La mirada es un componente muy importante de la interacción social. En esta entrada voy a comentar principalmente un artículo que trata sobre la función, evolución y neurobiología de la mirada, especialmente en los primates, en los que el rol de la mirada ha cambiado sustancialmente. Este cambio se puede haber producido por modificaciones en la morfología de la cara y los ojos de los primates, cambios en la ecología y formas de vida y en la necesidad de comunicar información acerca del ambiente, y también acerca de los estados emocionales y mentales. Hay regiones en el cerebro de los monos y los humanos que contienen neuronas que responden selectivamente a las caras, el cuerpo y la mirada. La capacidad de seguir la mirada de otro individuo está afectada en individuos con autismo así como con otras psicopatologías y lesiones cerebrales. El autor del artículo propone que el seguimiento de la mirada está cableado en el cerebro en un circuito que abarca la amígdala, el surco temporal superior y el córtex órbitofrontal.
La vida social ofrece una serie de ventajas pero también acarrea unos costes a los miembros del grupo. Grupos grandes protegen de depredadores y aumentan la probabilidad de aprender de los demás pero, a la vez, aumentan la competencia por recursos y parejas entre los miembros del grupo. A medida que aumenta el tamaño del grupo aumenta la complejidad de las interacciones y se requiere que los individuos tengan acceso a información sobre su posición jerárquica y sobre las intenciones y emociones de los demás. Los primates han ido basándose cada vez más en señales visuales; la formación de coaliciones, el engaño, la reciprocidad y el conocimiento de relaciones entre terceros sería muy difícil sin un sistema de señales visuales. El cerebro primate contiene más de 30 regiones dedicadas al procesamiento visual. En esto influye no solo el medio social sino el físico, las especies que viven en un medio arbóreo tienen necesidad perceptivas diferentes de las que viven en el suelo. También ocurre que las señales olfativas y acústicas tienen dos desventajas respecto a las visuales. La primera es que cualquiera en el radio de acción de un sonido o un olor puede percibirlas (incluso los depredadores) y que proyectan una información más simple. Las señales visuales pueden ser más específicas.
Señales visuales importantes surgen de la cara. La cara provee un montón de información social acerca del sexo del individuo, la edad, familiaridad y potencialmente de sus intenciones y estado mental. Y los ojos son un componente muy importante de la cara capaces de informar también de estados emocionales y mentales. La mirada indica a otros animales cuál es el interés de ese individuo tanto en su medio exterior como interior, aunque no es la única manera. En cuadrúpedos la dirección del cuerpo y de la cabeza puede ser suficiente para conocer la dirección de su atención, pero en bípedos es más complicado. Por supuesto la dirección de la cabeza y la referencia de la nariz u hocico nos marca el foco de interés pero en humanos los cambios morfológicos en la cara hacen que el hocico sea menos prominente (la nariz sigue siendo una referencia) y en general la cara es menos prominente que en otros primates. Estos cambios anatómicos pueden haber hecho que la importancia como fuente de información se haya trasladado de la forma de la cara en general a los ojos, y la zona que los rodea ( cejas, entrecejo...).
Como decimos, los ojos son un punto de interés especial para los humanos (son también uno de los primeros puntos de contacto entre las madres y los hijos) pero ya eran también importantes en otros vertebrados. Sólo hay que fijarse, por ejemplo, en que algunas especies de mariposas y polillas han desarrollado patrones con forma de ojo en sus alas para disuadir a potenciales depredadores de atacarlas, ya que esos ojos de las alas se parecen a los de otros depredadores (felinos y aves de presa) que son los enemigos naturales de los depredadores de las mariposas. Es interesante observar que los depredadores suelen tener los dos hijos mirando al frente porque la visión binocular ayuda en el proceso de la caza. Las presas, por contra, suelen tener un ojo a cada lado buscando cubrir un perímetro de 360 grados a su alrededor como defensa. Una cuestión muy importante de reconocer la presencia de unos ojos es saber si te están mirando a ti o no. Si te miran te has convertido en una diana. Un gran número de especies son capaces de hacer esta distinción. Por ejemplo, las iguanas pueden diferenciar si un humano que se aproxima a ellas las está mirando o no, y escapan antes si las está mirando que si no. Algunas especies de pájaros son también capaces de esta distinción. Los pollos responden quedándose rígidos (inmovilidad tónica) a la mirada humana y la duración de la inmovilidad se reduce si el observador mira hacia otra parte. Este fenómeno se ha descrito también en lagartos. Hay serpientes que son capaces de hacerse las muertas y eso ocurre cuando hay ojos que las están mirando.
