domingo, 29 de julio de 2012

Los chimpancés pueden decir adiós

La Política de los chimpancés es un libro clásico ( 1982) del primatólogo Frans de Waal que recomiendo a todos los psiquiatras y psicólogos que puedan leer este blog, especialmente a los que se dediquen a la terapia de grupo. Entender la dinámica grupal de los primates va a enriquecer tanto su formación teórica como práctica. Pero también lo recomiendo a gente de empresa y por supuesto a los interesados en la política. La conclusión en una frase del libro es que la política tiene unas raíces anteriores a la humanidad.

Pero quería comentar una anécdota de esas que te llaman la atención porque nunca has pensado en ello. En el último capítulo, de Waal repasa las cosas que son capaces de hacer o no los chimpancés, sus mecanismos cognitivos y está hablando de la anticipación, de la capacidad de tener conductas orientadas al futuro. Y es cuando dice que son capaces de decir adiós. Saludar es una reacción al encontrar a alguien familiar, pero despedirse, decir adiós, implica anticipar la separación, ser consciente de que no te vas a ver en un tiempo.

Dice que la primera vez que oyó hablar de esto fue en una conferencia en Alemania de Allen Gardner acerca de sus experimentos de lenguaje con chimpancés jóvenes. A los animales se les enseñó el lenguaje de signos y estos lo usaban para hablar con los humanos, pero también entre ellos. Gardner observó que usaban el signo "adiós" antes de separarse. En el propio zoo de Arnhem, donde de Waal trabajaba, dice haber observado algo parecido.  Gorilla era una chimpancé a la que enseñaron a dar el biberón a un chimpancé adoptado. Cada tarde el cuidador la llamaba a la misma hora para entrar dentro a recibir su clase, mientras que el resto del grupo se quedaba fuera. Sin embargo, antes de ir dentro, Gorilla se dirigía hacia otros miembros del grupo y los tocaba o besaba, a veces aunque tuviera que dar un rodeo. La explicación que le da de Waal a esta conducta es que estaba diciendo adiós porque podía prever la separación.


En cualquier caso, en el libro hay muchas otras pruebas de anticipación como la chimpancé que cogía hierba seca del lugar donde pasaban la noche antes de salir al exterior para hacerse un nido y no pasar frío. No lo hacía cuando ya notaba el frío sino porque sabía que esos días estaba haciendo frío y que el día siguiente también iba a serlo. En el libro se recoge también en una secuencia fotográfica la forma en que los chimpancés cortan unas ramas para usarlas como escalera y poder trepar así a unos árboles protegidos por vallas electrificadas. Es importante señalar que estas conductas están basadas en la experiencia. Que son totalmente diferentes a las de las ardillas que recogen comida para el invierno, porque incluso ardillas que no han vivido ningún invierno lo hacen. 


Parece que no pero pasar de decir hola a ser capaz también de decir adiós fue un gran salto en la evolución.

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