sábado, 21 de noviembre de 2020

La Falacia del Mundo Justo y la culpabilización de la ciudadanía en la Pandemia COVID


"El verdadero problema de la humanidad es el siguiente: tenemos emociones paleolíticas, instituciones medievales y tecnología de dioses”.

-Edward O Wilson


“Es escandaloso fingir que el terremoto fue sólo un evento natural, porque si eso es cierto, no hay necesidad de arrepentirse y tratar de evitar la ira de Dios, y ni siquiera el diablo mismo podría inventar una idea falsa más propensa a llevarnos a todos a una ruina irreparable.”

-El sacerdote jesuita Gabriel Malagrida tras el terremoto de Lisboa de 1755



Ha sido un proceso gradual, que casi nos ha pasado desapercibido pero, poco a poco, hemos llegado todos -desde los gobiernos y los medios de comunicación a los propios ciudadanos de la mayoría de las naciones- al convencimiento de que ya sabemos cuál es la causa de la persistencia de la pandemia COVID: la irresponsabilidad de la ciudadanía, y de cuál es, por tanto, la solución: la responsabilidad personal. Existen unas medidas no farmacológicas por todos conocidas (lavado de manos, distancia, mascarilla, ventilación) que son eficaces contra la pandemia y si todos las usáramos acabaríamos con ella. 


Para ilustrar lo que se está diciendo voy a usar dos ejemplos. El primero son las recientes palabras del primer ministro sueco al anunciar medidas más restrictivas para los ciudadanos de su país:

"El tiempo que tengamos que vivir con estas medidas depende de lo bien que tomes tu propia responsabilidad y muestres solidaridad con los demás.” 


El segundo es más bruto y su autor es el gobernador de Nueva York Andrew Cuomo que dice esto:


"Si te distanciaras socialmente, usaras una mascarilla y fueras inteligente, nada de esto sería un problema, es todo autoimpuesto. Es todo autoimpuesto. Si no comieras el pastel de queso, no tendrías un problema de peso. Es todo autoimpùesto”.


Por tanto, esto se acaba cuando la ciudadanía quiera y si no se acaba es porque tenemos lo que nos merecemos, porque somos malos. Este es el discurso oficial establecido y de esta culpabilización de la ciudadanía es de lo que voy a hablar en esta entrada. Me parece que es un ejemplo de lo que se conoce como hipótesis del Mundo Justo.


La Hipótesis del Mundo Justo


La llamada Hipótesis/Falacia o Creencia en un Mundo Justo consiste en creer que el mundo es un lugar justo, ordenado y predecible en el que la gente tiene lo que se merece y se merece lo que tiene. Consiste en la creencia de que vivimos en un mundo en el que las cosas buenas le pasan a la gente buena y las cosas malas le ocurren a la gente mala. El padre de la idea es Melvin Lerner que observó cómo la gente culpaba a las víctimas de su sufrimiento y realizó una serie de experimentos en los años 60 del siglo pasado.  En ellos, los participantes observaban cómo se administraban una serie de choques eléctricos a unas víctimas inocentes (en realidad eran unos actores) lo que al principio les trastornaba y disgustaba. La gente quería ayudar o compensar a la víctima. Pero si el sufrimiento continuaba, y no podían hacer nada por evitarlo, empezaban a devaluar y despreciar a la víctima. La interpretación sería que nuestra necesidad de vivir en un mundo justo y predecible es tan grande que si algo pone en duda esa creencia, reinterpretamos la situación para que se ajuste a la creencia. Y una forma de hacerlo es reinterpretar la conducta o la personalidad de la víctima.


La creencia en el mundo justo se ha visto que correlaciona con autoritarismo de derechas, religiosidad, mayor tendencia a castigar (y con mayor creencia en el libre albedrío), actitudes más negativas hacia grupos menos privilegiados…Y también se ha asociado a mayor satisfacción con la vida y a menor depresión. Es fácil comprender que la creencia en un mundo justo es buena o incluso necesaria para la salud mental. Es una ilusión positiva que nos ayuda a vivir. Sería muy difícil vivir en un mundo en el que no creyéramos que nuestras acciones van a tener recompensa y que podemos influir en nuestro futuro. Reconocer que estamos expuestos al azar y que el mundo es inseguro  podría generar incluso una parálisis de nuestra actividad en el mundo y nos impediría seguir adelante.


