sábado, 15 de septiembre de 2012

Introducción a la Evolución de las Emociones


         INTRODUCCIÓN A LA EVOLUCIÓN DE LAS EMOCIONES

       Pablo Malo. Juan Medrano. Jose Juan Uriarte


En 1872 Charles Darwin publicó La expresión de las emociones en el hombre y los animales donde trata del origen del hombre y también de las emociones. Darwin describió las similitudes entre las expresiones humanas y las de otras especies, aportó argumentos acerca del posible origen de algunas expresiones faciales y corporales y hasta realizó una encuesta entre misioneros que vivían en otras culturas para investigar si la expresión de las emociones era universal y ocurría de forma similar en todas las poblaciones humanas. Su conclusión, que se mantiene hoy en día, es que algunas expresiones son universales mientras que otras son más variables.
Sin embargo, durante unos 100 años nadie se preocupó mucho de continuar esta vía y las emociones quedaron olvidadas hasta la aparición a partir de los años 60 del siglo pasado de las obras de autores como Plutchik ( 1962), Tomkins (1962,1963) o los trabajos más conocidos de Paul Ekman ( 1972,1992). Estos primeros trabajos evolucionistas fueron luego complementados por teorías más actualizadas ( Barrett y Campos,1987; Ekman & Davidson,1994; Tooby & Cosmides, 1990) así como por estudios etológicos ( Eibl-Eibesfeldt,1989; Krebs and Davies,1993) y análisis filosóficos ( Wright,1971) conformándose con todo ello un acercamiento evolucionista a las emociones que vamos a intentar resumir siguiendo principalmente a Keltner y cols. (2006).
Este enfoque evolucionista de las emociones se guía por unos pocos principios generales y creemos que es de especial interés para los psiquiatras si tenemos en cuenta que la mayoría de los trastornos mentales son trastornos de las emociones ( T. de ansiedad, depresión, celotipia…)

Las Emociones tienen funciones
        
         Lo primero que hizo el enfoque evolucionista fue redefinir lo que es una emoción. Las emociones habían sido consideradas hasta entonces como unos estados disruptivos que alteraban el organismo y que debían ser dominadas y controladas por el pensamiento racional. Los evolucionistas, por el contrario, plantean que las emociones cumplen unas funciones que permiten al individuo responder de modo efectivo tanto a los desafíos como a las oportunidades que le plantea el entorno. La ira es un conjunto de respuestas coordinadas que ayuda a restaurar una relaciones justas. La vergüenza, además de conllevar rubor y un deseo de esconderse, es una forma de apaciguamiento de una persona superior en estatus. Las emociones muestran todos los ingredientes de lo que en términos evolucionistas se denomina una adaptación, es decir, un conjunto de respuestas eficaces y coordinadas que ayudan al organismo a reproducirse, proteger su prole, mantener alianzas y evitar amenazas físicas.

         Este énfasis en la función ha permitido dirigir el campo de estudio desde las emociones más básicas ( miedo, ira o cólera, alegría, tristeza, asco y sorpresa) hacia  emociones más sociales como la compasión, la gratitud, el amor, la admiración, etc. Los autores ( p.ej., Tooby & Cosmides, 1990) han analizado la forma en que cada emoción está diseñada para responder a un desafío concreto para la supervivencia o la reproducción que se ha presentado en situaciones específicas que han sido recurrentes a lo largo de la historia evolucionista.
         Podemos decir entonces que las emociones son el software o los programas de la mente. De la misma manera que diferentes programas permiten que un ordenador realice diferentes tareas como escribir, calcular o dibujar, las diversas emociones ajustan el cuerpo y la mente para enfrentarse a las correspondientes situaciones.

