lunes, 14 de enero de 2013

Nuevo Inconsciente (II)


He leído en The Cultural Animal, de Roy Baumeister un experimento que viene muy al hilo de este tema del nuevo inconsciente, y lo voy a relatar aquí porque ilustra muy bien algunos aspectos  del mismo y nos puede servir para seguir pensando sobre él.

Se instruye a unos estudiantes para que resuelvan una serie de puzzles de palabras. Se les daba 5 palabras y se les pedía hacer una frase descartando solo una de ellas. A la mitad de los sujetos se les da unos puzzles que contienen palabras relacionadas con el estereotipo de la vejez: Florida ( el Benidorm norteamericano :)), gris, cuidadoso, sabio, olvidadizo, viejo, arruga y bingo. Es importante señalar que la palabra lento o despacio no estaba incluida, por lo que luego veremos. A la otra mitad de estudiantes se les da puzzles neutrales que no tienen nada que ver con el estereotipo de la vejez. Y se les dice que cuando acaben el puzzle se pueden ir. Los investigadores observan y cronometran a los sujetos mientras salen por el pasillo y se dirigen al ascensor.

¿Los resultados? ¡Las personas que habían realizado los puzzles con palabras sobre la vejez caminaban más despacio que los otros! El profesor encargado de la investigación no podía creer los resultados e insistió en que se repitiera el experimento con una muestra de sujetos diferentes. Así se hizo y el resultado fue prácticamente igual al primero, y esto no es un hallazgo aislado porque se han realizado experimentos similares utilizando otras ideas y conductas.

Observamos aquí el inconsciente o, dicho de otra manera, el sistema de procesamiento automático que trabaja fuera de la consciencia. Mientras los estudiantes trabajaban en la tarea estas palabras habían activado sutilmente otras ideas y éstas llevaron a un cambio observable en la conducta. Ninguno de los sujetos del estudio reconoció que las palabras del puzzle tuvieran algo que ver con el estereotipo de la vejez, más bien el estereotipo se activó sin que la gente se diera cuenta. Ninguno creía que las palabras hubieran tenido un impacto en su conducta, pero sin embargo lo tuvo. Estos hallazgos son especialmente impresionantes porque ninguna de las palabras tenía nada que ver ( explícitamente) con lentitud o caminar lentamente ( la palabra mas parecida sería cuidadoso...). Todo lo crucial ocurrió fuera de la conciencia. El sistema automático de la mente encontró suficientes pistas para activar el estereotipo y entonces fue hacia otra vertiente que es parte del estereotipo -caminar despacio- que no había sido mencionada, y alteró la conducta de la persona, todo ello sin el reconocimiento consciente.

El punto fundamental aquí es que un montón de actividad mental ocurre fuera del mundo consciente, y a veces es tan extensa y efectiva que puede tomar una clave del mundo exterior, elaborarla, procesarla, y conducir a un cambio de conducta, todo ello sin que la persona se entere de lo que está pasando. Este no es el inconsciente en el sentido de Freud, pero es real y muy importante. El psicólogo social Timothy Wlison ha propuesto un nuevo nombre para él: inconsciente adaptativo.

Por último, recordar que pensamiento consciente y control consciente no es la misma cosa. La gente puede pensar que su mente consciente y sus pensamientos están bajo su control pero puede observar que no es así si tratan de ejercer ese control. Esto se observa muy bien en el tema de la meditación. Los ejercicios de meditación conllevan focalizar la mente en una palabra ( un mantra), un problema, una imagen o la propia respiración. Concentrar la mente en la respiración parece la cosa más fácil del mundo pero para los que se inician en la meditación la tarea es francamente difícil, si no imposible. Incluso cuando el meditador usa trucos como contar la respiración ( normalmente hasta 10 y vuelta a empezar) rápidamente se encuentra con que su mente se ha puesto a pensar en otras cosas y pierde la cuenta de las respiraciones. El monólogo interno de la mente humana no es un proceso de pensamiento dirigido conscientemente, aunque creamos equivocadamente que es así. La pregunta del millón es por tanto: Y si no soy yo el que piensa mis pensamientos ¿quién es entonces? 

