viernes, 17 de noviembre de 2017

Diferencia sexuales en el asco

La mayoría de los grandes males que el ser humano ha infligido a otros seres humanos proceden de estar seguro de algo que, en realidad, era falso.-Bertrand Russell

Compartir en Twitter un artículo que dice que las mujeres tienen una mayor sensibilidad al asco y es menos probable que se ocupen en trabajos que provocan asco como gestión de residuos u operario de aguas residuales es por lo visto una ofensa contra las mujeres. Lo descubrí el pasado jueves cuando mi timeline de Twitter se llenó de gente insultándome, gente que por supuesto no se había leído el artículo y que no quería debatir ni argumentar ni dar datos, sólo descalificar moralmente (un ejemplo de indignación moral en la era digital). Por alguna razón que se me escapa, probablemente sintieron que hablar de una mayor sensibilidad al asco de las mujeres es algún tipo de desprecio, ignorancia o algo similar. La mayoría de ellos argumentaron, con razón, que las mujeres son mayoría a la hora de cambiar pañales, trabajar como enfermera (lo que implica enfrentarse a enfermos con lesiones o patología que pueden dar asco) o limpiando los baños en casa. Un objeción muy razonable, que podría haber sido planteada con un comentario del tipo: “¿y cómo explican los autores que las mujeres sean las que más se encargan de cambiar pañales o atender enfermos?”. Pero no, los comentarios no fueron precisamente de ese tipo sino despreciativos hacia un servidor.

Pues bien, uno de los hallazgos más consistentes de la literatura sobre el asco es que las mujeres son más sensibles al asco que los hombres. El asco se mide con escalas como la Disgust Sensitivity Scale con 32 ítems, de la que hay una versión revisada, la Disgust Sensitivity Scale  Revised,  o la Three Domain of Disgust Scale. También se mide por exposición a unos conjuntos de imágenes y por la expresión facial de asco. Las mujeres puntúan más alto en todas ellas. Rozin encontró que es menos probable que las mujeres se impliquen en 26 tareas que despiertan asco, como por ejemplo comer una pieza de dulce de azúcar con forma de caca de perro. En muestras no-clínicas las mujeres puntúan también más alto en miedo a contaminación relacionado con el Trastorno Obsesivo-Compulsivo (TOC), un trastorno relacionado con el asco, y también es más probable que  las compulsiones de limpieza del TOC se desarrollen más en mujeres. Estas diferencias entre hombres y mujeres en la sensibilidad al asco no se manifiestan hasta la pubertad o la juventud. En alguno de los poco estudios que se han hecho en niños (edad media 7 años) no se han encontrado diferencias.

Entonces, ¿cómo explicamos lo de los pañales y el trabajo de enfermería? No tengo toda la respuesta pero podemos hacer algunos educated guesses. El artículo de Steinkofp de la bibliografía trata precisamente del conflicto entre el asco y la empatía a la hora de tratar enfermos y nos puede dar algunas pistas. A la hora de atender a un enfermo se da un conflicto entre dos emociones: una es la empatía (ayudar) y la otra es el asco (evitar el contagio) . Las dos van a actuar al mismo tiempo y la conducta final dependerá de una serie de circunstancias. Por ejemplo, uno de esos factores será la relación entre el paciente y el cuidador: el asco es más fuerte ante extraños que ante familiares. Se ha visto en estudios que las madres encuentran el olor de los pañales de sus hijos más agradable que el de los pañales de otros niños. También es más aceptable compartir un cepillo de dientes con un hermano que con el cartero. La cercanía emocional, la familiaridad, o la pertenencia al mismo grupo disminuyen la fuerza del asco. Por otro lado, sabemos que las mujeres prefieren trabajar con personas antes que con cosas, y el tamaño del efecto es muy grande (0,93). Unido esto a la diferencia en empatía podemos comprender que no es lo mismo atender a tu hijo, o a enfermos, que trabajar en colectores de aguas residuales. De todos modos, por supuesto que el asco no es la única explicación para esas diferencias ocupacionales.

El grueso de los artículos que cito plantean hipótesis acerca de la causa última, es decir, del origen evolucionista de esa diferente sensibilidad al asco de hombres y mujeres, un tema que no está resuelto todavía y en el que no voy a entrar.

Pero lo triste es que Twitter, que es una gran herramienta para compartir artículos, ideas e información, se utiliza principalmente por muchos para el exhibicionismo moral, el señalamiento ante nuestro grupo de lo virtuosos que somos y para arrogarse una superioridad moral sobre los demás. Debe de ser una gozada sentirse en posesión de la verdad absoluta e ir así por la vida.

