jueves, 20 de noviembre de 2014

Evolución de la Psicología Consciente

En esta entrada voy a intentar resumir la propuesta que hace David Geary sobre la evolución de la mente en su libro The Origin of Mind. Evolution of brain, cognition and general intelligence, con un énfasis especial en la evolución de la psicología consciente, las estrategias de solución de problemas, la racionalidad y la capacidad de tomar decisiones. En el fondo, coincide con el planteamiento de otros muchos autores pero puede haber matices que os resulten interesantes.

La idea básica de Geary es que las conductas, cogniciones, sistemas cerebrales y otras características de los humanos (y de otras especies) pueden comprenderse en términos de una motivación de control. Lo que buscamos controlar son los recursos que tienden a estar relacionados con la supervivencia y la reproducción a lo largo de la evolución de la especie. La motivación de controlar no es explícita o consciente, sino que refleja la función de rasgos evolucionados. Los recursos que afectan nuestra supervivencia y reproducción se pueden dividir en tres categorías: físicos, biológicos y sociales. Los recursos físicos se refieren a comida, agua, refugio, etc.; los biológicos a depredadores y otras especies con las que competimos, y los recursos sociales a parejas, amigos, alianzas, enemigos, etc. Cuando los humanos consiguen la dominancia ecológica, es decir que controlan el mundo físico y biológico, el principal problema pasa a ser el mundo social: los demás. A partir de ese momento entramos en competición con los individuos de nuestra propia especie por el control de los recursos, incluyendo aquí como un recurso social la conducta de la otra gente, un objetivo clave es controlar la conducta de los demás para que nos favorezca a nosotros, organizar esa conducta de manera que sea consistente con nuestros intereses.

Los sesgos cognitivos, afectivos, psicológicos y conductuales que facilitan el control de los recursos constituyen lo que se suele llamar psicología folk, biología folk y física folk. Lo que queremos decir con esto es que todos venimos al mundo con una serie de intuiciones (unos módulos en terminología de los psicólogos evolucionistas) sobre cómo funciona el mundo físico (aquí hablábamos de estas intuiciones en los niños), el mundo biológico y el social. Los niños no tratan igual a los objetos que a los seres vivos e intuitivamente esperan comportamientos diferentes de unos y otros. Todo esto son algoritmos o heurísticos que funcionan de manera inconsciente porque la especie se ha tenido que enfrentar de forma repetida a la misma información  y la evolución da lugar a soluciones que responden y manejan esta información de forma automática.

Pero cuando la información es muy variable (y la causa principal de este tipo de información es el mundo social) no nos sirven ya los mecanismo inconscientes programados por la evolución y una información tan variable se convierte en una presión evolutiva para la elaboración de sistemas cerebrales y cognitivos que puedan anticipar, representar mentalmente, y diseñar estrategias conductuales que hagan frente a los problemas y a las dinámicas del mundo social. Las cambiantes situaciones sociales no son predecibles enteramente por las experiencias previas del individuo o la historia evolucionista de la especie.

David Geary
Entonces surge un modelo mental autonoético que nos permite generar una simulación del “mundo perfecto” centrada en uno mismo. ¿Qué es el “mundo perfecto”? El mundo perfecto es aquel en el que la gente se comporta de manera congruente con nuestros intereses y en el que los recursos físicos y biológicos están controlados. Los sistemas que evolucionaron para permitir simular ese mundo perfecto son la inteligencia general, la memoria de trabajo y el control atencional. Dos características fundamentales de este modelo autonoético son el autoconocimiento y la capacidad mental de viajar en el tiempo y en el espacio. 

El origen del autoconocimiento sería el siguiente: ciertos rasgos nuestros tanto físicos como de personalidad tienen influencia en las dinámicas sociales y ecológicas y podrían ser el foco de la estrategias sociales de otra gente. Por lo tanto, el autoconocimiento de esos rasgos o características nos permitiría manipular esas claves (es decir,

engañar) y utilizarlas para controlar esas dinámicas sociales a nuestro favor. Es decir, el autoconocimiento es una contraestrategia para luchar contra la teoría de la mente de los demás, que es lo que ellos usan para adivinar mis pensamientos deseos e intenciones. Mi autoconocimiento y la teoría de la mente de los demás estarían inmersos en una “carrera de armamentos” evolucionista. La otra característica del modelo autonoético centrado en uno mismo es la capacidad de viajar mentalmente en el tiempo y en el espacio. Si unimos esto al autoconocimento el viaje mental permite al individuo recrear un episodio previo de su vida o proyectarse a sí mismo en el futuro. 

