La idea de la muerte, el miedo a la muerte, persigue al animal humano como ninguna otra cosa; es la causa principal de la actividad humana -diseñada en buena medida para evitar la fatalidad de la muerte, para vencerla negando de alguna manera que es el destino final del hombre.
-Ernest Becker
Además de la Teoría del Sociómetro de la autoestima existen por lo menos otras dos teorías importantes basadas en una conceptualización interpersonal de la autoestima: la Teoría de Manejo del Terror ( Terror Management Theory) y la Teoría de la Dominancia. En este post voy a revisar la primera de ellas dejando la de la Dominancia para otra ocasión. Abordaré primero lo que es la Teoría del Manejo del Terror en general, y luego me referiré a su visión de la autoestima, que es precisamente uno de los ejes de esta teoría.
Ernest Becker |
La Teoría del Manejo del Terror (TMT) es una escuela dentro de la Psicología Social inspirada por el trabajo de Ernest Becker - en especial su libro La Negación de la Muerte-, desarrollado para dar cuenta del papel de la autoestima y la cultura en los asuntos humanos. Hay que señalar que tanto Becker como los constructores de la TMT enmarcan la TMT dentro de la teoría de la evolución por selección natural. Becker teoriza que el ser humano, al igual que otras especies, tiene un instinto de supervivencia que le empuja a continuar vivo pero que el ser humano tiene unas capacidades cognitivas mucho mayores, como la capacidad para el pensamiento simbólico y abstracto. Estas capacidades cognitivas sofisticadas le han otorgado ventajas adaptativas, pero tienen también su contrapartida. Siguiendo a pensadores de la tradición psicoanalítica y existencialista ( Freud, Kierkegaard, Otto Rank...), Becker observa que la capacidad simbólica y auto-reflexiva de los humanos les permite darse cuenta de que la vida terminará inevitablemente algún día, y que la muerte puede ocurrir también por otros motivos que no pueden ser anticipados ni controlados. Este conocimiento de la inevitabilidad de la propia muerte entra en conflicto con el deseo de seguir viviendo, y engendra un potencial para experimentar una ansiedad grave.
Según Becker, los humanos evitan esa terrorífica confrontación con el hecho de su propia mortalidad negando que su muerte física suponga la aniquilación absoluta. Esto se consigue, en parte, por la construcción colectiva de una visión cultural del mundo: creencias compartidas acerca de la realidad, que dan sentido a la vida, y la oportunidad de una trascendencia de la muerte para aquellos que comparten esta visión del mundo. Al percibirse a sí mismo como contribuyentes a este mundo con sentido, las personas evitaríamos vernos a nosotros mismos como animales destinados a desaparecer con la muerte. Em lugar de eso, nos vemos a nosotros mismos como seres con sentido, duraderos, que persistirán después de la muerte física, bien literalmente con alguna forma de vida posterior a la muerte ( cielo, reencarnación, nirvana...), o bien simbólicamente por medio de las aportaciones a esa cultura o colectivo, que es más duradero y continuará después de muertos.
Siguiendo esta línea de pensamiento, la TMT propone que el ser humano maneja este terror potencial ( de ahí lo del manejo del terror) resultante del conocimiento de la inevitabilidad de la muerte manteniendo la fe en la visión cultural del mundo así como una autoestima elevada, por medio de cumplir con los estándares y valores que prescribe la visión cultural compartida. Dado que la visión del mundo y la autoestima son construcciones simbólicas, más que representaciones absolutas de la realidad, la mitigación de la ansiedad requiere el consenso y la validación por parte de los otros. Los que comparten nuestra visión del mundo fortalecen estas estructuras psicológicas, mientras que los que no las comparten minan estas estructuras y la efectividad de estos diques contra la ansiedad.
La TMT ha dado lugar a un corpus de investigación impresionante ( más de 300 trabajos) donde se han testado una serie de hipótesis acerca de temas como el prejuicio, la salud, el sexo, la creatividad, la agresión, el altruismo, el nacionalismo, la religiosidad, la política, las preferencias estéticas y, por supuesto, el tema que nos ocupa, la autoestima. Una de las hipótesis más estudiada es la que se denomina Hipótesis de la Prominencia de la Muerte (Mortality Salience) que dice lo siguiente: si la autoestima y la cultura protegen de las preocupaciones relacionadas con la muerte, si hacemos que la muerte sea prominente o sobresalga ( videos sobre la muerte, textos...), esto debería intensificar el compromiso con la cultura y el aumento de la autoestima. Entonces se diseñan experimentos en los que se hace a los sujetos que escriban un texto sobre su propia muerte, por ejemplo, y luego se miden una serie de parámetros. Según los autores de esta teoría, se puede explicar así hechos como el aumento del patriotismo tras los atentados del 11-S de Nueva York, o el aumento de popularidad de Bush a raíz de los mismos. Es verdad que los estudios demuestran que en situación de amenaza la gente muestra preferencia y se vuelve hacia los de su grupo, y rechaza a los del exogrupo.
