domingo, 7 de septiembre de 2014

¿De dónde vienen las buenas ideas?

Steven Johnson plantea en su libro Where good ideas come from que existen unos patrones que aparecen una y otra vez en ambientes  muy fértiles en ideas. Esos patrones ocurren tanto en la naturaleza, a nivel biológico, como en la cultura, en las cosas creadas por el hombre. En ese sentido, Johnson traza analogías entre la gran innovación y riqueza de formas de vida de los bancos de coral y plataformas como Internet. Este autor elige en concreto siete patrones de innovación y dedica un capítulo a cada uno de ellos en el libro. En Occidente tendemos a creer que la creatividad es individual y ensalzamos a los individuos creativos, pero Johnson destaca que detrás de esos individuos hay redes y plataformas que permitieron que estas individualidades pudieran ser creativas. La idea general del libro es que las ideas nacieron para conectarse. Ambientes que crean muros alrededor de las ideas son normalmente menos creativos que los ambientes abiertos. Las buenas ideas quieren ser libres, conectarse y recombinarse. Estos son los siete patrones:

1- Lo posible adyacente. Esta es la idea principal del libro, original de Stuart Kauffman, la primera que trata y una a la que vuelve de vez en cuando. Los ambientes innovadores ayudan mejor a sus habitantes a explorar lo posible adyacente. No me extenderé porque ya hemos hablado de ella aquí.

2- Redes líquidas. Una buena idea es una red. Un montón de neuronas (miles) se disparan de forma sincronizada por primera vez en tu cerebro y aparece una idea en tu conciencia. La sensación de novedad que tienes cuando se te ocurre una nueva idea tiene su correlato a nivel celular en esa nueva conexión entre neuronas que la ha hecho posible. Una nueva idea es una red de células explorando lo posible adyacente de las conexiones que se pueden hacer en el cerebro. Una idea no es una cosa aislada, se parece más a un enjambre. Si quieres ser creativo intenta estar dentro de una red donde aumente la probabilidad de colisiones entre ideas. Una de estas redes es una ciudad. Las ciudades favorecen la innovación, simplemente por un tema puramente demográfico, de densidad de población que hace que las ideas puedan circular y chocar entre ellas. Según Johnson no es casualidad que el norte de Italia fuera la región más urbanizada de Europa en los siglos XIV y XV y que aparecieran allí genios como Leonardo, Brunelleschi o Miguel Angel.

3- El Lento presentimiento. Este patrón me ha gustado especialmente. Se refiere a que las ideas no nacen completas y maduras sino que de bebés son sólo intuiciones, presentimientos. Es bonito considerar a las ideas como seres vivos que nacen poca cosa y luego crecen, se desarrollan y llegan a su madurez. Muchas veces dos presentimientos borrosos, inmaduros, colisionan entre ellos y surge una idea más completa y perfecta. Cuando se dice ¿quién tuvo primero tal idea? no estamos preguntando de forma correcta porque alguien pudo tener primero una idea pero no en su totalidad o sin llegar a entender todas sus implicaciones. De hecho, muchos científicos reconocen que el proceso de maduración de sus ideas ha sido lento y que al principio no tenían muy claro ni lo que buscaban y que rara vez aparecen las ideas en el mítico momento de “¡eureka!”. Es más habitual que haya existido un proceso de años de trabajo y de tanteo, o de balbuceo si se quiere…

Y este concepto de que la mayoría de las ideas vienen al mundo medio cocinadas, más en forma de presentimiento que de revelación, encaja muy bien con el de las redes que mencionábamos antes. Una idea toma forma parcialmente, de forma incompleta y precisamente lo que le falta puede estar en otro punto o nódulo de la red, el elemento que falta puede estar en la mente de otra persona. De ahí la importancia de las redes: ayudan a completar las ideas. Las intuiciones que no conectan entre sí se quedan en intuiciones.

Pero la analogía entre ideas y seres vivos (o las especies) la podemos llevar más lejos. Los presentimientos son criaturas frágiles, como los bebés, y pueden desaparecer si no encuentran los recursos necesarios para su desarrollo. En ese sentido se puede decir que se han extinguido más ideas en la Tierra de las que han llegado a existir realmente. Estudiar la historia de las ideas sería como estudiar un registro fósil intelectual donde apreciamos las transformaciones de unas, menos complejas,  en otras, más complejas y desarrolladas. 