La solución de problemas describe procesos que consisten en simular estrategias para disminuir la diferencia entre el “mundo perfecto” del que hemos hablado antes (aquel en que controlo los recursos físicos y biológicos y la conducta de los demás) y mi situación actual. Simulo el mundo perfecto y lo comparo con la situación actual y deduzco los pasos que tengo que dar para disminuir la diferencia entre ambos mundos. El razonamiento es la capacidad para sacar conclusiones acerca del resultado que tendrían ciertas estrategias o contraestrategias. es decir, yo imagino un curso de acción y razono a ver si esa estrategia me acerca al mundo perfecto o me aleja. Para ello tengo que imaginar también cuáles serán las contraestragias que aplicarán los demás y anticipar varias jugadas en este tablero de ajedrez que es el mundo social. Mis decisiones, por tanto lo que buscan es acercar el mundo real al mundo ideal, colocarme en el mundo perfecto. 

La última parte del libro está dedicado a la inteligencia general , la memoria de trabajo, el control atencional para mantener esa simulación en mi mente y a las áreas cerebrales implicadas en todos esos procesos. Pero la idea clave de Geary es que la información repetitiva, que no varía permite diseñar adaptaciones (módulos) que responden y manejan muy bien esa información, pero que es la información muy variable la que obligó a la aparición de la psicología consciente (ver figura 1). Y que el motor, la causa de esa información variable es el mundo social. La autoconciencia del yo emerge en relación a sistemas que procesan información social y ecológica para controlar el mundo social. 

Aunque estos modelos mentales autonoéticos y planificar para el futuro y el viaje mental nos vienen muy bien para enfrentarnos a la dinámica siempre cambiante de las relaciones sociales seguro que no se os escapa que tienen también su lado negativo. La desventaja es aumentar el riesgo de sufrir ansiedad y depresión. Si un individuo proyecta un futuro sin esperanza en el que siente que no tiene control o en el que cree que le falta la capacidad de ser eficaz y tener influencia para conseguir cosas en el futuro, la consecuencia puede ser una depresión. La capacidad de proyectarse en el futuro tiene también la pega de comprender la propia mortalidad (ver la evolución de la negación de la realidad) y la de los seres queridos lo que puede resultar en mayor ansiedad y otras complicaciones. Otro resultado pueden ser la rumiaciones obsesivas acerca de potenciales situaciones futuras. Algunos síntomas de la esquizofrenia, como los delirios, pueden derivar de esta capacidad de generar simulaciones mentales autonoéticas por un fallo en los mecanismos que separan el conocimiento de lo que está siendo simulado del conocimiento del mundo real (confundiendo así la simulación con el mundo real).

Resumiendo, llegado cierto grado de complejidad, resultó adaptativamente ventajoso ser conscientemente conocedor de la información generada tanto interna como externamente y de cambiar y reorganizar mentalmente estas representaciones. Sujetos que no tienen un sentido del yo, o que no pueden viajar mentalmente, por lesiones cerebrales por ejemplo, tienen muchos problemas para manejar situaciones que se salen de la rutina. Estas situaciones son típicamente de naturaleza social. El córtex prefrontal y los correspondientes sistemas de memoria de trabajo y ejecutivos permiten a los individuos  formar representaciones conscientes de una variedad de situaciones sociales y ecológicas y explícitamente cambiar la forma de estas representaciones. Cuando a estas representaciones se les inyecta un sentido del yo  y la capacidad de viajar en el tiempo y espacio el resultado es una capacidad mental que si no es exclusivamente humana está especialmente desarrollada en nuestra especie.

@pitiklinov

Referencia:



15 comentarios:

idea21 dijo...

El problema cultural que representa la autoconciencia es ciertamente el sufrimiento que supone. Recuerdo que algún científico ha especulado que una inteligencia artificial más perfeccionada que la inteligencia humana podría prescindir de la autoconciencia, que para la cultura actual supone su más alta excelencia (no podría haber "alma" o "libre albedrío" sin subjetividad autoconsciente). Ciertos relatos sobre personas que han vivido experiencias neurológicas que les han privado de autoconsciencia afirman que recordaban aquello como una gran felicidad (¿la felicidad de los animales?, ¿la felicidad de los estados alterados de consciencia de las prácticas místicas?).