En cuanto a la autoestima, la TMT la define como el grado en el que uno está viviendo de acuerdo con los estándares o valores prescritos por la visión cultural del grupo. Si nos ajustamos a estos valores, nuestra autoestima será elevada y en el caso contrario baja. La hipótesis es que la autoestima actúa también como buffer o dique de protección frente a la angustia vital. Los individuos que tienen una elevada autoestima estarían protegidos frente al miedo a la muerte. Por contra, los que tienen baja autoestima (es decir, los que creen que no cumplen los estándares culturales) se preocuparían más acerca de la muerte. Esta hipótesis se ha puesto a prueba en muchos experimentos y se encuentra que los sujetos con alta autoestima muestran una actitud más positiva hacia la vida. El problema, a mi modo de ver, es que los resultados de estos experimentos son compatibles también con otras explicaciones y teorías. No vamos a comentar todos los estudios acerca de la autoestima pero sí resaltar que la TMT intenta responder a la pregunta de por qué existe la autoestima y qué función cumple, y que da una respuesta clara: la auotestima es una protección contra la ansiedad ante la muerte.
Por otro lado, aunque los principales arquitectos de la TMT afirman que su teoría es una teoría evolucionista, la TMT ha sido criticada por autores evolucionistas por no ser compatible con la Teoría Evolucionista actual. Navarrete y Fessler plantean, por ejemplo, que no existe eso del instinto de supervivencia en el que se basa Becker. Evitar la muerte no encaja , según ellos, con la definición de instinto porque las estrategias que utiliza el organismo dependen de la naturaleza del desafío o amenaza ante la que se encuentre en ese momento. Este “instinto de supervivencia” sería más bien un resultado de una colección de mecanismos diseñados para proteger al organismo de una serie de peligros concretos y diferentes. El resultado final de mantener con vida al organismo se consigue generando ansiedad en reacción a clases específicas de peligros individuales. En la bibliografía os pongo el artículo de Navarrete y Fessler así como la réplica de los autores de la TMT.
Personalmente, me convence más la Teoría del Sociómetro. Creo que la autoestima tiene más que ver con lo grupal que con lo existencial. Me parece que lo que sí actúa como buffer contra la angustia vital es el optimismo innato irracional del ser humano pero no la autoestima, precisamente. También suscribo algunas de las críticas de Navarrete y Fessler, y tampoco veo claro su concepción del etnocentrismo. Según ellos, el etnocentrismo es causado en buena medida por una reacción defensiva contra las ideologías de los exogrupos. Pero, si todas las visiones del mundo prometen algún tipo de trascendencia o de vida después de la muerte, a mi modo de ver podrían ser intercambiables, es decir, un cristiano podría abrazar la religión musulmana sin miedo a perder su protección contra la angustia frente a la muerte. En cualquier caso me parece que la TMT es un programa de investigación serio y que merece la pena conocer sus propuestas.
Referencias
Harmon-Jones, E., Simon, L., Greenberg, J., Pyszczynski, T., Solomon, S., & McGregor, H. (1997). "Terror management theory and self-esteem: evidence that increased self-esteem reduces mortality salience effects." Journal of Personality and Social Psychology, 72(1), 24-36.
Navarrete, D.C., and Fessler, D.M.T. (2005). Normative bias and adaptive challenges: A relational approach to coalitional psychology and a critique of terror management
theory. Evolutionary Psychology, 3, 297-325
On the compatibility of terror management theory and perspectives on human evolution. Landau, Mark J.; Solomon, Sheldon; Pyszczynski, Tom; Greenberg, Jeff Evolutionary Psychology, Vol 5(3), 2007, 476-519.
Respecto a esta idea:
ResponderEliminar"Pero, si todas las visiones del mundo prometen algún tipo de trascendencia o de vida después de la muerte, a mi modo de ver podrían ser intercambiables, es decir, un cristiano podría abrazar la religión musulmana sin miedo a perder su protección contra la angustia frente a la muerte."
Pienso que, por supuesto, todas las religiones ofrecerían una forma simbólica de disminuir la ansiedad ante la muerte, pero no son tan intercambiables por que la religión sería sólo una parte de la visión de mundo, y sería difícil cambiar esa parte sin entrar en choques con las otras.
Por ejemplo, si mi visión cultural de mundo dice "Dios es Jehova" y además dice "Mi Estado es mejor que los países orientales", podría cambiar mi primera premisa a "Dios es Krishna" pero entraría en tensiones con la segunda premisa ("Mi Estado es mejor que los países orientales").
Correcto, tienes toda la razón, la visión del mundo es más amplia que la religión. Gracias.
Eliminarhttp://seedmagazine.com/content/article/buddhism_and_the_brain/
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