Esta entrada va a tratar del papel que está jugando la Psicología y los psicólogos en Inglaterra tras una serie de reformas que se han producido en el sistema de atención a parados y en la recepción de los beneficios sociales. Según algunos sectores y la bibliografía que cito estas intervenciones son de tipo psicopolicial. Se ha dotado de psicólogos a los centros de empleo, en teoría para ayudar a parados con problemas mentales pero estos programas implican que si no se acude al psicólogo se deja de recibir los beneficios del paro. También se cuestiona el tipo de intervenciones de psicología positiva que llevan a cabo estos psicólogos. Se ha criticado todo este programa porque considera al paro como una enfermedad mental y las intervenciones de los psicólogos como un intento de reprogramar al desempleado y se han producido manifestaciones de protesta. Todo ello plantea cuestiones éticas importantes.
El artículo de Friedli y Stern, del BMJ Medical Humanities, recoge que los programas de empleo están incluyendo coaching, entrenamiento en habilidades, cursos de motivación, etc., pero todo ello con la amenaza de que si no se acude se deja de cobrar el paro. Se presiona a los parados a “pensar en positivo” y a un “cambio de actitud” y se decide en base a esta actitud si cobran o no el paro. Y se habla de conductas que no favorecen la vuelta al trabajo como “falta de motivación” o resistencia psicológica al trabajo”. Es decir, que ya no basta con hacer cosas con encontrar un trabajo, se trata también de que el estado se introduce, vía psicólogos, en lo que piensas y lo que sientes, tienes que demostrar ciertas “actitudes” si quieres cobrar, y eso es preocupante. El énfasis ya no se hace en las condiciones exteriores del mercado de trabajo sino que se culpa al parado de su situación.
Toda esta atractiva filosofía del pensamiento positivo que está tan extendida dice cosas como: “Tú tienes elecciones en la vida. Las condiciones externas no determinan tu vida. Eres tú el que la determina. Todo está dentro de ti, en tus deseos. Si piensas positivo te pasarán cosas positivas”. Pero ahora se esta aplicando a los parados y se les acosa con mensajes de correo, de móvil o tuits positivos del tipo “cambia tu actitud” “dale duro o vete a casa” “mis únicas limitaciones son las que yo me pongo” “siempre es pronto para abandonar” “nadie se ahogó nunca en sudor” “el éxito es levantarse una vez más que las que te caes”, “sonríe a la vida”, etc. Los receptores de estos mensajes se sienten humillados y deprimidos porque el contexto en que estas intervenciones de psicología positiva están teniendo lugar es un régimen estructurado de amenaza y coerción.
La mayoría de los países han introducido algún tipo de condicionalidad en su programas de desempleo y se exige cumplir ciertas condiciones para cobrar el paro, como cursos, trabajar gratis en servicios comunitarios (charities), empresas, agencias o servicios públicos, etc. En Gran Bretaña estos trabajos los gestionan empresas privadas con ánimo de lucro. Ahora se trata de dar una vuelta de tuerca más. Como dijo la ministra de trabajo, Esther McVey, se espera que los desempleados den pasos para hacerse atractivos para los empleadores, los cuales quieren gente preparada, entusiasta y lista para trabajar, una “mentalidad empleable”.
Pero esto que estamos comentando es un caso extremo de algo que ya venía pasando en el mundo de la empresa y el trabajo. Muchas empresas se han subido al vagón de la mindfulness porque echa el peso de la culpa al empleado: el estrés se estructura como un problema personal y la mindfulness es la solución para ayudar a los empleados a trabajar de manera más eficiente en ambientes tóxicos. El problema está en tu interior, mira dentro de ti, no son las circunstancias, sino cómo te tomas las circunstancias, como dijo Seligman. También vivimos en una sociedad, como dijo David Harvey, en la que la enfermedad se define como la “incapacidad de trabajar” y de ahí a considerar al paro un trastorno psicológico no hay mucho camino.
Como vemos, la esencia del pensamiento positivo tiene básicamente dos partes: 1) un pensamiento mágico: puedes conseguir cualquier cosa con una actitud positiva y 2) la responsabilidad personal: si fracasas es tu culpa. Y este mensaje les viene muy bien los políticos para legitimar la injusticia y la pobreza. Olvídate de las condiciones económicas, de la desigualdad creciente, de los sueldos decrecientes, del deterioro de las condiciones de trabajo…busca en tu interior…Y esto no sólo es delirante sino también cruel: tienes el destino que te mereces (la visión del mundo justo que comentábamos en otra entrada). Tus fracasos no son el producto de complejas circunstancias, no, se deben sólo a lo que tú haces. Y si te mueres de cáncer es por no tener la actitud adecuada y no poner todo tu empeño en la lucha.
En definitiva, se trata de encubrir la naturaleza política de estos temas. No quiero cargar las tintas pero eso de la “resistencia psicológica al trabajo” me ha traído a la cabeza el diagnóstico de drapetomanía que se hacía a los esclavos negros americanos que aspiraban a la libertad. Lo que los parados necesitan es una política de derechos y justicia y no discursos de psicología positiva. Pero como suele decirse, cuando las barbas de tu vecino veas cortar pon las tuyas a remojar…
Referencias:
Si quieres un antídoto contra el pensamiento positivo (y el culto al bienestar, la felicidad y la salud) te recomiendo el libro The Wellness Syndrome, de Carl Cedestrom y André Spicer
Muy buen punto de vista, interesante reflexión.
