El 8 de Agosto de 1983, mientras andaba en bicicleta por la Nebraska rural, Michael Shermer fue abducido por extraterrestres. Aterrizó una gran nave que obligó a Shermer a salirse de la carretera y descendieron unos marcianos que se lo llevaron durante 90 minutos, tras lo cual a Shermer no le quedó ningún recuerdo de lo sucedido en ese tiempo. Esto mismo le ocurrió a millones de norteamericanos que creían haber tenido algún tipo de encuentro con platillos volantes, aliens o marcianos. A muchos les ocurrió mientras hacían largos trayectos en coche, aburridos kilómetros y kilómetros, y normalmente de noche. En la mayoría de ellos el suceso ocurrió cuando estaban en un estado de duermevela, justo en esa fase entre la vigilia y el sueño. A menudo se sintieron paralizados e incapaces de moverse.
Todas estas personas se alarmaron muchísimo, algo misterioso había ocurrido y no sabían qué era. Podemos vivir sin saber por qué nos levantamos de mal humor por la mañana pero no podemos vivir sin saber por qué me despierto y hay un duende en mi cama. La explicación científica de estas experiencias es la parálisis del sueño. Se trata de la irrupción de una fase de sueño REM en un estado de vigilia. Durante la fase REM se bloquean los movimientos corporales (para que si estamos soñando con cazar tigres no nos vayamos por ahí tras ellos dormidos) y si te despiertas durante esta fase, tu cuerpo sigue paralizado y no te puedes mover. Como el cerebro puede estar generando todavía imágenes oníricas pues durante unos segundos puedes estar soñando pero con los ojos abiertos y despierto. Por eso, las figuras que la gente ve tienen esa cualidad onírica. La parálisis del sueño es muy frecuente, hasta el 30% de la población la ha sufrido alguna vez y un 5% tienen alucinaciones también. Situaciones como el jet lag, los trabajos a turnos o la fatiga favorecen que aparezca.
Esto es lo que le había ocurrido a Michale Shermer. Shermer estaba participando en una carrera ciclista, la Transcontinental y llevaba pedaleando 83 horas y 1.529 millas. Se estaba quedando dormido dando curvas por la carretera y su coche de apoyo le dio las luces y le quería apartar a un lado para que descansara. En ese momento tenía en su cabeza un recuerdo de una serie de TV de los años 60, Los Invasores, y confundió a los miembros de su equipo con marcianos. Como todos sabéis, Michael Shermer es un escéptico, fundador de la revista Skeptic y de la Skeptics Society, columnista y autor de libros en defensa de la ciencia y combatiente de lo paranormal. La reacción de Shermer fue: “¡Madre mía, vaya sueño flipante que he tenido despierto, el cerebro es fascinante!
Pero otros muchos norteamericanos no tuvieron esa misma reacción. Susan Clancy entrevistó a muchos de ellos y todos siguieron la misma trayectoria: una vez que empezaron a sospechar que habían sido abducidos por marcianos ya no hubo vuelta atrás. Una vez que la semilla de la creencia quedó implantada, los abducidos empezaron a buscar evidencia que confirmara sus creencias. La causa de todo es la atemorizante experiencia (si miráis la entrada de Wikipedia de la parálisis del sueño veréis que en ella ocurre con frecuencia una sensación de presencia y amenaza e incluso alucinaciones táctiles -la sensación de ser tocado-, es decir que la experiencia es muy vívida, muy intensa y muy real). Testimonio típico: “Una vez me desperté en medio de la noche y no me podía mover, estaba aterrorizado y pensé que había un intruso en la casa. Quise gritar y no pude. Todo duró apenas un instante pero fue suficiente para asustarme y no poder volverme a dormir”. Lógicamente la persona busca una explicación.
¿Pero por qué elegir precisamente a los marcianos como explicación? ¿Por qué no pensar que igual tenía algo de fiebre, o estaba estresado, o deprimido, o que tal vez necesitaba ir al psicólogo o cualquier otra cosa? La respuesta se debe en parte a la cultura norteamericana y en parte a las necesidades del sujeto que vive la experiencia. Por un lado, las historias de abducción por extraterrestres estaban en todas partes en aquellos años: libros, películas, series de TV…y esa histeria de masas pudo favorecer el contagio (el mismo Shermer reconoció su historia como relacionada con la serie los Invasores). Por otro lado, la explicación tiene que estar a la altura del acontecimiento. La explicación de la abducción por extraterrestres contiene la intensidad emocional y el dramatismo adecuado para explicar unos sueños tan aterradores. Otras explicaciones más “científicas” se quedan cortas…
El caso es que Michael Shermer se deslizó por una vertiente de la pirámide (ver la entrada sobre la pirámide de la elección) mientras que millones de norteamericanos bajaron por el otro lado y al llegar a la base de la pirámide ambos estaban en polos puestos a la hora de explicar su experiencia. Este mismo problema lo tenemos los psiquiatras con los enfermos psicóticos: que sus experiencias son tan intensas y tan reales que nuestra explicación de que lo que les ocurre es una enfermedad y tiene su explicación en el cerebro no les vale. Y así están las cosas, unos a un lado de la pirámide y otros al otro.
@pitiklinov
Post-data: aquí se puede ver el momento exacto en el que Shermer decía haber sido abducido: https://www.youtube.com/watch?v=X2_1DofIVqg&feature=channel
Gracias a Javier Bilbao que me lo remitió vía Twitter
Post-data: aquí se puede ver el momento exacto en el que Shermer decía haber sido abducido: https://www.youtube.com/watch?v=X2_1DofIVqg&feature=channel
Gracias a Javier Bilbao que me lo remitió vía Twitter
Referencia:
Aqui tambien hablé de eso
ResponderEliminarhttps://carmesi.wordpress.com/2011/09/19/abducidos-y-paranoicos/
coincide con lo que cuentan Tavris y Aronson y con la similitud con los pacientes psicóticos
ResponderEliminarGracias a Psiquifotos encontré este blog. Solo escribo para felicitarlos. Me parece sumamente interesante, estimulante y ameno.
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