Este trabajo de estudio del registro fósil intelectual se ha podido realizar en el caso de Darwin porque escribía todas sus ideas en su famosos “notebooks”  y se ha visto que es difícil señalar el momento exacto en que Darwin tiene una idea, porque la idea no llega como un flash, sino como en olas hasta aparecer claramente en la conciencia de Darwin. Por lo tanto, una aplicación práctica que podemos sacar de aquí es que es bueno escribirlo todo, como hacía Darwin. Los cuadernos de Darwin constituyen por sí mismos una “red”, Darwin los releía continuamente de manera que sus intuiciones y presentimientos podía ir colisionando entre ellos y descubría así nuevas implicaciones.
Tim Berners-Lee

Otro autor que cuenta que sus ideas no vinieron en forma de momento eureka! es Tim Berners-Lee, el creador de la web. Inventar la World Wide Web fue un proceso lento, de décadas, a lo largo del cual recibió múltiples influencias e ideas de otros. 

4- Serendipia. Muchas buenas ideas aparecen serendípicamente mientras se persiguen otras ideas u objetivos. Es un hecho más conocido y no nos extenderemos.

5- El error. El error puede ser también una fuente de buenas ideas. Muchos grandes creadores o científicos no han tenido menos errores que los demás, sino más. Una mente fértil tiene muchas intuiciones e ideas pero muchas de ellas no se confirman. Además, como dice Johnson, acertar te mantiene en el mismo sitio pero fallar te obliga a explorar, y entonces es cuando se pueden encontrar buenas ideas. Cuando nos equivocamos tenemos que desafiar nuestras suposiciones y cambiar de estrategia. Equivocarnos no nos abre puertas a lo posible adyacente automáticamente, pero nos fuerza a buscarlas.

La importancia del error la vemos también en el mundo de la biología. Si la copia de ADN no fuera susceptible a errores no tendríamos mutaciones y, por lo tanto, la selección natural no dispondría de la materia sobre la que actuar. También hay una estrecha relación entre el sexo y el error ( y no me refiero a la cantidad de errores que cometemos por culpa del sexo :)).  Una posible razón de la propia existencia de la reproducción sexual es que aprovecha las ventajas creativas del error mitigando sus riesgos. Abre la puerta a lo posible adyacente pero permite eliminar los errores y que no pasen a las siguientes generaciones.

6- La exaptación. Este concepto es original de Stephen Jay Gould y se refiere a que un organismo desarrolla una característica optimizada para un uso específico pero luego se usa para otra cosa. El ejemplo clásico son las plumas que se piensa que aparecieron como aislante térmico pero luego se utilizaron y adaptaron para el vuelo. Pero este fenómeno biológico es aplicable a la cultura. Por ejemplo, Gutenberg utilizó una máquina, la prensa que se utilizaba para hacer vino y que se emborrachara la gente, y la convirtió en una máquina para la comunicación de masas. Todos los elementos necesarios para la invención de la imprenta estaban ya allí: los tipos móviles, la tinta, el papel y la propia prensa, pero faltaba conectarlos entre sí. Y en eso es en lo que mucha gente piensa que consiste la creatividad, en conectar cosas de campos diferentes, en ver lo similar dentro de lo diferente. En este sentido, las ciudades son un campo fértil para las exaptaciones porque permite albergar muchas subculturas y profesiones que se fertilizan mutuamente.

7- Plataformas. El concepto de plataforma es muy similar al de red pero ampliado. Se refiere a crear plataformas donde sea posible la interacción entre ideas. Twitter y otras redes podrían ser un ejemplo de este tipo de plataformas. Muchas empresas crean también centros o instituciones donde los empleados puedan interactuar y compartir ideas. Incluso el diseño de los edificios se hace con el objetivo de favorecer este tipo de interacciones. En definitiva, se trata de favorecer la mezcla y el intercambio.

¿Cómo aprovechamos todo esto de una manera práctica para ser creativos? Pues de la siguiente manera: sal a pasear, cultiva tus intuiciones y presentimientos, escribe todo (pero de una manera un poco desordenada para que lo que corresponde a un campo te aparezca de repente en otro), abraza la serendipia, comete errores (pero intenta que sean o se conviertan en productivos), practica muchos hobbies  para que puedas trasladar cosas de un terreno a otro, participa en cafés, tertulias discusiones (reales o virtuales), sigue los enlaces, deja que otros construyan sobre tus ideas, toma prestado, recicla, reinventa…construye una maraña de la que pueda surgir algo.

@pitiklinov

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