sábado, 23 de julio de 2016

Éxito y suerte. El mito de la meritocracia.


Tendemos a subestimar el papel de la buena suerte en el éxito pero aceptamos el de la mala suerte en el fracaso
- Robert Frank

Del economista Robert H Frank ya hemos hablado en este blog a propósito de las emociones y el problema del compromiso, una hipótesis muy interesante sobre la función de las emociones, que abordaba en su libro Passions within Reason. En esta entrada voy a comentar su libro Succes and Luck. Good Fortune and the Myth of Meritocracy. Lo que Frank propone en este libro es que, aunque nos gusta pensar que vivimos en un mundo justo donde la gente consigue lo que se merece la mayor parte del tiempo, la suerte juega un gran papel en el éxito económico y profesional (y en todo en la vida). Por ello cree que las políticas sociales hay que diseñarlas con la convicción de que nadie escribe su propio destino.

¿Cómo es de importante la suerte en el éxito económico? Esta es una cuestión en la que la izquierda y la derecha están divididas. Los conservadores señalan, correctamente, que los triunfadores son gente con talento y muy trabajadora. Pero los liberales (hablamos de USA) señalan también correctamente que hay mucha gente talentosa y trabajadora que no triunfa. Robert Frank describe en el libro cómo la suerte influye y cómo pequeñas ventajas de partida son definitivas cuando se vive en un mundo en el que “el ganador se lo lleva todo” (este es precisamente el tema de otro libro co-escrito por Frank con Phillip Cook: The Winner take-all society). Para Frank la retórica de la meritocracia ha causado un daño enorme porque camufla el grado en el que el éxito y el fracaso dependen de factores que están por completo fuera del control del sujeto.

Los ricos y triunfadores no quieren oír hablar de que su éxito se debe a la suerte, todo se debe a trabajar duro e inteligencia (no hay que olvidar que uno no elige su inteligencia ni su capacidad de esfuerzo). No quieren reconocer que han nacido en familias estables, que han ido a buenas universidades , etc. Son ciegos para las ventajas de las que han disfrutado pero también para las desventajas que han sufrido los menos afortunados. También, como señala Nicholas Kristof, los niños ricos toman un montón de malas decisiones, lo que ocurre que en ellos no tienen las mismas consecuencias que en otros.

Las cualidades personales proceden en última instancia de una combinación de genes y ambiente que ninguno de nosotros elegimos. Como señala el economista Alan Krueger la correlación entre los ingresos de padres e hijos es de 0.5, la misma que hay entre la altura de padres e hijos. Por lo tanto si quieres ser inteligente y alto el paso más importante que puedes dar es elegir los padres adecuados. El economista Branko Milanovic observa también que la mitad de la varianza en los ingresos de las personas a nivel mundial se explican por dos factores: el país de residencia y la distribución de ingresos dentro de ese país (y como es sabido sólo los de Bilbao pueden nacer donde quieren :)).

El problema con las sociedades donde el “ganador se lo lleva todo” es que antes el que trabajaba un 1% más duro que los demás ganaba un 1% más. Pero ahora, con los nuevos métodos de producción y comunicación, el que es 1% mejor gana miles de veces más. Triunfar implica suerte porque para triunfar todo tiene que salir bien y para eso, para que algo no se tuerza, hay que tener suerte. 

¿Por qué no se reconocen el papel de la suerte? Pues en parte porque si las personas de éxito reconocen el papel de la suerte sentirían que tienen menos derecho a reclamar para sí el dinero que han ganado y los demás también se negarían a reconocer su derecho a quedarse con ese dinero. Así que les conviene vender que todo se debe a trabajo y esfuerzo. Pero hay que reconocer también que negarse a aceptar el papel de la suerte hace que la gente se esfuerce más, luche más y así consigan el éxito que buscan. Si transmitiéramos que todo se debe a la suerte tal vez la gente no se esforzaría. Es decir, la persona que cree que el éxito depende sólo de talento y esfuerzo (insisto en señalar que no elegimos ni nuestro talento ni nuestra capacidad de esfuerzo) puede manejar mejor el tipo de esfuerzos que son necesarios para el éxito. Por lo tanto, las falsas creencias de que todo se debe a éxito y trabajo podrían ser adaptativas. Seré mal pensado pero creo que la primera explicación, la de que esta falsa creencia en el mérito hace que la gente acepte mejor las desigualdades sociales me parece más importante que la segunda.

