martes, 1 de octubre de 2013

Creencias e Identidad

Los hombres dan más valor a sus opiniones que a su propia vida, cosa que nunca he podido comprender, tanto más cuanto tales opiniones no les pertenecen, ya que ellos no son ni creadores ni dueños de las mismas. Las han comprado o las han tomado a préstamo o las han heredado. Cualquier casualidad puede arrebatárselas.- Remy de Gormount



El tema de las ideas/creencias es un tema fascinante, con infinitos abordajes y derivaciones. Yo voy a centrarme en este post en tratar un aspecto concreto: que las ideas generan identidad grupal, y en las posibilidades de entender cosas que este concepto nos aporta. Resulta por ejemplo, muy difícil atacar las ideas de una persona sin descalificar a la vez a la persona que las sustenta. Y resulta también muy difícil no sentirse criticado y atacado personalmente cuando cuestionan nuestras ideas. Esto sugiere que existe una relación o vínculo muy estrecho entre nosotros y nuestras ideas. Las ideas o creencias no es algo accesorio, como la ropa, de lo que nos podemos desprender con facilidad o que podemos incorporar en cualquier momento.

Un problema que todo ser vivo tiene que resolver es identificar una pareja sexual y , si es un animal social, identificar a los de su grupo. De lo que voy a hablar en este post es de que las ideas sirven para generar identidad grupal. En animales inferiores este problema se resuelve de diferentes maneras, pero una muy frecuente es la vía olfativa, por medio de olores, feromonas y demás. Estas indican tanto la identidad grupal como la sexual. En el ser humano esta vía olfativa está bastante atrofiada y se ha sustituido por otras alternativas como la vía visual y la auditiva: el lenguaje. En este paquete identificador entrarían también las ideas y las creencias.

No suele haber una vía directa de identificación genética, por lo menos en animales superiores, sino que normalmente se recurre a una vía indirecta , a un marcador, o como dicen los anglosajones, un proxy. Voy a explicar brevemente el efecto Westermarck, para entender mejor, lo que luego voy a explicar sobre las ideas. Parece que la mayoría de animales (y también plantas) evitan la endogamia por el riesgo de aumento de enfermedades recesivas en la descendencia. Pero los humanos no tenemos una manera directa de saber quiénes comparten los mismos genes que nosotros para evitarlos. Entonces la regla que parece que seguimos es: si se cría conmigo, es familiar mío y no es una pareja sexual conveniente. Todos sabemos que la experiencia de los kibbutz en Israel y los matrimonios Simpua en Taiwan confirman que la gente muestra un rechazo asexual a la personas del sexo opuesto con las que te has criado de niño, efecto que descubrió Westermarck.
Edvard Westermarck

Las ideas serían un marcador de este tipo. No puedo saber qué individuos pertenecen exactamente a mi tribu, o comparten genes conmigo pero, si cree en los mismo dioses y tiene las mismas costumbre que yo, es muy probable que sea de mi tribu, porque los de la tribu de al lado tienen otros dioses u otras costumbres. Entonces, las ideas son un indicador fiable de similitud genética.

Esta idea relativamente simple creo que ayuda a entender un fenómeno intrigante que es el poder de las ideologías para imponerse a los genes. Me explico. La religión, por poner un ejemplo, crea una nueva identidad, una nueva familia, que se impone por encima de identidades familiares, de tribu, e incluso de nación. No es muy habitual, pero en ocasiones la gente pone a su familia ideológica (esto mismo puede pasar con la ideología política), por encima de su familia real genética. Yo creo que es fácil de entender si aplicamos la idea anterior. Así, veríamos que la religión secuestra un mecanismo, o una regla anterior, en su propio beneficio. De hecho es muy frecuente que las ideologías, tanto religiosas, como políticas , como patrióticas utilicen muchos términos familiares: dios-padre, virgen-madre, hermanos en la fe, hermanos de sangre en el caso patriótico, etc. Creo que no es dar un salto demasiado grande pensar que las ideologías lo que hacen es basarse en reglas y mecanismos creados por la inclusive fitness - o kin selection- para conseguir sus objetivos. En tiempos ancestrales los que compartían genes con nosotros también compartían mitos y creencias. Por eso, ahora pensamos que los que comparten ideas son de nuestra familia o tribu. El individuo se deja llevar por unos mecanismos proximales, que normalmente indican similitud genética. Este análisis requiere que las diferencias culturales y genéticas evolucionaran en paralelo en las sociedades primitivas, lo cual es muy probable, de manera que las diferencias culturales se convirtieron en mecanismos indicativos proximales basados en diferencias genéticas entre grupos.
Erik Erikson

Los biólogos a mecanismos de este tipo lo llaman Badging (badge: distintivo, etiqueta, insignia). Las ideas son un marcador. Los grupos tienen muchos marcadores o distintivos: la lengua o dialecto, el arte, la indumentaria, las pinturas corporales, los rituales y símbolos religiosos, costumbres sexuales o sociales, y otras diferencias culturales. Para algunos autores, incluso, la mayoría de las diferencias culturales sirven para señalar, para diferenciar. Según ellos, en lugares cercanos, con una ecología muy similar, y con un desarrollo tecnológico parecido, las diferencias culturales cumplen principalmente una función de etiquetaje, o de marcador de identidad, más que ser la respuesta de cada tribu a los retos ecológicos o ambientales ( ¡ojo, muy interesante esto de que las ideas sirvan más para separar a la gente que para explicar el mundo!).