Lerner presentó su teoría en un libro en 1980: The Belief in a Just World: A fundamental delusion. Desde entonces, se ha seguido estudiando el fenómeno y los experimentos se han replicado en diferentes lugares, por diferentes investigadores y en diferentes campos, lo que sugiere que el concepto es bastante robusto (lo digo con todas las precauciones que debemos tener hoy en día con los experimentos de psicología social que están teniendo muchos problemas de replicación). Se ha estudiado mucho, por ejemplo, en el caso de la violación, donde se ha visto que se produce una culpabilización de la víctima (que si llevaba ropa provocativa, que si bebió demasiado…), o en el de la pobreza (los pobres son vagos y perezosos), etc. 


Pero un terreno en el que se ha observado este fenómeno de culpar a la víctima ha sido en el de la enfermedad. Repetidamente se ha observado que la gente culpa a los enfermos de sus enfermedades. Se ha encontrado un desprecio hacia personas con neumonía, cáncer de estómago, obesidad (el gobernador Cuomo hace la comparación precisamente entre la Obesidad y el Covid como cosas autoimpuestas), pacientes con cáncer de pulmón, enfermedades relacionadas con el alcohol, o el SIDA. Lo que estamos viviendo actualmente en esta pandemia por COVID-19 parece un ejemplo más de esta culpabilización de la víctima, aunque con matices propios de una pandemia. 


Cuando digo que se está culpabilizando a la ciudadanía y que eso es un ejemplo flagrante de “culpar a la víctima” y de falacia del mundo justo, estoy considerando que toda la sociedad es víctima de una pandemia, aunque no en la misma medida, lógicamente. La peor parte, evidentemente, la llevan los fallecidos y enfermos graves y con secuelas y sus familias, pero esta enfermedad está provocando consecuencias como problemas económicos, académicos, recorte de libertades como desplazamientos, cierre de hostelería, miedo, angustia, depresión, etc., que están afectando gravemente la vida de todas las personas. Y todos queremos que este sufrimiento acabe cuanto antes.


El caso es que la pandemia actual ha sumido al mundo en un estado de miedo, de inseguridad y de incertidumbre y el ser humano no tolera bien la duda y la incertidumbre, necesitamos una narrativa que nos dé seguridad. Como dice E.O. Wilson en la cita de cabecera, seguimos teniendo emociones paleolíticas y en pleno siglo XXI estamos reaccionando de la misma manera en la que ha reaccionado la humanidad desde la antigüedad, cuando las epidemias se atribuían al castigo de seres sobrenaturales o dioses. La creencia en un mundo justo nos da una explicación y siempre es mejor una explicación que ninguna.


Vale, todo esto está muy bien, pero igual me estoy pasando… ¿No es acaso verdad que las medidas no farmacológicas son eficaces para disminuir la transmisión comunitaria del virus y que si actuamos con responsabilidad la pandemia desaparecerá? Bueno, digamos que el jurado sigue reunido deliberando. En países como España estamos aplicando esas medidas desde julio y nos encontramos de nuevo en una situación de colapso sanitario similar a la de los meses de marzo-abril. “Ya, vale, pero date cuenta” - me podéis responder- “que la gente lleva la mascarilla en la barbilla, con la nariz fuera, se las quitan con familiares y amigos, etc”. “Si utilizáramos bien estas medidas sí que serían eficaces”. 


De acuerdo, en el siguiente apartado voy a responder a este punto con otra argumentación, pero quiero mencionar aquí algo -aunque sea de pasada- para señalar que hay muchas cosas que no están claras. Resulta que la gripe ha desaparecido este año en el hemisferio sur y en lo que llevamos de temporada en el hemisferio norte parece que también. Una de las hipótesis que se maneja para explicar esto es precisamente el uso de medidas no farmacológicas que impedirían la transmisión de la gripe. Pero sopas y sorber no puede ser. Se nos está culpabilizando del COVID por usar mal esas medidas: todo el mundo lleva la mascarilla en la barbilla, enseñando la nariz y eso es un desastre porque no nos libramos de la epidemia del COVID… pero mágicamente, ¿usar la mascarilla mal sí protege de la gripe?


Vamos a aceptar ahora, para los efectos de mi argumentación, que estas medidas bien utilizadas sí son eficaces. Si esto fuera cierto para la COVID-19, también debería serlo, como decíamos, para la gripe. Si cumplimos con las medidas no farmacológicas también acabaremos con la gripe. Y, por la misma regla de tres, también podríamos hacer lo mismo con la tuberculosis, o la malaria, o el resto de las enfermedades infecciosas…Es decir, si no acabamos con todas las enfermedades infecciosas es por falta de responsabilidad individual porque todas ellas se transmiten de unas personas a otras y si cortamos esa transmisión se acabó la historia. Parece lógico, ¿cómo no nos habremos dado cuenta antes de que podíamos acabar con todas las enfermedades infecciosas de un plumazo? Pero… algo nos dice dentro de nuestra cabeza que no es tan fácil, ¿no?