Un caso del que habla con cierta extensión Frank es el de Bill Gates. Bill Gates acudió a uno de los pocos colegios privados que ofrecía a los estudiantes acceso ilimitado  a tiempo de ordenador. En aquellos terminales los programadores podían por primera vez correr inmediatamente sus programas y corregir así errores de sintaxis. Cuando Robert Frank aprendió programación 10 años antes era no era posible. Gates nació en un momento y lugar que le convirtió en uno de los primeros norteamericanos (y por lo tanto personas  del mundo) que obtenían feedback inmediatos de su esfuerzos de programación. Cuando se le preguntó a Bill Gates una vez cuántos adolescentes de su época tuvieron una formación similar a la suya antes de ir a la universidad contesto que “ si hubiera 50 en el mundo me sorprendería. Tuve una mejore exposición a desarrollo de software en una edad temprana de la que nadie tuvo en ese periodo de tiempo y todo por una increíble afortunada sucesión de eventos”. 
Robert H. Frank

Pero el éxito de Bill Gates no se debió exclusivamente a su maestría escribiendo software. Fue afortunado en muchas otras cosas. Por ejemplo, IBM se acercó a Gates en 1980 para pedirle a ver si su compañía (la que  había formado con Paul Allen y se convertiría en la exitosa Microsoft) les podía ayudar a crear un sistema operativo para el nuevo ordenador personal que estaban desarrollando. Gates se mostró reacio al principio y le sugirió a IBM que contactara con Digital Research, otra compañía de software que había desarrollado un sistema operativo llamado CP/M. IBM habló con el fundador de Digital Research  y, aunque los testimonios varían sobre cómo se desarrollaron las cosas, el caso es que no se pusieron de acuerdo. Entonces Jack Sams, de IBM le dijo a Gates que estaban pensando en comprar QDOS que era un sistema operativo desarrollado por Tim Patterson. Patterson había basado su sistema operativo en CP/M pero era lo bastante diferente como para ganar una batalla legal por plagio. Y en un determinado momento Gates le dice a Sams si quiere comprar QDOS o quiere que lo compre Microsoft. Y entonces Sams tomó una decisión que le costó a IBM millones de dólares y supuso el éxito para Microsoft. Le dijo que la comprara él. Microsoft compró QDOS, lo llamó MS-DOS y IBM aceptó pagarles royalties por cada nuevo PC de IBM que llevara sus sistema operativo. El éxito de Gates se debió a las pesimistas estimaciones de ventas de PCs que tenía IBM. Si IBM hubiera previsto la explosión de ventas de PCs nunca habría permitido a Microsoft quedarse con la propiedad de MS-DOS.

Esto no quiere decir, por supuesto, que Bill Gates no sea un tío inteligente y se lo haya currado pero todos los agentes que se movían en ese mundo trabajaron tanto o más que él; sin embargo, los acontecimiento salieron como salieron y todo debido una buena dosis de suerte. Hay una forma fácil de entender esto y es que el tiempo y energía de los que disponemos las personas es limitada, es decir, el día tiene 24 horas. Si yo soy atleta o soy empresario no puedo entrenar o trabajar 428 horas al día y así esforzarme más que los competidores que sólo invierten 243…Descontando las horas de sueño todo atleta o emprendedor dedica a su trabajo un tiempo máximo que es igual para todos: todo el que dispone. A partir de ahí las diferencias en resultados necesariamente las marcan las diferencias en inteligencia, talentos, capacidades y factores no controlables como estar en el momento adecuado en el lugar adecuado.