Hablando de pájaros, los cuervos tienen unas prestaciones que sugieren que son capaces incluso de engañar. Estos animales tienen una serie de conductas complejas acerca del hecho de que esconden y entierran comida para consumirla posteriormente. Entonces, si otro pájaro les ve mientras la esconden se quedarían sin ella, y los cuervos son muy sensibles a esta posibilidad. Para evitarlo, el animal que va a esconder comida se aleja y a menudo se esconde detrás de alguna estructura que impida la visión del otro. Interrumpen su maniobra de enterramiento para mirar alrededor y si detectan que les observan, cogen el alimento y lo esconden en otro sitio cuando no haya nadie observando. También suelen volver al sitio al de uno o dos minutos de esconder la comida para ver si hay moros en la costa. Los observadores a su vez esperan unos minutos a que el pájaro que ha escondido la comida se vaya para ir a por ella. Si el que la ha escondido está presente entonces buscan por otro lado para despistar. Hay sugerencias de que siguen incluso la mirada humana y se cambian de posición para poder ver alrededor de un obstáculo. También recuerdan quién les ha mirado previamente y vuelven a esconder la comida con más frecuencia si les miran esos individuos que si les mira alguien nuevo. En un experimento, un cuervo subordinado desarrolló la habilidad de encontrar rápidamente comida que habían escondido los experimentadores pero un macho dominante se la quitaba. Aprendió entonces a buscar donde no era para confundir al dominante y luego iba rápidamente a coger la comida al lugar donde se encontraba realmente. Las ardillas también esconden comida en sitios lejanos, a veces fingen que han escondido en un sitio y no es así, y también se ponen de espaldas a otras ardillas cuando esconden. Otros mamíferos también dan la espalda para evitar la visión, incluidos los niños ya desde los 16 meses de edad para esconder lo que se traen entre manos. Los loros también son capaces de detectar la dirección de la mirada de unos ojos y detectar si pueden ser capturados.
Como decíamos, los primates tienen un gran interés en los ojos y la región alrededor de los ojos, y discriminan muy bien si les están mirando o no. Hay un detalle morfológico interesante que diferencia los humanos de muchos otros primates y es que nuestra esclerótica es blanca, mientras que en la mayoría de los primates es de color oscuro. En un estudio de 88 especies solo los humanos tenían la esclerótica blanca y el iris oscuro. La esclerótica de la mayoría de los primates es marrón o marrón claro, con dos especies (macacos del Viejo Mundo) con escleróticas de color pálido y cuatro especies (del Viejo y Nuevo Mundo) con una esclerótica parcialmente blanca. También se ha observado que la esclerótica de los macacos infantiles es más clara que la de los adultos (¿otro rasgo neoténico humano?. Se ha sugerido que esto es así para que los adultos puedan mirar por el rabillo del ojo sin que los demás se den cuenta o se sientan amenazados, mientras que en los pequeños esto no es una amenaza. En cualquier caso determinar la dirección de la atención de un individuo es más difícil cuando la esclerótica y el iris son del mismo color. En humanos es más fácil interpretar la dirección de la mirada, pero a la vez esto la hace tal vez más agresiva.