El miedo a la muerte procede también, me parece, de la autoconciencia, ya que la percepción del "yo" en el pasado, el presente y el futuro implica un deseo de permanencia eterna.

Por otra parte, hemos alcanzado tal grado de dominio sobre el medio con ayuda de la tecnología que podemos prescindir ya de las incomodidades de la reproducción (podemos obtener placer sexual no reproductivo y podemos obtener afectos que no procedan del amor incondicional de nuestros hijos) por lo que sería también posible (y en absoluto indeseable) que los seres autoconscientes dejen de reproducirse voluntariamente y se extingan dulcemente.

Antonio dijo...

¿Experiencias neurológicas sin autoconsciencia? ¿Eso cómo se come? Es la primera referencia que tengo de algo así. Agradecería que alguien (el autor del comentario por ejemplo) aportara más información sobre el asunto. Es que cuanto menos me resulta difícil de imaginar.

Saludos.

Pitiklinov dijo...

a mí también me interesarían referencias bibliográficas sobre esto:
"Ciertos relatos sobre personas que han vivido experiencias neurológicas que les han privado de autoconsciencia afirman que recordaban aquello como una gran felicidad (¿la felicidad de los animales?, ¿la felicidad de los estados alterados de consciencia de las prácticas místicas?)".

Masgüel dijo...

Wade Davis discutía con Richard Evans Schultes si las triptaminas por vía nasal, en polvo de nuez de yopo, podía considerarse un alucinógeno, porque cuando la droga hace efecto no queda nadie en casa para experimentar la alucinación.

Dosis potentes de cualquier alucinógeno producen afasia. No puedes pensar. No tienes palabras. No entiendes nada. No hay sujeto ni objeto. Ya no te preocupa. Pero estás despierto. Y como un rato antes lo has pasado fatal defendiendo cordura e identidad, la rendición incondicional te deja babeando de placer.

idea21 dijo...

Ante la controversia despertada, me apresuro a justificarme. Quizá no entendí bien la información leída. Procede del libro de Ian Tattersall, "Los señores de la tierra" http://unpocodesabiduria21.blogspot.com.es/2014/02/los-senores-de-la-tierra-2012-ian.html

El párrafo en cuestión es:

"Jill Bolte Taylor sufrió una apoplejía que la privó de sus facultades lingüísticas (…) se le borraron los recuerdos y se vio condenada a vivir, sin más, en el presente. (…) Experimentó una clara sensación de paz y una inusitada conexión con el mundo que la rodeaba. Al parece, la capacidad lingüística no solo le permitía distanciarse del entorno, sino que la compelía a ello; y es que ésa es la esencia de la función simbólica del ser humano, que nos confiere la aptitud para la objetividad y para desapegarnos de nuestro universo."

Yo entendí que si se le borraron los recuerdos y vivía solo en el presente había perdido la autoconsciencia y que ése es el estado en el que viven los animales. Y que esta paz y esta conexión equivalían a "felicidad". Juzguen ustedes.

Masgüel dijo...

Oliver Sacks relata un caso parecido, mucho más leve, en el capítulo "El perro bajo la piel" de "El hombre que confundió a su mujer con un sombrero".

Antonio dijo...

Bueno...no es por quitarle importancia a los testimonios, pero no sé hasta que punto se producen en un contexto científico y pueden sacarse conclusiones de ellos. Más bien me parecen experiencias subjetivas, aunque claro, en este terreno la subjetividad es inevitable.

Lo que no me queda claro en el caso que narra idea21 es: si perdió su capacidad lingüística ¿cómo logró comunicar lo que sentía o como se llega a la conclusión de que experimentó una sensación de paz y conexión?

idea21 dijo...

Me olvidé de mencionar que el caso de la señora Jill Bolte Taylor está relatado en un libro (My stroke of Insight) que creo que está traducido al español. No lo he leído, y reconozco que es cierto que se trata de experiencias muy subjetivas. Evidentemente, la señora Taylor se recuperó de su postración y fue entonces cuando relató su experiencia.