Las Emociones aumentan el éxito reproductivo

         El enfoque evolucionista permite responder a preguntas del tipo: “¿Por qué tenemos emociones?” que hace referencia a la causa última de una característica, órgano o conducta. En Medicina, y por lo tanto en Psiquiatría, estamos más interesados en las causas próximas o inmediatas que producen una enfermedad o trastorno, pero el enfoque evolucionista, útil también en Medicina, nos explica por qué existen rasgos o características que nos hacen vulnerables a la enfermedad. Se trata más de vulnerabilidades de la especie y no tanto de individuos o pacientes concretos.
         El cuadro que nos pintan los evolucionista de nuestra especie es el de una criatura ultrasocial en la que las emociones cumplen fundamentalmente una función social. La vida en grupo, que ha sido una característica de nuestra especie durante millones de años, ofrece una serie de ventajas evidentes como mayor eficacia en la provisión de comida, mejor defensa frente a los depredadores y en el crecimiento de la descendencia. Pero, a la vez, la vida en grupo plantea nuevos problemas que requieren la coordinación de los miembros del grupo. Las personas buscan pareja, se reproducen, crían a los hijos, evitan a los depredadores, recogen comida y se mantienen calientes dentro de complejas relaciones a largo plazo. Las emociones son un componente crítico del desarrollo y mantenimiento de estos vínculos. El enfoque funcionalista social reconoce que ciertas emociones como el miedo, la vergüenza, o la culpa, ayudan al individuo a responder de forma adaptativa a las amenazas del medio social. Es importante tener presente que no sólo las amenazas, sino también las oportunidades que ofrecen el entorno son decisivas para modelar las emociones. Aparentemente el coste de perder una oportunidad ( digamos de encontrar pareja) parece muy inferior al de un ataque contra la supervivencia o una agresión física que suponga graves heridas o secuelas. Pero no hay que olvidar que diferencias de un 1% en el éxito reproductivo explican toda la evolución de la historia de la Tierra si nos damos cuenta del impacto que esa pequeña diferencia conlleva al de millones de años.
         Para enfrentarse a estos problemas y oportunidades los humanos hemos desarrollado unos complejos sistemas. Cada sistema está organizado de acuerdo a un objetivo específico ( p.ej., proteger a la prole o mantener una alianza de cooperación) y consta de procesos perceptivos específicos, procesos cognitivos, actividad del sistema nervioso central y autonómico, así como de respuestas conductuales tanto reflejas como intencionales. Por ejemplo, los humanos forman relaciones reproductivas con la ayuda de un sistema de apego ( Bowlby, 1969). Este sistema de apego implica sensibilidades perceptuales hacia potenciales parejas, representaciones de las relaciones, actividad y hormonal correspondiente a una conducta afiliativa, sexual e íntima, rutinas conductuales como flirteo, cortejo y emociones específicas como luego vamos a ver. Conviene tener presente que las emociones no son útiles o inútiles más que en relación a ciertas situaciones. Por ejemplo, los individuos que responden con pánico a una amenaza para la vida tienen una ventaja adaptativa. Sin embargo los individuos que reaccionan ante una oportunidad de emparejamiento con pánico no la tienen…, ¡en esa situación deberían responder con otra emoción totalmente diferente!
         Dentro de cada sistema las emociones cumplen dos funciones generales. Primero, nos señalan que una acción es necesaria, bien porque ha ocurrido una desviación con respecto al estado ideal de relaciones sociales o bien porque ha surgido una oportunidad. Una vez activada, la percepción ligada a la emoción interrumpe nuestros procesos cognitivos y dirige nuestro procesamiento de la información hacia las características del medio social que nos van a permitir restablecer o iniciar una relación deseable. Segundo, las emociones motivan  conductas que establecen ( o restablecen) unas condiciones más ideales de relaciones sociales. Las emociones conllevan actividades hormonales y del sistema nervioso central y autonómico que están ajustadas a determinadas acciones como luchar, copular, confortar o señalar dominancia. Asimismo estas emociones implican comunicación vocal, facial y postural que ofrece información rápida y fiable a los demás, sobre lo que vamos a hacer, nuestras intenciones, etc.
         Las emociones permiten por lo tanto, los compromisos sociales. Las largas relaciones sociales que son fundamentales para nuestra supervivencia- vínculos de pareja, vínculos padres-hijos, alianzas cooperativas, pertenencia a grupos- requieren dedicar costosos recursos a los demás así como evitar conductas egoístas que podrían dañar a los compañeros sociales. Las emociones ayudan a resolver estos problemas de compromiso de dos maneras. Por un lado las emociones promueven cursos de acción que refuerzan los vínculos a largo plazo como el compromiso de pareja o la conducta de altruismo recíproco. Por otro lado, las emociones sirven para señalar a los demás nuestro compromiso a largo plazo. Por ejemplo, manifestaciones de amor y gratitud son indicadores fiables y buscados de compromiso de pareja o de cooperación respectivamente.

