martes, 21 de junio de 2016

Psicología evolucionista del Orgullo

Figura1
Aunque el orgullo ha ocupado un lugar central en las discusiones filosóficas y religiosas, la psicología no le ha hecho mucho caso. A lo largo de la historia esta emoción ha sido considerada principalmente como algo negativo. San Agustín y Santo Tomás de Aquino consideraban el orgullo como el peor de los pecados, para Dante era el más mortal de los siete pecados mortales y también otras religiones no judeocristianas como el budismo o el filósofo chino Lao Tse lo condenan.

Sin embargo, la mayoría de tradiciones diferencian entre dos tipos de orgullo: un orgullo virtuoso donde la persona reclama lo que se merece y otro orgullo donde la persona reclama algo que está más allá de lo que se merece y que se ve como vanidad. Algunos idiomas tienen incluso palabras diferentes para estos dos tipos de orgullo pero en otros mucho idiomas se utiliza la misma palabra para los dos. Es curioso que muchas de las palabras indicadas para designar el orgullo son términos como “hincharse” uno mismo o “agrandarse” que tienen que ver con la expresión de esta emoción , como enseguida veremos.

Aunque Darwin incluyó el orgullo en su estudio de las emociones de 1872, éste no consiguió posteriormente ser incluido en la lista de emociones básicas. Se considera una emoción secundaria, de las que requiere una autoconciencia, como la vergüenza o la culpa, y no ha sido hasta la última década en que se ha empezado a apreciar que el orgullo es una emoción importante y evolutivamente adaptativa que cumple importantes funciones sociales. En esta entrada, siguiendo el esquema de Jessica Tracy y cols. vamos a utilizar el enfoque de Tinbergen y sus famosas cuatro preguntas para estudiar este fenómeno mental a varios niveles:1) su funcionamiento en tiempo real, sus causas proximales 2) la ontogenia, es decir, cómo se desarrolla en el individuo 3) su función, la causa evolucionista o distal de su existencia 4) su filogenia, cómo ha evolucionado en las especies 5) su base neurobiológica:

1- El Orgullo en tiempo real, su visión proximal

Como ya hemos comentado, muchos autores coinciden en que hay más de un orgullo, principalmente lo que se llama un orgullo “auténtico” y un orgullo “hubrístico” (podéis leer sobre el origen de este palabro tan raro y su relación con el poder aquí o aquí). Cuando hablamos del orgullo natural o sano usamos palabras como tener confianza o seguridad en uno mismo, ser experto o estar formado en algo, etc. Cuando hablamos del orgullo hubrístico hablamos de arrogancia, vanidad, engreimiento y similares. Diversos estudios confirman que los sujetos diferencian estas dos emociones en uno mismo y en los demás. El orgullo auténtico se asocia a conductas prosociales y a rasgos positivos de personalidad como agradabilidad, responsabilidad, estabilidad emocional o apertura a la experiencia. El orgullo hubrístico se relaciona con conductas antisociales y se relaciona negativamente con la responsabilidad y la agradabilidad y positivamente con el narcisismo. El orgullo hubrístico es el que está detrás de la agresión narcisista, la hostilidad, los problemas interpersonales y otras conductas autodestructivas.

Los individuos que puntúan alto en orgullo auténtico puntúan bajo en depresión, ansiedad, fobia social, agresión, hostilidad e hipersensibilidad al rechazo y puntúan alto en satisfacción en las relaciones, apoyo social y en la seguridad de las relaciones con sus parejas. Por contra, los individuos que puntúan alto en orgullo hubrístico suelen ser más agresivos, hostiles, experimentan ansiedad crónica, tienen menos apoyo social y vínculos  más inestables. Como luego veremos, el orgullo auténtico tiene que ver con el prestigio y el hubrístico con la dominancia.

Una pregunta fundamental cuando hablamos del orgullo desde un punto de vista proximal es saber su causa, qué es lo que lo origina. Parece que el orgullo surge cuando el individuo evalúa un suceso positivo como relevante para su identidad y como causado internamente, es decir, debido al yo. El orgullo auténtico resulta de la atribución del mérito a factores internos pero inestables, específicos y a causas controlables, como el esfuerzo (“he vencido porque he practicado mucho”), mientras que el orgullo hubrístico resulta de atribuir el éxito a factores internos pero estables y globales, como la habilidad (“he ganado porque soy grande”).