En todo caso, estamos encariñados con nuestra propia autoconsciencia, de la misma forma que lo estamos con nuestro libre albedrío. Parece ser que ambas experiencias, tan relevantes en nuestra cultura, son en buena parte ilusorias y contingentes. Creo recordar que Antonio Damasio describía la "autoconsciencia" como una especie de percepción autobiográfica que relata la trayectoria del personaje del "yo". Resulta difícil contemplar este hecho desde una forma objetiva y resulta difícil también valorarlo desde el punto de vista biológico.

El éxito del ser humano comparado con el de los otros seres vivos reside en nuestra capacidad para la cooperación. ¿Es la autoconsciencia imprescindible para la cooperación?

¿Y de qué sirve la eficiencia si no hay nadie para valorarla?

Anónimo dijo...

Hola.

No sé, no sé. Se me hace muy difícil pensar una inteligencia sin autoconsciencia. Perfectamente podría carecer de dolor y no por ello dejar de ser consciente.de su propia existencia. Después de todo (¿no hay personas que carecen de alguna emoción?), el dolor mental viene principalmente de la condición social de la persona y posteriormente del desgaste físico. Además, la autoconsciencia es incompleta –por no escribir relativa- ya que depende de la edad y del estado mental: por lo que el miedo a la muerte puede ser inexistente en esos casos.

También cuando soñamos se dice que no somos conscientes de dicho acto en el momento en que se da y si lo somos es porque no hemos dormido bien; posteriormente se puede ser feliz dada esa experiencia. También se tiene recuerdos que no sucedieron o de los que no podemos afirmar haber sido conscientes de dicha experiencia. Se supone que el cerebro vive experiencias neurológicas todo el rato, y, de qué somos conscientes. Si la consciencia es darse cuenta de… es poco probable recordar toda una experiencia sin haber sido consciente de al menos parte de ese suceso. Es posible que la consciencia no se anule del todo; es decir, ¿se anulan todos los sentidos en estos casos?, porque de no ser así el cerebro sigue recibiendo información y la consciencia tiene fisuras por las que percatarse de algún estímulo. El resto ya podría rellenarlo el cerebro. No tener recuerdos te vuelve ignorante de un hecho, si además no proyectas pensamientos hacia el futuro… No es que seas feliz por ello, simplemente no eres consciente de esas cosas, pero sí de otras, por lo que la consciencia permanece.

Si la consciencia se da, se da, no hay que convertirlo todo en una fantasía de la mente (distinto pueda ser el caso del libre albedrío). La consciencia, no cabe duda, se modela también a través de la experiencia y esta, no cabe duda tampoco, no es una característica biológica exclusiva de los seres humanos (aunque ningún animal –sin menospreciar su propia consciencia- trata de comunicarse con los seres humanos). La consciencia, o autoconsciencia es necesaria quizá para… ¿escapar de los instintos? Ni idea. No en vano el ecosistema de la Tierra coopera para su desarrollo, así que no parece ser algo imprescindible.

Más bien para qué sirve la consciencia.

idea21 dijo...

"Se me hace muy difícil pensar una inteligencia sin autoconsciencia. "

La idea de una inteligencia superior sin autoconsciencia se la leí al físico Paul Davies cuando especulaba acerca de cómo podría ser una mente extraterrestre superior (en su libro "Un silencio inquietante"):

"Una potente red de computadoras sin sentido de identidad personal tendría una enorme ventaja sobre la inteligencia humana porque podría rediseñarse «a sí misma», realizar cambios sin temor, unirse a otros sistemas y crecer. Sentir todo eso como algo «personal» sería un claro impedimento para el progreso."

Recordemos cómo las pasiones echan a perder la eficiencia de HAL9000...

Por otra parte, si el grado de autoconsciencia es relativo, entonces no tendríamos una definición útil. Un bebé de dos años puede tener alguna autoconsciencia. Un perro también. Un programa informático muy avanzado (como el de la película "Her") también podría llegar a tenerla, ¿o no?

Anónimo dijo...

Hola.

