología de Estado. Y otro tanto se puede decir de algunas otras manifestaciones postmodernas, como puedan ser la concepción constructivista de la educación o lo señalado en relación con el independentismo catalán.

El postmodernismo está muy ligado a la política. Muchas políticas socialdemócratas de los últimos decenios en algún momento lo fueron: en la educación o en el feminismo, por lo que en este caso no se trata tanto de un problema de élites, del ámbito académico o de si constituye un mejor o peor enfoque filosófico, sino de las políticas desarrolladas bajo este prisma: educación, ciencia, igualdad, etc. en unos estados como los europeos donde la presencia de lo público es enorme. Por lo demás al faltar criterio de verdad, las exigencias éticas se reducen a cero. Esa es a mí entender la verdadera dimensión del postmodernismo.

Unknown dijo...

"una identidad humana personal, que necesariamente es cultural"
¿Por qué es "necesariamente" cultural? Puede ser producto del pasado historico de una población, reflejado en los genes.

Abel Jaime Novoa Jurado dijo...

Estupenda entrada que creo pierde profundidad en el salto que haces de la filosofía a la política y, sobre todo, en las paradojas del pensamiento postmoderno que señalas al final del texto. La afirmación “El postmodernismo es la estrategia epistemológica de la izquierda académica radical para responder a la crisis causada por el fracaso del socialismo tanto en la teoría como en la práctica” es realmente asombrosa y desde luego no refutable. Creo que el postmodernismo se acerca más a un pensamiento débil, una forma de escepticismo filosófico en el cual la razón humana no puede conocer la realidad como has señalado y donde el relato socialista o de izquierda sería otra ideología más a deconstruir, otro mito que derribar. Creo que el postmodernismo no pretende ser directamente una concepción sobre el hombre, la sociedad o la política. Otra cosa es la utilización política de esta filosofía, semejante a la que el neoliberalismo hace de la modernidad. ¿O es que todos los que defienden los valores de la lustración son de derechas? De hecho el postmodernismo coincide con el neolinberalismo en su individualismo radical, en su rechazo a la acción comunitaria y la solidaridad. Ambos conducen a la privatización de la vida cotidiana y a una minimización del ámbito de lo público. Neoliberalismo y postmodernismo declaran también el fin de la historia. Entonces ¿el postmodernismo es de derechas y de izquierdas a la vez?
En mi humilde opinión, plantear la filosofía como de derechas o de izquierdas es un reduccionismo peligroso que impone un filtro ideológico a los que se puedan acercar al pensamiento de autores que creo han realizado contribuciones interesantes al pensamiento occidental. Un abrazo

Pitiklinov dijo...

Bueno, lo primero es que el salto no lo pego yo sino Hicks. Yo no sé lo bastante de filosofía ni de política como para hacerlo. La que señalas es su segunda hipótesis y parte de una realidad, de unos hechos que son así: el postmodernismo es de izquierdas, de extrema izquierda. Yo por lo menos no conozco postmodernistas de derechas en política. Ese dato es el que requiere explicación porque modernistas hay de derechas y de izquierdas, como señalas.
Donde te equivocas es en que el postmodernismo es individualista. El postmodernismo es colectivista y lo ves por ejemplo en la identity politics, pone los derechos colectivos por encima de los individuales.
Y en que no respeta el principio de no contradicción creo que es clarísimo, eso está en la filosofía desde Hegel y esta en su acción política como se ve en los ejemplos.
Un saludo

Masgüel dijo...

"tenemos que leer acerca del postmodernismo. Eso es lo que yo voy haciendo leyendo las cosas que caen en mis manos sobre este tema"

Lamentablemente, parece que lo que cae en tus manos son panfletos (Hicks, Sokal y compañía). Si quieres entender a los filófosos que critican, lo recomendable es leer directamente las fuentes. Entiendo que el estilo de alguno de ellos no es demasiado accesible, pero eso tiene fácil solución leyendo, por ejemplo, a Rorty, que comparte la claridad expositiva de la tración analítica. Y como contrapunto al libro que inspira esta entrada, recomendaría la lectura de "Contingencia, ironía y solidaridad".

"a nivel filosófico la defensa de las premisas en las que se basa el modernismo es incompleta y débil y esta debilidad es la fuente del poder del postmodernismo. Articular la defensa de estas premisas es esencial para mantener el progreso de la estrategia de la Ilustración y blindarla frente a las estrategias postmodernistas."