Supongamos una vaca esférica


Los ingenieros tienen un chiste acerca de la tendencia de los científicos teóricos a eliminar las complejidades de la realidad de sus modelos. Va más o menos así. Un granjero acude a un físico teórico para pedirle consejo sobre cómo aumentar la producción de leche de sus vacas. Después de trabajar en el problema durante semanas, el físico llama al granjero para decirle que ha encontrado la respuesta. Le dice al granjero: “¿puede venir a la universidad el próximo miércoles para escuchar la presentación de mi descubrimiento?”. El miércoles siguiente, el granjero va a la sala de conferencias, que está abarrotada, y su amigo físico está delante de una enorme pizarra dispuesto a comenzar la charla. El granjero y los asistentes se sientan y el físico va hacia el encerado y dibuja un gran círculo. “Para empezar” -dice- “supongamos una vaca esférica”…


Mal empezamos si partimos de la suposición de que una vaca es esférica… Una vaca no tiene forma de esfera, tiene forma de vaca. Si partimos de una realidad equivocada, no obtendremos los resultados que deseamos. Igual nosotros también estamos partiendo de una realidad equivocada al decir: “supongamos una ciudadanía que puede cumplir las medidas no farmacológicas correctamente”. Igual deberíamos preguntarnos: ¿se pueden cumplir correctamente esas medidas en la realidad?


Veamos un ejemplo. Según este informe de 12 de Noviembre de la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica sobre la situación Covid-19 en España, “el ámbito más frecuente de exposición se da en el entorno del domicilio (31,6%)”. Bien, pongamos una familia de tres miembros. Ella es sanitaria, el marido es conductor de autobuses o tendero y su hija está en el instituto o en la universidad. Para que los miembros de la familia no se contagien entre sí deberían mantener distancia física, desinfectar los vasos, platos, toda la cubertería, mesas, los baños, etc., y usar mascarilla en casa. Además deberían hacer esto durante un año o más. ¿Es esto factible o estamos partiendo de algo como “supongamos una familia de robots sin emociones”? Remito a los lectores a la entrada Las opciones que parece que tenemos donde explicaba que a veces en la vida parece que tenemos opciones que en realidad no tenemos. O, dicho de otra manera, hay cosas que no están en nuestro Posible Adyacente.


Se me puede poner la objeción de que ciudadanos de algunos países (especialmente asiáticos) lo han conseguido y si ellos lo han hecho, nosotros también podemos. Primero, muchos países que resulta que lo habían hecho muy bien en la primera ola y eran un ejemplo de responsabilidad, educación y compromiso ciudadano han pasado a ser un ejemplo de irresponsabilidad en la segunda. Curioso. Segundo, habría que  demostrar que los resultados obtenidos en esos países se deben a la conducta de la gente, igual intervienen factores genéticos o tienen más inmunidad por epidemias previas, etc. Hay muchas cosas todavía que no sabemos de este coronavirus.


Pero aceptemos que en esa otra sociedad o cultura los buenos resultados son debidos a la conducta de la gente, porque son más disciplinados, obedientes, colectivistas, o lo que sea (lo de si tienen mejores líderes vamos a dejarlo de lado). Realmente, parece haber diferencias culturales y de comportamiento entre individuos de sociedades orientales y occidentales a muchos niveles. Pues aún así, una cultura no se improvisa, una cultura que es resultado de miles de años de evolución no se elige a voluntad y no pasa uno a tener una mentalidad japonesa esta semana y una mentalidad alemana a la siguiente. 


Resumiendo, lo que yo quería decir en esta entrada es que me parece que culpabilizar a la ciudadanía de esta pandemia es con alta probabilidad erróneo desde el punto de vista científico, injusto desde el punto de vista moral e ineficaz desde el punto de vista práctico, por lo que dejar de hacerlo sería beneficioso para el conjunto de la sociedad. No vivimos en un mundo justo y el wishful thinking no es la solución a la pandemia. “Si todos usáramos bien las medidas esto se acababa”. Ya, y si las vacas fueran esféricas hay un método muy bueno para que den más leche.


@pitiklinov






 









14 comentarios:

Caty Dc dijo...

Sr Pitiklinov me encanta su blog. Simplemente por su sensatez, claridad expositiva y duda metódica. Mola mucho en estos tiempos de ruido mediático (es decir emociones paleolíticas amplificadas por tontos con micrófono/Instagram/tecnología). Un saludo

Félix Maocho dijo...