Los problemas de la vida en grupo y las Emociones

         Vamos a estudiar ahora, siguiendo a Keltner y Haidt ( 2001) y Keltner y cols ( 2006) los problemas para los que las emociones fueron diseñadas y que pretenden resolver. La Tabla 1 resume la naturaleza de estos problemas, los sistemas funcionales destinados a resolverlos así como las emociones relacionadas con ellos. Estos autores identifican tres clases de problemas relacionados con la vida en grupo a los cuales están íntimamente ligadas las emociones y que según ellos son los problemas que las emociones pretenden resolver. El primer tipo de problemas se refieren al mundo físico, son problemas de supervivencia y los otros dos al mundo social.

Problemas de Supervivencia Física

         Los primeros problemas que el individuo debe resolver son los problemas de supervivencia física incluyendo la muerte a manos de depredadores, la violencia y la enfermedad. El miedo es la emoción básica del sistema de “Lucha-Huida” y ayuda  los individuos a evitar a los depredadores y los ataques físicos. Sabemos bastante acerca de la fisiología del miedo ( Ledoux, 1996). La amígdala escanea la información sensorial en busca de patrones ( por ejemplo, caras amenazantes) que se asocian a peligro. Cuando los encuentra dispara la respuesta del miedo con activación del eje hipótalamo-hipófisis-adrenocortical con liberación de cortisol y demás hormonas que preparan al organismo para la lucha o la huida.
         El asco, por el contrario, es un sistema dirigido a evitar la contaminación por enfermedades. Los objetos evitados por esta emoción son las heces, los fluidos o secreciones corporales, comida podrida, ciertos animales ( ratas, arañas, gusanos…), todos ellos potenciales transmisores de enfermedades.

Problemas de Reproducción

         Los problemas de encontrar y mantener pareja son resueltos por emociones como el amor y el deseo que facilitan la identificación, establecimiento y mantenimiento de relaciones reproductivas. Estas emociones implican percepciones y experiencias que son sensibles a claves como la belleza, la fertilidad, castidad, estatus social y personalidad, así como conductas expresivas de interés y compromiso, acompañado todo ello por un correlato fisiológico hormonal y nervioso que facilita la conducta sexual.
         Proteger a la pareja de potenciales competidores es también crítico. Los celos, una conducta relacionada con el mate guarding que se ve en animales como ciertos primates, se dispara por señales que indican una potencial amenaza para la relación como la implicación emocional o sexual de la pareja con otros sujetos. Los celos provocan conductas posesivas y amenazantes que desaniman a los competidores e impiden y previenen oportunidades sexuales de la pareja.
         Los recién nacidos humanos son extremadamente dependientes y vulnerables a la depredación y lo son durante un periodo de tiempo más largo que en otras especies. Por ello, las especies sociales han evolucionado emociones de cuidado como el amor parental y filial y la simpatía que facilitan las relaciones de protección entre padres e hijos(Bowlby,1969). Este sistema del apego conlleva conductas coordinadas que llevan a los padres hacia los hijos y viceversa ( sonrisas, miradas, etc.) integrado junto con respuestas fisiológicas nerviosas y hormonales ( oxitocina p.ej.) que permiten al cuidador responder a las necesidades del otro.

