jueves, 4 de julio de 2013

Instinto y Determinismo Genético



La herencia no es más que ambiente almacenado
-Luther Burbank

El determinismo genético es uno de los temas que más preocupa a la gente cuando se tratan temas relacionados con la evolución, hasta el punto de que, en la mente de muchas personas, evolución y determinismo genético van de la mano. No se suele apreciar que es el ambiente el motor de la evolución. Cualquier organismo que venga al mundo con una conducta predeterminada, fija e invariable, desaparecerá porque el ambiente cambia continuamente. La famosa y errónea expresión de Spencer de la supervivencia de los más fuertes tiene probablemente mucho que ver con esta confusión. No dejan más descendencia los más fuertes, sino los que mejor se adaptan al ambiente. Y hasta los animales inferiores tienen una gran flexibilidad en su conducta, porque la conducta es su forma de sobrevivir al ambiente. Por poner un ejemplo sencillo, la conducta sexual de muchos animales cambia según que el número de individuos del otro sexo sea alto o sea bajo. La misma conducta sexual no sirve para todas las situaciones.

Una forma de entender los genes es como si fueran ideas -soluciones- que han funcionado en nuestros ancestros y que tenemos ya almacenadas en una memoria de especie, que es lo que son los genes. Los genes lo que nos dan son opciones, soluciones, ante diferentes problemas o cambios en el ambiente. Por ejemplo, tenemos mecanismos innatos para producir callosidades si sufrimos abrasiones en la piel, pero esto no quiere decir que vayamos a producir callos automáticamente o sin ninguna razón. Si evitamos roces en nuestras manos o en nuestros pies sencillamente no se producirán. Pero si, por cualquier razón, tenemos que realizar repetidamente un trabajo que requiera el empleo de una herramienta que produzca fricción, esa solución almacenada previamente por nuestro genoma nos sacará del apuro y nos hará la vida más fácil. Lo mismo ocurre con el bronceado, tenemos mecanismos para broncearnos si nos exponemos al sol, por efecto de la melanina, pero no se pondrán en
marcha si nos ponemos debajo de una sombrilla o nos protegemos del sol. Es decir, la mayoría de las instrucciones genéticas son del tipo IF-THEN, si ocurre esto hacer lo otro, pero nunca “hacer esto, pase lo que pase”. Creo que esta idea está muy bien resumida en la cita que abre esta entrada.

De todo esto ya hemos hablado en alguna otra ocasión pero me ha parecido interesante traer aquí un comentario de Matt Ridley, de su libro Genome, sobre esta cuestión, porque me parece que es muy atinado:
Matt Ridley

“Instinto es una palabra que aplicamos a los animales: el salmón que sube la corriente donde nació; la avispa excavadora que repite la conducta de sus padres ya muertos hace tiempo; la golondrina que emigra hacia el sur en invierno - estos son instintos. Los seres humanos no tienen que apoyarse en instintos; en lugar de ello aprenden; son criaturas culturales, creativas y conscientes. Todo lo que hacen es producto del free will, sus gigantes cerebros y el lavado de cerebro paterno.

Esto es lo que dice el saber convencional que ha dominado la psicología y las demás ciencias sociales en el siglo XX. Pensar otra cosa, creer en una conducta humana innata, es caer en la trampa del determinismo, y condenar al individuo a un destino desalmado escrito en sus genes antes de que naciera. No importa que las ciencias sociales se dediquen a reinventar formas de determinismo mucho más alarmantes que la genética: el determinismo parental de Freud; el determinismo socioeconómico de Marx; el determinismo político de Lenin; el determinismo cultural de la presión de los iguales de Franz Boas y Margaret Mead; el determinismo de estímulo-respuesta de John Watson y B. F. Skinner; el determinismo lingüístico de Edward Sapir y Benjamin Whorf. En una de las más grandes desviaciones de todos los tiempos, durante un siglo los científicos sociales consiguieron persuadir a los pensadores de todo tipo de que la causalidad biológica era determinismo mientras que la causalidad ambiental preservaba el free will; y que los animales tienen instintos, pero que los seres humanos no.(...)