Alguien debe coleccionar los Tuwit de Adrián Barbón, @AdrianBarbon presidente de la CCAA Asturiana.

Durante muchas semanas Asturias fue una comunidad que tenía menos casos de contagio que el resto de la comunidades y no cesaba en decir lo buenas que eran las mediadas bien que ellos, (el), habían tomado.

De repente, ocurre lo contrarios, Asturias se pone en el grupo de cabeza de contagios. Los motivos, culpa de lo que hace la gente, cierra los bares y cerca las ciudades. Los casos siguen floreciendo, pero ahora no es porque él se haya confundido en las medidas que ha tomado, sino que misteriosamente el pueblo en general se ha hecho fan de las prácticas de riesgo.

Pitiklinov dijo...

Muchas gracias a los dos por vuestros comentarios.
El caso que comentas, Felix, ilustra perfectamente lo que digo en la entrada. Ha pasado lo mismo en Holanda, Chequia, Portugal e incontables ejemplos. Como bien dices , la gente no se hace psicópata irresponsable de la noche a la mañana.

Saludos

d dijo...

Si tomamos por cierta la premisa de que, por el momento, la gripe estacional no ha hecho acto de presencia por estas latitudes, y sin embargo el SARS-COV-2 campa a sus anchas o cabalga por sus fueros, hemos de concluir que a) O bien la gripe no es tan contagiosa y en cambio el SARS-COV-2 lo es en grado sumo, y a la que te quitas la mascarilla en espacio cerrado y/o concurrido te engancha; b) o bien los test RT-PCR arrojan un montón de falsos positivos (el inventor de los mismos ya advirtió de que su invento no era fiable para detectar SARS-COV-2, y declaró que de haberlo sabido, habría renunciado al Premio Nobel que le dieron por tal invento); c) o bien que gran parte de la población tiene una alta inmunidad ante la gripe estacional de este año en particular, (y no así lógicamente ante el coronavirus); d) o bien la conjunción de alguna de las anteriores, o todas ellas.

Víctor Guasch dijo...

Felicitaciones por el blog. Soy seguidor desde hace tiempo por los análisis críticos que haces de cuestiones que parecen “demasiado” aceptadas y se pierde la posibilidad de pensar y cuestionarlas. Este también parece el caso hoy respecto a la culpabilización de ciudadano respecto a la evolución de la pandemia. Sin embargo hay algo que no acabo de entender. Entiendo que muchas medidas de las autoridades son cuestionables y pueden ser equivocadas, pero a pesar de su incertidumbre, es lo que mejor ha salido de la reflexión y de la organización de científicos, epidemiólogos y políticos. Sería razonable, entonces, pedir (o incluso coaccionar) a la gente a someterse a conductas supuestamente protectoras y apelar a su responsabilidad individual. No se si esto es culpabilizar, pero las conductas individuales tienen un efecto colectivo y apelar a esta responsabilidad parece necesario

Caty Dc dijo...

Estoy de acuerdo en responsabilizar, parece necesario éticamente y también es la opción menos mala de momento. Otra cosa es culpabilizar que es dar por hecho que la causa del mal reside en esa falta de responsabilidad, cuando comprendemos poco de este virus que presenta fenómenos de expansión inestables, de apariencia caótica incluso, lo cual es otra forma de decir que somos aún demasiado ignorantes para presuponer causas (y culpas). La responsabilidad individual es el último reducto ante el caos, pero no una lógica consistente, más bien un acto solidario de esperanza activa. Me parece. Cuando el gobernante es paternalista es que asume que no podemos madurar: y efectivamente el paternalismo de reprimenda y amenazas no educa. Bucle. En fin, demasiado humano todo. Me parece.

Anónimo dijo...

Apelar a la responsabilidad individual es, con pocas excepciones, enviar al lobo a cuidar de los corderos. Tal responsabilidad se ha eliminado a favor de el victimismo, todos tienen la culpa menos yo. De todo.

La Piquer y Dr. Kimble dijo...

El libre Albedrío no existe (en mi opinión) pero, tenemos que vivir como si existiera. Creo que todo está predeterminado pero vivimos como si tuviésemos el control de las cosas o pudiésemos tenerlo. De otra manera creo que desapareceríamos.

anónimo dijo...