ResponderEliminarSin embargo hay que reconocer que sí que hay personas que no quieren trabajar y les sale más a cuenta cobrar el paro.
Pero otra vez, no es culpa de las personas, es culpa del sistema que hace las cosas al revés. En mi caso (MIR de primer año) ya con otra especialidad hecha, estuvo cobrando el paro mientras estudiaba y cobraba más dinero de paro, estando en casa (estudiando eso sí) pero durmiendo todos los días, comiendo bien y con menos estrés que lo que cobro ahora que hago turnos de 24 horas sin parar y aguanto quejas de toda la gente por fallos administrativos del sistema en una puerta de urgencias generales sin vida social ni familiar.
En conclusión, por más de que me hago psicología positiva a mi misma (soy resi de psq) sigo sin superar el récord de 24 horas sin comer, dormir, ni orinar y siempre alerta.
¡JO-DER! no se supone que cuando deseas algo todo el Universo conspira para que lo logres? ¿o eso fue antes de la quiebra de Lehman-Brothers y la crisis de las hipotecas sub-prime?
ResponderEliminarEstás en portada de Menéame con esta entrada!
ResponderEliminarpues a mi me gusta tocarme los cojones
ResponderEliminarGracias, Arabelle, por la difusión :)
ResponderEliminarFantástico el post. No debemos sorprendernos. Es el poder que requiere que los dominados empleen nuevas formulas de cortesía. En vez del "Guarda Ud Dios muchos años" se pasa ahora al empleado hiperactivo, hipermotivado y superoptimista. ¿300 euros al mes? ¡Si, es una forma de empezar! ¡El cielo es el techo! y esas cosas. Iremos al psicólogo y le contaremos que todo es maravilloso y así podremos cobrar el subsidio. Muy interesante esa reflexión sobre el pensamiento mágico y la actitud positiva
ResponderEliminarhttps://derechoalaciudadflacso.files.wordpress.com/2014/01/james-scott-los-dominados-y-el-arte-de-la-resistencia.pdf
Sere breve. Como psicólogo el tema de la psicología positiva me toca soberanamente los de abajo. Es pura seudomística moderna revestida de seudocientificismo. El problema es que muchos (psicólogos y no psicólogos) se suben al carro de la seudociencia y se ponen a venderse como gurús del autocambio mental. Pura basura que no hace bien ni a la sociedad ni a nuestra profesión...
ResponderEliminarPunto de vista interesante, sin embargo, nos engañamos con que el trabajo con en el pensamiento cambiándolo hacia algo más beneficioso para nuestra ejecución es recién llegado con el mindfullness y demás terapias de nueva generación y no es así. Con la llegada de las terapias cognitivas, los autores se dieron cuenta que el pensamiento se podía tomar como unidad y establecer con él la misma secuencia que dedicaba Skinner al comportamiento: un estímulo determinado daba lugar a una respuesta (en el caso del que hablamos, una respuesta cognitiva) que provocaba una consecuencia, si esta es beneficiosa para el organismo se repetirá en posteriores ocasiones y si es perjudicial, tenderá a extinguirse. Si durante dos años mando currículums con una motivación media, pues debido a la baja consideración que tengo de mi autoimagen considero que habrá mejores candidatas que yo, tenderé a mandar cada vez menos. Si después de esos dos años he ido solo a un par de entrevistas en las que he cometido errores que atribuyo a mi capacidad de respuesta, cuando en realidad pueden ser atribuidos a múltiples causas, sin poder evitarlo, me veré inmersa en una indefensión que terminará mermando mi ejecución. Es un puro esquema "skinneriano", para lxs puristas, el único movimiento psicológico verdaderamente científico, las bases del aprendizaje.
ResponderEliminarNo creo que intentando ayudar a cambiar actitudes pongamos la responsabilidad "de todo lo que ocurre" en el sujeto, todo lo contrario, la culpa es algo que hay que gestionar en muchas ocasiones, saber que hay cosas que no dependen de lo que yo haga, que por mucho empeño que ponga no puedo cambiar, a esto me refiero con las condiciones externas. Una persona no puede evitar que le ofrezcan un trabajo de 300 euros al mes, pero sí depende de si mismo creer que puede conseguir algo mejor, que sepa lidiar con la frustración y el desánimo y a que resuelva pensamientos del tipo "no valgo para esto", "esto va a terminar conmigo", "no les voy a gustar en esa entrevista".
Sinceramente me parece una alternativa más inútil la de nuestro sistema de empleo, que nos obliga ir a sellar una tarjeta para poder cobrar, o a descargarnos un programa y hacerlo por Internet, que el desempleo no nos deja un rato libre por la mañana. Desconozco qué tipo de beneficio creerán que tiene este ritual entre tantos millones de personas.
A pesar de todo esto, muy buen artículo, sin opiniones contrarias no habría debate y... ¡a ver qué haríamos las psicólogas desempleadas un jueves a las nueve de la mañana!
Menos mal, algo de cordura en este post! Gracias Estefanía!
EliminarExcelente Estefi, te quiero en mi equipo!!. Gracias
EliminarPensamiento positivo = Adoctrinar aun mas al rebaño ignorante
ResponderEliminarPuestos a imaginar, imagínate que estás en una playa disfrutando de una vida de lujo. Tienes las mismas posibilidades que la de encontrar un empleo digno.
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