@pitiklinov

Referencias:

Al-Shawaf L (2017) Sex differences in disgust .Why are women more easily disgusted than men? Emotion Review November 6 doi: https://doi.org/10.1177/1754073917709940

Fleischman, D. S. (2014). Women’s disgust adaptations. In Weekes-Shackelford, V.A., &
Shackelford, T.K. (Eds.), Evolutionary perspectives on human sexual psychology and behavior (pp. 277-296). New York: Springer.







14 comentarios:

Unknown dijo...

Ánimo, Pablo. Sin planearlo hiciste todo un experimento que demuestra que las redes sociales son algo muy distante de lo que deberían ser. Ciertas actitudes son consustanciales al ser humano. Al igual que la pasión por la velocidad se ejerce por igual corriendo en la sabana que al volante de un Ferrari, la imposición moral disfrazada de buenismo y corrección los han ejercido por igual los dogmáticos del pasado ancestral junto al fuego del clan, los savonarolas en la plaza y los modernos dogmáticos en las redes sociales.

Germánico dijo...

Está claro que les diste asco moral...puntuarán más alto en ese tipo de asco las féminas? Apuesto a que si.

Ana di Zacco dijo...

Me ha gustado esto: "También es más aceptable compartir un cepillo de dientes con un hermano que con el cartero. La cercanía emocional, la familiaridad, o la pertenencia al mismo grupo disminuyen la fuerza del asco"
Ciertamente, a priori nos puede disgustar la simple idea de un beso de tornillo con un desconocido con que nos cruzamos por la calle (hablo como mujer, claro). Sin embargo, nuestra pareja, a la que no nos disgusta nada besar, en algún momento fué es@ desconocid@ con quien igual nos cruzamos por la calle.
Comparto mi opinión sobre la degeneración de las redes sociales por parte de quienes opinan visceralmente sin leer ni aportar datos objetivos. C'est la vie, lo sabemos los que andamos por ellas hace tiempo.

Anónimo dijo...

De hecho, sin poner en cuestión el estudio y todo eso, podemos hipotetizar que puesto que las mujeres son más sensibles, la aparición de un mayor porcentaje de conductas patológicas puede provenir del choque entre lo que han hecho y esa mayor sensibilidad.
Digo yo que, sin problematizar los datos, podría mostrar una injusticia.
Si se hubieran parado a pensar casi deberian darte las gracias.

Gurrupurru dijo...

Ánimo, a mí me gusta tu labor, ¡aprendo mucho!

Pitiklinov dijo...

gracias a todos por el apoyo, verdaderamente pocas cosas hay más peligrosas en este mundo que las personas que se creen en posesión de la verdad y del bien y , por lo tanto, con derecho a pasar por encima de las demás

Anónimo dijo...

https://twitter.com/SethFrommer/status/930276225217695745

Unknown dijo...

Mucho animo Pablo. El ataque que has recibido en Twitter no tiene justificacion ni desde la moral, la evidencia cientifica y lo mas preocupante, desde la empatia. No se que opinaras al respecto. ¿Puede que en parte lo que te ha ocurrido tenga que ver justo con lo que comentas en tu entrada previa sobre el postmodernismo? ¿O quiza la previa sobre el incremento de la sensibilidad al daño? ¿O va mas alla de una ideologia o una variable cultural y tiene que ver con la misma naturaleza humana?

En cualquier caso, personalmente te agradezco que seas valiente y sigas revisando y publicando articulos sobre temas que podrian generar polemica. Queda claro tu interes en acercarte lo mas posible al conocimiento del ser humano que somos y no al que querriamos o deberiamos ser. Queda claro que te planteas mas preguntas que respuestas y no te crees en el uso de la razon.

Pitiklinov dijo...

Gracias, Gregorio, es lo que hay, lo que toca en estos tiempos

Emilio dijo...

Un abrazo y mi solidaridad Pablo

Pitiklinov dijo...

Gracias por tu apoyo, Emilio

Cristina dijo...

Como siempre excelente! Gracias por publicar y dejalos que ladren!

Manuel Álvarez dijo...

Don Pablo:
Creo que somos muchos los que leemos con interés y apreciamos sus enlaces y artículos; por mi parte agradecerle el esfuerzo y lo mucho que aprendo con sus entradas.
Saludos.
Manuel.

Manuel B. dijo...

Excelente artículo Pablo. La censura digital para quien la quiera.