La Piquer y Dr. Kimble. "El libre albedrío no existe": Científicamente no tenemos una solución definitiva. Hay que seguir investigando alejándose del prejuicio antireligioso. Para mí no tiene sentido "que haya que hacer como si existiera". Creo que más bien hay que saber de dónde proviene la responsabilidad y hasta dónde puede desarrollarse. Coincido en que podemos desaparecer si seguimos dejándonos llevar por el determinismo (podría llamarse "fatalismo") según el cual el ser humano es solo un montón de células agrupadas que responde a leyes mecánicas y no se puede hacer nada.

laura dijo...

no te rindas si pierdes tu relación o matrimonio. Dr okeke es el mejor hechizo de amor en línea que conozco. Dr okeke siempre ayuda a las personas que atraviesan una relación difícil o matrimonios. Prometí compartir su gran trabajo de cómo me ayudó a recuperar a mi esposo. Estaba totalmente destrozada cuando mi esposo me dejó a mí y a los niños que fue tan difícil para mí seguir adelante y casi pierdo la vida si no fuera por un amigo que me dirigió al Dr. okeke, y el Dr. okeke me aseguró que iba a conseguir mi mi esposo regresó, y realmente todo sucedió de la manera en que el Dr. okeke lo dijo y mi esposo regresó en 17 horas ... de la forma en que el Dr. okeke lo dijo Nunca creí que una persona tan veraz y confiable como okeke todavía esté en línea, todo es creíble Dr. okeke personal en vivo número whatsAp +2348140443360 o correo electrónico writelovespell@gmail.com

Anónimo dijo...

Evidentemente culpabilizar al individuo no está funcionando en la crisis Covid.
Evidentemente la responsabilidad es multifactorial. Desde la genética, la educación, al ámbito social o al religioso todo son variables que condicionan al individuo a la hora de que este lleve a cabo sus conductas. No obstante si imaginamos que este argumento (la falacia del mundo ideal) puede valer también en el caso de los accidentes de tráfico, embarazos no deseados etc. dónde queda la responsabilidad real de la persona? O acaso es que no somos responsables de nuestros actos por no ser conscientes de las posibles alternativas que tenemos a la hora de elegir? O acaso, como no somos capaces de elegir, nuestro futuro esta determinado de antemano lo que nos llevaría de nuevo a la falta de responsabilidad individual?
La opccion de que seamos tan inmaduros que, como niños influenciables, no tengamos que asumir la responsabilidad de lo que hacemos es, quizá, la conclusión de estos argumentos.

Catty dijo...

Puede por favor preguntar al dr Okeke si cura la covid también? Por otro lado podría ir a ensuciar a otro blog. Saluditos y bendiciones

Anónimo dijo...

Tengo poco como lector de tu blog. En verdad aprecio tus artículos (aunque tú les dices entradas), me sirven para pensar (todos creemos que lo hacemos, pero ¿verdaderamente tenemos la certeza?). Y en esta ocasión he salido un tanto confundido. Trataré de expresarme con claridad:

-Verdaderamente no comprendí el salto que diste de "la culpabilización de la ciudadanía" a lo que percibí como una crítica de la "responsabilidad individual". Como dije, me pareció que tú entrada es más una crítica a la responsabilidad individual que a la culpabilización colectiva, pero creo justo son figuras o conceptos antagónicos en lugar de consecuenciales (por encontrar una forma de decirlo).

- Es decir, en situaciones donde encontramos una culpabilización colectiva estamos en ausencia de responsabilidad individual y viceversa. Lo que a mi me parece riesgoso de las culpabilizaciones colectivas es que precisamente no permiten visualizar los fenómenos de manera particularizada, en concreto y, por tanto, careceremos de posibles mejores respuestas al fenómeno. Sin obviar que si en un evento efectivamente hay un responsable directo y en él apelamos a la culpa colectiva, pues difuminaremos la responsabilidad hasta dejar sin ella sobre a quien realmente debía recaer.

-Por otro lado y en relación al tema de "culpar a la víctima". ¿Qué papel juega una persona que asumiendo riesgos se coloca en una posición que termina ocasionándole un daño? ¿En verdad quien sufre un daño jamás tiene la responsabilidad del mismo? Ejemplos: a) qué responsabilidad tengo de que me emborraché en un barrio que sé tiene fama de peligroso y me golpean y roban; b) qué responsabilidad tengo por haber llegado a obesidad mórbida en un proceso que tardó años; c) qué responsabilidad tengo de descuidar mis estudios, tomar malas decisiones y que al final me vaya económicamente mal en la vida y, luego culpo al sistema (culpa colectiva). Ejemplos como esos podría haber mil -algunos políticamente correctos y otros incorrectos- y me parece adecuado discutirlos.

En fin, creo que más que expresarme con claridad he dejado en claro que me fui un tanto confundido. Espero puedas comentarme este comentario.

El Baron Lagourde dijo...

Gracias