Es interesante señalar que se han constatado cambios fisiológicos en primates cuando detectan contacto visual, lo que sugiere que el contacto visual es un estímulo emocional. Un investigador observó que el trazado electroencefalográfico (EEG) cambiaba dramáticamente si miraba a los macacos: “cuando el animal descubría que estaba siendo observado, la respuesta se deprimía durante el tiempo que el animal podía ver al experimentador...Tal aplanamiento ocurría regularmente cada vez que el animal se daba cuenta de que el experimentador se fijaba en él...El significado directo de la mirada del experimentador... sugiere la focalización de una atención discriminatoria de una cualidad necesaria para la supervivencia.” Esta respuesta fisiológica puede formar parte de un circuito que liga el contacto visual a cambios hormonales y motores durante el cortejo y la conducta sexual entre monos machos y hembra. Un investigador observó que las hembras que se ofrecían presentando sus partes traseras a machos específicos causaban que los machos se masturbaran y eyacularan, pero solo cuando había contacto visual entre el macho y la hembra. En este sentido, el sexo cara a cara que se observa en grandes simios como bonobos, orangutanes y humanos puede utilizar el mirarse a los ojos como un método de confirmar y reforzar el vínculo sexual y afiliativo.
Una función importante de la mirada social es determinar el lugar que ocupa un individuo en la jerarquía. Se llama a esto atención social de manera que cada individuo recibe atención en función de su rango. Los animales más dominantes en la jerarquía reciben el mayor número de miradas (procedentes de animales menos dominantes) y ellos miran menos a los demás.
Otro aspecto muy importante de la mirada es el de la atención conjunta y la atención compartida, que son dos cosas muy parecidas. Atención conjunta es que un individuo mire lo mismo que está mirando otro, y atención compartida que se miren entre ellos y sepan que los dos están mirando lo mismo (ver imagen). Es algo que en la especie humana todavía se discute, cuándo aparece, y se estima que es en un rango que va de los 6 a los 18 meses. Esta capacidad es muy importante para el aprendizaje en general, y para el aprendizaje del lenguaje en particular. Es un tema que se ha estudiado en animales con mucho revuelo acerca de qué animales son capaces y cuáles no. Resumiendo, los monos, primates (chimpancés, orangutanes y gorilas) y perros parece que pueden seguir la mirada de otro individuo. En el caso del perro se propone que es el papel de la domesticación lo que influye pero hay que tener en cuenta que el perro es un animal cazador en grupo, desde el punto de vista evolucionista, y este tipo de caza requiere cooperación que puede haberse dado por medio de la mirada y la monitorización de la orientación corporal. He leído también que los zorros plateados domesticados por Belyaev también eran capaces de atención conjunta. En primates hay evidencia de que pueden seguir la mirada a objetos y localizaciones específicas y que la mirada puede ser más reflexiva y dar información acerca de intenciones y estados mentales. Existen muchos ejemplos individuales de que algunos primates usan la mirada para dar información de intenciones, como el chimpancé que en medio de una pelea mira al enemigo y a un amigo a la vez como pidiéndole ayuda, pero no hay muchos estudios sistemáticos. En el artículo de referencia tenéis una tabla con las distintas capacidades de seguimiento de mirada por especies.
Desde el punto de vista neurobiológico se sugiere que el circuito cerebral que codifica la dirección de la mirada comprende la amígdala, el surco temporal anterior superior y la corteza órbitofrontal. El papel de la amígdala es destacado por muchas razones. Está relacionada con el miedo y la defensa del organismo (y la mirada como hemos visto es una cosa de la que hay que defenderse), se activa en concreto ante caras amenazantes, y las lesiones en la amígdala originan un déficit en el procesamiento de la dirección de la mirada.