El pionero de la psicología William James, hermano del novelista Henry, era un ferviente partidario del punto de vista de que la conducta humana muestra evidencia de la existencia de más instintos diferentes que la de los animales, no menos.”

@pitiklinov en Twitter

Referencia


15 comentarios:

Rubén dijo...

Ridley también escribió "El optimista racional", lo que no casa con el "Realismo depresivo" ¿O sí?

A mi el concepto de instinto me parece de lo más oscuro porque creo que no capta lo esencial del comportamiento. No niego que existe disposiciones que canalizan o favorecen unos comportamientos frente a otros, pero en realidad el comportamiento es siempre original. Hasta una araña tejiendo su tela muestra variabilidad y originalidad en cada construcción.

Y tiene que ser así, porque la flexibilidad es esencial, en efecto, en un ambiente cambiante. Pero entonces el comportamiento es de alguna forma siempre un ensayo que tiene que de hecho variar para establecer finalmente el ajuste oportuno. Algo muy interesante que muestran los experimentos de psicofísica es que para estimar un valor, de peso por ejemplo, necesitamos mover el brazo con el que sujetamos el objeto a valorar.

Nuestro cuerpo está diseñado para vivir en el ambiente que han conquistado nuestros ancestros, pero tenemos que reconquistarlo cada vez. Como el camino trillado facilita el paso, pero ha de andarse de nuevo para mantenerlo libre de maleza. La caminata es una actualización del camino que se hace pisando con los pies de uno.

Saludos.

Rubén dijo...

Los instintos, entendidos como comportamientos almacenados en los genes que funcionan bajo la lógica SI-ENTONCES no captan la realidad del comportamiento que en modo alguno puede tener previstas las soluciones como si fuésemos un programa informático que ya considera las soluciones. El ambiente es cambiante pero podemos tener registrados las soluciones a esos cambios sin ensayarlos, por lo demás las soluciones son internas al ensayo, porque los comportamientos modifican el ambiente de algún modo que logran una estabilización.

Pitiklinov dijo...

En la parte optimista de Ridley no estoy de acuerdo :-) pero es un autor muy interesante y ameno de leer en general.
Es verdad que el concepto de instinto tiene muchos problemas y cambiarlo por el de adaptaciones psicológicas tampoco nos va a resolver mucho porque hay mucho debate con todos ellos.
Pero dejando cómo lo llamemos a un margen voy a poner un ejemplo de conducta que ya está preprogramada: ¿existe alguna especie en la Tierra en la que sea más probable que los machos se apareen con hembras infértiles en vez de con hembras fértiles, pudiendo elegir entre las dos? La respuesta es, obviamente, que no. ¿Es probable que millones de años de selección natural en humanos ,y en sus especies ancestrales anteriores, produzca una mente masculina que sea fácilmente condicionable culturalmente para ser indiferente ante las claves asociadas con fertilidad en mujeres? La probabilidad es muy baja. Para llegar a ese resultado se requeriría algo muy improbable, a saber, que los hombres que en el pasado fueron condicionados culturalmente para buscar mujeres de baja fertilidad hubieran tenido tantos descendientes como los hombres que encontraron más atractivas a las mujeres de mayor fertilidad.
Como este hay miles de "soluciones" o "ideas" que funcionaron en el pasado y que están incorporadas en el kit de herramientas de fábrica de la mente humana.

Anónimo dijo...

Pregunta para Pitiklinov, de parte de uno que no sabe casi nada al respecto. Teniendo en cuenta la frase de W. James ¿Cómo es que un ser humano tiene más instintos diferentes que los animales, siendo que tiene similar o en algunos casos, menor cantidad de genes que ellos? ¿Cómo se explica esta discordancia desde un punto de vista puramente materialista?