La expresión no verbal del Orgullo

Aunque, como ya hemos comentado, Darwin especuló con que el orgullo tiene una forma reconocible de ser expresado físicamente, no ha sido hasta esta última década que los estudios se han ocupado de este asunto. Estos estudios sugieren que la expresión del orgullo es universal e innata porque se observa en todas las culturas, la expresan ya niños de tres años e incluso se observa en atletas ciegos de nacimiento que no han podido aprenderlo. Su reconocimiento es del 80-90%. La expresión prototípica sería una postura expandida con la cabeza algo inclinada hacia atrás, los brazos por encima de la cabeza o apoyados en la cadera y una leve sonrisa (ver figuras 1 y 2). Lo que no se ha podido demostrar es que cada tipo de orgullo tenga una expresión corporal diferente. Parece que la expresión es la misma y que necesitamos el contexto, información adicional, para saber si se trata de un orgullo auténtico o hubrístico.

2- Ontogenia del Orgullo

El orgullo aparece en niños hacia los tres años de edad. Este hallazgo se basa en estudios en los que se da a los niños una tarea difícil a realizar y se observa sus reacciones. Muestra corporales y verbales de orgullo se observan hacia los 2,5-3 años de edad. La capacidad de identificar o reconocer el orgullo en los demás surge hacia los 4 años de edad. Sin embargo, la habilidad para entender las situaciones y contextos que dan lugar al orgullo aparece más tarde; niños de 7 años tienen problemas para entender que el orgullo debe atribuirse a individuos que han conseguido algo por mérito propio y no por razones externas, como la suerte. Niños de 9-10 años ya realizan estas atribuciones correctamente. Todo este desarrollo del orgullo es coherente con la idea que ya apuntábamos antes de que ciertas capacidades cognitivas son requisitos previos para una emoción autoconsciente (por ejemplo, a los 3 años es  cuando los niños empiezan a identificarse en el espejo y a ser autoconscientes).

3- Causa última del Orgullo

El orgullo parece que ha evolucionado para servir a una función relacionada con lo que lo provoca: el éxito. Varios autores han propuesto que el orgullo evolucionó para ayudar los individuos a transformar logros valiosos culturalmente en un estatus social más alto, es decir, el orgullo sirve para promover un alto estatus. El orgullo podría promover un estatus más elevado por tres mecanismos. Primero, el orgullo podría funcionar como un  refuerzo positivo; los sentimientos de orgullo son placenteros, el sujeto se siente a gusto consigo mismo, contento de sí mismo y como encima se suele alabar socialmente los logros pues el sujeto intentaría repetir las acciones que llevan a conseguir esa emoción placentera. El orgullo actuaría como motivación para buscar más éxitos y logros en el futuro. Se ha demostrado que los individuos a los que se les manipula en el laboratorio para sentir orgullo en respuesta a un éxito en una tarea es más probable que perseveren y se esfuercen en tareas similares. Hay también estudios en los que se encuentra que si se les dice a los sujetos que mantengan una determinada postura (más expandida) es más probable que sigan luchando y esforzándose que si la postura es más sumisa. Estos experimentos van en la linea de que se puede provocar un estado emocional  practicando su expresión no verbal (hipótesis feedback facial de Tomkins)
Figura 2

La segunda manera en que el orgullo promovería un mayor estatus es por sus propiedades informativas: el orgullo informa a los individuos de que merecen un mayor estatus y la aceptación del grupo. El orgullo aumenta la autoestima lo que informa a los individuos de su alto valor social (teoría del sociómetro de la autoestima de Leary). La tercera manera en que el orgullo promovería un mayor estatus sería por la información que la expresión no verbal transmite a los observadores. Esta expresión dice a los otros miembros del grupo que el individuo merece un mayor estatus. En este sentido, existen estudios donde se ve que la gente asume que los individuos que expresan orgullo son de mayor estatus social. La expresión de orgullo es percibida rápida y automáticamente como una señal de alto estatus. Así que la expresión de orgullo podría ser una adaptación evolucionada para la comunicación de cambios en el estatus social tanto al propio individuo como a los miembros del grupo. Merece la pena comentar que no se han observado diferencia entre los sexos en la expresión ni en el reconocimiento del orgullo

¿Tienen los dos orgullos funciones diferentes?

¿Por qué hay dos orgullos? ¿Por qué evolucionó el orgullo hubrístico? Una posible respuesta es que en humanos (a diferencia de los animales, aunque esto hay que matizarlo) existen dos formas diferentes de alto estatus: el prestigio y la dominancia. El orgullo auténtico habría evolucionado para motivar el logro de prestigio, un estatus elevado que se merece por haber demostrado alto conocimiento, habilidades y altruismo, es decir, un estatus basado en el respeto. Por contra, el orgullo hubrístico habría evolucionado para conseguir la dominancia, es decir, un alto estatus que se consigue por la fuerza, el miedo, la intimidación, la amenaza y la violencia. Los dos tipos de orgullo responderían a presiones evolucionistas diferentes. Es la agresión, o la amenaza de agresión, lo que permite a los individuos dominantes mantener el poder. Sin embargo, los individuos de prestigio, para mantener el respeto de los subordinados deben evitar recurrir a la la superioridad y la fuerza.