Por último, algunos comentarios respecto a la psicopatología de la mirada. Como decíamos, la capacidad de fijarse en el objeto de la atención de otro aparece en el desarrollo normal entre los 12 y los 18 meses, y la capacidad de deducir estados mentales a partir de la mirada aparece alrededor de los 36-48 meses. Los individuos autistas tienen problemas con muchas formas de comunicación social y el procesamiento de la mirada está dañado a diferentes niveles en estos sujetos, como en el contacto visual, seguimiento de la mirada, atención conjunta y entendimiento de la mirada en un contexto mentalista. Estos déficits no se ven, por ejemplo, en niños y adultos con Síndrome de Down y son un indicador importante de autismo. En un estudio de 16.000 niños de 18 meses de edad se les pasó tres tests (señalamiento protodeclarativo, monitorización de la mirada y el “jugar a ser”- pretend play-), y de los 12 niños que fallaron los 3 test, 10 fueron diagnosticados de autismo, diagnóstico confirmado 3,5 años después.
En la Esquizofrenia ocurre un síntoma muy curioso de forma casi constante en todos los sujetos, que aparece ya en las fases iniciales, y posteriormente de forma continua y en las recaídas. Se llama Síndrome Referencial y consiste en la sensación de ser observado, de que los demás se fijan en uno, de que tienen un interés especial en el sujeto, y casi siempre es vivido como una amenaza, como que el sujeto está en peligro. A la luz del estudio que acabamos de hacer de la evolución de la mirada podemos plantear con visos de verosimilitud la hipótesis de que el Síndrome Referencial es una respuesta defensiva, antigua filogenéticamente, que se dispara en la Esquizofrenia de forma inapropiada. Como hemos comentado, ser observado puede ser el primer paso para ser agredido y , como sugieren los estudios electroencefalográficos que hemos comentado, estamos ante una respuesta necesaria para la superviviencia. Un estudio reciente encuentra precisamente esto, que pensar que nos miran está cableado en nuestro cerebro y que, por defecto, en situaciones de indeterminación tendemos a pensar que nos miran. Se podría proponer, además, que una disfunción en las neuronas del surco temporal superior daría lugar a la interpretación errónea de estímulos visuales en la Esquizofrenia. En cualquier caso, tenemos aquí un ejemplo más de cómo una visión evolucionista nos puede ayudar a entender de dónde salen conductas tanto normales como alteradas de la mente humana.
@pitiklinov en Twitter
Referencia
Interesantísimo todo el post, entre otras cosas lo de la mirada conjunta, el engaño de las ardillas... genial!
ResponderEliminarYo diría que -como en todo- la primacía gradual de la vista sobre los otros sentidos, desde que bajamos de los árboles, tiene doble filo: hecha la ley, hecha la trampa. Y que en nuestra era hemos llegado a confiar demasiado en ella, y así nos va, categorizando en función de las "apariencias": la mona vestida de seda nos parece humana. Intenté explicarlo aquí: http://trozosdenada.blogspot.com.es/2011/10/fachadas-o-de-la-desmesurada.html
Gracias por otro post tan enriquecedor.
Saludos.
ResponderEliminarAunque no esté directamente relacionado con este post, me gustaría aprovechar, por favor, para pediros ayuda:
Podríais decidme de algún o algunos hechos empíricos, de los que se tengan abundantes datos experimentales, pero de los que actualmente se carezca de una base analítica firme que de cuenta de ellos. Es decir, conocéis de lagunas analíticas tras hechos empíricos firmemente contrastados: por poner un ejemplo: a principios del siglo XX se comenzó a observar experimentalmente con detalle los espectros visibles de los diferentes gases, para los que no había ninguna aproximación analítica hasta la aparición del modelo planetario del átomo de Bohr. ¿Hay algo parecido en la actualidad? ¿Algún hecho experimental con abundante documentación experimental pero que no tenga una sólida base matemática detrás?