Pitiklinov dijo...

pues se explica porque no hay relación entre el número de genes de un organismo y su complejidad (o el número de instintos). Hay un tipo de arroz que tiene unos 51.000 genes y la vid tiene 30.434 y no creo que esos organismos sean más complejos que un pollo ( 16736 genes) o un ser humano. El gusano C.elegans tiene 19.000, es decir, no muchos menos que nosotros, y creo que todos estaremos de acuerdo en que nosotros somos más complejos.
La verdad es que nadie sabe por qué esto es así y se han propuesto diversas teorías: que los genes humanos se dividen de más maneras y dan lugar a más proteínas, que las diferencias están en los genes reguladores...puedes mirar algo aquí:
https://www.boundless.com/biology/bioinformatics-and-genomics/genomes-differ-among-species/gene-numbers-in-different-organisms/
un saludo, y muchas gracias por interesante pregunta

Samu dijo...

Muy buena respuesta, Pitiklinov.

Con que vehemencia se resisten algunos a aceptar lo evidente: que toda nuestra conducta está al servicio de los "fines" evolutivos.

Cualquier acto o conducta que vaya flagrantemente contra estos designios evolutivos (reproducción y supervivencia) sencillamente no se verán preservados en el futuro por el propio funcionamiento de la realidad evolucionista. ¡Estamos obligados a actuar bajo el dominio del gen, el cual nos da cierta “libertad” de actuación en su propio beneficio! Y esto es algo que desde hace largo muchos pensadores han observado: ya en el siglo XIX, Schopenahuer escribió su famosa frase: "El hombre puede, acaso, hacer lo que quiere; pero lo que no puede es querer lo que quiere".

La culpa de esta resistencia de aceptar lo evidente, se encuentra, por supuesto, en el rechazo a la realidad depresiva de la que hablabas hace tiempo en el blog: el heurístico del optimismo nos empuja a buscar consuelo e ilusiones para afrontar la realidad del mundo: algunos se agarran a la irracionalidad, y otros, negando y complicando lo evidente.

Un cordial saludo, amigo.

Pitiklinov dijo...

A change in behavior, for instance, adoption of a new food item or increased dispersal, is apt to set up new selection pressures, and these may the lead to evolutionary changes ( Mayr,1974)

Rubén dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Rubén dijo...

Uno de los tópicos más socorridos es apelar a la eficacia reproductiva para explicar la conducta sexual. La eficacia reproductiva, sin embargo, es una abstracción pura que no aclara nada al margen de las determinaciones logradas históricamente por los vivientes en las sucesivas ontogenias. Recurrir a la eficacia reproductiva es un querer cruzar el puente sin construirlo. Porque lo cierto es que es la eficiencia en el uso de unas estrategias concretas lo que nos ayuda a comprender, por ejemplo, el plumaje del ave del paraiso macho.

Samu dijo...

Pitiklinov, permítete, por favor, que ponga aquí un enlace a una entrada en mi blog. Me gustaría compartir con vosotros unos pensamientos relacionados con esta entrada tuya, aunque sea vagamente, por si os pudiese ser de interés:

http://quevidaesta2010.blogspot.com.es/2013/07/el-absurdo.html

Un saludo.

Samu dijo...

También me gustaría recomendar la lectura de la siguiente entrada de este blog que he encontrado recientemente:

http://memoriasdesoledad.blogspot.com.es/2011/08/determinismo-libre-albedrio-y.html

Creo que complementa perfectamente tu artículo, Pitiklinov. Merece la pena de leer.

Un saludo.

Anónimo dijo...

Eso de que "todo lo que hacen es producto del free will" es muy relativo. Hay experimentos que ponen en entredicho esa libertad de elección.

No está claro, hay dudas al respecto.

Unknown dijo...

si el número de genes no determina la complejidad. ¿Qué la determina?

Pitiklinov dijo...

probablemente en las regiones reguladoras de los genes, las que deciden cómo y cuando se activan los genes y demás. Gracias a ello se puede generar mucha más variedad con las mismas piezas...(de todos modos hay muchas cosas que no sabemos todavía)

Unknown dijo...

Que bueno que Macron no les hizo caso ni a ustedes ni a su instinto reproductivo (debe ser alguien más evolucionado )...