La segunda parte del libro la dedica Robert Frank a defender una medida política o económica que sería la de un impuesto progresivo al consumo (progressive consumption taxes). El razonamiento de Frank es el siguiente: nacer en un buen ambiente es la mejor suerte que podemos tener, por lo tanto vamos a crear un buen ambiente para el mayor número de gente (buenas escuelas, acceso a ordenadores, etc). Nuestro objetivo debe ser creer y mantener ambientes que soporten la buena suerte de las generaciones futuras: aumentar los niveles de vida de toda la sociedad para que haya más personas con suerte en el futuro. ¿Cómo podemos conseguir esto? con mayores impuestos a los más ricos para que se redistribuya la riqueza. Vale, pero los ricos no van a estar de acuerdo con esto. Frank cree que la idea es aceptable también para los más ricos y sus argumentos son sensatos. Lo que Frank plantea es que lo importante no es el poder adquisitivo absoluto sino el relativo. Veamos.

Si hacemos lo que Frank propone el miedo de los ricos puede ser que no se puedan comprar las cosas que quieren: una casa con embarcadero en el lago, un Ferrari, etc. Para conseguir esas cosas tienen que competir con gente que tiene los mismo gustos e ingresos que ellos. Pero si el gobierno sube los impuestos sube los impuestos de todos esos ricos también. Los que van a conseguir esas cosas de lujo van a ser los mismos sólo que el precio de esos bienes de lujo bajará algo. Si sólo los ingresos de un rico disminuyeran no podría  comprar lo que quiere pero si son los ingresos de todos ellos las cosas no cambian en absoluto. Es el poder adquisitivo relativo, no el absoluto, el que determina quién consigue las cosas que son escasas. 

Como dice Frank, es mejor conducir un Porsche por buenas carreteras que un Ferrari por unas carreras mal asfaltadas y llenas de baches. Una redistribución del dinero que beneficie a la mayoría también beneficiaría a los más ricos. Bueno, a mí el libro de Robert Frank me ha convencido y te lo recomiendo. A los ricos no estoy tan convencido de que les guste, aunque si lo piensan bien verán que no les perjudica en absoluto.

@pitiklinov

Referencia:







9 comentarios:

Frederic Llordachs dijo...

El libro parece muy interesante y la valoración muy sensata. Con todo, la habilidad de Bill Gates para ofrecerse a arriesgar frente a la posición conservadora de IBM está lejos de la suerte: era una apuesta al 50% (si/no). La asunción de riesgos frente posiciones conservadoras es lo que diferencia los self-made-men a la americana del resto de la población. Ente conservar un puesto de trabajo o arriesgar, disfrutar de tus hobbies o sobreesforzarse tomando clases nocturnas, quedarse en casa de los padres o emigrar, son decisiones en los que la suerte sin duda juega, pero cada uno juega sus cartas. Lo de las posiciones de partida a nivel social es muy importante, sin duda, pero un fundador de whatsapp comia en un comedor social 10 años antes de la venta millonaria a Facebook.
Con todo, iniciativas para que la población menos favorecida económicamente sepa algo de programación ya parece mas marketing que otra cosa http://www.wired.com/insights/2015/02/should-we-really-try-to-teach-everyone-to-code/
Saludos de fin de semana.

Pitiklinov dijo...

Hola Frederich,
Tomar riesgos significa que el resultado es incierto y si Bill Gates tomó riesgos y triunfó eso quiere decir que tuvo suerte por definición!
(otra cosa: la disposición a tomar riesgos como rasgo de personalidad tampoco la eliges tú, forma parte de la suerte que has tenido en cuanto a lo que te ha tocado como constitución o carácter)
Y luego ocurre que la mayoría de los emprendedores o nuevas empresas fracasan, el 80%?: http://financiatuidea.blogspot.com.es/2014/11/el-80-de-nuevas-empresas-en-espana.html
es muy probable que esos también corrieran riesgos pero tuvieran mala suerte.
Y, de nuevo, la resistencia o resiliencia para continuar e insistir a pesar del fracaso depende de tu personalidad y otras circunstancias ambientales (como que tu padre o los bancos te den más dinero :)) fuera de tu control...