Problemas de gobierno del grupo

         Los teóricos evolucionistas plantean que las emociones sirven también para resolver dos de los problemas que surgen en la convivencia grupal incluyendo la distribución de recursos y la del trabajo. El primer problema es el del engaño y las trampas y favorecer la cooperación, especialmente entre extraños o personas  que no son familia. La reciprocidad es una norma universal y existen regalos, castigos ojo por ojo y situaciones parecidas incluso en otras especies ( de Waal, 1996). Varias emociones señalan cuando esa reciprocidad ha sido violada y motivan una conducta reparadora. La culpa ocurre tras violar la norma de reciprocidad y se expresa por disculpas y otras conductas reparadoras que restablecen la reciprocidad. La ira o cólera motiva el castigo de las personas que han violado la reciprocidad y se define por sensibilidad a la injusticia. La gratitud del altruismo de los demás es una recompensa por la adherencia al contrato de reciprocidad. La envidia motiva a los individuos a quitar mérito o menoscabar a otros cuyo favorable estatus es injustificado preservando así unas relaciones más equitativas.
         Nesse (2005a) nos presenta un cuadro muy didáctico de las emociones en relación a la colaboración/engaño donde distribuye las emociones según las típicas celdas del problema del prisionero de manera que vemos muy bien la emoción que se corresponde con la posición de colaboración o engaño que adopta cada sujeto ( ver Tabla 2). Por ejemplo, intercambiar favores con alguien durante un largo tiempo da lugar a amistad y confianza. Anticipar que la otra persona nos puede traicionar nos origina suspicacia y desconfianza y si esos miedos se cumplen experimentamos ira o cólera. Cuando somos nosotros los que estamos tentados a engañar probablemente experimentaremos ansiedad. Si seguimos adelante y hacemos algo que enoja a la otra persona nos  sentiremos culpables. Lógicamente los psicópatas no experimentan estas emociones.
         En segundo lugar, los humanos deben resolver cuestiones de organización del grupo. Las jerarquías de estatus proveen soluciones prácticas a los problemas de distribución de recursos, como parejas, comida y atención social así como del trabajo requerido en las tareas colectivas. Las jerarquías son procesos dinámicos y requieren una renegociación y una redefinición permanente. El establecimiento y mantenimiento de jerarquías se consigue por medio de emociones relacionadas con la dominancia y la sumisión. La vergüenza señala sumisión y apacigua a los dominantes. El desprecio se define por sentimientos de superioridad y dominancia frente a inferiores. La admiración se asocia a la experiencia de estar en presencia de alguien más grande que el sujeto, como personas de gran estatus y envuelve a estas personas de respeto y autoridad.
         Hay que tener en cuenta que respondemos también con emociones a las emociones de los demás y que las conductas comunicativas de emisión y de recepción han co-evolucionado ayudando así a estructurar las interacciones sociales. Por ejemplo las conductas de rubor o vergüenza evocan en el observador emociones de diversión o de simpatía y promueven la reconciliación. El amor y el deseo dan lugar también a respuestas coordinadas en los componentes de la pareja.
         La comunicación emocional aporta información también acerca del estado mental, intenciones y disposiciones del sujeto, lo que es crítico para la interacción social. El contagio emocional provee una manera de entender los estados mentales de los demás conduciendo a los participantes a respuestas similares a los objetos o sucesos en el entorno coordinando así las acciones de los individuos.
         Las propias emociones actúan también como incentivos que pueden reforzar o extinguir conductas en los demás. Por ejemplo, emociones positivas en los padres pueden actuar como recompensa de conductas deseables en los hijos mientras que emociones negativas pueden disminuir la frecuencia de conductas indeseables en los mismos.
         En resumen, los seres humanos tienen que enfrentarse a problemas de supervivencia, de reproducción y de organización del grupo y por ello han evolucionado complejos sistemas para ocuparse de esos problemas y oportunidades. Las emociones cumplen funciones importantes dentro de estos sistemas señalando primero la existencia de estos problemas y oportunidades y coordinando las acciones de los individuos.

                  El principio del detector de humo/incendios

         Nesse ( 2005a) aplica a las emociones el principio del detector de humos que es una teoría acerca del manejo de los errores por la Selección Natural de amplia aplicación en cuestiones evolucionistas (Nesse 2005b). En resumen lo que este principio plantea es que cuando la Selección Natural tiene que elegir entre dos tipos de errores (error tipo I o falso positivo y error tipo II o falso negativo) elegirá siempre el que menos coste reproductivo tenga para el individuo. Por ejemplo, el coste del pánico es pequeño, unos cientos de calorías gastadas y unos minutos perdidos, frente al hecho de ser comido por un tigre ( final de la transmisión de genes, fin de la historia). Entonces, si oímos un ruido detrás de un montículo que puede ser un tigre pero también podría ser un ratón ¿qué hacemos? Depende de lo fuerte que sea el ruido. Imaginemos un ruido lo bastante grande como para que exista una probabilidad del 10% de que sea un tigre, ¿qué acción es la óptima? Huir, sin duda, y huir con toda la velocidad que nos permita un ataque de pánico. La huida será innecesaria 9 de cada 10 veces pero aún así eso es lo normal y lo que menos coste tiene para el organismo. Aunque sólo exista una posibilidad entre 10 de que sea un tigre si esperamos a comprobarlo puede ser nuestro fin. Se llama el principio del detector de humos o de incendios porque esta es la manera en que están diseñados estos detectores que dan lugar a muchas falsas alarmas para asegurarse de que no se les escapa ningún fuego. Este principio nos explica entonces por qué sentimos emociones negativas muchas veces sin que ello signifique la presencia de un trastorno mental sino que se trata de una respuesta normal a una situación de riesgo. La Selección Natural no trabaja para hacernos sentir bien ni darnos satisfacciones sino para maximizar el éxito reproductor.
                                   