Sin embargo, prima su racionalidad (su eficiencia, que es llevar a cabo la misión), no las pasiones aún cuando estas fueran el detonante… ya que los humanos podrían abortar la misión. Yo no sé si la inteligencia puede sobrevivir sin la consciencia. ¡Vaya!, o si es necesario ser inteligente para poder ser consciente: los humanos tenemos pasiones y somos inconscientes de ellas a edades no solo tempranas, pero es evidente que se perciben, sienten y expresan, porque se posee la inteligencia necesaria para aprenderlas (o reproducirlas por instinto, digo yo).

Mmmm… ¿Qué ocurre cuando alguien pierde su identidad? Si no recuerdo algo o no puedo distinguir algo de otra cosa, ni identificar a un igual o a un contrario, no puedo desarrollar una estrategia de acción mental. La consciencia tiene que haber aparecido por un motivo, de la misma manera que aparecen los pulmones, las aletas, las garras… Una inteligencia que se prive voluntariamente de consciencia, ¿no correría el riesgo de dejar de percatarse (que no de percibir) de las posibilidades que ofrece el entorno que lo circunda? ¿Cómo una red inteligente iba a poder rediseñarse si primeramente no es consciente de su propio caos, de su identidad? ¿No estaríamos hablando de un ordenador sin más? Otra cosa es que un superorganismo se prive de lo “personal” para pasar a lo “comunal”; pero eso ya lo hacen las sociedades (sí, bastante mal alguna). Pero el interrogante sigue siendo el mismo: si pierde la identidad de lo común, lo más probable es que termine perdiéndose a sí misma y su objetivo. (Me gustó más Ghost in the shell, Eve no jikan e incluso Yo robot o AI; El hombre bicentenario, Blade runner…). Lo cierto es que nos proyectamos en estos seres más inteligentes y desconocemos si las pasiones son o no necesarias para tal fin, o si quedaran adormecidas (y finalmente anuladas) por la razón en futuras generaciones de vida inteligente.

Todo lo contrario. La inutilidad de las definiciones relativas (como pueda ser mi entendimiento de algo o la que vagamente define muchas veces el diccionario) confluyen en la consciencia como los río van a parar a la mar. Que un concepto sea relativo no invalida su utilidad objetiva, o sea, yo, tú (el yo al final), o esa raza superior de extraterrestres, el proyecto 2501 y también “Her”, (no me he decidido a ver la película) tendríamos la capacidad racional para entender que lo relativo necesita lo subjetivo para estructurarse y materializarse en un significado y entendimiento común: un concepto que lo universaliza. Osea, una definición útil. Pero, ¿qué es una definición?, pues un compendio de subjetividades que coinciden en la mayoría de ideas. Vemos que lo que “yo” pienso acerca de algo, también lo piensan los demás: lo identificamos. Si fuese algo relativo, cómo sabrías diferenciar o igualar o siquiera saber lo que piensas sobre el amor si eres la única que lo entiende o conoce y no reconoces el amor en otras personas. Esa es una de las cualidades de la consciencia (inteligente si lo prefieres).

¿Quién sabe? Hay quienes opinan que aunque una máquina realice procesos “cerebrales” no tienen porqué ser consciente de ello. Pero es que eso es un ordenador cualquiera, no una IA humanizada como la proyectada en nuestros sueños. En principio no hay nada que lo impida, ya que no sabemos cómo se origina la consciencia y si necesariamente es inevitable un soporte orgánico.

idea21 dijo...

"¿Cómo una red inteligente iba a poder rediseñarse si primeramente no es consciente de su propio caos, de su identidad? ¿No estaríamos hablando de un ordenador sin más? Otra cosa es que un superorganismo se prive de lo “personal” para pasar a lo “comunal”; pero eso ya lo hacen las sociedades (sí, bastante mal alguna). Pero el interrogante sigue siendo el mismo: si pierde la identidad de lo común, lo más probable es que termine perdiéndose a sí misma y su objetivo. "

En un libro de Steven Mithen he leído que podríamos comparar la inteligencia de los hombres primitivos no autoconscientes con la vaga consciencia que tenemos cuando conducimos un automóvil: podemos llevar a cabo una tarea compleja sin necesidad de ser conscientes de ella.