La cuestión es que estoy buscando una línea de investigación con la que continuar mi doctorado en ingeniería informática (me especializo en computación evolutiva), y pensaba intentar desarrollar un algoritmo evolutivo que "encontrase" la regularidad matemáica tras un basto conjunto de datos empíricos. Ya he desarrollado algo (mucho más básico), donde mediante computación evolutiva encuentro la función que interpola (o que más aproxima) a una serie de datos dados. Podéis ver si os interesa mi desarrollo en mi web: http://algoritmoevolutivo.blogspot.com.es/2011/10/computacion-evolutiva-ejemplo-i.html
Me han dicho que en el campo de la ecología teórica u otras ramas biológicas es posible que encuentre algo interesante. También me comentan que en el campo de la psicología hay abundancia también de casos; sin embargo no logro encontrar un problema específico, algo concreto con lo que trabajar.
Cualquier guía que podáis ofrecerme será muy bienvenida.
Un cordial saludo a todos, amigos.
Hola, Samuel, no acabo de entender el tipo de problema que estás buscando, creo que te refieres a algo bastante concreto, a un fenómeno bien delimitado y estoy pensando pero no se me ocurre nada. De todos modos si doy con algo te digo. Parece que buscas unas observaciones y datos experimentales y le quieres poner las matemáticas no? Estoy leyendo un libro sobre la figura de Haldane y él hacía precisamente eso, no sé si has leído sobre él o le conoces...
EliminarAsí a bote pronto se me ocurren dos cosas pero creo que son excesivas y enormes y que no es esto lo que buscas pero te comento...Una sería el tema de la reproducción sexual, el problema de la existencia del sexo. Es algo que ocupó la mayor parte de la vida intelectual de W.D Hamilton, un hombre que pensaba también en números. Él creía haberlo solucionado con su respuesta de que se debe a la menor forma de combatir a los parásitos pero hasta donde yo llego creo que el tema no está resuelto. Hizo progaramas de ordenador y simulaciones y creyó encontrar la solución. Creo que te iba a gustar la obra de Hamilton si no la conoces. Son 3 tomos y tiene demasiada matemática para mi :)
http://www.amazon.co.uk/Narrow-Roads-Gene-Land-W-D-Hamilton/dp/0716745305/ref=sr_1_sc_2?ie=UTF8&qid=1366820118&sr=8-2-spell&keywords=wd+hamilton+the+narrov
También acaba de salir un resumen de su vida que todavía no he leído: http://www.amazon.co.uk/Natures-Oracle-Life-Work-W-D-Hamilton/dp/019860727X/ref=sr_1_1?ie=UTF8&qid=1366820070&sr=8-1&keywords=w.+d.+hamilton
Hamilton trabajó por ejemplo las matemáticas de los rebaños y bancadas de peces, que es un tema muy interesante también...
En el campo de la Psiquiatria te sugeriría el problema de la esquizofrenia. tenemos miles de datos y observaciones pero no sabemos qué hacer con ellos, no sabemos cómo encajarlos, no sabemos lo que es importante y lo que no, lo que hay que descartar y lo que es nuclear...Ya sé que es un problema enorme ( lo bueno que tiene es que te llevas el premio Nobel directamente si das con las matemáticas de la esquizofrenia :)
Pero tal vez puedes coger algún aspecto de las psicosis: las alucinaciones, por ejemplo...o el S. Referencial del que hablo en este post, o las ideas paranoides..., los delirios...
Creo que no te he sido de mucha ayuda pero es todo lo que se me ocurre. Te deseo mucho éxito. Peter Medawar en su libro Advice to a Young scientist dice que un aspirante a investigador o científico que quiere hacer grandes cosas, tiene que escoger grandes problemas para trabajar en ellos...Ánimo!
Muchas gracias por la ayuda, Pitiklinov.
ResponderEliminarVoy a estudiar lo que me propones, a ver si encuentro algo que sea adecuado a la aproximación que intento utilizar.
¡Un saludo!
Hola, un dato mas: los lobos no domesticados son capaces de seguir los gestos de un ser humano para encontrar comida, de manera que es posible que la habilidad de seguir la mirada preceda la domesticación, y que al revés, sirvió de punto de inicio para entablar un lenguaje común.
ResponderEliminarHigh five para Konrad Lorenz quien describió estos elementos hace mucho, y lo mismo para Charles Darwin.