Yo es que estoy muy sesgado en este tema porque no creo en el libre albedrío :)
Gracias por comentar, nos vemos por TT

ΣAnx_ dijo...

Los caminos no son ilimitados pero optar se opta por la suerte o no. Me preocupa sobre todo el Dj, su chillout intervencionista futurista. Ese flautista de Hamelin que se llevó a los niños convencido a su artificio moral. Marionetas vigilan y Marionetas son.
A modo despedida, "no soy un reloj".

idea21 dijo...

Daniel Gilbert nos informa de que para ser feliz ya vale con ganar 60.000 euros al año

http://elpais.com/elpais/2016/07/13/ciencia/1468437657_783090.html

cabe entonces preguntarse para qué los grandes triunfadores quieren esas cantidades enormes de dinero. ¿Tal vez porque piensan que es lo que se espera de ellos?

Por otra parte, si parece que para que la gente se esfuerce y alcance grandes logros hay que ofrecerles grandes metas económicas, no sé si se les está engañando a todos...

Semejantes premios a los triunfadores implican una gran desigualdad social, y ahora nos informan de que son inútiles, pues no proporcionan más felicidad a los que los disfrutan.

Muchos han triunfado sin esforzarse, y otros han alcanzado grandes logros de casualidad. No sé a quién beneficia la idea del "mérito", ¿por qué incentiva a los jóvenes?, ¿por el reconocimiento social que conlleva?

En la URSS hubo grandes científicos y grandes gestores que no recibieron ni una medalla. Simplemente hicieron su trabajo, igual que Einstein hizo el suyo 1905, casi como un "hobby", mientras trabajaba en la agencia de patentes.

anónimo dijo...

Echo de menos el punto de vista cultural. La cultura del mérito no ha existido siempre ni está presente en todas las sociedades. Apenas en EE.UU. y un poco menos en algunos países del Europa. En la mayor parte del mundo no se piensa en términos de méritos sino en los de clase, familia, sexo y todas las divisiones tradicionales. Por ejemplo, es muy difícil trasladar el concepto estadounidense de mérito a la socedad española.

Pitiklinov dijo...

Estoy de acuerdo que EEUU es un caso extremo de esa cultura y de lo que se conoce como "hipótesis del mundo justo" http://psicoteca.blogspot.com.es/2009/07/todos-tienen-lo-que-merecen-la.html en general
Pero creo que la esencia de lo que trata el libro de Frank también vale para Europa y España.

Anónimo dijo...

La suerte es difícil de modelar. Si querés ganar dinero no podés copiar al que se ganó la lotería. La apuesta no es a la suerte sino a lo que está en tus manos y podes cambiar. La apuesta es a aumentar la probabilidad de tener éxito en un área. La suerte no depende de vos, mejorar en alguna habilidad si. Apostar a las variables que podes cambiar o efectar.

Unknown dijo...

wow, es increíble como robert frank y nassim taleb han usado el mismo termino, taleb lo usa en el cisne negro también el termino "el ganador se queda con todo" y explica también el problema de la escalabilidad y como la tecnología a alterado las cosas. el detalle de la suerte, es que son cosas "contra-intuitivas" que no permiten que nos demos cuenta cuando un proceso es al azar o es en coorelacion con algo, ya que hay 2 fenómenos, 2 sesgos fuertes que nos pueden ocultar el azar, que es el sesgo de resultado en el cual solo tomamos en cuenta a los ganadores, los cuales son una parte de la muestra pero no toda la muestra. Y el sesgo de la causalidad, el cual nos hace ver que, algo que ocurre inmediatamente después de un acto parece haber sido causado por ese acto aunque las 2 situaciones o los 2 objetos no tengan ninguna relacion. Por razones como ellas es que muchas veces nacen las supersticiones. Son (como comente anteriormente) asuntos contra-intuitivos. nassim taleb y daniel kahneman en sus libros, exponen porque es dificil admitir y ver procesos aleatorios, al igual que cass sunstein y richard thaler en su libro "NUDGE"

Unknown dijo...
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