Conclusiones

         La mayoría de los trastornos mentales son trastornos emocionales. Difícilmente podremos decir si algo es o no un trastorno mental si no sabemos las situaciones que moldearon las emociones y como se regulan. La división entre emociones normales o anormales no depende de si nos sentimos bien o nos sentimos mal. El dolor nos puede hacer sentir mal pero es algo útil y positivo y la prueba es que las personas que no sienten dolor mueren jóvenes. Con la ansiedad o la depresión ocurre lo mismo. Ambas pueden ser respuestas normales ante determinada situación.
         Una cuestión muy interesante es la gradual diferenciación de las emociones a lo largo del tiempo evolutivo. Las emociones son como ramas de un árbol. La primera emoción sería probablemente la de acercarse o alejarse a un objeto, acercarse a la comida y alejarse de los peligros, emoción que ya aparece en organismos unicelulares. Esta emoción primordial se va diferenciando en emociones más específicas lo que aumenta la probabilidad de enfrentarse a muchas situaciones diferentes. En el caso de la ansiedad vemos que los distintos subtipos de ansiedad están moldeados para enfrentarse a tipos particulares de situaciones peligrosas. Por eso la ansiedad social la fobia a las arañas o la fobia a la sangre son diferentes en sus manifestaciones y en sus correlatos fisiológicos, porque cada una sirve para enfrentarse a una situación o peligro diferente.
         En definitiva, lo que vemos es que el enfoque evolucionista de las emociones ha permitido el inicio del estudio científico de las emociones, camino en el que nos queda todavía mucho por recorrer. 


         Tabla 1.Función de las Emociones y problemas a los que responden
                                    (Adaptado de Keltner y Haidt 2001)
PROBLEMA
SISTEMA FUNCIONAL
EMOCION
FUNCIÓN ESPECÏFICA
Problemas de Superviciencia Física



Depredación
Lucha-Huida
Miedo

Rabia
Evitación de la amenaza
Eliminación de la amenaza
Enfermedad
Selección de comida
Asco


Interés


Evitar microbios/parásitos

Aprender acerca de nuevas comidas/recursos


Problemas de Reproducción



Encontrar pareja
Sexo



Apego
Deseo



Amor




Aumentar la probabilidad de contacto sexual

Compromiso para un vínculo a largo plazo


Mantener la pareja
Protección de la pareja
Celos
Proteger la pareja de rivales
Proteger los hijos
Cuidados
Amor filial


Simpatía/Compasión
Aumentar el vínculo entre padres e hijos

Reducir el malestar de individuos vulnerables
Problemas de gobierno del grupo



Cooperación y Engaño
Altruismo Recíproco
Culpa



Ira o Cólera



Gratitud




Envidia

Reparar una transgresión propia en la reciprocidad

Motivar al otro a reparar la transgresión

Señalar y recompensar el vínculo de cooperación

Reducir diferencias excesivas en igualdad
Organización del grupo
Dominancia-Sumisión
Vergüenza



Desprecio


Admiración



Orgullo

Asco Moral

Pacificar a un probable agresor
Mostrar bajo estatus

Reducir el estatus inmerecido de otro

Dar estatus a una entidad más grande que el yo

Mostrar alto estatus

Evitar a los miembros del grupo que violan los valores culturales




           




Tabla 2. Las Emociones según el esquema Colaboración /Engaño
                                    (Adaptado de Nesse 2005)


Otros cooperan

Otros engañan
Tú cooperas
Confianza

Amistad
Suspicacia ( antes)

Ira ( después)
Tú engañas
Ansiedad ( antes)

Culpa ( después)
Asco

Rechazo



 Bibliografia

Barrett, K.C.,& Campos J.J.(1987). Perspectives on emotional development II: A funcionalist approach to emotions. In J.D. Osofsky ( Ed), Handbook of infant development ( 2nd ed., pp.558-578). New York:Wiley
Darwin, C. The Expression of Emotion in Man and Animals. John Murray. London, 1872.