Referencias

Bargh, J.A., Chen, M, & Burrows L(1996) Automaticity of social behavior:direct effects of trait construct and stereotype activation on action. Journal of Personality and Social Psychology, 71, 230-244

Chartand, T.L. &Bargh, J.A.(1999) The chameleon effect: the perception behavior link and social interaction. Journal of Personality and Soxial Psychology, 76, 893-910

7 comentarios:

José Manuel Campillo dijo...

Ya dijo Freud que el yo no es el dueño en su propia casa.
El yo es ese "sujeto" compuesto de sus pensamientos conscientes, de lo que el "aparato inconsciente" le fabrica y de la información que viene inscrita en los genes.
El experimento del puzzle, como bien dice usted, se ha realizado de otras maneras con el mismo éxito.
Sobre el inconsciente queda mucho aún por saber, pero da la impresión de que las neurociencias y la psicología están en el camino adecuado.
Enhorabuena por el blog.

Anónimo dijo...

Je suis un autre (Rimbaud)

Anónimo dijo...

"En la casa de mi Padre hay muchas moradas" (Juan 14:1, 2)

Meltxor dijo...

¿Y si lo miramos más desde la vertiente de los reflejos condicionados, estímulos y respuestas?

Samu dijo...

"El monólogo interno de la mente humana no es un proceso de pensamiento dirigido conscientemente, aunque creamos equivocadamente que es así"

Pitiklinov, pero es que esto que afirmas es muy fuerte. Con ese monólogo, ¿haces referencia a esa especie de "voz" interior que todos poseemos?

A ver si me explico: Imaginemos que estamos en una fiesta y alguien nos mira: instantáneamente aparece una "voz" -que identificamos como nuestra- que afirma algo sobre ese evento: "qué raro me ha mirado ese, igual es que me sienta mal el vestido", o "creo que a ese chico/a le gusto, mira como me ha mirado", etc...

Y cuando hablo de esa "voz", también me refiero a esa serie de imágenes que se nos aparecen automáticamente (obtenidas de la memoria de forma no voluntaria en apariencia), que parecen querer confirmar esas afirmaciones que nos aparecen ante cualquier evento.

¿Te refieres entonces, con tu frase, a que ese monólogo que escapa al control consciente se corresponde con esa "voz" interna nuestra que nos acompaña? ¿Estaríamos hablando de que ese monólogo parte entonces de procesos cognitivos inconscientes?

Y es que es cierto que la cosa parece funcionar así: parece como si esa "voz"; esas imágenes y afirmaciones que surgen espontáneamente cuando algún evento nos ocurre, parece digo, que muchas veces (no todas) son el resultado de algún proceso cognitivo del que no somos conscientes. Esas afirmaciones parecen simplemente aparecer de la nada, y que es luego, posteriormente, cuando utilizamos esos pensamientos como inputs y conscientemente modulamos nuestro pensamiento a partir de ellos.

En fin, parece un campo de estudio fascinante y muy útil clínicamente: ¿quién sabe si finalmente el origen de muchas patologías psíquicas no seas resultado de un mal funcionamiento de esos procesos inconscientes?: se me vienen a la cabeza los trastornos obsesivos y compulsivos.

En fin, amigo, si lees algo nuevo al respecto seguro que todos te agradeceríamos una nueva entrada sobre el tema.

Un cordial saludo.




Juan Alberto Parra dijo...

Es interesante todo esto, particlarmente para el ambito de la etica surgen muchas preguntas, y mas que eso, estos antecedentes vienen a resquebrajar lo que tradicionalmente suponemos como las bases de todo acto moral: la libre determinacion de nuestras decisiones para los actos. Si los procesos deliberarivos se dan (algunos de ellos) a nivel inconciente de nuestro aparato psiquico, entonces donde esta esa supuesto fundamento de todo acto moral que es la decision autonoma y conciente?

Pitiklinov dijo...

has puesto el dedo en la llaga...:)