domingo, 23 de septiembre de 2012

De adopciones y cerditos valientes


Cuando hablas de evolución con la gente, de cómo la moneda que maneja la Selección Natural es la del éxito reproductivo y que  esa ley es tan fuerte en Biología como lo es E= mc2 , uno de los temas sobre los que me suelen preguntar es el tema de la adopción: “¿y entonces cómo explicas que la gente adopte niños, que no están genéticamente relacionados con ellos, y les den todo su amor y recursos?

Primero, la adopción no es una conducta exclusiva de la especie humana. En muchas especies, familiares o incluso otros miembros del grupo se hacen cargo, a veces, de los bebes si la madre fallece por alguna razón. Existen también casos descritos de adopción incluso entre especies diferentes ( en la naturaleza también, no solo en zoos o en animales en contacto con humanos). Frans de Waal cuenta en The Ape and the Sushi Master el caso de unos tigres que fueron criados por una perra en el zoológico de Lop Buri, en Tailandia. Dice que es la exhibición animal más rara que ha visto en la vida: dos perros de tamaño mediano en una jaula con tres enormes tigres. Los perros pasaban por encima de los tigres y hacían todo tipo de “perrerías” sin ningún miedo, cuando cualquiera de los tigres se los podía comer de un bocado. Entonces le explicaron que uno de los perros era en realidad la madre que había amamantado al otro perro y a los tigres y que toda la “familia” vivía tranquila y feliz desde entonces.

El sacrificio de esa perra criando tres tigres encaja dentro de la definición biológica de altruismo, es decir, incurrir en un coste para uno mismo por el beneficio de otros. La perra no lo hizo por ella, ni por su familia, ni por su especie, entonces ¿por qué lo hizo? Una explicación del altruismo en la naturaleza es la selección de parentesco. Somos amables o generosos con otros individuos si comparten nuestros genes, es decir, en el fondo estamos ayudando a la replicación de nuestros propios genes. Pero es evidente que este tipo de altruismo no nos sirve para explicar la conducta de esta perra. Otra posibilidad es el llamado altruismo recíproco: “ tú rascas mi espalda y yo rasco la tuya” , es decir, yo te hago un favor pero sé que tú me lo acabarás devolviendo. ¿Explica esto la generosidad de esta madre? Pues claramente tampoco, si hubiera rechazado a los cachorros de tigre se habría ahorrado un montón de energías así como el riesgo de enfrentarse a la peligrosidad de estos tigres cuando crecieran. ( en este video vemos otro ejemplo de perra amamantando a cachorros de tigre de un zoo en China)

¿Significa esto que el paradigma evolucionista está equivocado? Pues no, pero para ello tenemos que entender la diferencia entre función y motivación. La función original del cuidado materno es obviamente criar a los propios hijos pero la motivación para proveer al cuidado va más allá de la función. La motivación es lo suficientemente fuerte y flexible como para extenderse a otros pequeños, incluso de otras especies sin tener en cuenta las repercusiones para la madre. Los motivos a veces adquieren vida propia, siguen sus propias reglas, buscan sus propios objetivos y, por lo tanto, no siempre encajan con esas metáforas dominantes en Biología que enfatizan la más dura y cruda competencia. En el fondo, se trata de la distinción que hacen los biólogos entre causas últimas y causas próximas y que no suele utilizarse en otras disciplinas. No tenemos hijos porque estemos pensando directamente en transmitir nuestros genes a la generación posterior, sino porque nos atraen y nos gustan los niños. Pero nos atraen y nos gustan también los gatitos, o los perritos, los  cuales  despiertan en nosotros los instintos maternales. Las hembras de macaco cuando llega la estación de la cría se sienten locamente atraídas por los bebes, todas quieren tener uno, y llegan incluso a robarlos. No están pensando en sus genes, se están moviendo por causas próximas, igual que cuando buscamos relaciones sexuales no pensamos en hacer copias de nuestros genes sino que nos mueve el placer sexual.

Volviendo al ejemplo de la perra, es fácil reconocer en su conducta una psicología compleja modelada por una larga historia de dependencia en el cuidado materno. La tendencia a alimentar y limpiar a pequeños dependientes está bien establecida por excelentes razones. Al mismo tiempo, la arraigada naturaleza de esta tendencia, la hace vulnerable a la explotación, como cuando la gente le da a una perra cachorros de tigre para criar. Desde un punto de vista evolucionista el cuidado de una prole ajena puede ser maladaptativo, pero, desde un perspectiva psicológica, sigue siendo una conducta totalmente auténtica y ajustada para la especie.

Existen casos descritos de delfines que han defendido a personas de tiburones y aquí hemos hablado también de otros ejemplos como el de la gorila Binti Jua del zoo Brookfield de Chicago. Recientemente ha tenido mucho éxito en Internet el video que pongo abajo en el que un cerdito ayuda a una cabrita  a salir del agua. Todas estas repuestas de ayuda hacia extraños evolucionaron en el contexto de una vida en grupos muy cerrados donde la mayoría de las veces estas acciones beneficiarían a familiares o a compañeros que devolverían el favor. El impulso a ayudar, por lo tanto, tenía un valor de supervivencia para el que lo mostraba. Pero, como pasa muchas veces, el impulso se disoció de las consecuencias que modelaron su evolución lo que permitió que fuera expresado cuando la recompensa era muy improbable.


1 comentario:

Ana di Zacco dijo...

"cuando buscamos relaciones sexuales no pensamos en hacer copias de nuestros genes sino que nos mueve el placer sexual"
Al margen de que creo posible otras hipótesis para el altruismo interespecies, creo que tienes toda la razón en que ahí no nos mueve más que el placer. Pero algunos dicen que ese placer es como un "anzuelo" con que la naturaleza (los genes) nos ha programado para que acatemos su mandato implacable. O algo así.