4- Filogenia. Evolución del orgullo en las especies.

Parece que el estatus basado en el prestigio no existe en otros animales, lo que vemos en otras especies es fundamentalmente una jerarquía basada en la dominancia. Esto tendría que ver con la necesidad, que ya hemos comentado previamente, de un auto-conocimiento para poder experimentar esta emoción de segundo nivel. Sin embargo, si nos fijamos en los libros de de Waal, vemos que en primates como los chimpancés sí aparece ya una cierta jerarquía basada en el respeto y no simplemente en la dominancia, aunque en un grado muy incipiente.

Lo que sí parece claro es que la expresión corporal del orgullo tiene continuidad con expresiones no verbales en mamíferos y primates como cuando un chimpancé derrota a otro o cuando se exhibe antes de una pelea hinchándose e intentando aumentar su tamaño. Esto mismo se ve en muchos otros animales en lo que se llama el “bluff display”, ese “agrandamiento" para atemorizar al contrario, por lo que parece que la expresión del orgullo tiene su origen en posturas de intimidación a los rivales.

5-Neurobiología

Hasta la fecha sólo existen dos estudios de neuroimagen del orgullo. Una predicción sería que deberíamos encontrar actividad en la corteza prefrontal ventromedial porque esta región tiene que ver con la culpa , la vergüenza y otros fenómenos autoreferenciales. Uno de los dos estudios sí encuentra actividad en esta región pero el otro no la encuentra en esta zona sino en el surco temporal postero-superior y en el lóbulo temporal izquierdo, regiones que tienen que ver con la Teoría de la Mente.

De lo que sí tenemos más estudios es de las hormonas y su relación con el orgullo. Específicamente, tanto en monos como en humanos los sucesos que aumentan el estatus dan lugar a elevación de testosterona. Pero, a pesar de esa relación bien establecida entre mayor estatus y elevación de testosterona, lo que también se observa es que hay una relación inversa entre niveles basales de testosterona y estatus, es decir, los hombres con testosterona elevada suelen tener menos educación, ganan menos dinero, tienen trabajos de menos nivel y es más probable que estén en el paro. Una forma de conciliar estos hallazgos contradictorios es volver al distinción entre orgullo auténtico y orgullo hubrístico. La testosterona elevada estaría relacionada con la dominancia, pero no con el prestigio. Los hombres con testosterona muy elevado son agresivos, asertivos y  violentos. Estos rasgos son valiosos para conseguir estatus en ciertos ambientes (cárceles, deportes competitivos…) pero son contraproductivos en ambientes donde el estatus se basa en el prestigio.

El prestigio, además de con niveles bajos de testosterona, se asocia con niveles elevados de serotonina. Tanto en monos como en humanos, los machos dominantes tienen niveles elevados crónicos de serotonina y la serotonina se asocia negativamente con la agresión (a menos serotonina más agresividad). Así que la serotonina elevada con baja testosterona se asocia a orgullo auténtico y la testosterona elevada con baja serotonina se asocia a orgullo hubrístico.

En resumen, el orgullo es una facultad evolucionada de la mente que surgió por selección natural y que ha jugado un papel adaptativo en el logro , mantenimiento y comunicación del estatus social a lo largo de nuestra historia evolucionista.

@pitiklinov

Referencias:


Clark, J. A. (2010). Hubristic and authentic pride as serial homologues: The same but different. Emotion Review, 2, 397–398.










3 comentarios:

ΣAnx_ dijo...

El orgullo es ciertamente algo complejo. Entre lo que siente uno y los deseos de lo que gustaría pensasen los demás. Aparte derrocar al Pope podría ser una motivación tan agresiva como perfectamente prosocial (como todo deporte en general). Y que alcanzar orgullosamente éxito s contraponga también a la necesaria política de detentar luego estatus o simbolizarlo. Verdaderamente costaría creer haya vida genuina respecto al cambiante medio sin una más o menos soft muerte pero impersonal.

idea21 dijo...

¿Y qué relación existe entre el orgullo, en sus dos variantes (de prestigio y de dominancia), y el muy conocido concepto de "amor propio"?

¿Y el honor y la dignidad?

ΣAnx_ dijo...

Parece que tampoco explicó. Enseñar... creo es agradecido y de voluntad esforzada irreprochable. Retributivo motivo de orgullo supongo. Que tampoco es tan común compartirla (admito no sé si es mi caso). Sin embargo, estoy convencido que l acción de acertar ya es un acto personal, y casual o fortuito. Regalo no estético, si le parece. A lo sumo. De vanidad y un cóctel cuando fuese compartido, porque el hombre no escapa al hombre, pero desde luego idolatrá no. Careo, estatus y ponerse en la picota no sé si construyen o contrastan pero tampoco porqué negars. acotado en momento y forma, resulta q es imprescindible.