"La consciencia tiene que haber aparecido por un motivo, de la misma manera que aparecen los pulmones, las aletas, las garras… "

Una de las teorías al respecto dice que la consciencia surge cuando el Homo Sapiens, en el curso de su interactuación social ("inteligencia social") tiene que imaginar el pensamiento de su semejante para interactuar con él de forma eficiente. El resultado sería un proceso recursivo que acabaría dando lugar a la autoconsciencia. El hecho es que la capacidad cerebral para la autoconsciencia la tendrían los seres humanos probablemente ya hace unos 500.000 años (los buenos tiempos del "Homo Heidelbergensis") pero no "se programó" completamente hasta hace unos 60.000 años, cuando aparece con nitidez el pensamiento simbólico (expresiones artísticas).

La verdad es que me gustaría que alguien me diese algún argumento objetivo acerca del valor de la autoconsciencia, porque ya digo que estoy encariñado con ella...

Anónimo dijo...

Hola

Pero que yo sepa, idea21, nadie aprende a conducir dormido (de momento) y es necesaria (de momento) una toma de consciencia anterior para automatizar el proceso y volverse mecánico. Es como la idea, parece ser, desterrada, de que se pueden hacer dos cosas a la vez. De todos modos, si comparamos la conducción con otras tareas complejas, esta es relativamente fácil, igual de fácil que pasear por casa y encontrarte con un objeto en la mano que no (o sí) querías en ese momento. (Lees un montón, jeje. Está muy bien, sip).

En el curso de esa interacción social el…"Homo Heidelbergensis" ya podría ser consciente de al menos tres cosas: una, de su propia autoconsciencia, por lo que no necesariamente sería una consecuencia de dicha interactuación; dos, es consciente de las capacidades del otro individuo (como bien dices, trata de interactuar con el otro -y no con un depredador, un árbol o una piedra-); tres, es consciente de la propia interactuación, o sea, que se da cuenta de que el otro es también consciente de sí mismo (aunque no sé si puede imaginar lo que piensa el otro si no hay interacción: sin lo uno no obtendríamos la respuesta a lo otro, es un proceso entrelazado, recursivo?). La autoconsciencia -como yo lo veo- ha de ser anterior a esta interactuación; sin embargo, en el caso de los neonatos sí que es cierto que la interactuación es anterior a la autoconsciencia (pero también dicen que no diferencian una persona de un objeto). Pero bueno, puedo estar perfectamente equivocado.( De ahí tu búsqueda objetiva).

Se nota se nota. ¡Como para privarte de lo individual!, jajaj. Si lo suspiras es porque no te lo he dado y me alegra que siga siendo así, pero dudo mucho que lo encuentres.

Lo cierto es que ese valor objetivo que buscas note reportará beneficio alguno, es una búsqueda estresante y si alcanzases ese valor , este mismo se desvanecerá al instante (es igual que la metáfora –si es que está bien empleada la palabra- del viaje). Porque para que alguien pueda ofrecerte un valor objetivo acerca de una idea debe privarse primero de lo que ya hablábamos: de lo personal. Y como comprenderás no somos esas clase de máquinas. Por eso lo dudo, porque nadie está privado a día de hoy de esta idea subjetiva. Si buscas enriquecerte, mejor que busques subjetividad (en mi opinión es una de las cualidades que tiene el universos para llenarse de cosas nuevas). La objetividad es una sala de trofeos llena de objetos fríos; no hay nadie en ella. Además, la objetividad no solo está compuesta de subjetividades sino que es perecedera, solo es válida para un tiempo y espacio concreto: desaparece, o como suele decirse en un contexto filosófico, se transforma.

Y aunque parezca todo lo contrario este es un argumento objetivo acerca de ese valor que buscas.

idea21 dijo...

"en el caso de los neonatos sí que es cierto que la interactuación es anterior a la autoconsciencia (pero también dicen que no diferencian una persona de un objeto)."

He estado mirando, porque creía recordar algo. Lo he encontrado en el libro de Michael Gazzaniga "Human", se trata de que según unos investigadores llamados Meltzoff y Moore los recién nacidos de "edades" entre cuarenta y dos minutos y setenta y dos horas ya son capaces de imitar expresiones faciales con precisión.

Anónimo dijo...

Hola

Sí, así es. Pero lo más probable (ya que no aportas más datos y pecando de nuevo de ignorante) es que sea un reflejo (condicionado a un estímulo: la madre que lo tiene encima). O bien un instinto ante la imposibilidad de moverse en busca de la madre y reclamar su atención. Ni idea, realmente.