Un punto de vista coincidente con todo lo que estamos tratando es el del psicoanalista atípico Erik Erikson, creador del concepto de pseudoespecie cultural o pseudoespeciación. La pseudoespeciación para Erikson es la tendencia de los grupos a separarse de otros grupos, y a considerarse superiores con respecto a ellos. Con frecuencia, muchas tribus se llaman a sí mismos “los seres humanos” o “los verdaderos seres humanos”, dando a entender así que las demás tribus no son seres humanos. El término elegido por Erikson es muy acertado porque es como si los humanos no vieran a todos los seres humanos como individuos de la misma especie. Lógicamente, esta pseudoespeciación es un mecanismo que lleva al etnocentrismo, el conflicto y la guerra.

Para terminar, una idea de Luis P Villarreal muy interesante. Plantea Villarreal que para cumplir su función de aportar identidad grupal las ideas/creencias tienen que ser estables. Es evidente. Si mi grupo un día cree en Manitu, otro en Odín y otro en Zeus, no hay manera de saber quiénes somos ni quién soy. No podemos estar cambiando de ideas continuamente. Pero siguiendo este hilo es lógico pensar que tienen que existir mecanismos que nos impidan cambiar de creencias con facilidad. No voy a entrar en ello, pero estos mecanismos podrían ser tanto sociales (ostracismo, presión del grupo, discriminación de los no-conformistas) como psicológicos individuales. Es lógico pensar que existan sesgos cognitivos diseñados para hacernos difícil cambiar de opinión. Ambos mecanismos (sociales y psicológicos) estarían ahí para hacernos dificultoso y costoso cambiar de opinión. Quizás por eso somos todos tan cabezotas :-).

@pitiklinov en Twitter

Referencias



7 comentarios:

  1. Lo realmente alucinante es llevar esto al extremo: pensar que todas nuestras ideas, que todas nuestras teorías para describir y comprender la realidad, no tienen ningún sentido más que servir de etiquetas para identificar a los nuestros. Las religiones, la filosofía, la ciencia... todo una patraña que inventó la evolución para que protegiésemos a los que tienen nuestros mismos genes. Virgen del Camino Seco, que Dios nos coja confesados ;)

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    1. "Lo realmente alucinante es llevar esto al extremo"

      Yo creo que no se trata de llevarlo al extremo, sino de llevarlo al terreno evolucionista. Son cosas muy diferentes.

      Y sí, según las conclusiones de la psicología evolucionista, toda la conducta humana es una "patraña inventada" por el proceso evolutivo, incluyendo por supuesto toda la conducta motivada a describir y comprender la realidad (ideas que son el resultado exclusivo de los procesos cognitivos que tienen lugar en nuestro cerebro gracias al proceso evolutivo gradual que dio forma al mismo, proceso que a su vez condiciona la "finalidad" de dicho órgano y de todo lo que produce al funcionar: es decir, la mente. )...¿acaso crees que esto no es así?

      Un saludo,
      Samuel.


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    2. Me dejaste shockeado con tu vision

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  2. No te había contestado, Santiago, porque estoy de acuerdo con lo que dices y no se me ocurría algo que añadir. Pero ahora estaba pensando que esto pasa no solo con las creencias religiosas o políticas, donde creo que es evidente que funcionan como marcadores identitarios, sino también el terreno científico, como dices, o en el profesional. En mi profesión de psiquiatra hacemos estas distinciones identitarias según ideología. Por ejemplo, de alguien que cree que los factores genéticos o biológicos en general influyen en la conducta o en las enfermedades mentales se dice que "es" biologicista. Y probablemente esa persona tenga problemas en aceptar determinadas ideas o artículos porque "chocan" o entran en conflicto con una identidad ya asumida
    Es muy interesante ese etiquetado al que nos someten las ideas :)
    Siempre me ha asombrado el parecido entre ideas y virus y el tema de los memes. Pero este efecto de las ideas es muy parecido a cuando un virus coloniza una bacteria y no deja que un virus diferente entre en la bacteria. Es como que la idea o meme toma posesión de ese cerebro y le define el paisaje ideológico por el que moverse en el futuro. Es fascinante.

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  3. Me ha gustado mucho este artículo y para aclararme las ideas he puesto un mapa mental en

    http://unbosqueinterior.com/blog/creencias-e-identidad/

    por si a alguien le interesa.

    Me ha quedado algo confuso, casi tanto como mi identidad.

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  4. No es un poco contradictorio esto de que buscamos diferenciarnos identitaria mente para no reproducirnos entre parientes de sangre pero a la vez esta misma tendencia nos lleva a rechazarnos e infravalorar al otro. En general las parejas buscan personas con ideas compatibles a las suyas, e incluso antes de que las mujeres se emanciparan y hubiera libertad sexoafectiva, primaba el criterio "no juntarse con yugo desigual" (por lo menos en las culturas judeocristianas).

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