Ese es el error. Es posible defender lo que nos parezca aprovechable de la ilustración sin aceptar sus presupuestos metafísicos o epistemológicos. Lo que hace falta no es articular la defensa de unas premisas que no se sostienen. Entiendes la crítica al realismo metafísico de la postmodernidad francesa y el pragmatismo norteamericano como una forma de idealismo, cuando lo que rechazan es cualquier fundamentación metafísica. No es necesario aceptar los pretendidos fundamentos filosóficos de la Ilustración (La Razón como facultad universal, clara y distinta, el conocimiento como una imagen especular de la realidad, el iusnaturalismo, la autonomía del individuo, etc), para aceptar que el liberalismo, la secularización o el desarrollo de una cultura tecnocientífica son apetecibles. Y que si uno apetece tales cosas, para defenderlas no necesita más justificación.

Para poner el asunto en un contexto más actual y en relación a tus preocupaciones del primer párrafo:
http://www.philosophersmag.com/opinion/147-richard-rorty-and-how-postmodernism-helped-elect-trump

El problema es confundir la filosofía con su uso torticero.

P.D. Ese pathos de la postmodernidad es muy anterior a Kant.
https://youtu.be/bCPoIKou1TU

Pitiklinov dijo...

gracias por las referencias, seguiré leyendo...

Emilio dijo...

El postmodernismo con su rechazo a la ciencia y la negación de la verdad objetiva ha convertido a nuestras sociedades en terreno abonado para la posverdad. En una sociedad como la francesa el psicoanálisis goza del máximo prestigio intelectual y la homeopatía contaba, no sé si actualmente lo sigue haciendo, con todos los parabienes oficiales.

Cito lo de más arriba para que se vea que el reino de la posverdad va mucho más allá de lo que en la actualidad se suele considerar. Más allá del feminismo postmoderno, el Brexit, el propio Trump, o lo que sucede en Cataluña. Si algo carece de relevancia en todos esos contextos son los hechos, que algo sea verdad o mentira ha dejado de tener importancia o su importancia es mínima.

El postmodernismo ha convertido la escuela en otra cosa. Teóricamente lo que pretendía era la igualdad de salida. Lo que ha conseguido es la mayor de las desigualdades. Lo he escrito aquí alguna vez, más de un tercio de los alumnos LOGSE carece de titulación oficial. Entre ellos 2/3 varones.

El postmodernismo ha convertido la filosofía y las ciencias sociales en otra forma de lo literario y con su negación del individuo ha elevado al género a principal categoría de análisis en lo cultural y plenos efectos en lo jurídico y lo político y no para de establecer diferencias ontológicas entre hombres y mujeres.

En fin, el postmodernismo en su intento de superar la modernidad nos ha llevado muy atrás y por eso ahora tenemos sensación de dar batallas que considerábamos de otra época: la ciencia y la razón, la igualdad y los derechos individuales, la diferencia entre hechos y opiniones, etc. El balance a mí entender no puede ser más desolador y cuanto antes nos demos cuenta y reaccionemos mejor.

Clodoveo11 dijo...

Al final, el post (creo que uno de los 5 más importantes de este blog por sus consecuencias) ha hecho que adquiera el libro de Hicks, pero a la espera de hacerlo adelanto dos reflexiones:

- Sorprende que Kant sostuviese tal cosa acerca de los sentidos y la realidad: nuestra percepción se ratifica por el contraste con la de otros, de donde surge el modelo de la realidad (salvo quienes sufren un desorden cognitivo), con lo que la duda ante una realidad externa concorde a la nuestra no resiste un mínimo análisis "racional".

- El socialismo científico no era, empero, demasiado "racional": el marxismo, muy vinculado a Hegel, pretendía cambiar la reralidad tras interpretarla a su manera, lo cual suponía un rechazo de la misma, con lo que en su raiz ya albergaba una irracionalidad considerable (véase los jemeres rojos o el Gran Salto Adelante, por poner ejemplos).

Habrá que leer el libro de Hicks para profundizar el ello. :-)
Saludos.

Anónimo dijo...

En castellano tenemos,de 2013,El postmodernismo.vaya timo,de Gabriel Andrade.En mi modesta opinion,es una joya:Bueno,bonito,barato y breve.
Gracias a Pablo por el gran esfuerzo de preparar esta entrada .

Pitiklinov dijo...

Gracias por tus palabras y gracias por la referencia, no la conocía y me lo leeré

dodonpachi dijo...

Como lo estoy procesando poco puedo aportar. Así que simplemente gracias. A los "comentaristas" también. Muchas gracias a todos.