Bowlby,J. (1969). Attachment.New York:Basic Books

De Waal,F.B.M.(1996) Good Natured.Cambridge,Mass:Harvard University Press

Eibl-Eibesfeldt,I.(1989) Human ethology. New York:Aldine de Gruyter.

Ekman,P.(1972). Universals and cultural differences in facial expressions of emotion. In J.Cole (Ed), Nebraska Symposium on Motivation,1971 (pp.207-283). Lincoln:University of Nebraska Press

Ekman, P. (1992). Are there basic emotions? Psychological Review,99,550-553

Ekman, P.,& Davidson, R.J.(1994) The Nature of Emotion. New York:Oxford University Press

Keltner, D.,&Haidt,J.(2001). Social functions of emotions. In T.Mayne & G.A. Bonnano (Eds.) Emotions: Current issues and future directions. New York:Guildford Press. (pp.192-213)

Keltner,D., Haidt, J., & Shiota, L. (2006). Social Functionalism and the Evolution of Emotions. In M. Schaller, D.Kendrick, & J. Simpson (Eds.)Evolution and Social Psychology pp.115-142.

Krebs,J.R., & Davies, N.B.(1993) An Introduction to Behavioral Ecology. Oxford,UK:Blackwell

Ledoux, J. (1996) The Emotional Brain. New York:Oxford University Press

Nesse, R.M.(2005a) Twelve crucial points about emotions, evolution and mental disorders. Psychological Review 11(4) 12-14

Nesse, R.M.(2005b) Natural Selection and the regulation of defenses: a signal detection analysis of the smoke detector principle. Evolution and Human Behavior

Plutchik,R.(1962) The emotions: Facts, theories, and a new model. New York:Random House

Tomkins, S.S.(1962) Affect, imagery, consciousness (Vol.1,The positive affects, New York:Springer

Tomkins, S.S. (1963)Affect, imagery, consciousness (Vol.2,The negative affects, New York:Springer

Tooby,J.,& Cosmides, L.(1990) The past explains the present: Emotional adaptations and the structure of ancestral environments. Ethology and Sociobiology,11,375-424

Wright,L. (1973). Functions. Philosophical Review, 82,139-168




9 comentarios:

Ana di Zacco dijo...

Respecto a la expresión de las emociones en animales: no sé si alguien ha pensado en por qué los delfines, sólo verlos, ya nos caen simpáticos. Su "boca" dibuja como una sonrisa... lo que para nosotros sería una sonrisa (las comisuras hacia arriba). Pero ellos igual están serios. Sesgos perceptivos? :)

Pitiklinov dijo...

Yo diría que son rasgos neoténicos, de bebé...la frente abombada, los mofletes...y por supuesto la sonrisa permanete

Ana di Zacco dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Ana di Zacco dijo...

Me refiero a que lo que para nosotros es una expresión sonriente podría ser una expresión seria para los delfines :)

Pitiklinov dijo...

sí, desde luego, tienes razón. Es como el panda que lo percibimos muy amoroso por sus rasgos también de bebé, pero igual es mala gente en realidad ( bueno,no sé nada sobre el carácter de los pandas...)

Anónimo dijo...

A proposito del detector de humos
http://carmesi.wordpress.com/2009/05/05/la-necesidad-de-alarmarse/

Roberto Gutierrez - Zumaia dijo...

Hola,
Este mensaje es para Pablo Malo, aunque si algun otro puede responder se lo agradecería mucho... Estamos intentando hacer una línea de tiempo en la que aparezcan, desde el origen de la vida en la Tierra, los hitos en la aparición de las emociones. ¿Sabéis si hay alguna publicación de donde poder sacar esta información, aunque fuera de forma esquemática? Sé que en muchos casos sería pura especulación, pero para tener una idea general nos serviría.
Pablo, ¿podría contactar contigo de alguna forma?
Saludos y gracias!
Roberto Gutierrez

Pitiklinov dijo...

Hola Roberto,
Tienes Twitter? podemos contactar ahí

Roberto Gutierrez - Zumaia dijo...

Hola!! ;)
Perdona por no haberte respondido antes... Tengo aunque no lo uso... Pero ahora mismo te busco. Como Pablo? Como Pitiklinov? Bueno, miro a ver...