Imagina que una tarde vas caminando por la calle y al doblar una esquina te asalta un ladrón. Te arrima una navaja al cuerpo y te dice en un tono ronco que le des la cartera. Da la casualidad de que un poco más allá, en la otra acera, se encuentra un policía que ve la escena y lo sabes seguro porque tu mirada se cruza con la suya. Pero el policía no interviene, gira la cabeza y se pone a multar a un coche mal aparcado mientras el ladrón se marcha con tu cartera. Seguramente te sentirías humillado y lleno de ira pero, si piensas como yo, es probable que tu cabreo estuviera más dirigido al policía que al ladrón. El ladrón a fin de cuentas está haciendo su trabajo pero es el policía el que no ha hecho el suyo.
La comparación igual no es muy fidedigna pero creo que esta es la situación que vivimos en el área de la investigación y desarrollo de medicamentos. Hay un malo muy bien identificado equivalente al ladrón de la historia: la Big Pharma, la industria farmacéutica, con un historial delictivo extenso, todo el mundo lo tiene claro y hay pocas dudas de ello. De lo que menos gente se da cuenta, y pasa desapercibido para una mayoría, es de que también aquí hay un policía mirando: los estados, gobiernos o administraciones. Las conductas mafiosas de la Big Pharma se habrían acabado hace tiempo si los estados hubieran decidido actuar de una manera concertada.
Recomiendo este video,Investigación Médica, Houston, tenemos un problema, para darnos cuenta del grave problema que tenemos con el sistema actual de investigación y desarrollo de fármacos, un sistema que prima los intereses económicos por encima de la salud de los ciudadanos. La forma en la que investigamos y vendemos medicamentos es irracional e inmoral. A partir de una investigación básica, que es pública principalmente, la industria toma algunas moléculas las desarrolla y luego tenemos que volver a pagar unos precios desorbitados por los medicamentos finales. Pero esos medicamentos son tan caros que no están accesibles para los enfermos que los necesitan, no sólo en países en desarrollo sino en los países ricos también.
No se investiga para enfermedades raras o para enfermedades que afectan a países pobres. No se investigan nuevos antibióticos porque no son rentables y los estados no ponen en marcha mecanismos alternativos para que sea rentable investigar en nuevos antibióticos. Todas las personas que hablan en este video coinciden en que los gobiernos han abdicado de su responsabilidad de dirigir el sistema y han puesto el crecimiento económico por encima de la salud.
En el video se proponen también soluciones que son factibles y realistas como crear nuevos incentivos para la I+D, la creación de un Tratado Internacional de Innovación y Desarrollo, premiso a la innovación, pactos entre el sector público y el privado como la Iniciativa de Medicamentos para Enfermedades Olvidadas que ha producido ya 6 medicamentos (2 para la malaria, 2 para la leishmaniasis, uno para la enfermedad de Chagas y otro para la enfermedad del sueño) y tiene otros en cartera. Todos hablan de la necesidad de compartir el conocimiento y de cooperar y coordinar esfuerzos.
La situación ha llegado ya a un punto en que es insostenible y hay que oponer al poder de la Big Pharma el contrapoder de los gobiernos actuando coordinadamente. La sociedad civil debe presionar a los gobiernos para que asuman su responsabilidad y aseguren que se desarrollan los fármacos que la sociedad necesita. Hay que politizar este tema que no parece que esté en las agendas de los partidos políticos ni de las instituciones públicas. Es hora de exigir al policía que mira que haga su trabajo.
@pitiklinov